Lo haces por ella

Capitulo 6

Jun vino de la nada y me volvió a colocar la bufanda. El ardor que mi cuerpo sentía desapareció como llegó.

-Eres un inútil. No puedes protegerla -le dijo Jun molesto al superior Kimura.

-Estaba esperándote -dijo el superior y se levantó del suelo y comenzó a destruir a los demonios. Los dos se pusieron espalda con espalda. Los demonios los rodeaban. Eran al rededor de veinte, por lo que pude contar.

-Sácala de aquí -dijo Jun y vi a Kashima tomarme la mano.

-Vamos niña tonta. Ni un día puedo estar sin cuidarte.

Mientras me empujaba fuera de la batalla yo trataba de zafarme de su agarre.

-Suéltame. Debemos volver a ayudarlos.

-Ellos pueden solos. No necesitan de mi y mucho menos de ti -me dijo molesta.

Unos minutos después Jun y el superior Kimura vinieron a donde nosotras estábamos. El superior tenia una lesión en uno de sus brazos por lo que me acerqué para ver si podía ayudarlo.

-Tranquila. No es grave -me dijo como si estuviera feliz-. Viste como se preocupa por mi. Creo que sabemos quien es su favorito.

Las palabras del superior iban dirigidas a Jun. Era un tonto por pensar que eso podría afectar a mi hermanastro.

-Creo que no tengo suficiente energía. Ven aquí gusano -me dijo el demonio de mi hermanastro.

Tuve que hacerlo, sabia que sino le hacia caso delante de ellos se iba a molestar.

-¿Que puedo hacer para ayudarte? -le pregunté mirando el suelo.

Él me acercó lo suficiente como para que nuestros rostros se tocaran y delante del superior y de Kashima me besó en los labios. Me sentí muy mal, y no porque me robara energía. Sino porque lo hacia de ésta manera, humillándome delante de todos. No pude evitar que una lagrima se deslizara por mi rostro. No se si él se dio cuenta pero dejó de quitarme energía.

-Vamos a casa -dijo y después de darme la mano me obligó a seguirlo. No me dejó saludar

al superior siquiera.

Caminamos en silencio unas cuantas calles. Me sentía incomoda con él en este momento.

-¿Vas a seguir así como una tonta o me vas a contar que te pasa? -me preguntó Jun como si estuviera molesto conmigo.

-No me pasa nada -le dije tratando de evitar una conversación con él.

-Hace días que estas extraña. ¿Cuál es tu problema? Tu amiga es feliz sin ti -dijo y le solté la mano

-Lo se. ¿Para que me proteges si todos son felices sin mi? Absorbe toda mi energía y termina con tus problemas -le dije y él cambió la mirada.

-¿Eso sientes? -me preguntó como si le importara.

-A ti que te importa. Solo soy un bocadillo -dije y comencé a caminar.

-Taiga tiene pesadillas todas las noches -dijo con la voz apagada.

-¿De que estas hablando? -le pregunté sin entender.

-Cada noche debo ir a su casa y borrar sus recuerdos porque sueña contigo. Aunque conscientemente no te recuerde sigue pensando en ti -me dijo Jun finalmente.

-¿Por qué no me lo dijiste antes? -le pregunté molesta.

-Porqué sin importar lo que pase si ella sabe que tu eres un demonio vendrán por ella y sufrirás mucho más ya que morirá en tus manos y su sangre derramada hará que no puedas cargar esa culpa -me dijo serio.

No podía entender porque tenia que seguir estando lejos de Taiga si ella también me seguía recordando. Jun tomó mi mano y me llevó a la casa de Taiga volando. No sabia que podía hacer eso.

-Ella ahora, así como está, vivirá hasta los ochenta años. Pero si ella te recuerda su vida se acortara y puedo ver que solo vivirá unos meses más. Es por eso que debes resistir. Lo haces por ella también -me dijo y sin entender demasiado como es que podía ver la cantidad de años que Taiga viviría intenté creerle.

-Volvamos a casa -le dije finalmente.

Cuando llegamos a la casa él abrió el refrigerador y me tiró un sándwich. Me dijo que tenia que empezar a comer comida humana sino quería que mi espíritu demoniaco despertara antes.

Jun fue a darse una ducha y yo aunque no tenia hambre comí lo que me había dado. Sabia extraño, comer en si se sentía feo. Demasiado feo por lo que empecé a sentir nauseas y tuve que entrar al baño. Después de vomitar y lavarme los dientes, levanté la vista para buscar una toalla. La sorpresa que me llevé al ver a Jun desnudo en la ducha fue enorme.

Estuve a punto de gritar pero luego pose mi atención en su espalda. Estaba sangrando. Él no me había dicho que estaba herido. Se notaba como las garras de esos demonios habían atravesado su carne.

-Necesitas ayuda -le dije y me acerqué a él sin pensarlo.

-¿Que haces en la ducha? -me preguntó confundido.

-Llamaré a Kashima -le dije pero él me detuvo.

Me agarró de la mano y me obligó a entrar en la ducha. No quería que nadie supiera que estaba herido.

-Puedo recuperarme si me das de tu energía -me dijo mientras que el agua nos mojaba a los dos.

-Toma toda la energía que necesites. No importa si me desmayo. Soy fuerte -le dije y él sonrió.

-¿No vas a llorar si lo hago? -me preguntó y en ese momento supe que él se había dado cuenta que me había hecho sentir mal.

-No me gusta que lo hagas frente a otros. Eso es todo -dije avergonzada.

Que Jun me tomara en cuenta era extraño. Más lo era que le importara lo que yo sentía.

-Entonces quédate un minuto quieta -me dijo mientras yo lo miraba a los ojos preocupada -.Deja de mirarme o no podré concentrarme.

Parecía incomodo. Era gracioso, nunca lo había visto así. Lo agarré del rostro y lo besé. Sabía que necesitaba de mi energía para que sus heridas se cerraran. Extrañamente mi corazón pareció acelerarse al contacto de nuestros labios. O eso creí hasta que me di cuenta que no era mi corazón el que se sentía distinto a otras veces, sino el de Jun. Temblaba y el ruido de su corazón palpitante llegaba a mis oídos.

Autora: Osaku

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