El Amor Verdadero

_¿Po rque no viniste por mi ayer mami?_ pregunto el niño soplando levante el cuello de su mamá.

_Porque ayer mami tubo muchos clientes en la peluquería y tenía que quedarse a atenderlos a todos_ respondió la joven bajando a su hijo al piso para luego acariciarle levemente la mejilla y depositar un tierno beso en ella.

_Si así me dijo Emma mami, te extrañé demasiado_ volvió a decir el niño abrazando nuevamente a su mamá.

_Yo también mi amor te extrañé demasiado_ respondió la joven volviendo a abrazar a su hijo, parecía que nunca tenía suficiente de él.

_Pero hoy vine para pasar todo el día contigo mi amor, a ver dime ¿ya desayunaste?, corazón_ pregunto la joven tomando la mano de su pequeño.

_De verdad mami, hoy me vas a llevar con tigo_ pregunto el niño emocionado en verdad extrañaba demasiado a su mami.

_Si mi amor, hoy solamente seremos tú y yo juntos_ le respondió la joven sonriéndole.

_Todavia no desayune mami, me vas a llevar para comer la empanada de don Chelo mami_ pregunto el niño dando saltos por toda la habitación.

_Si corazón iremos a desayunar en Don Chelo, luego iremos a jugar en la plazita después iremos a tomar helado y por último nos iremos a visitar a Emma y Juan_ hablo la joven con. Una hermosa sonrisa, lo cual sin dudas lo contagiaba su hijo que feliz estaba preparando su mochila para irse con mamá.

Después de que revisaran al niño y se asegurarán de que estaba en condiciones para salir ambos se dirigieron hacia el comedor de Don Chelo en donde preparaban unas deliciosas empanadas.

Cuando llegaron al local, justo al medio del local se encontraba un señor de avanzada edad ya, que estaba sentado en un sillón de cables, con su tereré en mano. Controlando si todo estaba en orden en su pequeño local de ventas.

_Hola Don Chelo, mi mami y yo queremos comer empanadas con pancitos_ hablo rápidamente el niño adelantándose a su madre.

_Hola pequeño Lucas, que gusto tenerte por acá, claro que si ya enseguida te la traemos campeon_ le respondió el anciano mirando con ternura a la criatura de apenas 7 años que se encontraba parado frente a él de la mano de su joven mamá.

_Lucy, ven acá hablo el señor gritando un poco para que la chica que trabaja en el local lo escuchara.

_ Si dígame Don Chelo respondió la joven acercándose en donde se encontraba el pequeño con su mamá y el señor_ Hola pequeño Lucas que bueno tenerte por acá, me imagino que vienes por tu empanada con pancitos verdad_ pregunto la joven con una sonrisa, pues ya conocían al niño y ya sabía a la perfección que era lo que siempre pedía.

_ Sip_ fue lo único que respondió el niño para luego dirigirse hacia una mesa vacía que había.

Después de terminar de desayunar madre e hijo se dirigieron a la pequeña plazita que había en el pueblo, si bien era pequeña estaba lleno de juegos para que los niños puedan divertirse sin problemas.

Primero se subieron en tobogán y luego a un pequeño caballito de madera que se movía de atrás para adelante.

Y así se la pasaron durante toda la mañana jugando y divirtiéndose juntos los dos, en donde para ellos no existía nadie más solamente ellos dos.

Muchas personas que pasaban por la plaza o que se encontraban hay pensaban, como pudo Dios hacerle así a ese pequeño, que era encantador en todo los sentidos.

Todos en el pueblo conocían la historia de ellos y más de uno decía que ninguno de los dos merecían pasar por las pruebas que les ha puesto la vida.

Ella que siempre fue una buenísima mamá una excelente trabajadora, era también una maravillosa nieta, en el pueblo la querían mucho, ya que la conocían bastantes por trabajar en la peluquería.

Después de divertirse lo suficiente compraron el helado para luego ir a sentarse en las hamacas que había en la plaza.

Los dos compartían sus helados el le invitaba a su mami y ella hacia lo mismo con el, entre risas se la pasaron todo el día juntos.

_Mami estoy cansado podemos regresar ya_ hablo el niño levantándose de su hamaca.

_Esta bien mi amor, iremos en la casa de Emma, para que descanses un poco y luego te llevaré otra vez en la clínica_ Hablo la mamá dejando un beso en la cabeza de su hijo.

_Y ¿podre ver a Lula? mami_ pregunto el niño emocionado también tenía muchas ganas de ver su gatita.

_ Si lo verás mi amor, pero sabes que no puedes acercarte mucho a ella, por lo que solo vas a verla desde lejistos_ dijo la mamá tomando la mano de su hijo para dirigirse luego a su auto que dejó estacionada en la orilla de la calle.

Si bien no era de un modelo moderno al menos la servía para deslizarse en el más rápido.

_Esta bien mami, yo quiero verla nomas luego, respondió el niño cariñosamente.

Cuando llegaron a casa de Emma y de Juan encontraron a los dos sentados en el jardín debajo de un árbol tomando tereré.

_Holaaa, llegamos_ hablo la joven acercándose hacia los señores.

El niño al ver a esas personas corrió para fundirse en el brazo de ambas, pues los quería muchísimo ellos eran sus abuelos.

_Hola cariño, que bueno que ya llegaron, mi comida ya está, no sé si Lucas va a comer_ pregunto la señora tomando su tereré.

_MIRA MAMI LULA_ grito emocionado el niño al ver a su gatita tomando sol en el patio.

_ si mi amor, pero recuerda lo que te dije, no vas a poder acercarte a ella_ hablo la joven.