Calina Belkin es una joven estudiante de ciencias veterinarias, quien sueña con graduarse e irse a vivir a Suiza, pero sus sueños se ven truncados cuando se ve obligada a contraer matrimonio con el mafioso mas peligroso de Rusia, Conocido como el demonio Ruso, Yerik, es un hombre frío, sanguinario, dejo de creer en el amor cuando su segunda esposa lo abandono con su pequeña hija recién nacida, desde entonces aborrece a las mujeres, pero se ve obligado a casarse para darle una madre a su princesa Alina.
Podrá Calina derretir el corazón de este hombre tan despiadado?
Podrá Yerik volver a confiar en una mujer y darse una nueva oportunidad en el amor? Acompáñame a descubrirlo...
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PRÓLOGO
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En una bodega a las afueras de San Petersburgo ( Rusia ) se encontraba un hombre caminando impaciente por todo el lugar mientras fumaba un puro, Nicolay Sokolov, jefe de la más temida y peligrosa mafia Roja o Rusa como quieran llamarla, llevaba más de diez minutos esperando que Mijaíl Belkin le trajera su dinero
Nicolay además de sus negocios dentro de la mafia era prestamista, lo hacía más que nada por hobbie, lo que más le divertía era cuando alguien no le pagaba y lo torturaba hasta matarlo, nadie que le debiera a asi fuera un centavo vivía para contarlo
Estaba por enviar a sus hombres a buscarlo cuando de pronto una camioneta color champagne y vidrios polarizados se adentró en la bodega, bajando un cansado y abatido Mijaíl, llegó hasta Nicolay y con temor lo saludo
-Te tardaste demasiado, has traído mi puto dinero? - interrogó el hombre mientras arrojaba al suelo su puro para luego pisarlo con rabia
- Yo, yo, yo lo lamento aún no logré recaudar toda la cifra, pero te juro que lo haré solo dame más tiempo, por favor - suplico el hombre poniéndose de rodillas
- Tú sabes que yo no perdono - dijo sacando su arma y apuntando al hombre quien seguía arrodillado llorando y con la cabeza gacha
- Lo sé, solo te pido unos días más, por favor, te lo ruego, no pido por mi vida sino por mi esposa e hijas que me necesitan en este momento
Nicolay era un hombre de unos cincuenta años, algo canoso, cuerpo muy bien trabajado, que aparentaba tener muchos años menos, su mirada era oscura como la noche, imponente, un hombre que a sus veinte años había matado a su propio hermano para quedarse con el puesto de jefe, jamás había perdonaba una deuda, si alguien le debía y no le traía su dinero en la fecha y hora acordada simplemente lo mataba
Pero tal vez la historia de Mijaíl o quién sabe el motivo, por primera vez en su vida decidió hacer una excepción
- Tienes dos días para traerme mi dinero, si en dos días no lo tengo en mi poder te mataré a ti y a tu mujer de la manera más dolorosa que exista - con esto último camino hasta su auto seguido por todos sus guardias y de marchó
Mijael pudo respirar tranquilo cuando los autos desaparecieron de su vista, se levanto y sacudió su pantalón, llevo sus manos a la cabeza, se sentía desesperado, no entendía como su familia se había desmoronado de esta manera, solían ser una de las familias más ricas de la ciudad, el era un importante empresario del rubro de la industria, pero todo se vino abajo cuando el amor de su vida, Gretel enfermo, ella siempre había sido muy sana, eran una hermosa familia hasta que de un día para el otro Gretel enfermo del corazón, los primeros meses fueron duros, vivían de la casa a la clínica y de la clínica a la casa, Mijael dedico toda su atención en su amada esposa, tanto que comenzó a descuidar su empresa y fue el momento justo para que Bladimir quién el consideraba su mejor amigo y gerente de su empresa la llevará a la quiebra, quedando en la ruina total, habían pasado de tenerlo todo a la pobreza absoluta, debieron vender todas sus pertenencias más valiosas para poder pagar a los empleados pero con eso no les alcanzó para mucho, por lo que tuvieron que vender su mansión y mudarse a una casa más pequeña, pero aún así Mijael no alcanzaba a costear todas las deudas que le habían salido gracias a quién considero como un hermano por tantos años, por lo que no le quedó de otra que recurrir a Nicolay Sokolov para que le prestará dinero y así podría abonar todos los gastos médicos y su amada esposa al fin entraría a la lista de espera para un transplante de corazón
Limpio sus lágrimas y subió a su auto, manejó hasta el hospital en dónde se encontraba Gretel hacia unos días que había sido traslada a un hospital de bajos recursos, Mijael por más que lo intentó ya no posee el dinero suficiente para pagar una clínica privada, dejo un beso en su frente y se marchó
- Está buena, te daré $$$ por ella - dijo el hombre observando detalladamente el vehículo
- Está bien eso me ayudara bastante
Mijael había decidido vender lo último de valor económico que tenía en su poder su camioneta, guardo el dinero en el bolsillo de su chaqueta y tomo un taxi a su casa, al llegar lo primero que hizo fue guardar el dinero en su mesa de noche, para luego darse un baño, debía de pensar en la forma de juntar más dinero
Salió de la habitación y camino hasta la cocina en dónde se encontró con su hija Calina
- Hola Pa, te ves cansado, estás bien? - pregunto la joven preocupada por la salud de su padre
- Si hija solo estoy un poco cansado pero nada grave
- No ví tu auto en la entrada pensé que estabas en el hospital
- No tu hermana se quedaría con Gretel un rato, tuve que vender la camioneta, pero ni con eso llegó a juntar la suma para pagarle a ese hombre - dijo llevando sus manos a la cara y soltando un suspiro de frustración
- Lo siento papá, si tuviera la manera de ayudarte, lo haría, tan solo si dejara la universidad por un tiempo, tal vez podría conseguir otro trabajo por las mañanas y eso nos podría ayudar … - Calina se vio interrumpida por el grito de su padre
- CLARO QUE NO!! No te permito que dejes la universidad, ya demasiado me estás ayudando con el empleo que has conseguido en las tardes y la ayuda en la casa, estoy muy orgulloso de ti y se que mamá también lo está, eres una gran mujer hija - dijo su padre abrazándola con fuerza
- Los amo mucho Papi, tu y mamá lo son todo en mi vida y haría lo que fuera por ustedes
- Yo también las amo a las tres y siento no poder hacer más, no merecen estar viviendo esto - dijo el hombre con lágrimas en sus ojos
- Papá no es tú culpa que mamá enfermará, desde que era niña tu te has desvivido por mi, como por mi hermana y mamá, eres el mejor padre del mundo y estoy segura que saldremos de esta, mamá se recuperará y todo quedará en un horrible recuerda, ten fé ya verás pronto volveremos a ser la hermosa familia que éramos antes - lo consoló su hija
- Y ahora basta de lágrimas!! Prepararé algo rico de cenar...
Calina había tenido que aprender a cocinar y a limpiar ella misma la casa con ayuda de su padre, ya no podían contar con servicio doméstico, por lo cuál se dividían las tareas con su padre, a la vez que por las mañanas iba a la universidad y por las tardes trabajaba como secretaria en un consultorio odontológico y por las tardecitas / Noches se ocupaba de la casa, ella era una chica que a pesar de que vivió toda la vida entre lujos era humilde, dulce, amorosa, le gustaba vivir sencillamente mientras que su hermana Larissa se seguía negando a aceptar su nueva vida, ella era todo lo contrario a su hermana, un verdadero dolor de cabeza.