En una mezcla de desesperación y determinación, Abigail, una Santa casada con el Duque Archibald, se enfrenta a un oscuro giro del destino. Luego de una confesión devastadora por parte de su esposo sobre su infidelidad con una plebeya, Abigail toma una decisión drástica: pedir el divorcio y romper con el matrimonio que la ha oprimido por años. Sin embargo, esta vez no es una simple víctima. Tras una misteriosa reencarnación, ha regresado al pasado con el conocimiento de su fatídico futuro.
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Capítulo 1
Dios, oh grandioso Dios, sea tu voluntad sobre todos tus hijos. Danos las fuerzas que necesitamos para seguir a través de nuestros problemas, y que sea tu gran amor sobre los buenos... Maldita sea, ya estoy cansada de todo este montón de mierda. Dices ser un Dios misericordioso, pero no eres más que un maldito estafador... La verdad, no sé por qué sigo viviendo en este maldito engaño... Solo quiero que toda esta basura acabe.
—Santa Abigail, el duque Archibald desea verla en su oficina. Si es posible, no tarde.
—Uh, lidere el camino.
—(Se dirigen a la oficina mientras cruzan un gran y vacío corredor)
-Duque, la Santa Abigail ha llegado.
—Haz que pase.
—Hola, Duque, o mejor dicho, amado esposo mío. Escuché que deseaba mi presencia.
—Abigail, por favor, siéntate. Verás, te he hecho llamar para explicarte algo, pero primero quisiera que seas discreta con lo que te voy a decir.
("Maldita sea, ya llegamos a este tema")
—Querido, por favor, no dé mucho rodeo y dígame qué es lo que desea decir.
—Abigail, la verdad es que hace alrededor de unas semanas, cuando fui a la Nación del Norte, conocí a una linda chica que me cautivó. Perdón por lo que diré, pero no me pude contener y terminé acostándome con ella. Al parecer, ella está esperando a mi hijo. Lo único malo es que ella es una plebeya, así que la traeré a vivir con nosotros para que no haya problemas en el futuro.
—Abigail, dime qué opinas de este asunto. No quiero que me malentiendas; yo aún te amo, solo que no me pude contener. No te pido que me perdones, solo que me entiendas. Claro que, si ella se viene a vivir aquí, su hijo no heredará el Ducado y tú aún serás la Duquesa.
—(Archibald se acerca a Abigail y toca su rostro)
—Tú eres la mujer que amo, así que espero que te lleves bien con ella.
—(Abigail sonríe mientras mira a Archibald)
—Duque, ya oí todo lo que tuvo que decir y no tengo ningún problema con que ella venga a vivir aquí.
—Me alegro que entiendas lo que está pasando, Abigail.
—Mas, sin embargo, yo ya no estoy dispuesta a vivir más con usted, Duque.
—¿Qué quieres decir, Abigail?
—Lo que usted se imagina, Duque. Yo exijo el divorcio. Ya no estoy dispuesta a vivir más con usted, No pediré una compensación por la infidelidad, pero solo quiero separarme de usted y dejar de vivir aquí.
—¡ABIGAIL! ¿Qué es lo que estás diciendo? Dime que es una estúpida broma tuya.
—No es ninguna broma. Estoy completamente seria en este asunto.
—Mira, sé que a lo mejor no te gustó que te haya engañado, pero ni sueñes que te daré el divorcio. Así que será mejor que aprendas a vivir aquí y a hacer lo que digo. Como tu esposo, te prohíbo volver a mencionar esa tontería del divorcio.
—Duque, ¿no cree que sería mejor para usted si simplemente me da el divorcio y se casa con esa plebeya? Además, van a tener un hijo. No creo que a ninguno de los ancianos les vaya a molestar.
—Guarda silencio, no sabes lo que estás diciendo... Escucha, Abigail, ella no va a tomar tu lugar, si es que eso te preocupa. Es solo que ella vendrá a vivir aquí, nada más. Así que deja de hablar y haz lo que se te dice.
—Duque, antes de ser su esposa también soy una Santa. No olvide que yo también tengo algo de poder político. Así que, si no quiere llevar este asunto ante el Rey, creo que lo mejor será que me dé el divorcio lo más pronto posible. Aquí le dejo este documento de divorcio para que lo firme. No hablaré más con usted, a menos que sea para entregar el documento firmado.
—¿Este papel? ¿Desde hace cuánto tiempo lo tenías listo?
—No pienses que no voy en serio, Duque. Simplemente me cansé de toda esta fachada de matrimonio desde hace mucho. Así que, si me lo permite, me retiro.
—¡OYE! ¡Abigail, espera! Maldita sea, ni pienses que te dejaré ir así de fácil.
"¡Maldita sea ¿que es lo que piensas hacer?! Abigail.."
—(Mientras tanto, Abigail llega a su habitación)
—Todas váyanse, quiero estar sola.
—(Todas las sirvientas se retiran de la habitación)
("Al fin algo de tranquilidad. Me he puesto algo nerviosa, pero pude responder con toda fiereza. Esta vez no dejaré que me pises de nuevo la cabeza, Archibald. Esta vez viviré lo mejor que pueda. Aún no puedo creer que he vuelto al pasado. Parece que todos esos problemas y maltratos en mi otra vida solo fueron una dura pesadilla. Todo eso comenzó cuando Archibald trajo a esa chica al ducado. Esa máscara de vida feliz terminó cayéndose por culpa de esa mujer. En mi vida pasada no fui más que una simple Santa que sufría maltrato de parte de esa mujer. De alguna manera, ella puso a todas las sirvientas de su lado e incluso logró que Archibald le entregara el título de Duquesa, y a mí solo me tiraron a una torre. Pasé por mucho, incluso después de saltar de la torre. Estoy segura de que mi muerte no le importó a nadie. Después de despertar hace una semana, me di cuenta de que había vuelto al pasado").
Esto aún no me parece del todo real. Me pregunto si en esta vida podré cambiar mi destino. No estoy segura, pero esta vez no desaprovecharé esta nueva oportunidad. Así que, Archibald, prepárate, que esta ¡Santa Reencarnada quiere el divorcio!
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**Continuará...**