CASUALIDAD O DESTINO II, TODO PASA POR UNA RAZON

En algunas ocasiones, si no resuelves lo que estás pasando, puede volver y tratar de arruinar tu presente, tal es el caso de lo que están viviendo los hijos de Carlos y Liz, ya que por no dar un fin a los asuntos que vivieron en cierta época, ahora sus hijos están enojados, ya que prácticamente, los insultaron por ellos, pero su molestia no es tanto porque los hayan insultado a ellos, sino porque para ellos los insultos hacia sus padres eran imperdonables y les pidieron que por favor les contaran como conocían a estas personas y porque les

decían cosas tan despectivas.

Carlos y Liz se quedaron sorprendidos al saber, que los padres de las novias de sus hijos eran estas personas tan tóxicas de sus pasados, y aún insistieran en esas actitudes, tan tóxicas, pero esta vez no solo querían sabotearlos a ellos, sino a sus hijos.

Carlos:

Hijos míos Jr., Aldebaran, Carolina, les diré que el destino tiene sus maneras de hacer las cosas y todo pasa por alguna razón, lo que les vamos a contar su madre y yo, nos pasó hace muchos años, antes de que su madre y yo nos conociéramos.

Carolina:

Huy, eso sí, es mucho tiempo.

Aldebaran:

Te entendemos papá, pero creo que, ya que esta vez nos afecta a mi hermano y a mí nos merecemos la verdad.

Carlos

Jr.: Lo entendemos papá, pero por favor ya no nos des más largas y ¡Cuéntanos!

Liz:

No grites Carlos, si tu padre les dice eso es para que tengan un poco la mente abierta y el corazón preparado.

Aldebaran:

Si mamá pero ya cuéntenos

Liz:

Dignos hijos de su padre, siempre tienen prisa

Carlos,

Carlos Jr. y Aldebaran: ¡oyeee!

Carlos:

Eso no es cierto

Liz:

Claro que sí, pero de acuerdo, amor permíteme contarles primero mi situación

Carlos:

De acuerdo amor

Carlos y Liz reúnen a su familia en la sala de la casa y empiezan a contar como es que conocen a las familias de sus novias.

Liz:

Hijos míos. Escúchenme, Martín, fue un antiguo novio mío, él se fue a trabajar y me dejo la promesa que regresaría por mí y haríamos una vida juntos, en cuanto él juntara el suficiente dinero, como si fuera una adolescente enamorada, lo acepte, lo espere y espere, al principio se comunicaba conmigo, pero de repente, dejo de responder mis mensajes, hasta que un buen día, se comunicó conmigo, pero es solo un decir, ya que solo me mandó un mensaje diciendo y cito “haz tu vida, ya que yo ya hice la mía, tengo esposa”, eso la

verdad me dolió porque no se me hacía justo, que solo me dejara con un simple mensaje, me molesto, no por el hecho que me dejara, sino que me hizo esperarlo, y con un simple mensaje de que él ya había hecho su vida, se lo dije, cuando leyó el mensaje me dio que yo no significaba  nada, que él jamás, me prometió nada que solo estaba ardida; de alguna manera se enteró de que en verdad había continuado con mi vida, dijo que era una

cualquiera, ya que no lo había esperado y que seguramente yo lo había engañado.

Carlos:

En cuanto a mi Victoria, es parte de un pasado que creía, no solo olvidado, sino sepultado, la conocí hace años, salimos por un par de años, teníamos planes de casarnos, pero su familia siempre nos estorbó, más su padre y su hermano, ya que prácticamente era la sirvienta de su casa, ella hacia todo el quehacer, sé tenía que levantar temprano, mientras su hermano dormía, ya que era el niño dorado de sus padres, cuando vieron que yo le podía ofrecer una vida mejor lejos de ellos, obstruyeron todo lo posible su relación, su papá con un chantaje emocional diciéndole que si se iba, para él estaba muerta y jamás la reconocería como su hija y su hermano sabía que si se iba, no tendría a quien molestar y los quehaceres de la casa recaerían  en él, ya que su mamá estaba enferma y cada vez podía hacer menos labores y sin Victoria tendría que hacerlo él, además que perdería a la persona que molestaba sin cesar.

Su odio hacia mí, lo justifico, por una confusión en una broma que iba dirigida hacia su tío Zozuke, ya que en aquel tiempo, se había estrenado la película de píxeles y al ver el nombre de Zozuke, y al querer marcarle confundí los números y la voz le dije ¡Hermano te vas a morir!, a lo que contesto perdón, al ver la confusión ofrecí disculpas y colgué, esto lo tomo como pretexto para odiarme, y en la primera oportunidad, a las faldas de su madre, me reclamo y dijo que no había aceptado las disculpas, ya que lo amenace, me moleste y le dije que si quería otro tipo de compensación, estaba dispuesto, me quite la chamarra se la di a Victoria y solo esperaba el primer golpe para defenderme porque como artista marcial no debo dar el primer golpe, no llegamos a nada debido a que Victoria se puso en medio de nosotros y llorando evito la pelea, no porque se preocupara

por mí, si no porque sabía que si nos enfrentábamos su hermano terminaría en el hospital y decidió defenderlo.

En fin lograron su objetivo, me aburrieron, rompí el compromiso y les dije a Luis y su mamá lo que pensaba de ellos, a lo que él me retó una vez más y le dije que siempre lo hacía a las faldas de su madre o por teléfono, me contesto que me esperaba cuando quisiera y sabiendo lo cobarde que es le dije que si tan hombre

se creía, le preguntará a su hermana donde vivía, que lo esperaba cuando quisiera; y como verán siempre me quede esperándolo; y es por eso que ahora ve la oportunidad de desquitarse contigo Aldebaran.

Carlos Jr.:

Habladores, esos tipos solo son unos habladores y cobardes como se atreve a decirle eso a mi mamá y el otro tipejo como se atreven, insultarlos, llamar cualquiera a mi mamá y cobarde a mi padre me las pagarán.

Aldebaran:

Espera hermano, tus amas a su hija y no se vería bien que golpearas a tu suegro, ni yo al mío; pero tú y yo no tenemos nada que ver con el otro,  cambiemos y no les dejemos un solo hueso sano a ese par de ancianos.

Carolina:

Háganlo, hermanos, no les tengan piedad

Liz:

Alto ahí ustedes dos, su papá y yo no los mandamos a entrenar para que anduvieran de peleoneros, esto lo arreglaremos su padre y yo.

Jr. y Aldebaran: Pero mamá ellos los insultaron, nos puedes pedir que lo dejemos

Carlos:

Ya oyeron a su madre, esto lo arreglamos ella y yo; Carolina, deja de alentar a tus hermanos