Adiós Taiga

Capitulo 3

Taiga estaba en la banca mientras que el demonio trataba de absorber mi energía. Debía hacer algo, tenia que derrotarlo sino mi amiga pagaría con su vida y su alma.

-Ahora si -dijo él y mi cuerpo empezó a despedir luz.

Eso era muy doloroso. No podía moverme pero aun así sentía como si mis huesos se estrujaran. Yo quiera salvar a Taiga pero no era capaz de salvarme a mi misma. ¿Para que tenia tanto poder sino podía usarlo para ayudar a quienes más quería?

El demonio acercó su boca a la mía y trató de absorber la energía que mi cuerpo despedía.

-No puedes ser tan deliciosa. ¿Cómo hace el Shinigami para contenerse y no devorarte de una sola vez? -dijo mientras yo seguía gritando por el dolor que la transformación me estaba causando.

Mi cabello se tornó blanco y mis ojos rojos.

-Aléjate de ella -escuché decir a la voz de Jun.

Intenté darme vuelta para verlo pero no pude hacerlo. Todo estaba muy oscuro. El demonio Kodama me soltó y caí al piso.

-Aquí estas Shinigami. Te estábamos esperando -dijo y arboles comenzaron a surgir del suelo y a sujetar a Jun

-¿Que es esto? -preguntó Jun mientras intentaba soltarse.

-Ellos son mis hermanos demonios. Vamos a asesinar a un Shinigami. Eso nos subirá de rango -dijo él completamente fuera de si.

-Ni en tus sueños tendrás el poder suficiente para hacerlo -dijo Jun con una gran sonrisa mientras creaba un circulo de luz en el piso y se transformaba.

-No será hoy -dijo el demonio Kodama y anuló la invocación que Jun había hecho.

-¿Como es posible? -preguntó Jun mientras trataba de liberarse.

-Esta es nuestra tierra. No podrás hacer nada sin que nuestros ancestros demonios te lo permitan -dijo el demonio y comenzó a reír.

Kodama se acercó a mi y me levantó del suelo. Me agarró del cuello con su mano sana y siguió absorbiendo mi energía. En ese momento una energía de luz lo atravesó.

-Estas bien pequeña Kikio -preguntó el superior Kimura.

-Ayúdame a salir de aquí -le dijo Jun casi ordenándoselo.

-Eso te pasa por no esperarme y salir corriendo a buscar a Kikio -dijo el superior mientras trataba de ayudar a Jun.

El demonio Kodama se levantó del suelo y lanzó al superior contra otro árbol. El superior trataba de liberarse pero las ramas se ajustaban más a su cuerpo. Debajo había un símbolo como el que tenia Jun a sus pies y no le permitía transformarse.

-Creo que primero mataré al Shinigami y luego me comeré a esta ofrenda -dijo mientras se acercaba a Jun.

-Solo inténtalo -dijo Jun confiado aunque estaba atado aun.

El demonio Kodama se acercó a Jun y sacó un cuchillo. Lo pasó por la cara de Jun y luego lo atravesó con él. Jun gritó cuando el cuchillo empezó a iluminarse.

-¿Que es esto? -preguntó Jun al demonio.

-Es un talismán. No podrás transformarte y regenerarte. Así que lo único que me queda es atravesarte con mi espíritu así absorberé todos tus años de vida.

-No te lo permitiré -dijo Jun y aunque no pudo transformarse se soltó del árbol y lo destruyó con la energía que liberó.

-No puede ser -dijo el demonio Kodama sorprendido por lo que Jun había logrado hacer pese a no estar transformado.

Jun trató de quitarse el cuchillo del pecho pero no pudo. Mientras tanto el demonio Kodama veía como sus brazos se convertían en cenizas.

-No puede ser tan fuerte -dijo mientras trataba de regenerarse.

Como no podía hacerlo miró en dirección a Taiga. Tenia pensado poseer a Taiga como me había dicho.

-Jun, no le permitas acercarse a Taiga -le dije mientras trataba de ponerme de pie.

Jun se interpuso entre Taiga y el demonio Kodama pero raíces salieron del suelo y comenzaron a sujetarlo. Él usó su energía para liberarse.

-Quédate donde estas -dijo el demonio Kodama mientras me sujetaba del cabello.

-Déjala o pagaras las consecuencias -dijo Jun

-Te propongo algo. Compartamos la energía de este espíritu. No necesitamos pelear entre nosotros -dijo el demonio Kodama.

-Crees que yo compartiría contigo? Prefiero morir antes de hacerlo -dijo Jun y el cuchillo en su pecho comenzó a brillar.

-Entonces eso es lo que ocurrirá. Mira pequeña ofrenda. Veras como un Shinigami se hace polvo -dijo el demonio entusiasmado.

-No. Jun -dije con lagrimas en los ojos mientras lo veía sufrir de dolor. La sangre era de color negro y empezaba a caer al suelo a borbotones.

No podía dejar que Jun muriera por mi culpa. Él tenia todo bajo control hasta que le pedí que protegiera a Taiga. Yo no era capaz de salvar a mi amiga. Y ahora tampoco podía salvar a mi hermanastro.

-Despídete de él -dijo el demonio Kodama acercándonos a Jun mientras veíamos como su rostro comenzaba a cambiar de color y a ponerse más grisáceo.

-No me mires Kikio -dijo él como si le avergonzara-. Lamento no haberte podido proteger.

No era justo. No podía terminar todo así. No sacrificando la vida de quienes me rodeaban, pensé.

En ese momento el demonio Kodama me acercó lo suficiente a Jun como para que alcanzara el cuchillo que tenia en su pecho y sin pensarlo lo tomé. Este salió del cuerpo de Jun y lo usé para cortar mi cabello para que el demonio me soltara. Era tan filoso que de un solo movimiento cortó mi cabello y la cara del demonio.

-Ahora pagaras por eso -dijo Jun y se transformó. Una flama intensa salió del interior de su cuerpo.

Jun estaba muy enojado con el demonio por lo que no dudo ni por un instante en ir a atacarlo. Kodama hizo salir muchas raíces desde el suelo pero Jun las esquivó todas. Ya cuando estaban frente a frente se notaba que Kodama estaba aterrado. Jun hizo aparecer su guadaña y atravesó al demonio.

En un instante el demonio se volvió cenizas y el cielo se despejó. Yo aun tenia el cabello blanco platinado cuando Taiga despertó.

-Kikio, tu...tu eres -dijo Taiga y yo me puse a llorar.

-Lo siento Taiga -le dije y Jun la hizo dormirse.

-¿Que le estas haciendo? -le pregunté preocupada por ella.

-Ella no puede saber la verdad. Debes elegir entre sus recuerdos o su compañía -dijo Jun

-¿Estas diciendo que ya no podré ser su amiga? -pregunté con lagrima en los ojos.

-No solo su amiga. Si ella sabe de ti intentara acercarse de nuevo y estará en peligro -dijo el superior Kimura.

Era muy difícil para mi perder a Taiga. Ella había sido mi amiga desde que éramos niñas. Pero no podía volver a ponerla en peligro.

Autora: Osaku

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