Las Animas

Mientras tanto en la ciudad Leonardo Álvarez de la Madrid estaba muy feliz con los preparativos de su boda que se iba realizar en tan pocos días, Leonardo estaba muy enamorado de Berenice su novia desde hacía algunos años, a pesar de que Leonardo era conocido por ser un hombre frío era todo lo contrario cuando estaba con Berenice el se convertía en el hombre más tierno, amoroso que había sobre la faz de la tierra, Leonardo había conocido a Berenice en una de las tantas galas que había asistido desde la primera vez que la vio quedó completamente enamorado de ella, pues era muy diferente a todas las mujeres que había conocido era una mujer segura de si misma, hermosa su piel blanca y sus ojos azules con largas pestañas además una sonrisa que hacía estremecer a cualquiera, el padre de Berenice a parte de ser un exitoso hombre de negocios era un hombre altruista siempre ayudando a los más desprotegidos cosas que había heredado muy bien Berenice, entre ambos hubo una química inmediata los dos hablaron sobre sus sueños y Leonardo cada vez se enamoraba más de ella, pues además de ser hermosa siempre pensaba en el bienestar de los demás era voluntaria en un orfanatorio y en algunos hospitales, ella era perfecta a las ojos de Leonardo, pero no siempre todo es felicidad no sé tal vez sea el destino o nuestras propias decisiones, pero la vida cambia en un instante.

Leonardo tenía todo preparado para su boda él realmente está convencido del amor que le tenía a Berenice. Javier el hermano de Leonardo había llegado un mes antes de la boda, pues era algo que no se podía perder, ya que tenían muy buena relación con Leonardo siempre habían sido muy unidos, además desde la muerte de sus padres Leonardo había cuidado muy bien de él, Javier había decidido estudiar en el extranjero además que era encargado de una de las filiales de aquel país, Javier era menor que Leonardo, pero también era muy atractivo, durante una cena a la cual asistió para conocer a la novia de su hermano quedó fascinado con Berenice ella simplemente era perfecta, pero no podía acercarse a ella; sin embargo, conforme la fue conociendo se iba enamorando más de ella, era algo que estaba más allá de sus fuerzas.

Por otra parte desde que Berenice conoció a Javier algo en ella cambió, por más que se decía a ella misma que al que amaba era a Leonardo su corazón gritaba que se había enamorado de Javier, era cierto que le tenía un gran cariño a Leonardo, pero no era amor por más que trato de evitarlo simplemente no pudo era algo más fuerte que su razón oír más que trataba de contenerse cada vez que veía a Javier su corazón latía con más fuerza, trato de evitar a Javier pero le fue imposible, lo peor fue cuando una ni he se quedaron a solas en casa, Leonardo tuvo que salir a resolver algunos asuntos de negocios, Leonardo había quedado de salir a cenar con Berenice, sin embargo al recibir aquella llamada tuvo que asistir dejando a Javier y a Berenice solos, los dos estaban en el comedor cenando había un silencio incómodo pues ambos habían tratado de no estar juntos, el ambiente no ayudaba mucho una hermosa luna se asomaba por aquellos grandes ventanales, Javier rompió el hielo preguntando:

—¿Cómo es que enamoraste de mi hermano?, que tonto sé cómo lo hiciste realmente eres hermosa. —

Berenice se sonrojo ante las palabras de Javier, su corazón latía con gran intensidad, era cierto que sentía algo por Leonardo, pero ahora se daba cuenta que no era amor, solo con Javier sentía vibrar su cuerpo, su sangre corría a una velocidad tan rápida, sin esperarlo los dos se fueron acercando hasta juntar sus labios ambos sentían como si nada más existiera en el mundo.

Leonardo estaba muy molesto pues no le gustaba romper las promesas con Berenice, sin embargo el robo en una de las sucursales bancarias a su cargo, sin duda rápidamente hizo todo lo que tenía que hacer para ir de nuevo con su amada, los minutos se le hicieron eternos pues a pesar de haber dejado a los abogados a cargo había tardado algunas horas además el tráfico no ayudaba, el tiempo pasaba muy le tomara él, después algunos minutos por fin pudo llegar a casa, entro con mucha prisa, su rostro cambio al ver que Berenice ya no estaba en aquel lugar.

—¿Dónde está ella? —.