DESTINOS ENCONTRADOS

LUIS FERNANDO

Estoy camino al hospital donde se encuentra mi viviente cuñada, en el auto respondiendo algunos asuntos de trabajo con mi asistente a lado, es mi mano derecha, sabe todo mi itinerario hasta los detalles de mi vida. Revisamos cada asunto para las nuevas inversiones, no tenía cabeza para nada más, hasta que:

- Franco, esto es lo que se investigó sobre su cuñada y sobre su exesposa, de alguna manera ambas están relacionadas. Mientras me pasaba un sobre con toda la investigación, con fotografías y documentos personales.

- Excelente trabajo, recuérdame darte un aumento y vacaciones, le decía.

Seguimos el camino, abrí el sobre y empecé a leer todo y no daba lugar a todo lo que estaba ahí, como es posible que haya pasado por alto esto. Si esto era real, no podría perdonarme todo lo que ya había hecho. Nunca fui más allá de preguntar sobre su vida, pero jamás me puse a indagar su origen, confiaba totalmente en lo que dijo y respete su privacidad, pero no imagine como se conectaba todo.

El auto se detuvo, llegamos y todos los guardias nos rodearon estaba lleno de reporteros la entrada, en recepción preguntamos por Mariana y subimos a verla a su habitación, solo la vi una vez en persona y fue cuando mi hermano la llevo a casa para decirnos que se iba de casa y que solo mandaría una invitación para la boda, nunca más supimos de ellos.

Al llegar a su cuarto toque y pase:

- Hola, cuñada viviente, ¿Cómo estás? Le dije hasta llegar al asiento que estaba al lado de su cama.

- Luis Fernando, pensé que era…. Bajo su mirada, ya se sentía sus sollozos y realmente se veía deplorable, esperaba ver a mi hermano con ella.

- Volveré en otro momento. Salí inmediatamente, realmente odiaba cuando las mujeres intentaban manipularnos con sus lágrimas, eso era algo que me encanta de Esmeralda ella resolvía todo, siempre estaba en busca de solucionar cualquier problema. No le gustaba cuando las mujeres solo lloraban para enmendar las cosas.

Con mi asistente y seguridad estábamos por salir del hospital, hasta que vi a mi hermano saliendo de una habitación fue con la enfermera y regreso donde estaba. le dije a mi asistente que me esperara en el auto y fui hasta la habitación no toque, abrí la puerta y mis ojos se abrieron por sorpresa:

- Esmeralda, ¿Qué haces aquí, estas bien? Pregunte y pasaba mi mirada por sus pies vendados pero mis ojos se pararon porque Franco sostenía su mano mientras ella solo descansaba en su cama.

- No creo que sea de tu incumbencia, soy yo la que te debería preguntar. Decía con frialdad.

- Franco, no tienes que preocuparte más, yo cuidare de Esmeralda ahora, ve ahora con tu esposa te está esperando. Le decía con celos y determinación mientras me acercaba e intentaba alejarlo de ella. El único que podía tomar su mano era yo.

- No es necesario. Se puso de pie y se puso en frente de ella sin soltar su mano.

- No necesito que me cuide nadie, soltó la mano de Franco y nos miró con desdén a los dos.

- Eres mi esposa y te cuidare, salte Franco por favor, tenemos que hablar. Empecé a ponerme furioso.

- Yo ya no soy nada tuyo, te recuerdo que nos divorciamos, así que lárgate de aquí. Me gritaba con furia.

- Si no te vas en este instante Luis Fernando, no responderé por lo que pase. Me tomo del traje y choque con la pared, su mirada era de odio.

No sé en qué momento se abrió la puerta y todos sus guardias estaban afuera, los míos habían desaparecido, me saco de la habitación sentí que choqué con varios cuerpos, me agarraron de los brazos y en un instante salía del hospital, me llevaron al coche que me esperaba. Me subieron, abrieron espacio en la calle porque los reporteros no dejaban avanzar y el auto tomo velocidad, dejando atrás todo el bullicio.