Sara: La Última Esposa

Al escuchar esas palabras de enojo, Sara dio unos pasos hacia atrás, se apoyó contra la pared y se quedó allí, respirando profundamente tratando de calmarse.

En la mañana, Sara llamó a Alfredo y le dijo que no quería ser parte de eso e incluso le contó cómo estaban las cosas, Alfredo dijo que intentaría solucionarlo, pero media hora después llamó diciendo un montón de tonterías, que debería tener paciencia, en lugar de juzgar el comportamiento distante de Anthony, debería cuidarlo y de esa manera podrían tener una relación amistosa, pero Sara se dio cuenta que ese hombre solo merece estar solo, idiota.

Sin hacer ruido regresó a la cocina, donde encontró a Mila toda sonriendo, la mujer se acercó a Sara y luego le preguntó:

—Entonces, ¿Elías dijo que fuiste tú quien hizo el croissant? ¿Qué dijo el jefe?

—Dijo que le gustó mucho...disculpe, voy a ir a hacer una llamada—dijo Sara, caminando ya hacia la puerta trasera, tomó el teléfono e intentó llamar a Lia, el teléfono sonó varias veces, pero nadie respondió.

Con el celular en las manos, Sara pensó en llamar a Roberto, intentar explicarse y pedir ayuda, pero tenía miedo de escuchar palabras más crueles.

Al saber que su amor se va a casar con Anabela, Sara piensa que es necesario separarse de ese hombre, entró a sus redes sociales y borró todas las fotos de la pareja y antes de bloquear su número, Sara decidió enviar un mensaje diciendo:

“Hola Roberto, espero que estés bien, sé que fuiste muy claro cuando terminaste nuestra relación, no quiero que lo reconsideres, pero como cualquier otro acusado, tengo derecho a la defensa, te juro que nunca traicioné. Tú, siempre fui fiel en mis palabras, acciones y sentimientos, no llevo un niño en mi vientre, pero llevo en mi corazón un gran agujero causado por tus palabras y acciones.

Espero que seas feliz, porque esas acusaciones infundadas hicieron que mi padre me vendiera como cualquier otro objeto, estoy a merced de mi propia suerte, pero en nombre de los buenos momentos que pasamos juntos, te deseo que seas muy feliz. feliz y nunca encuentres a alguien que te lastime como tú me lastimaste a mí, adiós."

Después de terminar de enviar ese mensaje, Sara bloqueó el número de Roberto, se sacudió el polvo inexistente de su ropa y pronto entró a la casa, solo necesita concentrarse en el trabajo y pronto ya no extrañará más a ese idiota de Roberto.

Sara miró el reloj y se dio cuenta que ya casi era hora de empezar a trabajar, fue a la oficina de Anthony, tocó suavemente la puerta, pero nadie respondió.

Unos segundos después, Anthony llegó en compañía de Elías, por supuesto Sara se quedó en silencio porque no quería ser notada por Anthony, él entró a la oficina y antes de que Elías se fuera, mostró una pequeña sonrisa y dijo:

—Si hoy llega tarde solo dile que se vaya, no necesito gente irresponsable a mi lado.

Esas palabras no fueron agradables, pero Sara fingió no escuchar, Elías se sintió muy avergonzado y aunque sabía que Sara estaba allí, solo respondió con un Ok y luego salió de la oficina.

Sara se quedó allí mirando a ese hombre con lengua de gato, se preguntó qué pasó para que estuviera tan amargado de esa manera.

Unos minutos después, Sara tosió levemente y dijo:

—Buenos días, señor Anthony.

—Sólo si es para ti—respondió con arrogancia como siempre, Sara no se molestó en eso, solo cerró la puerta y comenzó a preguntar sobre los servicios que se realizarían ese día.

—En la mañana quiero que respondas algunos correos y también hagas una hoja de cálculo sobre mis inversiones en los últimos 6 meses, creo que estoy invirtiendo más de lo que debería, luego veré qué hacer en la tarde —dijo y luego dejó girando las ruedas de la silla, tal vez pensó que iba en dirección a la mesa donde estaba la computadora, pero terminó yendo en dirección contraria.

Sara corrió hacia él y sin decir una palabra, giró su silla, cambiando la dirección, cualquier persona normal se reiría de la situación e incluso le agradecería, pero por las expresiones faciales de Anthony, Sara se dio cuenta de que estaba irritado por la situación.

Comenzaron a trabajar de inmediato, en ese ambiente no se decía una palabra que no estuviera relacionada con el trabajo, Sara estaba siendo muy paciente y siempre trataba de hacer mucho más de lo que Anthony pedía.

Su estómago rugió de hambre y Sara dejó lo que estaba haciendo, se preparó una taza de café e incluso tomó unas galletas.

—Tómate un descanso para almorzar, mientras tanto analizaré este informe sobre los gastos corporativos de tu empresa en París—mientras decía eso, Sara colocó la taza de café en la mano de Anthony, esta vez no lo hizo tan caliente y tal vez Por eso Anthony no lo descartó, se quedó allí tomando café y escuchando la respiración agitada de Sara.

Pensando que el ambiente era demasiado tranquilo y queriendo poner a prueba los límites de Sara, Anthony decidió provocar a aquella joven y sonriendo le dijo:

—Tu respiración es muy dificultosa, pareces cansado, tal vez por eso estás realizando tareas que no son tuyas, no necesito que me cocines, aquí hay mucha gente calificada—dijo estas últimas palabras en un tono burlón, lo que significa que Sara no está calificada.