—... lo perdió todo... —escucho voces, me cuesta unos momentos poder entender la conversación y un poco más, abrir mis párpados. De manera borrosa veo las figuras de mi hermano y mi padre, enfrente de ellos, el mago y el doctor de la familia.
—¿Se puede recuperar? —pregunta mi hermano, creo que hablan de mí. Miran fijamente al mago, quien suspira y niega con la cabeza.
—Sería un milagro si Lady Andersen, pueda sostenerse a sí misma. Su fuerza, su vitalidad, lo ha perdido casi todo, poco a poco —ninguno nota que estoy despierta.
—¿Cuál es el motivo? Ella siempre fue saludable, era muy raro que pescará algún resfriado, ¿por qué de repente ella esta a punto de morir? —mi padre parece molesto, supongo que es algo que nadie se esperaba. El mago extiende el collar que Grover me regaló en mi doceavo cumpleaños, es un rubí en forma ovalada, rodeado por plata en forma de ramas que entrecierran el diamante dejando ver su brillo levemente.
—¿Sabe quién se lo entregó? Es un diamante de traspaso. Se usan entre amos y sirvientes, por ejemplo, si un noble tiene magia, pero no la suficiente, en cambio un plebeyo tiene bastante magia, el noble puede usar este diamante con una maldición en específico, para que la magia, poder y vitalidad del plebeyo sea transferida al noble —mi padre gira su cabeza para verme y es cuando nota que estoy despierta, solo me ve.
—No sabemos quién se lo entregó —responde mi hermano en voz baja, no lo saben, porque Grover me dijo que no se lo dijera a nadie, que era un secreto entre los dos, por la emoción y el deseo de tener un vínculo especial con Grover acepte. Me engañó. Mi hermano me ve y al darse cuenta que estoy despierta, suspira, se acerca hasta la orilla de la cama—. ¿Cómo te sientes? —no respondo, solo veo detrás de él, el mago suspira, hace una reverencia y se marcha, el doctor me observa fijamente.
—Lady Catarina, su cuerpo esta en una condición muy delicada, por lo que sufrió un aborto espontáneo —siempre me agrado que fuera tan directo, sin miedo a lo que podría pasar después. Incluso ahora, me agrada la manera en la que lo dijo, porque fue tan impactante y rápido que no logro procesar todo de inmediato, hasta luego de unos segundos. Mi padre y mi hermano, lo observan como si él fuera el culpable y luego a mí.
—¿Catarina? —lo perdí todo, lo acabo de perder todo. Mi padre le hace una señal al doctor para que se marche junto con mis damas de honor, mi hermano toma mi mano y la sujeta con fuerza.
—¿Quién fue Catarina? ¿Quién fue el maldito...? —su mandíbula se tensa, mis ojos arden y una cálida lágrima resbala por mi sien, de ella siguen más, hasta humedecer mi almohada.
—Tiene que hacerse responsable, dime el nombre Catarina, haré que ese infeliz se haga cargo de ti —niego con la cabeza, veo el techo de mi habitación.
—Él no se va a responsabilizar —porque es el Emperador, el Sol del Imperio, porque ya tiene una Emperatriz y no quiere a ninguna Reina o concubina—. Quiero estar sola, por favor —mi hermano parece dispuesto a reclamar, en su lugar, mi padre lo toma del brazo y lo jala lejos de mí, me dejan sola y es cuando un sollozo escapa de mi garganta. Tenía alguien dentro de mí. No importaba lo que dictará la sociedad, no importaba si Grover no lo sabía, esa criatura iba a ser nuestra, aunque más mía porque sería la única que lo amará.
Lo perdí todo por amar a quién no debía.
-
Mi nana se encarga de cepillar mi cabello, no dice nada, no pregunta nada, escuchó lo que dijo el mago y el doctor y aun así no me pregunta. Sonrío levemente y cierro mis párpados, siento la suavidad de sus dedos que corren por mi cabello mientras pasa el cepillo.
Escucho fuertes ruidos fuera de la habitación, mi ceño se frunce, abro mis párpados justo a tiempo para ver como las puertas de mi habitación se abren con brutalidad por culpa de los soldados imperiales. Mis damas de honor exclaman asustadas, veo a mi hermano que los sigue de cerca molesto.
—No pueden irrumpir de esa manera en la habitación de una señorita —los reprende, pero el líder de la orden de soldados lo ignora, camina hasta mí, aunque mi nana quiere evitar que me toque al ponerse en medio, él la empuja y me levanta de mi asiento tomándome del brazo, a pesar del casco puedo ver su mirada furiosa, sus ojos llenos de odio y asco por mí.
—Ella no es una señorita. Solo es una perra —estoy confundida, demasiado para incluso defenderme, todavía estoy débil y no creo que nunca deje de estarlo, el líder me empuja y choco con otros dos soldados que me toman de los brazos y me sujetan con fuerza—. Por órdenes del Emperador Grover II, el Sol del Imperio, Catarina Andersen está arrestada por traición hacía la familia real —agrando mis ojos sorprendida, veo a mi hermano desesperada por ayuda.
—Hermano... hermano, ¿qué está pasando? —pregunto asustada, esperando que él me ayude, sin embargo, Karl solo me ve sorprendido, él les cree. Él cree en la familia real, él no me va a ayudar.
—Llévensela —dictamina el líder. Me arrastran fuera de la habitación y de la mansión, no logro procesar nada de lo que sucede hasta llegar al palacio del Emperador. Nuevamente me arrastran, por un momento creo que me llevarán a las mazmorras y me torturaran, en cambio me llevan hasta la sala de conferencias del Emperador.
Supongo que será una muerte rápida.
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Comments
Alma Delia Morales
el emperador la va a acusar de la muerte de sus hermanos
2023-03-19
1
Yeli Martinez
Dios mio impresionante q gente tan cruel. y el hermano porq no dijo q se lo dio el emperador es príncipe 🤴 desgraciado, el collar, solo la uso.
2023-01-26
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maldito desgraciado, cómo puedes tratarla así igualmente ya va a morir cuan más humillada la quieres ver 🤬🤬🤬🤬🤬
2022-12-17
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