Simón Calzone un joven menospreciado por sus pares, sufre continúas humillaciones y desprecios. Tiene un solo objetivo, ser millonario. Conoce a uno idéntico a él que posee todo lo que él anhela quien cansado por esa vida cambia de lugar con él. ¿Se arrepentirá Simón por su decisión?. Dejar a sus padres por ser rico. ¿Quién es ese joven que tanto se lo parece? ¿Qué le hizo desear ser alguien común?
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1- ATAQUE
SIMÓN CALZONE
El dolor atraviesa mis huesos, es la segunda vez está semana que Raúl junto a Bruno y Emilio me propinan una paliza solo por verme respirar. No sé que se las traen contra mi, siempre a sido así, soy su blanco de descarga de frustraciones, le molesta que soy el mejor en todo a pesar de mi posición social.
Soy pobre, muy pobre, apenas alcanzamos comer en el día, mis padres trabajan de lo que sea para llevar un plato de comida a la mesa. Mi madre es mucama en la casa de los Sánchez, el hijo más joven de ellos es mi amigo al conocernos desde pequeños cuando mi madre me llevaba con ella a su trabajo.
Mi padre es mecánico, siempre está de cabeza en los autos arreglando los motores, el olor a aceite y nafta es familiar en él. Por mi parte trabajo en un minisúper, soy el que atiende, el acomodador y el que limpia, todo por un sueldo básico. De esa manera cubro mis gastos, me compré mi bicicleta, de segunda mano, pero me sirve para poder ir y venir más rápido de mis clases en la universidad a mi trabajo en el centro.
Hoy salía apresurado del trabajo para llegar a una clase y me interceptaron por el camino estos bravucones.
-RÓMPELE LAS COSTILLAS ... JA...JA... PATEALO. Escucho mientras Raúl junto a sus dos amigos me pegan estando en el suelo sin poder levantarme.
Piñas y patadas rebotan contra mi espalda y costado. El dolor es palpable, ya no siento nada de tanto que me duele todo, no hay un lugar donde diga aquí no me duele.
-ERES UNA CUCARACHA... UNA BIL CUCARACHA. Escupe Raúl riendo de manera burlona.
-ALEJATE RAUL. Escucho la voz de Leo que tiro su mochila a un costado y corre a mi rescate.
-BIEN... YA ME ABURRIA. Escupe Raúl, que a Leo no le pega al ser su hermanastro y porque su padre amenazo con desheredar si le llegaba a pegar.
El padre de Leo dejo a la madre de Raúl para casarse con la madre de mi amigo, por lo que su relación también no es muy buena, esa tensión es notoria entre ambos aunque no se digan nada.
Raul mira con desdén y hace señas a sus amigos para alejarse.
Tira unos billetes en el piso.
-Diez por cada golpe. Escupe Raúl.
-Ahora se hará millonario....Ja..Ja...Ja. Se burla Bruno.
-YA SE LE DIJO QUE NO TE TOQUE... YA LE CONTARE A MI PADRE. Dice Leo molesto tratando de levantarme.
-Deja... No vale la pena decirle ... Siempre me agarran. Le digo atajandome por él apenas, tuerzo la cara del dolor y me limpio la sangre de los labios. Se que si le dice a su padre, Raúl volverá a golpearme junto a sus socios, nunca anda solo, si lo enfrentó solo se que podré contra él o eso es lo que creo.
El dinero lo guarde todo arrugado en mi bolsillo, luego lo guardare en una caja para saber cuántas veces me pegó y lo que vale para él una paliza.
-Asi no puedes ir a clases. Me dice Leo, mirando mi deplorable estado.
-No puedo faltar. Le digo apenas.
-Te llevó hacer ver primero. Me aconseja.
-No quiero que mis padres lo sepan... No quiero preocuparlos. Le digo.
" Ya tienen suficiente preocupación con los gastos de la casa como para llevarle mis problemas", pienso.
-No lo sabrán... Mi doctor es muy discreto. Me dice llevándome a su auto y tira en su baúl mi bicicleta que le digo la bestia al ser de un aspecto despintado y su color parece herrumbre.
Llegamos a una casa muy lujosa y en la esquina hay una placa anunciando que es un sanatorio en ese sector.
-Asi que tú doctor tiene su lugar en su propia casa. Le observo.
-Si ... Así está más cerca de su familia. Me responde.
Ingresamos y un aroma a lavanda invade mis fosas nasales, los bancos están cubiertos de un almohadón blanco suave y cómodo, repartidos a los costados de un pasillo y en el centro una mesa petisa con un centro de flores, algunos panfletos de cuidados de la salud, una pantalla colgando de una esquina cerca del techo donde pasan el canal de noticias.
-No está la secretaria. Murmura Leo mirando a todos lados.
Veo que abren la puerta donde está atendiendo el doctor y sale un joven con un cubrebocas en color negro al igual que la ropa que lleva de un estilo deportivo, junto a las zapatillas que son de marca, cuyos ojos color miles se clavan en mi persona de arriba abajo como sacándome una radiografía, siento su mirada que me penetra, no puedo sostenerle la mirada, es muy fuerte.
-Te espero la otra semana. Le dice el doctor al despedirlo.
-Doctor. Lo saludo Leo.
-¿Qué te trae por aquí?. Le pregunta el doctor.
-Él es mi amigo Simón... Le propinaron una paliza... Y quiero que sea discreto y no diga nada. Le pide.
-Tú le pegaste. Le pregunta en un tono sarcástico.
-No... No fui yo. Le responde nervioso Leo.
Yo miro como se va el joven que salió, veo que le murmuró algo a uno de traje que lo acompaña y me mira también de la misma manera.
-¿Quién era? Le pregunto señalando hacia él que se fue.
-Asi como tú quieres discreción... Todos mis pacientes quieren esa confidencia. Me responde el doctor dándome a entender que no quieren que sepa quién es.
Ingresé a su consultorio, me senté en una camilla alta, mientras el doctor me hizo quitar la remera y me revisó los golpes que tenía.
-Si que te molieron a golpes. (Murmura al revisarme) - Te haré unas radiografías... Así compruebo que no tengas nada roto... Tocando parece que no... Pero mejor estar seguros. Comenta mientras me aguanto de gritar mientras me revisa.
Me hizo las radiografías con la máquina que tenía ahí, esperamos un rato y a la vez me hizo una ecografía, de la que no quiero contar a nadie. Culpa de Raúl me examinaron a fondo y me sentí incómodo, pero según el doctor es para asegurarse que no tenga nada malo. Por suerte no fue así, solo tenía golpes que con un antiinflamatorio se mejoraría, sumado a una crema para sacar los moretones.
-Tienes una salud de hierro... Me sorprendes. Dijo el doctor.
-¿Cuándo estarán los resultados del análisis?. Le consulto.
-Dejame tu número y correo... Te los enviaré. Me avisa.
-Yo lo recibiré. Le anuncia Leo al saber que mi celular es muy básico y apenas sirve para mensajes y llamadas.
-Bien. Suspiro el doctor, veo que Leo le realiza una transferencia y nos despedimos.
-Vamos a casa. Me dice.
-No quiero molestar. Le digo, al pensar que a su padre no le va a gustar mi presencia en la casa, si le avisan los empleados.
-No molestas. Me dice suspirando.
Nos dirigimos a la casa de Leo, vive en una mansión de lujo a las afueras. Él siempre está solo en ese enorme espació, sus padres casi no están, si yo no le acompaño, él viene conmigo.
Al ingresar se aprecia un enorme salón y dos escaleras en cada costado que guian a la planta alta. Leo tiene su cuarto en la planta baja al fondo ,con vista al jardín y a la piscina, tiene un ventanal de vidrio que se desliza para salir de su cuarto al fondo.
Ingresamos y tira su mochila al piso, señala el sofá y la pantalla gigante. Eso es signo que nos hundiremos a jugar a la play toda la tarde.
***
*
*EN OTRA RESIDENCIA
-ESTO ES INACEPTABLE. Grita un hombre de edad avanzada lanzando contra el piso el vaso que sostenía en ese momento.
-SEÑOR, GANO... TRAJO EL PREMIO. Le informa otro parado firme de traje oscuro.
-INVIERTO MILLONES PARA ESOS EVENTOS... NO QUIERO NINGUN ERROR... Y NO PORQUE GANE QUIERE DECIR QUE ES BUENO... FUE UN DESASTRE. Grita furioso.
Un joven se incorpora de dónde está sentado escuchando las represalias.
-¿DÓNDE CREES QUE VAS?. Le grita furioso.
-Padre... Me retiro a mi cuarto. Le responde sin expresión alguna.
-ESCUCHAME BIEN... ANDAS MUY BAJO EN TU RENDIMIENTO... NUNCA TE TIRARON... JAMAS TE PUSIERON CONTRA LA COLCHONETA... Y AHORA SI... DESDE CUANDO. Ofusca tirando lo que tiene sobre su escritorio.
-Ya te he dicho que no quiero seguir en esto. Le dice.
-DEBES DAR ESA DEMOSTRACION... HACER VALER EL DINERO QUE INVIERTO EN TI. Grita molesto.
El joven gira y mira al que está parado firme.
-Ya no puedo seguir ocultando más esto. Le dice levantando la remera. El padre furioso cierra los puños rojo de la ira al ver lo que le enseña.
-YA TE DIJE QUE NO HAGAS ESO. Grita.
-NO SOY COMO NAHUEL... NO SOY NAHUEL... ¿QUÉ NO LO QUIERES ENTENDER?... ME OBLIGAS A QUE LLENE SUS ZAPATOS... ÉL SE FUE... YA ADMITELO... Y NO ME HAGAS PASAR POR ESTO... DEJAME VIVIR MI VIDA. Le grita molesto a su padre, recibiendo una bofetada que retumbó en todo el cuarto.
-El falleció por tu culpa... Por rescatarte... Me lo debes si no quieres pagar por lo que pasó debido a tu culpa. Le dice furioso.
-NO FUE MI CULPA... YO FUI A BUSCARLO... ESTABA DROGADO... YO FUI A RESCATARLO... EL SE MATO AL NO SOPORTAR VIVIR BAJO TUS REGLAS... LO EMPUJASTE A QUE BUSQUE ESCAPAR DE LA REALIDAD. Le responde sin doblegarse ante su bofetada, que no era nada comparado a los golpes que sufría ante cada lucha que debía enfrentar.
-¡¡ SUFICIENTE!!... ENCIERREN EN SU CUARTO A ESTE CUERVO... MAL AGRADECIDO. Ordena señalando la salida.
-DE TRAS DE LA MASCARA PUEDES SER SAN PEDRO SI QUIERES... NO ES QUIEN ES... SINO QUIEN PUEDA SEGUIR MARCANDO LA DIFERENCIA EN CADA LUCHA...POR LO QUE SEGUIRAS HASTA QUE YO DIGA BASTA. Concluyo molesto.
-Me acompaña. Le pide amablemente el que lo asiste siempre al joven.
-¿Pudiste averiguar sobre el joven que vimos?. Le pregunta de paso.
-Si... Tiene su misma edad... Es de una familia humilde... Trabaja medio día en un mini super ... Estudia administración de empresas... Siempre es increpado por el hermanastro de su único amigo... Y sueña con ser millonario. Le responde.
-Es ambicioso... Eso es interesante... Y averiguaste más sobre su familia... ¿Dónde nació?... ¿Por qué se me parece tanto?. Le pregunto.
-De eso no hay registros... Es como si se perdieran esos datos. Le comunica.
-Bien... Lo averiguaré por mi lado. Le comenta.
-¿Cómo hará eso?... Su padre no quiere que se exponga. Le advierte.
-Con los años aprendí a pasar desapercibido. Le responde.
-Seguira aparentando ser...
-Si ... Me sale bien... Además me instruiste. Le recuerda.
-Si... Pero lo demás... ¿Cómo ocultar eso?. Le pregunta señalando hacia su pecho.
-Siempre uso ropa cómoda... Y con unas vendas elásticas ajustadas... O tú descubrirás la manera. Le dice.
-Aun se me hace que es mala idea. Le dice.
-Necesito descubrir la verdad... Hay mucho que no me dicen... Solo me exigen... Y las ganancias jamás las veo... Y eso que tengo edad para manejar lo mío. Expresa resoplando.
-Solo tiene veinte años. Le recuerda su asistente.
-Si... Mi padre maneja todo... Solo piensa en el dinero... A mí no me registra... Salvó que se presente alguna competencia. Dice mirando en un punto fijo en la pared.
En eso ingresa su padre en su cuarto sin anunciarse.
-Tienes un evento benéfico... Quién aguante contigo quince minutos ganará diez grandes... Es para juntar para la casa hogar de niños huérfanos.
-Viste el informe del doctor... No puedo esforzarme. Le recuerda, enseñando su hombro izquierdo que apenas eleva.
-Fue tu culpa al dejar que te lastimen... Toma los suplementos y has los ejercicios... Estarás bien para el fin de semana. Le dice y se marcha.
-ASCH ... QUE FASTIDIO. Grita.
-Continuaremos con el plan. Le consulta su asistente.
-Will... Lo haremos... Necesito un respiro de todo esto. Le responde.
-Simone... Es arriesgado lo que haces. Le advierte.
-Puede ser... Pero si no lo hago terminaré como Nahuel. Le responde.
-No digas eso... Me tienes a mi... Sabes que me puedes considerar un amigo más allá de ser tu asistente. Le dice.
-Eres muy amable... Y eres el único que tengo... Mi padre se encargo de alejar a todos. Le respondió sin dejar de mirar el punto fijo en la pared.
Esa era la manera que canalizaba el mal humor que sentía en ese momento, era la manera en que cargaba la batería de su energía para las luchas, dónde descargaba esa frustración que su padre le provocaba en cada gesto de despreció al culparle por la muerte de su hermano, por no querer aceptar que sobrexigía a sus hijos en ser mas que perfectos en lo que hacian.