Melissa quien vive una vida difícil desde pequeña, a los 16 años comete un terrible error, y tiene que enfrentarse a grandes desafíos, obligada en cierta forma por su madre a casarse tan joven con un hombre al que no ama, un embarazo que lo cambia todo y luego la desdicha de perder la custodia de su hijo, en medio de tanto dolor encuentra el apoyo y consuelo que necesita en un hombre maravilloso.
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La llegada de Melissa
Melissa, una chica dulce, carismática y muy linda, pero algo introvertida, vive en una pequeña ciudad de Ecuador junto a sus padres quienes son Inelda y Michael y sus dos hermanos mayores, Jofree y Humberto, desde muy pequeña la vida de Melissa ha estado marcada por situaciones muy difíciles que a lo largo de esta historia vamos a ir relatando.
Esta que provienen de una familia de estatus medio, donde cada miembro ha tenido que lidiar con las consecuencias de sus malas decisiones, pues sus padres, se casaron siendo muy jóvenes, alrededor de los 18 años, cuando aún estaban estudiando, por lo que Michael no logro culminar sus estudios superiores, Inelda por otro lado si terminó su carrera de Corte y Confección, la llegada prematura de responsabilidades adultas cambió por completo sus planes y expectativas, obligándolos a adaptarse a una realidad difícil y a aprender a lidiar con las complicaciones que esta traía consigo.
Inelda y Michael, tenían dos hijos Jofree, quien tenía dos años cuando se enteraron del embarazo de Melissa, y Humberto quien le llevaba 10 años, la noticia de la llegada de un tercer hijo fue totalmente inesperada pues ellos no estaban preparados para ello.
Inelda
Michael
Melissa no fue planeada, y su llegada fue una sorpresa que provocó emociones encontradas en sus padres, por un lado, Inelda no se sintió feliz al enterarse de que estaba nuevamente embarazada, pues las circunstancias no eran favorables para recibir a un nuevo miembro en la familia, ella trabajaba en un puesto que le exigía mucho esfuerzo físico y mental, y la noticia de un embarazo no deseado representaba una carga adicional que la agobiaba profundamente.
El embarazo fue particularmente complicado para la madre, desde el inicio del mismo tuvo que enfrentar dificultades, estas hicieron que cada día fuera un desafío, aparte la salud de Inelda comenzó a deteriorarse debido a las complicaciones relacionadas con el embarazo, ella tuvo que lidiar con problemas renales causados por la presión que el bebé producía, lo que le ocasionaba un dolor constante y la obligaba a guardar reposo absoluto, algo que Inelda odiaba, ya que le gustaba salir a pasear, además el embarazo afectó su apetito, y la falta de nutrientes afectó el desarrollo del bebé, razón por la que Melissa nació antes de tiempo y con un peso muy bajo, lo que preocupó enormemente a toda la familia.
A pesar de los problemas y la ansiedad que rodearon su nacimiento, Melissa se convirtió en un rayo de luz para su familia, su padre Michael, estaba lleno de alegría cuando por fin pudo sostener a su hermosa bebita en brazos, para él la ilusión de tener una niña había sido una de las pocas cosas que lo mantuvo optimista durante los difíciles meses del embarazo, cuando finalmente pudo ver a Melissa, pequeña y frágil, pero hermosa, sintió que todos los sacrificios valieron la pena, no pudo evitar sentirse con gran preocupación por la emoción, puesto que la llegada de su amada niñita fue un sueño hecho realidad.
Humberto, el hermano mayor, también estaba encantado con la idea de tener una hermana pequeña, a pesar de la diferencia de edad entre ellos, él asumió desde el principio un rol protector de su pequeña hermana, durante los meses antes del nacimiento, había estado ansioso por conocerla, imaginando cómo sería tener una hermanita a quien cuidar y proteger, Jofre, aunque aún era pequeño, también esperaba con curiosidad la llegada de Melissa, aunque no comprendía del todo lo que significaba ser hermano mayor.
Cuando Melissa finalmente nació, Inelda, quien había estado abrumada por la ansiedad y la preocupación durante todo el embarazo, sintió un cambio en su corazón, al ver a su hija por primera vez y sostenerla en sus brazos, le hizo comprender que, a pesar de las dificultades, había una pequeña vida a la que debía cuidar y proteger.
Después del parto, Melissa y su madre permanecieron en el hospital hasta que ambas estuvieron lo suficientemente estables para regresar a casa, pero, en lugar de volver a su propio hogar, Inelda y Michael tomaron la decisión de mudarse temporalmente a la casa de la madre de Inelda, quien se llamaba Dionesia, esta decisión fue por la necesidad de apoyo que Inelda requería, sobre todo en los primeros días de recuperación, ya que su salud aún era frágil, Dionesia, a pesar de ser una mujer mayor, recibió a su hija, a su yerno y a sus nietos con los brazos abiertos, dispuesta a ofrecerles todo el apoyo necesario durante este período.
Dionesia
La casa de Dionesia, aunque era grande, no estaba exenta de problemas que acarreaban cada día los hermanos de Inelda, que también vivían allí, no estaban completamente de acuerdo con la llegada de más personas al hogar, pues para ellos, la presencia de la familia de Inelda representaba una invasión de su espacio, y aunque no lo decían, sus actitudes lo dejaban bien claro, Dionesia se esforzó por mantener la paz y por asegurarse de que su hija y sus nietos se sintieran bienvenidos.