El interrogatorio

Una linda pareja va tomados de la mano, es su primera cita, Erick está muy feliz, apenas recuerda el incidente fuera del bar de tres días atrás.

Él preparo todo para que fuera perfecto, primero fue por su novia a su casa, después fueron a comer algo a un lindo restaurante Italiano, lo siguiente en la lista es ir al cine y para terminar tal vez ir por un café o por una copa, depende de que quiera ella.

Ya habían ido a comer, ahora caminaban por la calle tomados de la mano, en dirección a la plaza que estaba apenas una cuadra más adelante.

De repente se detuvo una patrulla, de la que descendieron un par de oficiales después llegó un vehículo, era el automóvil del Detective Blair.

Uno de los oficiales se acercó y les pregunto sus nombres.

-Buenas tardes joven, señorita. Me pueden decir sus nombres por favor.

-¿Para qué?, ¿quién es usted y qué quiere? -Pregunto Erick

-Estamos buscando a un joven que de acuerdo a la descripción encaja con usted, solo necesitamos corroborar su nombre.

-No se lo diré, no hasta que me digan de que se trata todo esto.

La chica estaba comenzando a atemorizarse, soltó la mano de Erick y le dijo.

-Si tú no haz hecho nada diles tu nombre, de seguro es un error.

Él asintió con la cabeza y dijo -Yo soy Erick Cabrera, ya ve no soy a quien busca.

El detective no le dijo nada a Erick giro la cabeza y les pidió a los oficiales que lo arrestaran y presentarán en la comisaría.

-No, no, ¿que hacen?, yo no hice nada, suelteme.

Los oficiales lo arrastraron hasta la patrulla.

La chica se quedó sola en la calle mirando como se llevaban a Erick, él gritaba que no había hecho nada, pero ella no sabía que creer.

Más tarde en el departamento de Tiryon, Charles llego, llevaba un par de bolsas con comida china.

-Ya estoy aquí, ¿qué hay que hacer hoy?

-Pasa, pasa Charly

Charles puso los ojos en blanco, y por millonésima vez le dijo a Tiryon

-Ya te dije que no me digas así, soy Charles

-Sí, si, pequeñín lo que tú digas.

-¿Qué hay que hacer hoy, editar alguna nota o enviar algunas fotografías?

-Solo déjame leer este informe y en un momento estoy contigo.

Charles fue a la cocina por un par de vasos, saco la comida de la bolsa, se sirvió agua mineral mientras que a Tiryon le sirvió una cerveza.

De repente se escucharon risas estridentes de la oficina.

-Jajajajaja., estos pend*jos, jajajaja ...

-¿Qué pasa?, ¿de qué te ríes tanto?

-Jajajaja -Tiryon tenía tanta risa que pequeñas lagrimitas salían de sus ojos y se agarraba el estómago - están bien estúpidos, otra vez agarraron a otro tonto.

Charles no entendía así que espero a que Tiryon se calmará un poco.

Tiryon vio la expresión de incertidumbre en el rostro de Charles y le arrojó las hojas de fax que le habían enviado desde la comisaría.

Charles lo tomo, -¿Qué es esto?

-Agarraron a este pobre mocoso, estaba con su novia y lo arrestaron en la calle frente a mucha gente, el vídeo ya está en la red, jajajaja, deberías ver la expresión de la chica...jajaja.

Charles tomo las hojas tamaño carta y las junto, comenzó a leer la transcripción del interrogatorio de Erick Cabrera, realizado por el detective Antony Blair.

-¿Sabe por qué está aquí?

-No, no lo sé, ¿quiero saber por qué me trajeron sin ninguna explicación?

-Usted es la última persona que vio con vida a este hombre (le arrojaron las fotografías a la mesa)

-¿Qué?...yo...yo no sé de qué habla, no lo conozco...¡quiero un abogado!

-Pero reconoce esto.

El detective Blair coloco sobre la mesa de metal la tarjeta de presentación de Erick, aún tenía sangre seca sobre ella, estaba en una bolsa plástica.

Erick posó sus ojos en ella, y la reconoció enseguida.

-Sí, es mía... ¡pero yo no hice nada, yo no he hecho nada! -comenzo a gritar de forma desesperada.

-Las cárceles están llenas de gente que no hace nada, que nunca hacen nada, todos son inocentes como blancas palomitas.

-Le digo la verdad, yo...yo no sé de qué habla.

-Mira niño, esto no es un juego quiero que hables ahora, ¿por qué mataste a este hombre?

-Yo...yo...no maté a nadie, no sé por qué creen que fui yo, pero sería muy tonto matarlo y dejar mi tarjeta de presentación.

-Tal vez se le cayó, por qué varias personas lo ubican en la escena del crimen.

-No, no entiendo, ¿quién?, ¿cuándo?

-No nos crea tan tontos de revelar a los testigos, usted podría asesinarlos o amedrentarlos.

-No, diga tonterías, yo, no tengo dinero para mandar a amedrentar a nadie, y asesinar ¿por qué yo asesinaria a un desconocido?

-Eso es lo que vamos a averiguar, tarde o temprano.

-¿Dónde dice que encontró mi tarjeta?

-Sobre las vísceras de este hombre, ¿ya no recuerda el desastre que dejo en el callejón?

Blair saco unas fotografías demasiado grotescas, de un hombre grande y obeso, al que le habían eviscerado.

Erick vio las fotografías y como un reflejo comenzó a vomitar, le causó tanto asco u repulsión que no pudo contenerse.

-Yo...yo hice eso, nunca podría hacer eso.

Erick se limpio la boca con la manga de su camisa, y con la mano alejo las fotografías de su vista.

-Usted está enfermo, ¿cómo me puede mostrar algo así?, ya dije mucho y yo quiero a mi abogado, exijo un abogado...-Erick comenzó a gritar.

-Esta empeñado en negarlo todo, pero hay testigos que te vieron discutir con él cerca de donde se encontró muerto.

-Ya le dije no diré nada hasta que me dejé hablar con un abogado.

-Bien, como quieras, lo único que estás logrando es alargar el resultado final.

Erick guardo silencio y se cruzó de brazos, estaba tan molesto, asqueado, sorprendido y confundido que no sabía que hacer.

Un abogado de oficio por lo regular son solo marionetas de los fiscales.

Tendría que contactar a alguien que le pudiera ayudar, pero sin gastar demasiado, después de todo solo es un estudiante universitario.

Después comenzó a recordar, ese hombre obeso fue el que lo molesto cuando salió del bar.

Sus recuerdos eran borrosos, trato de recordar, llegó un hombre amable y le consiguió un taxi, él subió al automóvil y dio su dirección, no supo que pasó después, hasta que el taxista lo despertó frente a la puerta de su edificio.

Recordó que el hombre que lo subió al taxi le dio una palmada, casualmente llevaba el mismo abrigo, busco en el bolsillo superior y para su sorpresa encontró una carta del mazo de un juego de naipes. Un arlequín.

Erick llamo a gritos.

-¡Alguien venga!, ¡tengo algo, tengo algo!

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