¿Puede una mujer ser adicta al se*o?
¿Qué es la ninfonania? ¿Tiene cura esa enfermedad?
¿Qué problemas futuros acarrea una viol*ción?
¿Puede un hombre ser el veneno y antídoto de una mujer?
William no supo que le pasó, conecto la mirada con la pequeña mujer y quedó hipnotizado, ella supo como provocarlo, la manera como se balanceó y levantó las piernas mostrando la pequeña tela que cubría lo que él deseaba ver lo puso nervioso y hasta excitado, por un momento se le antojó bajarla del escenario, llevársela y castigarla por alterar el orden de su mie*bro.
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¿SOY EL CAUSANTE?
El hombre se dirigió a la cocina, la mujer nuevamente estaba descalza, al parecer tenía esa costumbre, ella calentó una carne en salsa, saco del refrigerador una ensalada de vegetales verdes y en otro recipiente tenía un puré de papas, la bella mujer le sirvió en la barra al castaño el alimento y sacó dos cervezas.
Al grandote le pareció exquisita la cena, y mientras comía ella jugaba con su cabello, haciendo los gestos que le encantaban como si fuera una chiquilla, decidió romper el silencio: "¿Cómo te sientes?"
La pelirroja lo miró y sonrió "Bien, y ahora que estás aquí, mucho mejor"
"Te pido disculpas por malinterpretar, no sabía que él era..." William fue interrumpido.
Luisa continuo lo que iba a decir "Gay"
"Quiero mucho a ese hombre Will, él ha estado para mí en estos casi tres años apoyándome como nadie" Se sinceró la pelirroja.
"Si, ya noté que te aprecia mucho, pensé que era tu pareja, a simple vista no tiene nada afeminado" Dijo William
"Dímelo a mí, cuando lo vi por primera vez pensé en seducirlo para obtener el empleo (Soltó una carcajada la pelirroja) Pero cuando escuché su voz dije 'Que mala suerte' él me miró después de hacerme varias preguntas y dijo: "Eres bellísima, si me gustaran las mujeres fueras mía fueguito.
De ahí salió mi apodo, no tengo pareja, no tengo amigas, lo más cercano a eso, es él y ahora tú" Dijo la pelirroja sin dejar de mirarlo.
William reía a todo lo que la bella joven decía y preguntó "¿Por qué no tienes amigas?"
La mujer parloteó los ojos "Hago el efecto contrario en ellas (Rió la bella niña) Mientras que la mayoría de los hombres se vuelven locos por mí, las mujeres me odian, ven en mí una amenaza, entonces cuando veo a una chica saco lo peor de mí, para alejarlas y así no tener que ver como me van odiando en el camino"
"Sus novios se enamoran de mí y los que no se enamoran, entonces mi rostro, mis gestos, mis ojos y mi cuerpo les parecen únicos y ahí empieza el problema, ninguna mujer desea que su pareja le parezca más linda otra chica" Suspiró la pelirroja.
"¿Qué enfermedad tienes?" El hombre iba a ir directo sin rodeos.
Luisa se inmutó ¿Cómo lo sabe? Acaso ¿Maiky? Pensó la mujer.
"La desconozco, solo que a Mike se le salió que tenías una enfermedad, si no quieres hablar de eso entenderé" Dijo el empresario.
"Tengo deseo sexual excesivo, soy ninfómana, el tener sexo para mí no es una opción, se convirtió en obligación. Sufro normalmente de ansiedad cuando algo me recuerda a mi mamá, mi cumpleaños... Y si me preguntas sobre mi pasado te puedo decir que no lo recordaba, pero el viernes que te llamé y regresé a casa muchos episodios se reprodujeron en mi mente y me puse muy mal, ya sabes el resto" Bajó la cabeza la pelirroja.
"Lo que experimente estos días nunca lo había vivido, yo no lloraba, no me enojaba y no podía pasar encerrada en un lugar por tanto tiempo, amo la libertad"
"Yo no persigo hombres Will, ellos vienen a mí sin buscarlos y que tú no me quieras para tener sexo es extraño" La pelirroja miraba al castaño sin pestañear.
"Te ayudaré, tengo una amiga psicóloga que te puede..." William fue interrumpido.
La pelirroja se levantó y negó con la cabeza "No quiero médicos y mujeres menos, no entiendes que las ellas me odian"
"No te obligaré a nada, pero si sigo en tu vida, te hablaré de ella" Dijo William
"¿Por qué te irías, si te importo?" Preguntó la pelirroja con unos ojos tristes.
"No quiero que malinterpretes las cosas, tengo deseos de ayudarte en todo lo que pueda, pero no estoy interesado en una relación" Dijo William
"¿Por qué? Sé que te gusto" Otra vez iba a llorar Luisa y esa sensación de sentirse vulnerable la atormentaba.
"Me gusta conocer a mis parejas Luisa, hasta cuando tengo sexo casual sé con quién me acuesto, no me gusta estar con desconocidas y tú y yo apenas nos estamos conociendo" Se sinceró el castaño.
"¿Entonces?" Brotó una lágrima de los lindos ojos de Fuego.
"Entonces somos amigos, si no estás de acuerdo lo entenderé y me alejaré..." William no había terminado de hablar cuando la pequeña saltó a sus brazos.
"Está bien, está bien, seamos amigos" El corazón de la pelirroja quiso salir corriendo por su boca, cuando el hombre le insinuó que se alejaría, tuvo una sensación de pérdida como si volviera a morir su madre.
William la abrazó muy fuerte, le pareció tierna y se sintió identificado cuando escuchó algo de su historia, es huérfana como él, la diferencia es que él tuvo personas que lo ayudaron a salir adelante, pero ella ha recogido todo lo malo lo ha metido en un baúl y ha tirado la llave en el océano donde nadie puede encontrarla.
El empresario quería ir poco a poco, sabía que su pasado escondía algo más turbio, aún faltaban cosas por decir que él sabía por investigarla, como lo de la violación de los tres hombres, pero no pretendía sacar verdades en un día.
Él podría perfectamente romper su regla de tener sexo solo con conocidas y llevársela a la cama, pero corría el riego que a la niña se le pasara el encanto como ha ocurrido anteriormente con otros hombres ¿Cómo podría ayudarla después?
"Me puedes decir cada día algo y así no sufres si me dices todo de una" Dijo el castaño y la bella niña asintió.
"Cocinas exquisito, gracias" Besó la frente de la mujer y ella sonrió.
"Puedo preparar comida cuando gustes" Se alejó para lavar la vajilla.
"Mañana ¿Irás a clases?" Preguntó el guapo hombre.
"¿Te lo dijo Maiky?" Preguntó la pelirroja y el castaño asintió.
"Si, también regresaré al bar" Dijo la pelirroja creyendo que el empresario no iba a estar de acuerdo.
"Está bien ¿A qué hora te vas? Puedo pasar por ti" El hombre la observó para ver su reacción.
"¿En serio? Eso sería genial, ahora si, que me odien con gusto esas riquillas" Soltó una carcajada la pelirroja y William se contagió de su hermosa sonrisa.
"También podría recogerte en el club" Él sabía que la chica salía en busca de sexo casual después de abandonar su empleo, no quería obligarla a nada, pero nada perdía si intentaba persuadirla.
"Está bien, pero no es tu obligación, si tienes cosas que hacer Maiky puede traerme" Dijo la pelirroja riendo.
Pasaron dos meses, al empresario se le había vuelto costumbre, llevar a Luisa a la universidad e irla a buscar al club, las veces que no pudo ir por ella al club, le pedío a Mike que lo hiciera, pero el castaño se enteró de que en ocasiones visitó bares y tuvo sexo con distintos tipos, por qué convencía a Mike que la dejara bailar y se escapaba con cualquiera.
Entonces el empresario tenía aproximadamente un mes yendo a buscarla sin falta, después la llevaba a comer por fuera o la chica lo invitaba a cenar a su apartamento.
La pareja se había vuelto inseparable y cada día Luisa, decía algo diferente el que desconocía y él hacía lo mismo.
Rivas le había entregado toda la investigación de la mujer, pero él no se atrevía a revisarla esperando que día a día ella le dijera algo nuevo.
Cuando William estaba pendiente de la chica, Fuego se sentía tranquila, pero cuando el castaño estaba topado de trabajo y hablaba poco con ella, la mujer entraba en un cuadro de ansiedad por sexo, pero le daba vergüenza decirle al rubio.
La mujer estuvo tentada a buscar compañía después de salir de clases, pero temía que William se enterara y se alejara, entonces decidió hablar con él.
El empresario había ido a buscarla al club y la trajo de vuelta a casa, Luisa decidió preparar la cena.
William se encontraba en el sofá con un portátil, la Laptop y su celular en mano, a veces no descansaba.
Luisa pensó en la revista que compró anteriormente, recordó lo que leyó, era cierto, un adicto a trabajo. "Me encantaría ser uno de esos aparatos en sus manos, tocando mis partes más sensibles y..."
Los pensamientos de la hermosa dama fueron interrumpidos por la presencia del hombre que la había estado observando hacía unos minutos atrás, la vio apoyada en la mesa de cocina con los ojos cerrados y respiración agitada, creyó que era un episodio, pero luego vio que se mordió el labio y entendió lo que ocurría.
"¿Soy el causante?" Dijo William riendo y la mujer se espantó, su corazón salió por la boca y fue a dar un paseo por el vecindario, le dieron tres paros respiratorios y después de un tiempo su lindo corazón regresó.
La linda niña cuando volteó a ver al empresario tenía los ojos más verdes de lo normal parecía una gatita en celo, clavó su mirada en William y gritó: "¡Aaaaaahhhhhh! Me asustaste Will, puedes hacer ruido desde antes para saber que estás cerca" La pelirroja se dijo titubeante y fue a buscar los platos para servir la cena, su entrepierna estaba húmeda y el guapo empresario había espantado su orgasmo.
William estuvo tentado a acercarse, cada vez era más difícil contenerse, trataba de tener siempre trabajo a la mano para no distraerse con ella, pero eso había estado perjudicando a la chica, entre menos atención tenía del castaño, su ansiedad aumentaba.
Después de cenar la mujer lo miró y William reía "Tenemos que hablar, deja de burlarte, porque te juro que la próxima vez hago la cena desnuda"
William ignoró lo que escuchó era por su bien "No me has dicho algo nuevo hoy"
La pelirroja lo miró con ojos entrecerrados, la había ignorado y comprendió cuando vio sus ojitos, ya no eran miel, la mujer rió a carcajadas y en medio de risas dijo "Mi apellido no es Lane"