Diana es una chica muda, que es obligada por su tío a casarse con un hombre muy poderoso, qué le va ayudar a salvar su empresas de la ruina... Al poco tiempo de casados Edwin termina por enamorarse de Diana, aunque la chica no puede hablar, se da cuenta de que es diferente al resto de las otra mujeres, Diana es dulce, amorosa, y respetuosa con los ancianos. Sin embargo, descubre que le queda muy poco tiempo de vida y prefiere alejarla por su bien.
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Al llegar la noche, un auto negro se estacionó en la entrada de la mansión Wlop. Una de las mansiones más lujosas de toda la ciudad.
Sin embargo, llevaba algunos meses que los anfitriones habían caído en desgracia. Así, que se vieron obligados a vender a una de las chicas que pertenecía a la familia.
Para evitar que la hija legítima fuera subastada y vendida como un pedazo de carne, Mateo ofreció a su sobrina Diana, a un hombre muy poderoso, para qué él le ayudara a salvar sus empresas de la ruina.
Edwin necesitaba una esposa hermosa y joven que le pudiera dar hijos lo antes posible.
Su familia lo estaba presionando mucho. Ya era un hombre de 35 años, el cual nunca estuvo en una relación seria con ninguna mujer.
Sus padres, como sus abuelos. Eran personas muy conservadoras, las cuales no miraban con buenos ojos, que un hombre de cierta edad, todavía no estuviera casado, y formando una familia.
Sin embargo, no querían a cualquier mujer para esposa de Edwin, al ser un hombre sumamente rico y poderoso. Los parientes de Edwin, quería a una chica sumisa y dulce, que fuera de una familia del mismo nivel que era él...
A Edwin lo que menos le importaba era, la chica, solo quería que su familia lo dejara de molestar con ese matrimonio.
Estaba dispuesto a comprar a cualquier chica, y hacerle creer a su familia que era del mismo nivel económico que él.
Una tarde, mientras estaban en una negociación, Mateo, se informó sobre los planes de Edwin.
Y él, con mucha astucia, y ambición, le ofreció a su sobrina Diana. La chica había quedado huérfana desde la niñez, era muy joven y hermosa, y sobre todo, era callada y jamás se iba a negar hacer nada que pudiera hacer enojar a Edwin.
Diana era una chica muda que desde que asesinaron a su madre delante de ella; no volvió a decir ni una sola palabra.
Diana tan solo tenía dieciocho años, llevaba quince años viviendo con la familia de su tío, no obstante, antes de ser considerada una más de la familia, Diana rechazada por su tío, y llevada con los sirvientes.
Sin embargo, como iba creciendo, su belleza iba siendo muy grande, el parecido con su madre, fue lo que más provoco que la mujer de su tío, la odiara más y descargara su odio en contra de ella.
Diana era como una sirvienta más para esa familia. Sin bien, ahora la estaban usando para que su familia no cayera en desgracia.
Mateo era un hombre mayor, el cual hizo negocios que lo llevaron a la ruina, y por los cuales, su esposa e hija, ya no podían gastar dinero como estaban a acostumbradas...
Edwin observó, atreves del cristal del auto, las luces de la mansión. Todo se miraba tan deslumbrante, que pareciera que la familia Wlop, no estuviera en desgracia.
_ Señor Shop, ¿Va a esperar un poco más?... _ Preguntó el chofer de Edwin.
_ No,
_ Quiero terminar lo antes posible con esto. Ayer por la noche, recibí una llamada de mi abuelo para informarme que ya tiene a la mujer correcta para ser mi esposa. _ Contestó Edwin entre dientes.
_ ¿Por qué no acepta la mujer que sus abuelos proponen para ser su esposa?... Así se va a evitar muchos problemas futuros con esta familia. _ Le sugirió el chofer.
Edwin se quedó en silencio, pensando en su siguiente movimiento. Era una buena opción casarse con Violeta, hija única del alcalde de la ciudad.
Sin duda sería un matrimonio por conveniencia que a las dos familias iba a beneficiar mucho.
No obstante, casarse con ella, sería estar atado a una mujer caprichosa, la cual siempre iba a querer pasar por encima de él. Un matrimonio como ese, es lo que Edwin no quería.
_ Violeta es muy hermosa, pero, es igual al resto de las mujeres que he rechazado constantemente... _ Respondió Edwin.
_ Señor, debería pensarlo un poco más... No conoce a la chica, además, el anciano es muy ambicioso.
El chofer no terminó de hablar cuando Edwin lo interrumpió. Levantó su mano, para que se callara...
_ La decisión está tomada, agradezco que seas sincero con la manera en que piensas. _ Mencionó Edwin, en un tono serio.
Al chofer bajo del auto y de inmediato abrió la puerta trasera. Edwin bajó y caminó hasta la puerta principal.
Al interior ya todo estaba listo, Susana, la hija de Mateo, y Fátima, estaba ansiosa de conocer al hombre con el que iban a casar a Diana.
La chica esperaba que fuera un hombre viejo y muy cruel, que a su lado Diana viviera un verdadero infierno.
_ Ya están aquí, señor. _ La empleada le informó a Mateo y a Fátima.
Mateo se encontraba muy nervioso, esperaba que Diana no echara a perder ese momento.
_ ¿Por qué?. No recogiste a nuestra hija para su esposa. _ Le reclamó Fátima.
La mujer todavía continuaba muy molesta con su marido. Fátima había buscado a Edwin Shop, por internet, y la información que salía de él era muy poca, pero logró encontrar una foto.
_ ¡Mujer deja de molestar!... Soy consiente de las decisiones que tomo. _ Mateo se molestó, al ser presionado por su esposa.
Fátima se puso furiosa, pero rápidamente fingió una sonrisa dulce; tomó el brazo de su esposo, y caminó a su lado hasta la puerta de entrada.
Con un gesto, le indicaron a la empleada que abrirá la puerta. Al abrirla, Edwin entró a la mansión, miró fijamente a las dos personas delante de él...
_ Buenas noches, sea bienvenido... _ Mateo soltó la mano de su esposa, para estrechar la mano de Edwin.
Edwin se quedó callado, miró al Mateo con indiferencia. Ya que se podía dar cuenta de la sonrisa tan falsa que Fátima tenía entre sus labios.
Fátima se acercó al chico, estiró su mano, y beso las dos mejillas de Edwin. El chico era demasiado guapo; para tener una esposa muda como lo era Diana.
_ Es un placer conocer a un hombre tan guapo como los usted, Señor Shop... _ Fátima mencionó con envidia.
Edwin con la mirada buscaba a la chica que se estaba por convertir en su esposa. Sin embargo, solamente miró a una chica rubia bajar las escaleras.