Llega la segunda parte de Incondicionalmente. Está vez narraremos la historia de Ava, hija de Sam y James Sus hermanos Aiden, Ethan y Evan son parte importante de esta historia en donde el amor, las intrigas y los malos entendidos se harán presentes.
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Capítulo 9
En medio de la pista de baile, iluminados por las luces intermitentes, Ava y Ryan se funden en un beso apasionado.
Ella jamás besó ni la besaron de esta manera. Su corazón late desbocado, pareciera que se va a salir de su pecho. Respira agitada, no quiere terminar con este momento.
Separa unos segundos sus labios de los de él, solo el tiempo suficiente para recuperar el aliento. Ryan la atrae nuevamente y continúa besándola, sus cuerpos exigen más y ambos saben que no es el lugar ni el momento.
Consiguen separarse, Ava se siente acalorada y decide ir al tocador a refrescarse. Él la acompaña y entra al sanitario de hombres.
Ella se observa en el espejo, su rostro tiene un color carmesí intenso, sus labios lucen hinchados por el momento apasionado qué acaba de vivir. Humedece sus mejillas y su respiración vuelve lentamente a la normalidad.
Apoya una mano en su pecho, su corazón aún late acelerado. Jamás había sentido lo que sintió. Ha tenido un par de novios y por supuesto que la han besado, pero jamás así.
Las sensaciones que este hombre despierta en ella son desconocidas. Comienza a preguntarse si es la señal qué estaba buscando. ¿Será Ryan el amor de su vida?
¡Qué tontería! Dice para sí misma. No puede creer que esté confundiendo la lujuria con el amor, porque esto debe de ser sencillamente, deseo.
Por su parte, Ryan también está confundido. Tiene amplia experiencia con las mujeres, ha estado con muchas a lo largo de su vida y con ninguna sintió lo que con ella.
Quiere convencerse de que es simple y llana atracción y que en cuanto tenga sexo con ella perderá el interés.
Por lo tanto, debe apresurarse y dar ese paso. No quiere complicarse la vida y entre más pronto se acabe el encanto, mejor.
No duda de que esta misma noche puede hacerla suya. Ya se dio cuenta de lo vulnerable qué es a sus besos, no será difícil hacerla perder la cordura.
Ambos salen y se encuentran en es estrecho pasillo en donde él no duda para volver a besarla, un beso sutil esta vez.
- ¿Te apetece beber algo, hermosa?- le pregunta amablemente.
- Sí, gracias.
Se dirigen a la mesa en dónde Bruce y Cloe siguen conversando, a pesar del volumen alto de la música. Ambas parejas se mantienen en su burbuja.
Las bebidas llegan y Ava le da un sorbo a la suya, los ojos de Ryan no se desvían ni un momento de los suyos. La tensión qué existe entre ellos es palpable.
- Creo que debería volver al hotel- dice de pronto.
- Yo te llevo, no puedes irte sola.
- No te preocupes, seguro Cloe se va conmigo.
Al mirar a su amiga deduce qué no piensa marcharse pronto, aún así le pregunta.
- ¿Nos vamos, Cloe?
- No, Ava. Quiero quedarme un poco más. No te vayas sola, deja que Ryan te acompañe.
- Ok, nos vemos mañana.
Ava se siente vulnerable, a sus 26 años siempre ha sido dueña de sus emociones y ahora no se siente capaz de controlarlas.
Afuera del club abordan un taxi qué los lleva de vuelta al hotel, van en completo silencio. Ella mira por la ventanilla evadiendo el contacto visual.
Una vez en el hotel se dirigen al ascensor.
- Gracias por acompañarme, puedo llegar segura a mi habitación y tú puedes volver al club.
- No quiero volver al club, ¿en qué piso está tu habitación?
Ava oprime el botón del ascensor, está acción la deja muy cerca de Ryan y él no pierde la oportunidad. En un ágil movimiento la acorrala contra la pared y sin pensarlo dos veces captura su boca con urgencia embriagadora.
En un intento de rechazo, ella coloca ambas manos en su pecho tratando de poner distancia, más sus esfuerzos son en vano.
Su boca se ve invadida por la lengua de Ryan qué explora sensualmente cada rincón. Desbordada por las sensaciones que inundan su cuerpo no es capaz de hacer nada más que disfrutar de ese beso.
Le corresponde con la misma intensidad, su cuerpo reacciona instintivamente acercándose al cuerpo masculino.
Él recorre el cuerpo femenino con ambas manos, comenzando por su espalda y bajando lentamente hasta su trasero. Un gemido se escapa de la boca de Ava y esto lo alienta a continuar.
El timbre del ascensor anunciando qué han llegado los distrae por unos segundos. Ryan oprime el número del piso de su habitación y continúa besándola.
Ambos están perdiendo por completo el poco control qué les quedaba. Ella sube una de sus piernas hasta la cadera de él y siente el poder de su excitación en su vientre.
Su cuerpo entero se estremece pidiendo más, se atreve a acariciar el pecho musculoso de este hombre que muerde su cuello con audacia.
Nuevamente, las puertas se abren, la toma en brazos y así la lleva hasta su habitación.
Con una habilidad extraordinaria la despoja de la delgada blusa que la cubre y desliza el short por sus piernas, la observa detenidamente. Su mirada refleja la pasión que ha despertado en él.
La ropa de él también sale volando, solo lo cubre el bóxer negro que no disimula la excitación qué está experimentando.
Ava disfruta de lo que ve y no puede ni quiero ocultarlo, la manera en como lo mira lo alienta a lanzarse sobre ella como león a su presa.