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La Flor Del Jardín

La Flor Del Jardín

Status: Terminada
Genre:Completas / Diferencia de edad
Popularitas:10.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Araceli Settecase

En la majestuosa mansión de los Alvarado, conocida por sus impresionantes jardines llenos de flores exóticas y senderos serpenteantes, crece un amor tan hermoso como las plantas que la rodean. Marina, la hija del jardinero, ha pasado toda su vida entre las flores, aprendiendo los secretos de la jardinería junto a su padre. Sin embargo, su corazón late por algo más que el aroma de las rosas: Martín Alvarado, el joven y apuesto dueño de la mansión.A pesar de la diferencia de edades y de clases sociales, Marina no puede evitar soñar con Martín. Cada encuentro fugaz, cada sonrisa compartida, alimenta sus esperanzas y su amor secreto. Martín, por su parte, está inmerso en los negocios familiares, pero poco a poco comienza a notar la presencia de Marina y a valorar la frescura y alegría que ella trae a su vida.

NovelToon tiene autorización de Araceli Settecase para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 2: Las Travesuras Inesperadas

Era una mañana soleada, perfecta para trabajar en el jardín. Marina estaba cuidando sus amadas rosas cuando vio algo que le hizo detenerse: una manguera tirada a un lado, todavía goteando agua. Era extraño, porque siempre se aseguraba de guardarla correctamente. Al acercarse, notó una ardilla jugueteando cerca, probablemente responsable del desorden. Sonrió ante la escena, pero no se dio cuenta de que Martín, distraído y hablando por teléfono, se dirigía directamente hacia la manguera.

"¡Martín, cuidado!" gritó Marina, pero fue demasiado tarde. Martín tropezó con la manguera y cayó al suelo con un sonoro golpe.

Marina corrió hacia él, tratando de contener la risa. "¿Estás bien, Martín?"

Él se levantó, claramente avergonzado y con el traje arrugado. "Sí, sí, estoy bien. ¿Qué hace esta manguera aquí tirada?"

"Lo siento, Martín. No sé cómo terminó así. Estaba trabajando con ella hace un momento", dijo Marina, tratando de mantener la seriedad.

Martín suspiró, mirando su traje empapado. "Esto es genial. Justo lo que necesitaba antes de una reunión importante."

Marina no pudo evitarlo más y soltó una carcajada. "Lo siento, pero realmente es un poco gracioso."

Martín la miró con una mezcla de exasperación y diversión. "Sí, sí, muy gracioso. Ahora, ¿puedes ayudarme a limpiarme un poco antes de que tenga que irme?"

Marina asintió y corrió a buscar una toalla. Al regresar, le ofreció la toalla a Martín, pero en su prisa, tropezó con una roca y cayó sobre él, empapándolos a ambos aún más.

"¡Marina!" exclamó Martín, ahora completamente empapado.

"¡Ay, lo siento tanto!" dijo Marina, tratando de levantarse sin causar más estragos. "Esto es un desastre."

Martín no pudo evitar reírse. "Sí, definitivamente un desastre. Pero al menos es un desastre divertido."

Marina se unió a su risa. "Bueno, siempre puedes contarle a tus colegas sobre tu emocionante mañana en el jardín."

Más tarde ese día, después de que Martín se cambiara y fuera a su reunión, Marina no podía dejar de pensar en el incidente de la mañana. Mientras podaba los rosales, escuchó un sonido familiar: la risa de Martín. Se giró y lo vio hablando con Javier, quien también parecía estar disfrutando de la anécdota.

"¿Y entonces qué pasó?" preguntó Javier, tratando de contener su risa.

"Bueno, después de que me empapara completamente, Marina intentó ayudarme pero terminó cayendo sobre mí. Fue una escena de comedia total," dijo Martín, riendo.

Marina se sonrojó, pero decidió unirse a ellos. "Hola, ¿de qué están hablando?"

"De tu talento para convertir una mañana normal en una comedia," dijo Javier, sonriendo ampliamente.

Marina se encogió de hombros con una sonrisa. "Bueno, alguien tiene que hacerlo, ¿verdad?"

Martín asintió. "Sí, supongo que sí. Pero en serio, gracias por intentar ayudar. Fue... memorable."

Al día siguiente, Marina decidió vengarse de forma amistosa. Sabía que Martín solía tomar su café matutino en la terraza, así que preparó una pequeña broma. Colocó una pequeña trampa con una cuerda que, al jalarla, soltaría una lluvia de pétalos de rosa sobre él. Nada dañino, solo algo para reír.

Martín llegó puntualmente como siempre, se sentó en su silla favorita y tomó un sorbo de su café. Justo cuando Marina tiró de la cuerda, una ráfaga de viento cambió la dirección de los pétalos, cubriéndola a ella en lugar de a Martín.

"¡Oh no!" exclamó Marina, riendo mientras se sacudía los pétalos.

Martín miró la escena con una sonrisa triunfante. "¿Intentabas gastarme una broma, Marina?"

"Tal vez," admitió ella, riendo. "Pero parece que fallé estrepitosamente."

"Bueno, al menos lo intentaste," dijo Martín, sonriendo. "Pero ahora creo que te debo una."

Marina arqueó una ceja, intrigada. "¿Qué tienes en mente, don Martín?"

"Ya lo verás," respondió él con una sonrisa misteriosa.

Unos días después, mientras Marina estaba ocupada reorganizando las macetas en el invernadero, notó que Martín se acercaba con una expresión de diversión en su rostro.

"Marina, ¿puedes venir un momento?" dijo, tratando de ocultar una sonrisa.

Marina, desconfiada pero curiosa, lo siguió. Martín la llevó a un rincón del jardín donde había una fuente. "¿Qué está pasando aquí?" preguntó ella.

Martín se encogió de hombros inocentemente. "Solo quería mostrarte algo interesante."

Antes de que Marina pudiera responder, Martín pulsó un botón oculto y un chorro de agua salió disparado de la fuente, empapándola de pies a cabeza.

"¡Martín!" gritó Marina, sorprendida y riendo al mismo tiempo.

"Venganza," dijo él, riendo. "Justa y merecida."

Marina se sacudió el agua y sonrió. "Está bien, esto significa guerra."

La "guerra" de bromas continuó durante semanas, con Martín y Marina compitiendo para ver quién podía superar al otro. Desde pequeñas trampas con agua hasta esconder herramientas de jardinería, las risas eran constantes en la mansión.

Un día, Marina decidió poner en marcha una broma elaborada. Colocó un altavoz pequeño y oculto en el jardín, conectado a su teléfono. Cuando Martín pasara cerca, planeaba activar una grabación de un gato maullando, sabiendo que él tenía una ligera aversión a los felinos.

Marina se escondió detrás de unos arbustos, esperando el momento perfecto. Martín apareció, caminando con una expresión concentrada mientras revisaba unos papeles. Justo cuando pasó junto al altavoz, Marina activó la grabación.

"¡Miauuuu!" se escuchó claramente.

Martín se detuvo en seco, mirando alrededor confuso. "¿Qué demonios...?"

Marina apenas pudo contener su risa. Martín siguió buscando al supuesto gato, visiblemente incómodo.

"¿Dónde estás, gato?" murmuró, mirando detrás de las plantas.

Marina no pudo aguantar más y salió de su escondite, riendo a carcajadas. "¡Te engañé, Martín!"

Él se giró, con una expresión entre divertido y exasperado. "Muy graciosa, Marina. Pero no voy a olvidar esto."

El ambiente en la mansión de los Alvarado se había vuelto más alegre gracias a las bromas entre Marina y Martín. A pesar de las diferencias en sus vidas y responsabilidades, encontraron en esas travesuras un terreno común, algo que ambos disfrutaban y que los unía de manera inesperada.

Una mañana, Marina se encontraba podando unos arbustos cuando vio a Martín acercarse, con una sonrisa traviesa en el rostro.

"¿Qué estás tramando ahora?" preguntó ella, sospechando una nueva broma.

"Solo vine a decirte que has dejado tu sombrero en la fuente," dijo él inocentemente.

Marina frunció el ceño. "¿Mi sombrero? No recuerdo haberlo dejado ahí."

"Sí, está justo allí," insistió Martín, señalando hacia la fuente.

Desconfiada pero curiosa, Marina se acercó a la fuente. Justo cuando se inclinó para mirar, Martín pulsó otro botón oculto y un suave chorro de agua la alcanzó, empapándola nuevamente.

"¡Martín!" gritó ella, riendo y sacudiéndose el agua. "Eres imposible."

Martín se rió con ella. "No podía resistirme. Pero en serio, me alegra que estés aquí. Las cosas serían muy aburridas sin ti."

Marina sonrió, sintiendo una calidez en su pecho. "Gracias, Martín. También me alegra estar aquí."

A medida que el sol se ponía, el jardín se llenaba de colores dorados y sombras alargadas. Marina y Martín se sentaron en el banco de piedra, observando el atardecer.

"Sabes," dijo Martín, rompiendo el silencio, "estas últimas semanas han sido de las más divertidas que he tenido en mucho tiempo."

Marina asintió. "Lo sé. A veces, las pequeñas cosas, como las bromas y las risas, hacen que todo lo demás sea más llevadero."

Martín la miró con seriedad, aunque sus ojos brillaban con calidez. "Tienes razón, Marina. Gracias por recordármelo."

Mientras el cielo se oscurecía y las primeras estrellas aparecían, ambos se quedaron en silencio, disfrutando de la tranquila compañía mutua. Sabían que, aunque las bromas continuarían, también había algo más profundo que los unía. Algo que iba más allá de las risas y las travesuras, y que hacía que cada día en la mansión fuera un poco más especial.

1
Eugenia Torrejon
Excelente
Mireya Ramírez Arellano
eso es verdad aburrida
Adriana Chable
solo escriba el español y olvide el italiano la verdad la novela es buena pero aburre el leer el italiano
Araceli Settecase
"Gracias por compartir tu opinión. Entiendo que no a todos les puede gustar mi trabajo, y aprecio las críticas constructivas que me pueden ayudar a mejorar. Sin embargo, creo que es importante que las críticas se ofrezcan de manera que fomenten el crecimiento en lugar de desanimar. Escribo porque es algo que me apasiona y disfruto, y estoy siempre dispuesto a aprender y mejorar. Agradecería comentarios específicos que me ayuden a ver en qué puedo trabajar para hacerlo mejor."
Araceli Settecase
Gracias lo voy a tener en cuenta para la próxima vez .
Maria Garrido
horrible esta novela hubiera sido mucho más corta si no escribieras en italiano
Maria Garrido
tanta hablar en italiano y traducir aburre leer esta novela
Eleonor Baker
¿Osea se pudo meter a la escuela, no había prefectos?
Eleonor Baker
Bueno olvidarla, no pero que tal que la hacías como si fuera invisible, bien que te quedó excelente en el pasado, te tembló la autoridad para poner en su lugar a la prometida, ahora no chille ( chille= llorar)
Eleonor Baker
Ay Noooo, que mal que hasta ahorita y mínimo defenderla... Ah pero no lo don imbécil se dejó ningunear, ( osea se dejó manejar )por la arpía de su prometida, mejor piérdete
Eleonor Baker
😳😳 Tuuuu te atreves a decir eso, Pos que no era la intrusión de la Chabela?
Telesita Cast
Bueno
Eleonor Baker
y porqué están el matrimonio Tonton en casa de Alessandro?
Eleonor Baker
Noooo, este es un poco hombre.... Casi me vomito 🤢
Eleonor Baker
no sintiéndose... Es un remedo de hombre,
Eleonor Baker
¡Esoooo carajo! Así habla un hombre
Eleonor Baker
A ver "pocos pantalones" eso es ser injusta, desalmada ... Persuasiva claro que no!
Eleonor Baker: Gracias tu actitud de apertura, motiva a poder aportar.
Araceli Settecase: Más allá de que de que la escribí esta bueno cuando te pueden dar otros puntos de vista /Smile/
total 4 replies
Eleonor Baker
exactooooo
Eleonor Baker
Para mi gusto.. Muy confiada ya con el Sr Alessandro, digo lo acaba de conocer
Eleonor Baker
Ah caray el Alessandro está todo el día en la casa de Martín?? 😳
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