La Villana Dejó De Amar Al Protagonista Masculino.

Era un día soleado, en el cielo volaba un avión con pasajeros, en la cabina de pasajero VIP una mujer elegante leía una novela con rostro serio, pero sus cejas se fruncían cada vez que leía, comenzó a leerlo por curiosidad, al ver a su madre léerlo Y decir que era muy bueno.

Con enojo cerró el libro y lo guardó.

¡Qué pérdida de tiempo!.

Exclamó en su mente.

Si hubiera sido yo, aceptaría el divorcio y me hubiera ido a vivir con mi hijo y le mostraría a todos que no necesito mendigar o arrástrame detrás de un hombre, qué tonta fue Clarisa al aferrarse a un hombre que no la quería, que la despreciaba.

El avión se movió muy fuerte, por reflejo se sujeto y pudo evitar un golpe en su cabeza, con fuerza se agarró en posabra y escuchó por los parlantes la voz del piloto que decía que usaran los cinturones de seguridad.

Carolina se empezó a poner el cinturón de seguridad a través de la ventana pudo ver que una ala del avión tenía fuego y lo primero que pensó fue en su madre, su hermano y su padrastro.

Al pensar en que su madre estuvo en un segundo matrimonio siempre estuvo atenta a ella, su padrastro la trataba bien como si fuera su hija biológica y su hermano, aunque tonto siempre la quiso. Y ella a él también, era una familia de cuatro felices.

No tenía miedo a la muerte porque sabía que tarde o temprano iba a morir.

De un momento a otro, el avión comenzó a caer en picada todo sucedió tan rápido que lo único que vio fue todo negro y no supo nada más.

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En medio de una habitación sobre la cama una mujer comenzó a abrir los ojos lentamente, tenía el rostro pálido.

- ¿Dónde estoy? - susurró Carolina.

Miro la habitación y noto que las cosas eran caras, un tocador blanco sobre él había cosas para el cuidado de la piel y maquillajes, una pequeña mesa con tres sillas de color café, un balcón que dejaba entrar una Brisa fresca.

En eso la puerta se abrió y entró una mujer con uniforme de sirvienta al ver a Carolina despierta se sorprendió y luego salió corriendo gritando.

- ¡La señora Clarisa despertó!, ¡la señora Clarisa despertó! -.

Clarisa miró todo lo sucedido con la expresión seria, con dificultad se levantó de la cama, pero su acción de levantarse se detuvo al recordar que la persona que había entrado la había llamado Clarisa.

Recordó que había personas que transmigra a novelas o a viajar a otros mundos después de morir. Pero creía que todo eran mentira.

Con pasos rápidos, se acercó al espejo que estaba en la esquina de la habitación y miró el reflejo su apariencia había cambiado ahora tenía el cabello rojo, ojos rojos, piel blanca y no su cabello negro, ojos cafés y piel blanca.

No solo su cabello y sus ojos habían cambiado, también su rostro. Con incredulidad se tocaba el rostro sin poder creer que había transmigrado a una novela.