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El Susurro Del Olvido

El Susurro Del Olvido

Status: Terminada
Genre:Completas / Traiciones y engaños / Amor-odio / Escena del crimen / Tú no me amas / Secuestro y encarcelamiento / Enfermizo
Popularitas:4.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Ankhe

En un mundo donde la realidad se desvanece en las sombras, una única verdad permanece: el destino siempre tiene la última palabra...


Después de conocer a Carlos en la biblioteca, Laura se enamora locamente de él, pero su amor pronto se convierte en una obsesión peligrosa. A medida que su comportamiento se vuelve cada vez más extremo, Carlos se ve obligado a alejarse y obtener una orden de alejamiento. Pero cuando Laura no puede aceptar el rechazo, lleva su obsesión al límite, desencadenando una cadena de eventos que cambiarán sus vidas para siempre.

NovelToon tiene autorización de Ankhe para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 10: Tormenta interior

Me despierto al amanecer sobresaltada, creo que tuve una pesadilla, también por el ruido de la tormenta, el viento azotando los árboles, la lluvia que caía muy fuerte sobre el techo, los relámpagos y los truenos, me levanto, enciendo las luces con la sensación de ir en un barco a la deriva.

Me quedo sentada escuchando la tormenta y pensando, esperando que se calmaran los latidos de mi corazón, pareciera que estuvieran sonando unos tambores, todavía estaba enredada en las imágenes del mal sueño, escuchó un ruido hacia la puerta. Un guardia entró, ahí me di cuenta de que era hora de mis medicamentos. Simulé tomarlos y el guardia se retiró.

Permanecía en la cama, observando a través de la ventana mientras la lluvia persistía sin tregua. No recordaba cuándo fue la última vez que había llovido tanto. Era como si el cielo se desahogará en un diluvio interminable, al levantarme estaba temblando por el frío. A pesar de que la calefacción se encendía a las seis, mi habitación, al ser la última del pasillo, aún no se calentaba lo suficiente.

Decidí vestirme rápidamente y salir a buscar algo de calor en otra parte del edificio. A medida que caminaba por los pasillos desiertos, el eco de mis pasos se mezclaba con el retumbar de la tormenta. Cada vez que un trueno resonaba, un escalofrío recorría mi espalda.

Durante el desayuno, me encontraba de un humor sombrío y sin ánimos de hablar con el doctor sobre lo que le había confiado el día anterior. Aunque tomé mi desayuno, rechacé la pastilla que me ofrecieron, escondiéndola disimuladamente cuando los guardias no estaban atentos. A medida que pasaba el tiempo y evitaba la cita con el doctor, unos guardias acabaron por arrastrarme hasta su consultorio.

Al ser llevada a la fuerza a través de la puerta del consultorio, la ira se apoderó de mí. Mientras me sentaban en la silla frente al lugar del doctor, mi frustración alcanzó su punto máximo y reaccioné instintivamente: aferré con fuerza el brazo de uno de los guardias y le mordí con ferocidad. El guardia, sorprendido por mi acto, me empujó violentamente al suelo. Entre risas maniacas, me burlé de él antes de lograr escapar del consultorio. Sin embargo, mi huida fue interrumpida por un encuentro inesperado con el doctor en el pasillo, lo que resultó en otra caída.

— ¡Quítate de mi camino! — le grité al doctor, quien respondió con un inusual saludo matutino. Su actitud era sorprendente, dado que normalmente me dirigía la palabra con un desdén disimulado.

Si, definitivamente fue un día nefasto. La tormenta había pasado, y desde las últimas semanas viene una mujer a limpiar mi habitación, pero el día que empezó a llover ella había avisado que no llegaría por culpa de la tormenta, de igual manera no servía mucho su limpieza, por qué el manicomio estaba sucio, desde la entrada se notaba lo fea y deteriorada que estaba, como si estuviera triste o abandonada. Había un aire de abandono que empezaba desde el pequeño jardín y se extendía por todo el lugar, hasta llegar al último rincón de las habitaciones.

A veces me perdía durante horas en mi mundo de fantasía, dónde hablaba con los extraterrestres o saludaba a las brujas.

En una de esas fantasías de la nada empecé a llorar y gritar, estirando mi cabello con todas mis fuerzas tratando de arrancarme lo desde la raíz, otra vez tuve mi ataque.

Observé al doctor entrar, trayendo consigo la camisa de fuerza que solían colocarme cuando caía en ese estado. Intentó ponérmela, pero luché contra él y acabé en el suelo. En ese momento, notó que estaba descalza, se levantó y me ayudó a sentarme en la cama. Me puse la cabeza entre las piernas llorando, tenía un cuchillo en la mano que había tomado sigilosamente de la cocina, de repente mi habitación se llenó de gente.

Quedé congelada por unos instantes, con el filo del cuchillo brillando peligrosamente cerca de mi cuello, mientras intentaba hacerme daño. De repente, todos se lanzaron hacía mí y un grito desgarrador brotó de lo más profundo de mi ser, enviando una descarga de frenesí que me sacudió de pies a cabeza.

Me abalancé contra el doctor, lanzándolo muy fuerte al suelo de un empujón. El cuchillo se fue volando en el aire que pasó por el frente del doctor rozándo le la mejilla y se clavó en el suelo.

El doctor comenzó a llamarme tironeando de mi ropa para separarme de él.

— ¡Está bien Laura, cálmate, no te va a pasar nada! — me decía el doctor, sujetándome ya con poca fuerza, volviendo a mis sentidos por fin escuché la voz de mi doctor, que había penetrado en mi mente y me hacía calamar poco a poco.

Me levanté dando un paso atrás desconcertada y horrorizada por lo que había hecho, me tambaleé y luego me eché a correr fuera de la habitación, el doctor tuvo que llamar a los guardias para que me atraparan.

Ya en sus manos me volvieron a llevar a la habitación, me encerraron ahí, antes de que se fueran me inyectaron un tranquilizante, me arrastre hasta mi cama, allí las voces me comenzaron a hablar todas juntas que me tapa los oídos para no escucharlas, por un rato largo me quedé así con los ojos cerrados y los oídos tapados tratando de controlar mi respiración y todo el torbellino de sentimientos que tenía en ese momento.

Enseguida me levanto y empiezo a tirar todo lo que encuentro en la habitación, llevando a cabo toda la destrucción, poco a poco sentía que me quedaba sin fuerzas, aniquilada por las emociones y el esfuerzo que hice me heche a mi cama en posición fetal con la cabeza en las piernas, ahí empecé a llorar y de a poco me quedé dormida.

Me desperté horas más tarde cuando escuché al doctor golpear muy fuerte la puerta y llamándome, tardé unos minutos en recobrar la conciencia y acordarme de lo que había ocurrido, me aproxime tambaleando a la puerta, tropecé y lancé una maldición al aire cuando sentí que había pisado un fragmento de vidrio. Al llegar a la puerta me di cuenta de que estaba la mesa enfrente, no recordaba haberla puesto en la puerta, tuve que empujarlo hasta su lugar para poder abrirla, al abrirla se encontraba el doctor con algunos guardias.

Las luces que alumbraban el pasillo daban iluminación a una parte de mi habitación y allí se vio el campo de batalla en el que se había convertido mi cuarto, las caras asombradas del doctor y los guardias eran un tanto graciosas.

— ¿Estás redecorando tu habitación?— uno de los guardias se burló, mientras que el otro se tapaba la cara tratando de ahogar su risa.

Les cerré la puerta en sus caras y me senté en el piso, apreté el corte de la mano con mis dedos y vi que volví a sangrar, la idea de morir desangrada me pareció una idea tentadora, al menos, me liberaría de enfrentar a mi doctor después de lo que había hecho.

Estando en el piso oigo que la puerta de mí habitación se abre, el doctor entra y se sienta al lado mío.

— Se que te gustaría morir desangrada, pero eso no va a ocurrir solo por un corte en la mano, tienes que cambiar de idea e irte a lavar la herida antes de que se te infecte y te quedes sin mano — me dijo el doctor resoplando fuertemente, se levantó y se fue.

El tenía razón, pero yo no quería hacerle caso, al pasar los minutos en silencio sentí que la herida empezaba a dolerme, creo que fue un corte muy profundo.

Me levanté, abrí la puerta y sali de mi habitación yendo a pasos erráticos, tenía los ojos hinchados de tanto llorar.

Me asome a la enfermería dónde se encontraba el doctor y la enfermera.

— Lo lamento — balbucee con la mirada clavada en el suelo.

Vi a mi doctor reprimir un grito al ver mis manos y me ropa llena de sangre, la enfermera se acercó con el doctor para atender mi herida.

— No se lo que me pasó, solo recuerdo que las voces se apoderaron de mí y después todo se oscureció — murmuré sin levantar la mirada y riéndome por dentro por mi actuación.

La enfermera me llevó hasta el lavabo para poner la mano debajo del agua fría y limpiar la sangre, estuvo unos minutos lavando mi mano, examinó mi corte, luego me llevó hasta la camilla y decidió ponerme anestesia para así poder coser la herida, luego de poner los puntos me aplicó un desinfectante y me vendo la mano, el doctor le deja a la enfermera que salga un rato, después de que la enfermera se fue él se acercó a mi lado.

— Sé que no estás arrepentida y que estás feliz de haberme lastimado, así que deja de fingir — exclamó el doctor dándose cuenta de mi actuación.

— Jajajaja, no pensé que te darías cuenta muy rápido y sí soy feliz al lastimarte aunque solo sea un pequeño corte — le contesté riéndome como maniática.

— Si, pero eso casi te cuesta la vida también tonta — contestó el doctor dando un suspiro y continuó diciéndome: — Está bien, supongo que la gente loca necesita desahogarse, pero que no se te olvide que si vuelves a hacer eso te pondré en confinamiento

— Veremos si puedes contra mí jajajaja— le contesté

— Ya no hablemos de eso, hay las cosas más importantes; como tu recuperación y tus sesiones de terapia — me dijo el doctor antes de salir de la enfermería.

Al salir de la enfermería vi a los otros pacientes, algunas sin pelo, ni dientes, ciegos, tenían unas raras erupciones en la piel, balbuceando mientras que se le caían lavabo y otros hablando solos, sentí un escalofrío recorrerme por todo el cuerpo, finalmente me alejé de ahí y me fui.

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Edith Rocha
buena novela aunque bastante repetitiva en cuanto al relato
Beatriz Valiente
Excelente
Beatriz Valiente
pobre chica que locura su obsesión
Hualian
👏
Analia Vázquez
Me encantó!!❤️😘 pobre Laura 😔
kozumei
No puedo con solo esto 😍
cutesylvie160
Me mantuvo enganchada XD
Ankhe: Me alegro mucho que te haya enganchado, por si quieres seguir leyendo en unas horas público el siguiente capítulo
total 1 replies
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