La Esclava Del Villano

— un espejo... Necesito un espejo— dijo ella, colocándose de pié.

— ¡Lucy, esperá!

La mujer en el pasillo buscaba algo para verse su reflejo, más cuando lo consigue, queda asombrada de su nueva apariencia.

— ¡¿Esta... Soy yo?!

De repente, nuevos recuerdos aparece en su memoria...

Ya veo, mi nombre es Lucy, una hija que jamás fue querida por su familia y fue vendida por sus padres cuando tenía 15 a un mercado de esclavos. El archiduque de este lugar me compro, y desde entonces, trabajo aquí como sirvienta, sin embargo, con el tiempo aquí, el archiduque vio que tenía una pequeña magia con las flores y plantas, así que de inmediato me puso de cargo en la jardinería. Ahora, tengo 18 años y el hombre que me ayudó hace rato es Gael, por estos recuerdos me quiere decir que es mi mejor amigo, él está casado, más trabaja aquí para darle el dinero a su familia, así que tiene más edad que yo.

Gael se pone de lado de ella.

— ¡Lucy!... Ya no me asustes más... ¿Llamo a un médico?

— no... Ya estoy bien.

Él saca un suspiro lleno de alivio.

— ¿Ya recuerdas aunque sea mi nombre?...— Lucy asiente— si es así, creo que sería mejor que regreses a trabajar, si no, el archiduque sería capaz de castigarte.

— tienes razón, él es un hombre capaz de todo si no hace lo que se le ordena...

Lo sé por los recuerdos de la verdadera Lucy, ya que en anteriores veces había visto al hombre ser cruel con los otros empleados, además, hay personajes que jamás escribí, igual con este cuerpo, se que estoy en mi primera novela por el nombre del reino... Tal vez el destino me haya dado una nueva oportunidad, aunque no en la mejores circunstancias, estoy viva, y seguiré así haciendo lo que pueda... Lo único que me pregunto es... ¿Me encontraré a Gabriel? Por lo visto, estoy en su reino, pero una simple sirvienta no podría-...

— ¡Lucy, vamos!— dijo Gael, intervenido en los pensamientos de ella.

La joven rápidamente se va a su lado.

_________________ varios días después.

Lucy se iba adaptando a su nueva realidad, aunque fue de imprevisto acabar en este lugar, por lo menos está agradecida de vivir nuevamente. A los días después, aprendía a usar su pequeño don de dar vida a la jardinería. Ya que gracias a ella, al rededor de la mansión había hermosas flores por doquier

Algunas sirvientas no estaba agusto con la encantadora chica, envidiando tanto el trato que el archiduque le daba por hacer bien su trabajo, además que aunque no tuviera los rasgos de la mujer más hermosa, ella deslumbraba por donde iba con su genuina sonrisa. Así que por ende, cada vez que pueden, dañan el jardín en secreto para que el archiduque la castigue. Y así paso, el hombre al ver que de sus preciosas rosas estaban todas destrozadas y cortadas llama Lucy, era de noche cuando la joven fue llamada.

Ante ella él se encontraba, con seriedad éste le veía.

— ¿No se suponía que tú mantedrias en buen estado mis flores?... Respóndeme, Lucy.

— señor Collins, sabe que alguien saboteó mi trabajo. Siempre mantengo el jardín en perfectas condiciones...

— al parecer, los sirvientes no ha visto a más nadie tocar las flores a excepción de tí. Entonces quiere decir que tu misma eres del error... Quiero que repares el daño.

Con un suspiro, Lucy le dice.

— de acuerdo, a primera hora lo arreglaré.

— no... Quiero que sea ahora. Mañana viene alguien muy importante, así que necesito que la mansión tenga presencia.

— ¡Pero señor Collins...

Lucy había estado trabajando doble, ya que no solo se encarga del jardín, si no en otros trabajos domésticos. La mujer observaba el enfado de él, sus castigo son peores que el trabajo extra.

— está bien.

La joven caminaba por el pasillo, miraba su manos llena de ampollas por el trabajo duro que había realizado.

Supongo que podría curarmela haciendo crecer una planta medicinal. Aunque puedo hacer fluir cualquier planta de la tierra, no es la gran cosas para defenderse, ya que solo crecen pequeñas flores y plantas.

Pensó ella, mientras que a lo largo del paso, oyó risas burlonas.

— ¿Mucho trabajo, Lucy?

— es claro que solo sabes hacer crecer flores en la tierra. Es ahí donde perteneces...

Tal vez ellas no hayan sido la que destrozaron las rosas del jardín, pero no pienso quedarme con sus palabras. Nada mas chasquee mis dedos, y a los segundos después, ambas tosía pétalos de flores, pues le hice crecer una flor en sus bocas...

— ¡Tú-... Cof, cof...

— ¿Que-... Cof... Nos hiciste?

Con una risa, la joven se voltea.

— no sólo hago crecer flores en la tierra. No se preocupen, el efecto se irá... Ah, y si piensas decirle algo al señor Collins, la creerá locas por comer flores...

Realmente quisiera escaparme de aquí, pero no puedo, ya que eso significaría mi sentía de muerte por parte del archiduques si me llega a encontrar, no podría permitir morír nuevamente...