Nelly es una elfa a quien el destino le ha jugado una mala pasada, siendo engañada por su hermana, ella se ve envuelta en una situación tensa. ah pasado la noche en la habitación de un hombre al que no conoce. Al perder su honor es exiliada de su familia. Cuatro años después regresa por trabajo acompañada de un pequeño niño, y siendo acosada por un hombre que solo quiere pagar una deuda, por petición de su abuela... Ellos no sabían que sus destinos ya habían sido marcados por el lazo de un Después.
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Te llevaré a ella
El aire se sentía denso, la camarera llegó pidiendo mi orden y le pedí un vaso de coñac, necesita pasar su historia con algo fuerte.
—Como te decía Skailer, hice lo que pude. Me siento mal por todo esto, de verdad—
—Sin embargo— continué, mi mirada clavada en la suya, y sentí cómo la tensión en la mesa se intensificaba. —Me parece curioso—
Elena ladeó la cabeza, expectante.
—¿Curioso? ¿Por qué?—
—Porque, según la información que tengo, Selene no estaba en apuros económicos—
Elena seguía tratando de recomponerse, su mirada esquiva, buscando una salida, una nueva mentira que pudiera desviar mi atención.
Pero yo ya tenía la información que necesitaba.
—Elena, no te molestes, pero… he estado haciendo mis propias averiguaciones— continúe —He hablado con algunas personas—
Ella frunció el ceño, una señal de que no entendía a dónde quería llegar.
—¿Qué averiguaciones?— preguntó, su voz teñida de cautela.
—Sí, por ejemplo, hablé con el personal del hotel donde sucedio todo aquella noche. Ellos me contaron algo… interesante. Dijeron que Selene era una mujer de modales, educada, de familia con dinero. Y que ese día… estaba buscando a una amiga en apuros—
Hice una pausa, dejando que mis palabras calaran hondo. La miré fijamente, buscando esa reacción que sabía que iba a llegar.
—Y eso, Elena… eso no cuadra mucho con lo que tú me estás contando— continué, mi voz bajando a un tono más reflexivo. —Tú me hablas de deudas, de problemas, de una desaparición que suena a huida. Pero lo que me dijeron en el hotel suena a otra persona completamente distinta. Como si estuvieras describiendo a dos Selenes diferentes. ¿Me entiendes?—
La expresión de Elena cambió sutilmente. Sus ojos se abrieron un poco más, y por un instante, vi una mezcla de sorpresa y confusión en su rostro. No era el pánico que esperaba, sino algo más parecido a la perplejidad, como si la hubieran pillado en una jugada que no esperaba.
—No… no entiendo a qué te refieres— logró decir, su voz sonando un poco más forzada ahora.
—Me refiero a que, si Selene era tan educada y buscaba a una amiga en apuros, ¿cómo es que se metió en tantos líos de deudas? ¿Por qué habría desaparecido así? A menos que…— Hice otra pausa, dejando que la duda flotara en el aire. —A menos que su desaparición no fuera por debilidad, sino por… una estrategia. Una forma de protegerse a sí misma. O tal vez… una forma de poner a prueba a quienes la rodeaban—
Elena me miraba fijamente, su rostro ahora pálido. No era el miedo a ser descubierta por una mentira específica, sino el desconcierto de que yo, sin saberlo, estuviera tocando una fibra sensible de la verdad que ella intentaba ocultar.
Mi comentario sobre la "dualidad" y la "estrategia" la había tomado por sorpresa, porque resonaba con la realidad de quien ella era en realidad y su propia situación.
Ella, que se hacía pasar por Selene, estaba viviendo esa dualidad, y mi comentario sobre poner a prueba a los demás la hacía sentir expuesta, como si yo hubiera adivinado su juego sin siquiera saber las reglas completas.
—Tú… tú no sabes nada— logró decir, con su voz apenas un susurro, pero esta vez, la duda en sus ojos era palpable.
No era la duda de si la creía, sino la duda de cómo yo podía estar tan cerca de la verdad sin saberla.
—¿Y entonces?— pregunté tomando un sorbo de mi coñac sin dejar de mirarla.
La mujer no era fea, pero tenía una belleza rara.
La tensión seguía ahí, pero ahora estaba mezclada con una chispa de pánico.
Sabía que no podía seguir mintiendo, que yo estaba a punto de descubrirlo todo.
POV ELENA
Escuché las palabras de Skailer, la firmeza en su voz, la forma en que desgranaba las inconsistencias de mi relato.
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Estaba más cerca de la verdad de lo que podía permitir.
Si él descubría quién era yo realmente, si conectaba los puntos… todo se desmoronaría.
Mi tapadera, mi seguridad, todo lo que había construido para sobrevivir… se iría al carajo.
*“No, no, no… tiene que haber una manera de salir de esto. No puedo dejar que me descubra. No ahora. No así.”*
Mis manos empezaron a temblar ligeramente. Miré a Skailer, intentando mantener la calma, pero por dentro, mi corazón latía como un tambor desbocado.
Necesitaba ganar tiempo, necesitaba redirigir esto, darle una salida que me permitiera controlar la narrativa.
Tenía que ser convincente, tenía que parecer… cooperativa, pero no delatora.
Él me miraba fijamente, su mirada penetrante. Sentía que podía ver a través de mí, y ese pensamiento me heló la sangre. *¿Qué sabe? ¿Qué ha averiguado realmente?*
—Si… si crees que no estoy diciendo la verdad… si crees que hay algo más…— continué, mi voz quebrándose un poco, buscando sonar vulnerable, no culpable. Era mi única baza.
Si me veía desesperada, quizás creería que estaba intentando ayudarlo, no ocultarle la verdad.
*“Vamos, Elena. Piensa. ¿Qué puedes ofrecerle que lo desvíe de la verdad? ¿Qué puede hacer que olvide por un momento quién soy realmente?”*
La idea surgió como un relámpago, una jugada desesperada, un último recurso. Era arriesgado, muy arriesgado, pero no tenía otra opción.
—Yo… yo puedo ayudarte— murmuré, intentando que mi voz sonara sincera, casi suplicante. —No es que esté mintiendo, es que… es complicado. Pero…—
Me detuve, sopesando cada palabra. Tenía que ser creíble.
—Tengo una idea de dónde podría estar Selene. Un indicio. Si me dejas… si me dejas llevarte a hablar con ella, o al menos a un lugar donde podamos encontrarla, quizás… quizás así puedas entenderlo todo—
*“Por favor, que caiga en esto. Que piense que estoy dispuesta a ayudarle a encontrarla. Que no soy yo la que está en peligro, sino ella. Que mi única intención es que se aclare todo.”*
Vi la sorpresa en sus ojos, y la duda.
Era bueno.
Estaba funcionando.
—¿Tienes un indicio?—
*Sí, Skailer, tengo un indicio. El indicio soy yo misma, mi propia existencia aquí, ahora.*
—¿Puedes llevarme a hablar con ella?— continuó.
*“Sí, sí puedo. De hecho, ya estás hablando con ella, en cierto modo. Pero no puedes saber eso. No todavía.”*
Asentí, con mi corazón latiendo con fuerza.
—Sí. Creo que sí. Es un lugar… un poco complicado, pero creo que ahí podría estar. Por favor, Skailer. Dame una oportunidad de explicarte todo—
*“Solo necesito un poco más de tiempo. Un poco más de control. Si puedo llevarlo a donde yo decida, puedo controlar la situación. Puedo manejarlo.”*
Él me miró fijamente, sopesando mis palabras. Sentí la presión de su mirada, como si estuviera escaneándome, buscando una falla.
—De acuerdo, Elena— dijo finalmente. —Me parece bien. Tú me guías, y yo me aseguro de que ambos salgamos de esto. ¿Trato hecho?—
*“¡Sí! ¡Trato hecho! ¡Salvamos la partida por ahora!”*
Asentí con más firmeza, intentando proyectar una confianza que apenas sentía.
—Trato hecho, Skailer. Te prometo que te llevaré a ella—
*“Y espero que cuando lleguemos allí, tenga un plan mucho mejor que este.”*
Él sonrió, una sonrisa confiada que me dio un escalofrío.
—Perfecto—
Al menos este ya cayó.
Pienso mientras me llevo un sorbo de vino a mi boca.
Me aseguraré de que nunca la encuentre...
porque si no es como yo lo pienso o me lo imagino y de verdad Skailer cayo en la trampa y le dio la casa y la tarjeta confiando en que Elena hará lo que el dice sería idiota y un ingenuo
y esa será la prueba que ellas necesitan para su mentira
pd: espero que no la encuentren
ya que cuando estuvo con Nancy el sintió muchas cosas y que se de cuenta que eso es una trampa