Estoy a punto de casarme con un hombre cruel y sin sentimientos y todo por pagar una deuda familiar, mi nombre es Sofía Gómez y el hombre que me compro se llama Adrik Ivanov, su nombre lo define a la perfección, ya que el es un hombre cuya oscuridad y frialdad te abraza con solo una mirada.
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Capitulo II Aceptar el destino
— Para todo eres así de rígida?. — pregunto Adrik haciendo sonrojar a Sofía.
— Mejor no me hable, solo bailemos y ya. — respondió Sofía temblando en los brazos de su esposo.
— Si sigues temblando así, no voy a aguantar y te llevaré de este lugar a nuestra luna de miel, sabes que me estás excitando con esa actitud.
Las palabras de Adrik hicieron que Sofía se pusiera más tensa, ella anhelaba que alguien llegará y la rescatará de las garras de este demonio, pero eso era un sueño imposible, ya que ella nunca tuvo amigos y después de que su hermana Alina arruinara su reputación todos sus conocidos se alejaron de ella, el baile al fin termino y los novios volvieron a su mesa, la hora de salir a la luna de miel estaba más cerca a cada segundo que pasaba y los nervios de Sofía crecían con cada segundo.
— Por qué tan seria?. — pregunto Adrik.
— Por favor no me obligué a estar con usted. — suplico Sofía.
— Eres mi propiedad por tanto puedo hacer contigo lo que me dé la gana.
— No soy su propiedad, yo...
— Querida tu familia te vendió a mi y por tanto eres mía, así que ya no sigas con esa actitud porque si mi papá se fastidia de tu cara de funeral acabaría con esta farsa y tu familia sufriría las consecuencias.
Sofía no tuvo otra opción que aceptar su destino, así que tomo una copa de champagne que un mesero le ofreció y se la tomo de un solo trago y así siguió tomando hasta que ya no estaba en sus cinco sentidos.
— Ya nos vamos! — dijo Adrik molesto.
— Pero por qué? Si apenas es que empiezo a divertirme.
Adrik no cruzo más palabras con Sofía, el simple la agarró de la mano y la saco del salón, frente a la mirada de asombro de los invitados.
— Disculpen a los muchachos, creo que ya no aguantaron más las ganas de estar solos. — dijo en forma de broma Fedor Ivanov.
Mientras tanto, Adrik obligó a Sofía a subir en su auto.
— Vamos al hotel. — dijo Adrik a su chófer.
Este solo asintió con la cabeza, mientras que Sofía estaba aterrada frente a la idea de estar a solas con ese hombre, tenía miedo de lo que iba a pasar en ese hotel y lo peor era que no podía llorar porque su esposo le advirtió que si seguía llorando la noche sería mucho peor para ella, al llegar al hotel los esposos fueron directamente a la habitación VIP, los nervios de la muchacha eran muy notorios, pero a el hombre a su lado le daban igual, una vez llegaron a la habitación, Adrik le pidió que fuera a asearse, para él la limpieza era lo más importante y no estaría con una mujer que sudo mientras bailaba.
Sofía entró al baño y cerró la puerta con seguro, como pudo se quitó el vestido de novia y se metió en la regadera, ya no pudo aguantar más y empezó a llorar desconsoladamente, media hora después sintió que tocaban la puerta con brusquedad.
— Acaso piensas vivir ahí? — grito el hombre desde afuera.
La muchacha cerró la llave del agua y se resignó a su mxxxxxx destino, salió cubriendo su cuerpo con la bata de baño, sin una gota de maquillaje y con su cabello aún húmedo, era un espectáculo a la vista de un depredador como Adrik Ivanov.
— Estuviste llorando de nuevo!. — comento el hombre.
— Será la última vez que llore. — respondió la muchacha cabizbaja.
— Déjame verte bien. — respondió el hombre levantando su barbilla con su dedo índice.
Adrik admiró cada detalle de Sofía, ahora que la veía sin maquillaje, podía admirar aún más su belleza, por unos segundos se quedó mirando el azul de sus ojos, ojos que eran cautivadores y que le transmitieron un sentimiento que él nunca antes había sentido.
— Ponte algo seco y vete a dormir, mañana nuestro vuelo sale a primera hora. — ordeno el hombre con brusquedad.
Sofía estaba confundida, ella pensó que esa noche perdería su virginidad en manos de este demonio, pero no fue así, ella obedeció y busco algo de ropa entre sus cosas, se puso lo más cubierta que pudo y se fue a dormir, mientras Adrik entro al baño y bajo la regadera intento suprimir sus impulsos, ella era su esposa, así que podía hacer con ella lo que quisiera, pero al ver sus ojos, solo vio inocencia en ellos y eso lo tenía confundido, después de una hora, Adrik salió del baño encontrándose con Sofía dormida, ella no era de buen dormir y siempre terminaba sin sábanas cubriendo su cuerpo y aunque la pijama que llevaba puesta era bastante larga al ella moverse tanto dejo al descubierto su muy bien formada retaguardia, Adrik miró la esbelta figura ante sus ojos y el deseo volvió a aparecer en él, no entendía como una simple mocosa podía desperté aquel deseo en él. El hombre salió de la habitación lo más rápido que pudo y sin ser visto llegó a su auto, llamo a una de sus amantes y la cito en su antiguo apartamento de soltero, paso la noche con aquella mujer y cuando eran casi las seis de la mañana regreso al hotel, tan silencioso como había salido, al entrar en la habitación se dio cuenta de que su esposa no estaba en la cama, se asustó pues pensó que la muchacha había escapado, así que se apresuró en ir al baño y para su sorpresa en este se encontraba Sofía de espalda a la puerta bañándose, aquella escena fue cautivadora despertando en el de nuevo el deseo, está vez ya no pudo resistir más así que entró al baño con ella y se metió en la regadera aún con su ropa puesta, Sofía al sentir que alguien la abrazaba por la espalda se tensó y su respiración prácticamente desapareció, el corazón se le quería salir y pensó en como pudo ser tan estúpida de dejar la puerta del baño abierta.
— No te muevas, solo quiero tenerte cerca unos minutos. — dijo Adrik mientras recorría con sus manos el esbelto cuerpo de Sofía.
Unas lágrimas descuidadas salieron de sus ojos fundiéndose con el agua que caía sobre ella, con sus ojos cerrados dejo que su esposo recorriera todo su cuerpo y la besarla en lugares inimaginables, ella pensó que no había escapatoria para este infierno.