Permíteme Curar Tu Desamor

A medida que Porfirio se acercaba a la puerta de entrada de su casa, Maryory contaba mentalmente para calmarse porque se daba cuenta de que esos viejos sentimientos los cuales creyó haber superado seguían allí y cuando pasó a su lado percibió el olor de su colonia tan varonil, así que se mordió su labio y puso una mano en su pecho porque su corazón estaba acelerado, y aunque ya no era una adolescente, no obstante, se comportaba como una

-Este lugar no ha cambiado nada, y está justo como lo recordaba – Dijo Porfirio con una sonrisa

Porfirio siempre fue un destacado deportista, el problema es que era un pésimo estudiante debido a que era difícil compaginar tantas horas de entrenamiento con su rendimiento académico, por eso Maryory tuvo que convertirse en su tutora en las materias de cálculo para que no perdiera su beca

-A mi mamá le gusta mantenerlo así porque le recuerda mucho a mi papá – Dijo Maryory con nostalgia

Porfirio observaba todo a su alrededor y notaba la calidez que había en el lugar, y recordaba que cuando venía a casa de Maryory para estudiar siempre sintió un poco de envidia porque a pesar de que ella era una alumna destacada, sus padres no la trataban como un medio para dejar de ser pobres

-Quiero disculparme por no haber llamado cuando tu padre falleció – Dijo Porfirio un poco avergonzado

El padre de Maryory murió poco después de que ella se graduara en la facultad de periodismo, justo cuando faltaba una semana para su boda con Ronald

-No tenías por qué hacerlo Porfirio porque después de todo no éramos muy cercanos – Respondió Maryory

Porfirio asintió en señal de aceptación a sus palabras y lamentaba mucho haberse alejado de las personas que lo ayudaron en el pasado, por desgracia Maryory se encontraba en ese grupo, aunque fue gracias a sus enseñanzas que pudo culminar su secundaria y ser reclutado por la selección nacional de futbol

-Ya veo que no has perdido tu agudeza a la hora de hablar – Dijo Porfirio

-Siempre diva nunca hundida – Respondió Maryory con orgullo

Porfirio soltó una carcajada porque ella siempre se comportó de esa manera y esa era la razón por la cual se ganó la antipatía de muchas personas en la secundaria y entre ellas se encontraba Dalia, su exesposa

-Maryory no te lo tomes como personal porque ser un futbolista profesional demanda mucho tiempo – Murmuró Porfirio un poco avergonzado

Maryory intentaba mantenerse calmada porque esta era la primera vez que ella y Porfirio se encontraban en 15 años, y recordaba que la última vez fue durante su ceremonia de graduación de secundaria y verlo parado en la cocina de la casa de su madre era mucho para ella

-Realmente no lo hago Porfirio – Respondió Maryory

Porfirio puso una expresión de desconcierto porque siempre sintió que Maryory ponía una barrera entre ellos y nunca comprendió su actitud porque intentaba ser su amigo, sin embargo, ella siempre se mantenía distante como si no deseaba tener ningún tipo de relación con él.

-¿Te gustaría un café? – Preguntó Maryory para cambiar la conversación

Porfirio observó la hora y se dio cuenta de que no era un buen momento para tomar café porque había estado bajo mucho estrés durante los últimos meses y tenía problemas de insomnio

-En realidad preferiría otra cosa – Admitió Porfirio

Maryory se sintió como una tonta porque se dio cuenta de que era de noche y tomar café no era lo más apropiado, así que abrió la nevera y encontró un par de cervezas y una botella del vino favorito de su madre

-Solo tengo un par de cervezas y una botella de vino – Dijo Maryory

-Estoy bien con la cerveza -Respondió Porfirio

Porfirio tomó la botella y con mucha habilidad la destapó y se la entregó a Maryory, ella bebió un sorbo y evitó sonrojarse porque estas eran las cosas que siempre le gustaron de Porfirio, siempre fue un caballero y era gratificante darse cuenta de que no había cambiado a pesar de lo que le ocurrió

-Porfirio no quiero sonar antipática, pero me gustaría saber el motivo de tu visita – Dijo Maryory

Porfirio bebió toda su cerveza de un solo sorbo porque se dio cuenta de que no disponía de mucho tiempo para hablar con Maryory después de todo había pasado mucho tiempo desde que dejaron de ser amigos y pronto vendría Santiago por él

-Solo quería darte las gracias por escribir esos artículos, en realidad fueron de mucha ayuda – Dijo Porfirio con amabilidad

Maryory negó con la cabeza porque esto era lo esperado tratándose de Porfirio, después de todo nunca la tomó en cuenta más que como a una amiga y esa fue la razón por la cual decidió darse una oportunidad con Ronald

-No necesitas agradecerme Porfirio, solamente seguí la evidencia y mostré los hechos y como dice el refrán, el resto es historia

-Aunque no lo creas para mí fue importante y solo quería que lo supieras – Dijo Porfirio

Sonó la alarma para mensajes de Porfirio y se dio cuenta de que se trataba de Santiago, así que era momento de despedirse porque en 20 minutos vendrían a buscarlo

-Propuse que me entrevistaras, pero tu jefe se negó, así que decidí conceder la exclusiva a la competencia

Maryory sonrió porque esto era una patada en el trasero de Carelia, lo cual Porfirio notó y se alegró de hacerla feliz, después de todo ella hizo mucho por él en el pasado y en la actualidad, no obstante, él nunca había hecho nada por ella

-Gracias Porfirio, aunque te vuelvo a repetir que no necesitas agradecerme porque solo hice lo correcto - Dijo Maryory

Porfirio no estaba de acuerdo con su afirmación, pero sabía que Maryory era una persona que actuaba de forma desinteresada y que si seguía presionándola solamente la haría sentir muy incómoda.

-Me tengo que ir Maryory – Dijo Porfirio

Porfirio escuchó la notificación de mensaje y era el momento de despedirse así que se acercó y le dio un abrazo a Maryory y la sintió un poco tensa lo cual lo avergonzó un poco porque sabía que invadió su espacio personal el problema es que estaba muy alegre de volverla a ver después de tanto tiempo, quiso darle un beso en la mejilla, sin embargo, Maryory estaba tan nerviosa que movió el rostro y terminó recibiéndolo en sus labios

Los dos pusieron una expresión de asombro porque esto fue algo muy inesperado y Porfirio salió de la casa de Maryory como si estuviera huyendo mientras que ella se llevó las mano a sus labios intentando comprender lo que había pasado hace apenas un momento

-¿Ocurrió algo? – Preguntó Santiago preocupado

Porfirio negó con la cabeza porque siempre sintió que entre ellos existía mucha química cuando estudiaban en la secundaria, el problema es que ambos tenían parejas en ese momento y él no era un tramposo,  y se dio cuenta de que Maryory tampoco

-No, ella sigue siendo la misma de siempre – Dijo Porfirio

Maryory apenas si pudo dormir esa noche a la mañana siguiente su madre le hizo bromas acerca de sus ojeras

-¿Quién vino anoche? – Preguntó Matilde con el ceño fruncido

Matilde nunca aprobó la relación de su hija con Ronald y aunque fue muy doloroso para Maryory el divorcio, su madre sentía que era lo mejor que le había pasado, por eso le preocupaba que este pudiera volver a aparecer

-No pongas esa expresión que fue Porfirio Ruíz – Dijo Maryory

-Debiste despertarme – Dijo Matilde haciendo un puchero

-Fue algo totalmente inesperado

-¿Qué quería Porfirio?

-Darme las gracias por los reportajes que escribí - Respondió Maryory

Matilde puso una enorme sonrisa porque siempre le agradó mucho Porfirio y sentía que era una lástima que nunca le prestara atención a su hija porque era evidente que ella estaba enamorada de él

-¿Solamente eso?

-¿Mamá, qué más podría querer hablar conmigo? – Preguntó Maryory

Maryory evitaba la mirada inquisitiva de su madre porque ese beso accidental había significado mucho para ella, aunque sabía que esto no era importante para Porfirio

-Supongo que no tienen nada más que hablar – Respondió Matilde con desconfianza

Maryory estuvo distraída en su lugar de trabajo durante todo el día mientras Carolina estaba con su estado de ánimo entusiasta habitual, por eso cuando recibieron la aprobación para enviar a la imprenta la siguiente

columna no prestó atención por suerte su asistente esperaba por la confirmación

-Las buenas críticas van en aumento – Dijo Carolina

Maryory asintió y luego de revisar los comentarios y las críticas que iban en aumento, ambas decidieron que podían irse a casa

-Deberíamos irnos temprano el día de hoy – Sugirió Maryory

Carolina sonrió y estuvo de acuerdo con su sugerencia

-Es buena idea porque el día de mañana va a demostrarnos si este es un efecto efímero o si realmente las personas les gusta el cambio – Dijo Carolina

Maryory desde que llegó a su casa decidió dormir para no pensar en lo mucho que le afectaba ese beso, aunque no era la única porque Porfirio se preguntaba porque había cometido ese error y le preocupaba que ella jamás volviera a hablarle

A la mañana siguiente se publicó la nueva edición de la columna y el efecto fue mayor que la anterior

- “Querida Betty: Mi esposo y yo hemos estado casados por más de 10 años, pero recientemente tuve un romance con un hombre que trabaja en mi oficina, me siento terrible por lo que hice, ¿Debería confesar y rogar por su perdón?”, atentamente arrepentida Romelia

Porfirio leía la columna de “divina a los 50” mientras tomaba su segundo café de la mañana y estaba encantado con este nuevo enfoque y se preguntaba que le respondería Betty a esta persona

-“Querida Romelia: Si confiesas a tu esposo lo único que conseguirás es quitarte la culpa y poner todo el dolor sobre él, así que guarda todo para ti y corrige tu mala conducta para que seas una mejor esposa y la culpa es el precio que pagarás por saber que actuaste mal”

Porfirio, ante esa respuesta tan cínica, suspiró con resignación porque muchas veces deseó simplemente no haberse enterado de la traición de Dalia porque aún sería feliz y tendría una familia.