En "Amor Ardiente," Valeria, una talentosa fotógrafa con un pasado complicado, y Daniel, un exitoso empresario con un oscuro secreto, se encuentran en una gala benéfica y sienten una intensa atracción inmediata. Desde su primer encuentro, sus vidas se ven envueltas en una espiral de pasión, drama y secretos.
A medida que su relación se desarrolla, se enfrentan a innumerables obstáculos: exnovios celosos, rivales sin escrúpulos y secretos familiares devastadores. Valeria, con su determinación y fuerza, y Daniel, con su inquebrantable amor y apoyo, deben luchar no solo por su amor sino también por su paz y felicidad.
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# Capítulo 11: El Engaño
El compromiso de Valeria y Daniel llenó sus vidas de una alegría renovada. Sin embargo, el amor verdadero a menudo enfrenta pruebas inesperadas. Poco después de su compromiso, una figura del pasado de Valeria volvió a emerger, trayendo consigo el potencial de caos y desconfianza.
Claudia, una antigua rival de Valeria desde sus días en la universidad, era conocida por su carácter manipulador y su habilidad para causar problemas. No había sido una sorpresa para Valeria que Claudia estuviera resentida por el éxito y la felicidad que había encontrado, pero nunca esperó que Claudia fuera a involucrarse nuevamente en su vida de una manera tan insidiosa.
Una tarde, mientras Valeria trabajaba en su estudio de fotografía, recibió un mensaje de Claudia. La invitación a tomar un café parecía inofensiva, pero Valeria sintió una inquietud en su interior. Decidió aceptar la invitación, esperando resolver cualquier tensión persistente.
Cuando llegó al café, Claudia la recibió con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
—Valeria, me alegra que hayas venido. Quería hablar contigo sobre algo importante —dijo Claudia, sus palabras teñidas de falsa amabilidad.
—¿Qué es tan importante, Claudia? —preguntó Valeria, intentando mantener la calma.
—Es sobre Daniel —dijo Claudia, bajando la voz en un tono conspirador—. Quiero que sepas que no todo es lo que parece con él.
Valeria sintió un nudo formarse en su estómago, pero mantuvo su expresión impasible.
—¿A qué te refieres?
—He visto a Daniel con otra mujer. No quería creerlo, pero cuando los vi juntos, supe que tenías que saberlo —dijo Claudia, mostrándole unas fotos en su teléfono de Daniel hablando con una mujer en un restaurante.
Las fotos no eran incriminatorias por sí mismas, pero el insidioso tono de Claudia comenzó a sembrar semillas de duda en la mente de Valeria.
—¿Qué estás tratando de decirme, Claudia? ¿Que Daniel me está engañando? —preguntó Valeria, su voz temblando ligeramente.
—Solo estoy diciendo que deberías tener cuidado. A veces, las personas no son quienes creemos que son —respondió Claudia con una sonrisa satisfecha.
Valeria salió del café con la mente revuelta. Sabía que Claudia era manipuladora, pero las dudas comenzaron a arraigarse. ¿Podría Daniel estar ocultando algo?
Esa noche, cuando Daniel llegó a casa, Valeria lo enfrentó.
—Daniel, necesito hablar contigo —dijo, su voz firme pero llena de ansiedad.
—Claro, ¿qué pasa? —respondió Daniel, preocupado por la seriedad en la voz de Valeria.
—Hoy me encontré con Claudia. Me mostró unas fotos tuyas con otra mujer. Dijo que deberías explicarme qué está pasando —dijo Valeria, mirando a Daniel a los ojos.
Daniel frunció el ceño y luego suspiró, sentándose en el sofá.
—Valeria, esa mujer es una antigua colega con la que he estado hablando sobre una oportunidad de negocio. No hay nada más que eso. No puedo creer que Claudia esté tratando de meterse entre nosotros de nuevo —dijo, su voz llena de frustración.
—¿Por qué no me dijiste nada sobre esto? —preguntó Valeria, su voz más suave pero aún preocupada.
—Porque no quería preocuparte. Sabes lo mucho que me importa nuestra relación. No hay nada que ocultar, te lo prometo —respondió Daniel, tomando las manos de Valeria.
Aunque las palabras de Daniel eran sinceras, la semilla de la duda que Claudia había plantado seguía creciendo en la mente de Valeria. La desconfianza comenzó a surgir de nuevo, amenazando con erosionar la base de su relación.
Durante las siguientes semanas, la tensión entre ellos creció. Daniel notaba la distancia en Valeria y trataba de acercarse, pero la sombra de las sospechas seguía entre ellos.
Una noche, después de una discusión particularmente acalorada, Valeria salió al balcón, mirando las luces de la ciudad mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Daniel la siguió, decidido a aclarar las cosas de una vez por todas.
—Valeria, por favor, escúchame. Claudia está intentando separarnos porque no soporta verte feliz. No dejes que sus mentiras destruyan lo que tenemos —dijo Daniel, con voz desesperada.
—Quiero creer en ti, Daniel, pero estas dudas me están volviendo loca. No puedo evitar sentirme insegura —respondió Valeria, abrazándose a sí misma.
Daniel se acercó y la envolvió en un abrazo, susurrando en su oído.
—Te amo, Valeria. No hay nada que no pueda superar si estamos juntos. Confía en mí, por favor.
Finalmente, Valeria asintió, permitiendo que el calor del abrazo de Daniel la reconfortara. Sabía que necesitaba confiar en él si querían superar esta prueba. Decidieron enfrentar a Claudia juntos y desmantelar sus mentiras.
Al día siguiente, visitaron a Claudia, y con firmeza y claridad, dejaron claro que sus intentos de sabotear su relación no tendrían éxito. La confrontación fue tensa, pero necesaria. Valeria y Daniel sabían que su amor debía estar basado en la confianza y la comunicación.
Aunque la desconfianza había reaparecido brevemente, Valeria y Daniel reafirmaron su compromiso de enfrentarse juntos a cualquier desafío. La sombra de Claudia se disipó, y su amor emergió más fuerte y seguro que antes, demostrando que, a pesar de las pruebas, su vínculo era inquebrantable.
voy a dormir mejor.