Después de un accidente de auto, quedé en sillas de ruedas, mi novia habia fallecido. Pasé años en depresión, hasta que un día, cuando mi hermana Antonella y yo salimos a la plaza y la vía ella, una chica sentada en una de las banquetas que estaba junto a la estatua del general.
NovelToon tiene autorización de Luna Azul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
UN MAL ENTENDIDO
YARA CORTÉZ
Me levanté, me di una ducha y me cambié. Tenía que seguir mi rutina, ir al trabajo. Adrián seguía dormido. Hice el desayuno y regresé al cuarto.
— Adrián, amor.
— Acuéstate. Quédate conmigo hasta que viaje.
— Tengo que ir a la tienda.
— Te doy el día libre. No tienes que ir. Ven a la cama.
— ¿Y Angie?
— Ahí déjala. Le voy a escribir. No te preocupes. Solo quédate conmigo.
— ¿Cuándo es el viaje?
— Este sábado.
Quedé muda. ¿El sábado? Hoy es jueves. Así que en dos días viaja.
Me acosté a su lado. Tenía ganas de llorar, Pero no debo demostrar tristeza porque quiero que él viaje y se rehabilite.
— Voy a dejarte la tienda para que la administres. No sé cuanto tiempo dure mi rehabilitación, así que quiero dejarte protegida.
— Está bien. Tu familia no se va a enojar por el departamento y la tienda.
— Trabajé desde los 15 a los 19 años como modelo, ese dinero mi padre lo guardó en el banco y me entregó las cuentas. Así que, no te preocupes, es mi esfuerzo.
— Sabes, Una vez, me puse a investigar en internet sobre ti, y no encontré fotos de tu modelaje. Quería verte como modelo.
Él tomó su celular y busco en su galería. Me mostró una foto.
— Quiero ver.
Tomé su celular y le di Zoom.
— Esa fue mi primera sesión de fotos. Tenía 15 años.
Él era hermoso, tenía un porte elegante, fino y atractivo. Sin permiso iba pasando las fotos, en todas se veía fantástico. Llegué a una donde estaba con una chica. Era una chica muy hermosa, extremadamente bella, pensé que era alguna modelo con la que trabajó, hasta que salió otra dónde se besaban. Regresé a la foto que él me había enseñado y le entregué su celular.
Sentía una cosa fea en mi corazón. ¿Ella era su novia fallecida? Es posible que si ese accidente no hubiese pasado, yo no estaría con él en este momento.
¿Por qué aún conserva sus fotos? Dice que me ama, Pero aún tiene fotos de ella. Mi cabeza se estaba haciendo un lío. Adrián no ha podido olvidarla, aunque me dice que me ama.
Solo llevo dos meses con él. No puedo pedir que me cuente sobre ella. Sentí mi corazón arrugarse de tristeza.
— Amor, voy al baño. Ya regreso— le sonreí.
En el baño me puse a llorar.
Maldita sea que es esto lo que estoy sintiendo. ¿Celos por su novia fallecida? ¿Celo de esa foto donde él se ve tan feliz con ella? ¿Solo soy un reemplazo de su eterna novia?
Adrián abrió la puerta del baño, me había perdido en mis pensamientos.
— ¿Por qué lloras mi amor?— lo miré con el rostro lleno de lágrimas.
— Por nada, es que me duele el vientre. Creo que me va a venir mi mes— puse el pretexto.
— No te creo. Dime la verdad.
Salí del baño. Caminé a la sala. Abrí la ventana y miré el cielo. Era como pedir ayuda a mi madre.
— Yara, dime.
— ¿Por qué tienes fotos con una chica con la que te estás besando? ¿Si ella está muerta, porque no la borras sus fotos?
Él estaba molesto. Su mirada se volvió fría.
— Solo te mostré una foto, quien te dio permiso de revisar toda mi galería. Ese pasado a ti no te debe afectar. Esté muerta o no, yo decido cuando borrar mis recuerdos.
— Tienes toda la razón. Borra tus recuerdos cuando quieras. No debiste empezar una relación cuando aún amas a tu exnovia. Solo soy un reemplazo de ella.
— Yara— Adrián me gritó.
Salí del departamento llorando. No me importa si se queda solo, que llame a su chófer y que le ayude él.
Dejé el celular y mi billetera. No voy a regresar a ese maldito departamento. Inconscientemente metí las llaves en mi bolsa del pantalón. No me importa si se va o se queda. Mientras mi cabeza era un lío con mis pensamientos, caminé sin parar hasta llegar a las banquetas de la plaza de la estatua del gran general.
¿Cuántos meses han pasado desde que me corrieron de la casa? ¿Cómo estará mi padre? ¿Debería ir a visitarlo?
Inhalé y exhalé. Me senté en la banqueta. Miré el cielo, parecía que iba a llover, si llovía era normal porque estábamos en temporada de invierno.
Empezó a caer gotitas finas que apenas podían mojarme. Todas las personas caminaban más rápido buscando que la lluvia no los empapará. Las gotas iban cayendo más fuerte, empezó a llover con fuerza. No me moví de la banqueta. Empecé a llorar. Solté lo que no había llorado mi vida entera. Lloré por no tener a mi madre con vida, lloré porque mi padre prefirió a una mujer antes que a su hija, lloré por Adrián, porque aún conserva fotos de su relación.
Mamá cuánto te necesito en este momento. ¿Qué voy a hacer con mi vida?
ADRIÁN JONES
Estaba molesto. Solo son unas fotos.
Pasaron dos horas y Yara no regresó al departamento. Llamé a María.
— Prima, ¿Está Yara contigo?
— ¿Yara? No. Ella debe estar trabajando. No me digas que tomaste valor y te vas a confesar.
— Okey,si la ves me avisas. Por fa.
Aunque Antonella sabe que quiero rehabilitarme por Yara, a ciencia cierta ellas no saben que tengo una relación con ella. El único que lo sabe es José y ahora mis padres. Debe estar más enojada, no le he dado su reconocimiento como mi novia, como mi mujer. Pensándolo bien, no nos hemos tomado fotos juntos.
Llevé mis manos a la cara.
He sido un tonto.
Le marqué a su celular, pero su celular lo había dejado en la cama.
Llamé a Antonella.
— Has visto a Yara.
— No. ¿Qué pasa con ella? María me acaba de llamar preguntando lo mismo.
— Hermana ven a la siguiente dirección que te voy a enviar por mensaje— le envié mi ubicación.
Ella no tardó.
— ¿Qué es este lugar?
— Antes que nada, Yara y yo, somos novios, pareja o éramos eso, desde hace dos meses. Y este es o era nuestro departamento. Pero tuvimos una discusión, prácticamente una discusión, y ella se fue hace más de dos horas y no ha regresado. Dejó su celular, así que no sé dónde está.
— Yo sabía que algo se andaban ustedes. De pronto, ella ya no vivía en su cuartito y las salidas mermaron. Y es que la tenías solo para ti. ¿Tuvieron sexo?
— Ese no es el punto. Viajo a Suiza el sábado.
— Estás decidido. Me alegro hermano.
— Anto, ella vio mis fotos con Mía y yo me molesté y le grité. Ayúdame a buscarla. Si pudiera caminar, no te pediría ayuda.
— ¿Aún conservas las fotos?
— Te estoy diciendo que ella las vió.
Sali con Antonella a buscar a Yara. La lluvia estaba empezando a ser un poco fuerte.
— Déjame decirte algo, eres un idiota— Anto lo decía mientras manejaba— No entiendo porqué nunca me dijiste que ya salías con ella. Te ayudé todo este tiempo comprando bufandas, llevándote a la plaza a diario a verla, hasta la reté para que te besara y acompañé a María al hospital para que te quedarás con ella y aún así no me contaste nada. Me siento traicionada.
— Ya Anto.
Le dimos vuelta a todo el vecindario y lugares cercanos, pero no la encontramos. Regresamos al departamento, pero ella no estaba.
— Voy a llamar a María, tal vez ella sabe algo. ¿Dónde más podría estar? Me dan ganas de pegarte en la cabeza, tal vez se compone tu cerebro. Tanto que jodiste que la amabas y ves como estás por tu culpa.
— Antonella, ya. Por favor. Pero porque te enojas ahora.
— Por qué tengo un hermano estúpido. Yara es una linda persona y la considero mi amiga y tú le has gritado.
— Lo se, no sirvo para nada. Acompáñame hasta que ella regrese.
— Solo por esta noche. No me encuentro dormir en cama ajena.
YARA CORTÉZ
Estaba todo empapada. Ya era bastante noche. Empecé a caminar al departamento.
Amo a Adrián y él necesita ir a Suiza.
Llegué al edificio.
— Buenas noches, señor conserje, ¿Qué hora es?
— Está toda empapada señorita, espero que no se resfríe. Son las 2 de la madrugada.
— Gracias.
Seguramente él ya no está. Subí al ascensor. Caminé hasta la puerta del departamento. Me detuve y dudé si debería entrar. Al fin y al cabo, ese departamento no era mío.
Abrí. Todo estaba oscuro. Caminé hasta el cuarto, la puerta estaba abierta y en la cama estaba Adrián con una mujer durmiendo. Sé que ese es Adrián, la silla de ruedas está a un lado. ¿Quién es ella?
¿Hago un escándalo o solo salgo sin decir nada? ¿Para qué pisar fuerte cuando estás en tierras movedizas?
Dejé las llaves en la mesita y salí del departamento en silencio.