16. Atrapados en el aula

Durante un buen rato y en casi todo el camino, Aiden forcejeaba ferozmente hasta que finalmente se rindió, y dejó que Leonor lo llevará al lugar que ella quería.

Así fue, hasta que Leonor se detuvo en una enorme puerta de color azul opaco, y Aiden solo pudo girar su cabeza para intentar ver lo que había, sin embargo, y de manera abrupta, es lanzado a dentro del salón cuando Leonor abrió la puerta; cerrándola de nuevo con un fuerte estruendo.

—¡Oye!—Exclamó enojado por haber sido lanzado de esa forma. Levantándose del suelo—¿Por qué me metiste aquí?— Siguió gritando mientras daba golpes a la puerta.

—No van a salir hasta que ambos se reconcilien!— Exclamó desde el otro lado de la puerta, en el mismo instante en el que se escuchaba un breve clip, haciendo entender que la puerta había sido asegurada desde afuera— Van a hablar y a resolver las cosas con cortesía, si o si!—Dijo, y su voz se escuchaba que cada vez más lejos.

—¿Cómo que ambos?...—Preguntó para sí mismo en un susurro— Dios... que mujer tan feroz—Suspiro cuando dejó de escuchar los pasos de Leonor.

—Ni que lo digas... es malditamente aterradora— Dijo la voz de Bryon desde lo profundo de la habitación; apoyando su cuerpo en una de las paredes cerca de la ventana y con los brazos cruzados. Su cara y ropa estaban algo sucias; su cara tenía algunas curitas por las heridas que se había hecho hace días atrás.

Aiden se sobresaltó un poco cuando se dio cuenta de la presencia de Bryon, pero al cabo de unos minutos, su expresión de sorpresa, cambió a una de satisfacción tras notar las curitas en la cara de Bryon.

—Parece que fuiste brutalmente arrastrado hasta aquí—Sonrió con malicia—Qué tal están estas heridas?—Preguntó mientras señalaba con su dedo la mejilla de su rostro.

Bryon, solo gruñe con enojo, al recordar como se las había hecho. Aunque fue solo unos días atrás, recordó la paliza que recibió esa tarde.

Eran las cinco y treinta de la tarde, y Aiden se encontraba caminando ese día por el parque, despejando su mente tras haberse terminado de leer su libro. Aun así, caminaba con la mente en las nubes, sin prestar mucha atención a su entorno, lo que causó que se chocara con la espalda de alguien que tenía enfrente.

Rápidamente, levantó su cabeza para poder disculparce.

—Lo sien...— Pero rápidamente calló sus palabras cuando vio que se trataba de Bryon, quien lo fulminaba con la mirada llena de odio, a su vez, él lo observaba con asco y repugnancia.—A..., solo eres tú.

—Será mejor que me pagues por lo que hiciste—Dijo con un gruñido de odio.

—Pagarte por chocar contigo?— Comento con unos ojos con cierta incredulidad— Sí que tienes demasiado ego—Resopló fastidiado.

—Por chocar conmigo; tirar mi bebida y manchar mi camisa—Respondió mientras se giraba para mostrar como su tasa de café se había derramado sobre su camisa.

Aiden se quedó en silencio cuando notó la escena que había causado, así que con resignación y enfado, Respondió con una sonrisa forzada.

—Está bien... te lo pagaré después, así que quítate del maldito camino.

—No..., me lo patatas ahora—Se acercó más a Aiden; inclinándose un poco y tomándolo por la camisa— Y como muestra de tu sinceridad, me entregaras esa sudadera amarilla.—Sonrió mientras miraba brevemente los ojos de Aiden.

—Serás capullo— Sus ojos comenzaban a emanar fuego por la furia que sentía; tomando con su mano derecha la muñeca de Bryon— Ya te dije que te lo pagaré, ¿por qué carajos quieres mi sudadera ahora?

—Me tendré que quitar esta camisa para que me la laves, así que tendré que usar algo mientras tanto—Su respuesta era algo vaga y sin sentido, parecía que lo que realmente quería era sacar de las casillas a Aiden apropósito.

—Parece que necesitas un golpe para traerte a la realidad—Sonrió con agresividad; haciendo presión en la muñeca de Bryon— Así que yo con gusto te la daré.

—Que quieres decir co-...

Sin terminar sus palabras, Aiden se suelta del agarre de Bryon, y con un giro rápido se pone de espalda; toma con ambas manos el brazo de Bryon y lo lanza por los aires, causando que se cayera de espaldas al suelo, y sufriendo un dolor en las costillas. Pero no término hay; acto seguido, cuando Aiden notó que Bryon cayó de manera efectiva al suelo, se subió sobre él, preparando un puño que iría directo a la cara.

Sin tener tiempo de reaccionar, Bryon solo vio por un breve instante como un puño se acercaba a su cara, golpeándolo de lleno en la mejilla y causando que si nariz sangrara.

—ARG!, MALDI...— Otro puñetazo en la mejilla— Me las PAGARÁS!...

Sacó sus garras, rasguñando los muslos de Aiden y haciendo que su pantalón se rasgara y su piel sangrara casi de forma inusual. Y, ante eso, Aiden solo se estremeció un poco, pero rápidamente apresuró su ritmo de golpe.

Ambos duraron un gran rato peleando; golpeándose en cualquier parte del cuerpo que pudiera derribar al otro. Y para cuando Leonor llegó, se encontró con la escena de que Mordía ferozmente la cola de Bryon y este, estaba jalándole el pelo y doblándole una pierna.

Justo en ese instante, ambos se dieron cuenta de la presencia de Leonor, mirándola con cierta sorpresa. Bryon con cierto miedo y pavor, y Aiden con indiferencia, volviendo a morder a Bryon con más fuerza. Fue esa acción la punta del iceberg para Leonor, quien los apartó abruptamente, mientras que les gritaba que esa sería la última vez que lo iba a tolerar y que si en algún momento los veía peleando de nuevo, los castigaría a su manera.

Volviendo de nuevo a la realidad, Aiden y Bryon estaban de brazos cruzados. Aiden con una sonrisa de satisfacción y Bryon con un destello de odio en su mirada, aunque rápidamente lo resiste.

—Solo me ganaste porque me tomaste por sorpresa—Giro su cabeza para no mirarlo y no admitir que perdió de manera justa.

—Claro~, como digas—Dijo con tono sarcástico— pero cambiando de tema, no podemos salir de aquí?.

— Ya te digo yo que no; lo he intentado con las ventanas, pero no se abren desde dentro, tampoco las pude romper, tal parece que están blindadas—Explicó mientras apuntaba con su dedo en dirección a las ventanas; y su cola se movía de un lado a otro de manera casi frenética.

—¿Me estás jodiendo?—Preguntó incrédulo y con un tono irritado; centrando su atención por unos instantes en la cola de Bryon.

—Es tu problema si no me crees o no, pero para que veas que digo la verdad, puedes acercarte a la ventana, y verás como hay algunos rasguños debido a mis garras—Volvió a explicar con una expresión de cansando.

Y al acercarse para confirmar las palabras de Bryon, se dio cuenta de que decía la verdad. Se podían marcas desenfrenadas de arañazos. Así que se alejó de las ventanas y volvió a dirigirse a Bryon.

—¿Y qué hay de la puerta?—Preguntó de nuevo, aún con la esperanza de poder salir de ese lugar.

—Tampoco se puede abrir desde adentro, si te acercas a ver, notarás que no tiene perilla; la puerta está hecha de hierro, lo que no es fácil de derribar.—Dijo con resignación.

—Carajo—Exclamó con frustración— ¿Por qué mierda hicieron un salón así?— Se preguntó así mismo, sentándose en el suelo y tomando su libro.

—Este originalmente era un aula de experimentación del departamento de ciencia, pero luego de que se incendiara, la universidad recaudó fondos para repararla, pero tras reforzar un poco las ventanas y puerta, hubo un ataque terrorista y los estudiantes que estaban en esta aula casi mueren tras no salir de aquí, así que el directo optó por no reparar el salón y dejarlo así—Se sentó a pocos centímetros de Aiden; recostándose en la pared.

—Que jodida mierda—Resoplo con mucha resignación— Y tu como sabes todo eso?—Preguntó a la vez que caída en la cuenta de lo que acababa de escuchar.

—Bueno, me gustan las historias de terror en las instituciones—Se encogió de hombres sin avergonzarse.

—Pero... ahora que lo pienso, ¿Cómo es que Leonor tenía la forma de abrir esta aula?...

—Tiene formas muy misteriosas de conseguir lo que quiere; solo mira como estamos.

—Tiene un punto...

No dijeron nada más después de eso, y ambos hacían sus cosas de manera separada, uno leía en silencio su libro, mientras que el otro jugaba un videojuego desde su teléfono, con algo de sonido que se escuchaba en casi todo el salón.

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