La invitación

Después de cruzar unas cuantas palabras, Tiryon dió un gran suspiró.

– Te voy a decir a dónde fui pero es un secreto, no debes decirle a nadie hasta que tenga la nota realizada.

– Dime, ¿ya tienes alguna nueva novia en algún club stripper?

– Primero pide algo de comer que muero de hambre.

– ¿Qué quieres que pida?

– ¡Pide lo que quieras! Si quieres pide tu comida china, solo recuerda que la salsa de soya me hincha así que tú tendrás que escribir la nota por mi.

– Entonces pido comida italiana. Ahora dime, ¿a dónde fuiste?

Charles salió de la oficina y fue a la cocina mientras esperaba a que Tiryon comenzará a hablar, abrió el frigorífico, tomo un par de bebidas y regreso junto a Tiryon.

– Toma – dijo extendiendo su mano dándole una de las bebidas.

– Eres un buen cachorro, no se que haría sin tí.

– ¿Cómo que no sabes que harías sin mi? Si sales de casa sin avisar a dónde vas.

Tiryon puso cara molesta – ¡Mocoso estúpido, yo soy el adulto aquí!

– Eso no importa, si eres adulto o no, te comportas peor que un niño.

Tiryon alcanzó una engrapadora que tenía sobre el escritorio y se la arrojo a Charles. El joven alcanzó a esquivar el proyectil, levanto el objeto que había caído al piso y la coloco nuevamente en el escritorio.

– ¿A quién crees que conocí hoy?

– No tengo idea... ¿A Lado Gaga?  ¿James Corden? ¿Taylor Swift? ¿Axl Rose? ¿Steven Tyler?

– No seas idiota, ¿tú crees que estás con Pedraza para ser sarcástico? Estás conmigo, mocoso irreverente.

– Bueno, ya dime a quien conociste hoy. No hay nadie interesante en esta ciudad de mierda.

Tiryon dibujo una enorme sonrisa en su rostro – ¿Qué crees chico? Le he ganado a Pedraza.

– ¿Cómo que le ganaste? Si Pedraza estaba trabajando mientras tú estabas de huevón.

– Yo estaba trabajando, estaba con la persona más célebre de está cuidad en este momento.

Charles se detuvo a pensar, solo había dos personas importantes en los medios...

–¿¡Viste al caníbal!?  ¿O viste al otro asesino y también te susurro en el oído y por eso están tan feliz?

– Bueno, deja de recordarme ese oscuro pasado mío, solo fue una ocasión y eso me alejo del camino de la bebida.

– ¿Y te gustó? ¿Realmente tiene dedos suaves? – continúo bromeando Charles.

– Basta mocoso, no te diré nada.

Charles dejo de hacer bromas y puso cara sería – Está bien, ¿a quién fuiste a ver?

– Fui a ver al caníbal, es un mocoso. Me sorprendió que sea tan joven.

– ¿Lo viste a la cara?

– No, no lo pude ver a la cara, todo fue a oscuras.

– Oye viejo, ese tipo te pudo haber tragado... ¿no tuviste miedo?

– No, no me dió miedo porque él quiere que la ciudad le tema. Es un mocoso que parece que está jugando con la policía.

– Si no lo viste a la cara, ¿entonces como sabes que es joven?

– El mismo me dijo su edad, además su timbre de voz se escucha como si apenas estuviera saliendo de la pubertad, sin embargo, se nota que es muy cruel. De no ser periodista y saber que iba por una nota, me hubiera cagado de miedo.

– Bueno, dime ¿cómo fué? ¿cómo es que te contacto? ¿por qué no me dijiste nada? – dijo Chales con voz claramente emocionada.

– Pues todo fue muy sorpresivo, ayer por la noche comenzaron a llegarme varios correos a la vez de una sola cuenta. Cómo no me dejaba dormir, decidí ver quién era el hijo de p**a qué no me dejaba dormir o pensé que había algún problema con las notas que hemos mandado al editor pero para mí sorpresa era una invitación... Te la mostraría pero no sé que tipo de tecnología uso que se borró en cuanto lo leí.

Dieron un sorbo a sus bebidas y sonó el timbre, Charles presiono el timbre del interfón. La comida china había llegado.

Minutos después abrió la puerta y el repartidor le entrego su orden, recibió el dinero y se fue.

– ¿¡Ya llegó la comida!? – grito Tiryon desde la oficina.

Charles también contesto a gritos, – ¡Mi comida sí, la tuya creo que tardará más!

– ¡Pequeño hijo de pe**a! ¿¡No ordenaste mi comida!?

Charles regreso al estudio, saco su comida y comenzó a comer frente a Tiryon mientras hacía caras exageradas y sonidos de que estaba degustando sus alimentos.

Tiryon le clavo su mirada – ¿Mi comida dónde está?

– Pido comida china porque son los más rápidos en entregar, tienes que esperar una hora más para que llegue tú pasta.

Tiryon se puso de pie y arrebató el contenedor de comida al menor y la comenzó a devorar.

Charles puso mala cara, fue a la cocina y regreso con otro contenedor que comenzó a comer mientras Tiryon lo miro molesto.

– Si pediste más, ¿por qué me diste tus sobras?

– Yo no te la di, me la quitaste. Y nunca me preguntaste si ordene más, pero ya deja de lloriquear y sígueme contando.

Tiryon dió un gran sorbo a su bebida y continúo con su narración.

– Crei que era una broma así que fui al lugar acordado, en los correos hacia enfasis en ir solo así no te podía decir cachorrito – se acercó a Charles y le alboroto el cabello.

– ...Pero fue un lugar público, ¿cierto?

– ¡Lugar público mi c**o! ¡Era el sitio  más mier*a de la cuidad! Me arrepentí de no llevar un cinturón de castidad y un chaleco antibalas. Sentí que en cualquier momento me saldría un grupo de malandros, afortunadamente conocí a más de uno y eso permitió que la situación estuviera bajo control.

– Aunque hubieras llevado cinturón de castidad, tú hoyo no estaría a salvo. Más bien hubieras necesitado un pañal.

– Andas muy gracioso el día de hoy, ya veo que juntarte con Pedraza te pone muy ingenioso – dijo Tiryon mientras ponía los ojos en blanco y continúo – Quieres que lo diga, ¿si o no?

– Ya, ya perdón, no sé que me pasa hoy. Pedraza me altera los nervios.

– El mocoso me enumero algunas de sus víctimas, no sé si de verdad no recuerde el número de personas a las que ha matado o solo estaba alardeando de lo prolifico que es. Debo confesar que en algún momento la piel se me erizo. Mata sin razón, solamente es por gusto.

– Bueno, pero tú creías que este era mejor este tipo que el "dedos suaves".

Tiryon miro a Charles con una mirada indescifrable, el chico se levantó y fue a la cocina por otro par de bebidas y se lo dió a Tyrion, lo cual hizo que el hombre reaccionara.

– Lo he estado pensando y creo que ninguno de estos asesino es mejor que el otro, nos dan de comer, sin embargo, la forma en que matan sin sentido me enferma. En las guerras se asesina gente pero es por tu patria, no justifico pero esas muertes tienen un sentido pero esto... matar niños sin sentido es demasiado enfermo.

– ¿Entonces qué es lo que esperas? ¿Cómo quieres que nos ganemos la vida? …Ya no quiero volver a ser fotógrafo de eventos, la gente es molesta.

Tiryon miro a Charles y comenzó a reírse – No te preocupes muchacho, enfermos siempre hay, lo único que existe son muertes necesarias y otras que nunca debieron ser.

Charles miro con curiosidad a Tiryon –¿Que llamarías una muerte necesaria?

– No lo sé, tal vez la muerte de estos dos enfermos sería una muerte necesaria para la sociedad.

Charles clavo la mirada en el vacío, después de algunos segundos su rostro permanecía sin reacción pero su boca comenzó a moverse.

– ¿Estás diciendo que te gustaría qué existiera un asesino justiciero?

Tiryon le dió unas palmaditas en el hombro al chico – Tal vez eso es lo que necesita está ciudad. La policía ineficiente solo sirve para poner multas pero los verdaderos criminales están en las calles, ocultos entre nosotros, lastimando gente inocente.

Tyrion se sirvió un vaso de whisky y lo tomo de un sorbo, su rostro ahora parecía triste.

– Muchacho, ya vete a casa. Se está haciendo tarde.

Charles noto el cambio de humor de Tiryon, se puso de pie, levanto los envases y los contenedores vacíos y los arrojo al cesto de la basura.

–¿Estás bien, viejo?

– Si, estoy bien solo que la putrefacción de este mundo a veces me agota.

– Está bien, me voy. Mañana te veo, Tiryon.

Charles estaba por abrir la puerta para irse cuando Tiryon le pregunto de súbito.

– Oye cachorro, ¿cómo van las cosas con la chica?

Charles simuló no entender a qué se refería Tiryon, el mayor vio el rostro confundido de Charles y una sonrisa maliciosa se dibujo en su rostro.

– No te hagas tonto, cachorrito. Sabes bien de lo que hablo, ¿crees que no he notado que ya eres un cachorro que está entrando en celo? ¿Estás listo para la plática?

– Vete al diablo, Tiryon. No necesito ninguna plática.

Tiryon miro divertido a Charles y con los dedos le hizo unas señas, con el dedo índice y el pulgar de la mano izquierda hizo un círculo y con el dedo anular de la mano derecha atravesó el círculo.

Charles puso mala cara y salió azotando la puerta. En cuanto estuvo fuera de la vista de Tiryon comenzó a sonreír.

Salió del edificio, en eso algo cayó sobre su cabeza, era un envase de las bebidas que había estado tomando con Tiryon y ahí estaba el hombre mirándolo desde la ventana cuando levanto el rostro, el contrario le gritó:

– ¿¡Y la plática!?

Charles se limito a enseñarle el dedo medio y se fue.

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