De paseo con Pedraza

– Anda, Charles. Date prisa, o nos van a ganar la nota.

— ¡Ya voy, Pedraza! – grito de forma molesta.

Charles cargo su equipo de fotografía mientras se apresuro a caminar detrás de Pedraza hasta alcanzarlo.

– Oye Pedraza, ¿Por qué yo? ¿Qué le paso a tu fotógrafo?

– Su esposa está en el hospital, la van a operar y se fue a acompañarla como perro faldero.

— ¿Y no había alguien más? ¿Por qué yo?

— Tú me gustas, tienes una carita de bebé – dijo Pedraza mientras le acariciaba una mejilla.

Charles se molestó y  alejo violentamente la mano de  Pedraza.

– Jajaja, no te enojes. Estoy jugando contigo.

— No me gustan tus estupidas bromas, Pedraza.

– Jajaja, eres como un pomerania, tierno pero de mal carácter.

Charles puso muy mala cara, realmente estaba muy enfadado. Deseaba que ese trabajo acabará pronto.

– ¿A dónde nos dirigimos?

— Vamos a una nueva escena del crimen.  Resultó que el asesino que yo sigo es mucho más prolifico que el asesino de dedos suaves que ustedes siguen.

– No es una competencia. Las personas sufren, eres un inhumano.

— Inhumano o no de eso vivimos.

— Aún así, eso es demasiado cruel. Ese asesino es sádico y morboso.

— No seas nena, está en la naturaleza humana ser despiadado y al público le llama la atención lo que es morboso. Ese es el éxito de nuestro periódico, la nota roja, sin ella moririamos de hambre.

— Está bien. ¿Ahora que hizo ese tipo?

— Despellejo a un tipo y lo abrió en canal como a una res, lo dejo en un refrigerador junto a la carne que se iba a transportar al mercado local.

— ¿Qué te hace pensar que fue el mismo?

— Es muy fácil saberlo, solamente el tiene ese humor negro. No me gustaría encontrarmelo... En cuanto lleguemos vas a ver la forma de trabajo de este tipo. Anda sube al auto.

Charles subió al vehículo en el asiento del copiloto, Pedraza no solamente era grosero y tenía gusto por lo sádico, también manejaba como loco.

Charles se agarró fuertemente del asiento y se sintió mareado.

— ¿¡Estás loco!? ¿¡Por qué manejas así!?

¡Vas a hacer que vomité mi desayuno!

– ¡Ay, pobre bebé! ¡Hay que darle una bolsita para que vomité! – Pedraza le lanzó una mirada divertida a Charles, era obvio que se burlaba de él.

— Eres un estúpido, Pedraza. Por eso nadie quiere trabajar contigo.

– Jajaja, mueren por trabajar conmigo. Además de ser buen tipo, soy muy divertido.

– Yo creo que eres un estúpido, y me enfadas.

– Ya niño, cálmate. Tú amo quería que te sacará a pasear, tenía algo importante que hacer y me pidió que te llevará conmigo. Esto que estoy haciendo es un favor para Tiryon así que  deja de quejarte o yo mismo te aventaré al puente y tomaré mis propias fotos.

– Está bien, ya me voy a callar. Dejaré de quejarme.

– Ya ves, así es más fácil. Tu también eres tan molesto mocoso, sino fuera por Tiryon hubiera buscado cualquier otro fotógrafo.

Charles y Pedraza guardaron silencio hasta que llegaron a la escena del crimen, el lugar estaba acordonado, estaban esperando al médico forense para que recogiera los restos.

Un grupo de gente ya se había arremolinado a ver la sangrienta escena.

Pedraza estaciono el automóvil y salió, dió unos cuantos pasos y regreso al auto como si hubiera olvidado algo, tomo un juego de mascarillas y una crema que le indico a Charles que se colocará en las fosas nasales, él hizo lo mismo y después se  colocaron las mascarillas.

–¿Por qué hacemos esto?

– A ti no te han tocado este tipo de escenas, mocoso. Pero este sujeto es realmente asqueroso, le gusta jugar con las viceras y los fluidos corporales, deja unas escenas repugnantes, huelen muy mal y sino usas la crema para opacar el aroma lo tendrás en la nariz por varios días, es algo muy molesto.

– ¿Relamente es muy malo?

– La primera vez que cubrir un asesinato de esta persona, no me pude quitar el aroma de cadáver por toda una semana. No podía ingerir ningún tipo de alimento, todo me asqueaba.

– Creí que nada de esto te impactaba.

– Sigo siendo humano después de todo y lo que vamos a ver por lo regular es horrible, sino pagarán tan bien estas notas y no tuviera un pleito por divorcio no lo haría.

Ambos entraron a una bodega de carne, caminaron al fondo en dónde se encontraba la habitación refrigeradora. Había animales colgados en ganchos, rápidamente la vista de Pedraza encontró algo, Charles miro en la misma dirección.

Se encontró con un ser humano enganchado por la garganta, desollado completamente, la sangre aún goteaba en el piso,tenía una abertura desde el tórax hasta la zona pélvica.

Los órganos e intestinos estaban nadando en una cubeta metálica como si fueran sopa,el aroma era muy desagradable, a pesar del congelamiento de la carne la temperatura no era lo suficientemente baja, el proceso de descomposición habia comenzado. El olor fétido de la carne podrida contrastaba con el lugar ensangrentado.

– Vamos chiquillo, es hora de que hagas tu magia. Toma suficientes fotos del cadáver, muchas veces nuestras fotos son mejores que las de los policías... Mira ven.

Charles se acercó hasta el punto dónde le señalaba Pedraza, alcanzo a ver algunas marcas en el músculo.

Pedraza señaló con el dedo – Esto es una mordida, sin duda lo probó.

– Es asqueroso, la carne humana es asquerosa.

– ¿Cómo lo sabes, mocoso?

– No lo sé, lo imagina con toda la grasa y el exceso de conservadores.

Pedraza se rió del comentario de Charles.

– Tal vez a ti te parezca repulsivo pero sin duda al caníbal le encanta... ¿Alguna vez has imaginado el sabor de la carne humana?

Charles hizo una cara de asco y después se acercó al cadáver y comenzó a hacer su trabajo.

Se limito a hablar en voz baja para si mismo  – El asesino debe ser un hombre grande para dominar a este mastodonte.

El hombre que colgaba del gancho era un hombre de aproximadamente 1.90 de estatura y 130 kilos.

– Nunca había pensado en eso, tienes razón. - comento Pedraza que lo había escuchado - Dominar a un par de pequeñas niñas debe ser fácil pero dominar a hombres y mujeres adultos es otra historia. Debemos investigar un poco sobre eso.

– Tal vez la policía ya pensó en eso y comenzó a investigar.

–No te equivoques, mocoso. Los policías están buscando a quien extorsionar, no crímenes que investigar. Somos solamente estadísticas, a menos que sea época electoral, no harán nada, para ellos es mejor, esta ciudad ha crecido mucho y muy rápido, simplemente es incontrolable.

– Bueno, continuemos con el trabajo.

– Tienes razón, este lugar apesta.

Pedraza salió a hablar con algunos vecino, recabo información mientras que Charles buscaba todo tipo de pistas, fotografío todos los instrumentos de la habitación: había cuchillos, sierras, hachas, todo lo necesario para que un carnicero destasara a una res o un cerdo.

Charles sintió una extraña excitación, pensó en los instrumentos que tenía frente a él y lo divertido que sería utilizarlos sobre Pedraza, pero rápidamente desecho la idea y continúo con su labor.

En cuanto terminó, alcanzó en la parte de afuera a Pedraza que continuaba haciendo las entrevistas.

Pedraza vio salir al joven y le indico que lo esperará en el auto mientras Charles permanecía en espera comenzó a pensar sobre Tiryon y lo tramposo que había sido, sin duda, el mal momento que le había hecho pasar no lo pasaría por alto.

El azabache tenía un truco bajo la manga, Tiryon tenía una adicción al alcohol, más de una vez se había perdido en la enorme cuidad, Charles como su amigo se dedicaba a buscarlo, en una ocasión encontró al hombre mayor  tirado en un callejón,lo habían robado, golpeado y abusado.

Desde ese día instalo una aplicación de rastreo en secreto para localizarlo en cualquier momento.

Abrió dicha aplicación y guardo la ubicación en la que se encontraba Tiryon. Estaba en la zona roja de la ciudad, los minutos pasaban y Tyrion permanecía en el mismo sitio.

Charles comenzaba a sentirse inquieto, estaba a punto de decirle a Pedraza que tomaría un taxi cuando esté subió auto.

– Muy bien mocoso, ¿a dónde te llevo?¿vas a ir a casa de Tiryon o a la editorial a revelar las fotografías? Recuerdo que la nota se tiene que subir antes de medianoche.

– Llévame a la casa de Tiryon... no, mejor déjame en la estación de metro más cercana.

– Está bien, lo que tú digas pequeño cara de niño.

Charles estaba pensando en ir a buscar a Tiryon pero cuando estaba a punto de bajar del automóvil, se percató que el hombre ya se estaba moviendo en dirección a su domicilio.

Charles no bajo del vehículo y miro a Pedraza

- Vamos a la editorial, de una vez revelaré las fotografías.

Ambos se dirigieron a la editorial.

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