"No soy un vampiro común cariño, porque yo, escuchalo bien, NO me enamoro"
-Claus Collins.
***
Claus Collins es misterioso, calculador, frío, controlador, tremendamente sexy pero sobre todo arrogante y en ninguno de sus planes estaba enamorarse.
Tenía una misión y no era la primera misión que le encomendaban, confiaban en él y podía conseguirlo todo con solo chasquear sus dedos.
¿Podrás entender el porque nunca enamorarse? eso solo lo sabrás si miras un poco dentro de esos ojos color zafiro capaz de embelesar pero también de matar.
Por el contrario Marianna Grey curiosa de aquel chico extraño que decidió hablarle en aquella fiesta, se propone averiguar por qué aquellos ojos color zafiro gritaban peligro.
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Capítulo 1
Escucho la alarma del despertador y eso indica que ya es hora de levantarme de la cama, realmente no quiero ir al instituto, no quiero que al verme la gente sienta lástima de mí, no quiero simplemente salir a la realidad.
— Marianna — escucho a mi papá decir y sé que si no me levanto ya, vendrá a mi habitación y me dará una charla motivacional, la cual no quiero.
Como puedo me levanto de la cama, buscó en mi armario algo que colocarme antes de irme a bañar, cuando ya tengo lo necesario, camino al baño, me desvisto y dejó que el agua caliente corra por todo mi cuerpo, relajando cada uno de mis músculos y me permito repasar él monólogo que aprendí de memoria después de lo que sucedió.
Ya restregado todo mi cuerpo, cierro la regadera y me permito ver en el espejo y al verme, reprimo una maldición, no me gusta lo que veo, mis ojos están llenos de ojeras, asentando el cansancio y las noches sin poder dormir, necesito poner en alto mi insomnio. Me visto rápido y bajo a desayunar, mi papá y hermano ya se encuentran en la mesa desayunando, doy unos cortos buenos días y me sirvo el desayuno que consta de unos cereales con leche y me siento con ellos.
— Cómo dormiste — pregunta mi papá y se de antemano que ya ha visto mis ojeras.
— Bien papá — miento, porque no quiero dar ninguna explicación al respecto, miro a mi hermano y sé que no me ha creído nada.
— Bueno apurense que llegaran tarde al instituto — dice mi papá y siento alivio al ver que no insiste en el tema, mi hermano y yo nos concentramos en ingerir nuestro alimento, levantarnos, lavar los platos y encaminarnos al instituto.
— Adiós niños — musita papá cuando nos ve alejar de la casa, mi hermano y yo solo nos limitamos a saludar con la mano desde la distancia.
Lo cierto es que el instituto queda a unas cuantas cuadras de la casa y no hay necesidad de transportarse en vehículos y eso de algún modo me causa alivio.
Ya llegando al instituto veo a mis dos mejores amigas.
— Bueno Miguel nos vemos en la salida — le digo a mi hermano el cual me ignora y camina hacia el interior, lo observo hasta que ya se ha mezclado entre la multitud de estudiantes, boto el aire que no sabía que llevaba retenido y me encaminó a donde Sam y Sandra, al verme me dan un gran abrazo que en cierto modo me alivia.
— Cómo estás Mar — me pregunta Sam.
— Bien, sobrellevando él asunto — respondo débilmente, ellas no dicen nada solo se limitan a seguir abrazándome y llevándome con ellas al interior para así comenzar la jornada larga de clases.
Cuando entramos al salón de clases veo como ya la mayoría de estudiantes están sentados, paso la mirada buscando algún lugar lejos a dónde puedo pensar y no me molesten y veo un asiento en el fondo al lado de la ventana — Perfecto — digo para mi misma y me encamino hacia allí.
Veo como la maestra de biología entra a iniciar la clase, pasado 5 minutos diciendo lo que daremos el resto del año, tocan la puerta, la maestra se encamina y entre abre la puerta, solo permitiéndole ver a ella la persona que está afuera.
— Sabe que ya han pasado 5 minutos de lo que corre la clase — dice la maestra a la persona detrás de la puerta.
— Soy nuevo y por lo tanto me he perdido — dice alguien con acento bastante extraño y remarcado.
— pasa y toma asiento y que vuelva a ser la última vez que llega tarde — la maestra se hace a un lado y deja pasar lo que ahora se es un chico, toda mi atención es dirigido al extraño de ojos grises, cabello rubio, piel pálida, facciones suaves y cuerpo trabajado, cuando alzó la mirada mi sangre se agolpa en mis mejillas al ver que él tiene la vista posada en mi sonriendo de manera amigable, camina en dirección a la silla que se encuentra al lado mio, desvío mi vista a la ventana y me distraigo para no pensar en él chico que tiene posada su mirada de curiosidad en mi y solo rezo para que la clase se termine rápido.