6. Conflictos

Justo en ese preciso instante, Aiden se abalanza sobre el hermano de Leonor, propinándole un golpe de lleno en la cara y provocando que retrocediera unos pasos; ante esto, el chico se queda perplejo unos instantes, y al siguiente, se lanza hacia él para darle un golpe.

Cada golpe y patada le daba de lleno a cada uno, pero ambos resistían con persistencia, negándose a ceder ante el otro, y deseando que alguno bajará la guardia para darle el golpe final.

Ante esto, Leonor no sabía que hacer en un inicio, pero viendo como el conflicto se salía de control, decidió actuar y tratar de detener a ambos; y a esto, empleados del local también decidieron tomar la iniciativa.

Tardaron varios minutos en detenerlos, hasta que Leonor finalmente se hartó y decidió poner fin a esta pelea de una vez por todas.

— Ya paren de una vez!.

Exclamó irritada, liberando feromonas opresivas alrededor y separando a ambos con sus manos.

Ambos chicos pararon de inmediato; uno por la repentina opresión de feromonas que sintió, y el otro, por el grito que lo había alarmado.

—Ya se relajaron?!; espero que si porque van a tener que resolver todo este problema.

Tras decir eso, señaló el panorama en el que se encontraba el local, y ante la mirada perpleja de ambos, continuo.

— Los voy a soltar, así que no quiero que vuelvan a pelear.

— Perdón, está bien..., suéltame por favor...

— Hermana..., me estás humillando, ya suéltame, quieres?...

—Bien!, saldremos afuera y no pelearán, ENTENDIDO?!.

—Sí...

Respondieron ambos al unísono. Pero antes de salir, hablaron con el gerente del local para pagar los daños causados por la pelea, tomaron sus cosas y se fueron.

Durante todo el camino, los tres permanecieron callados, en una incómoda atmósfera, incapaces de tomar la iniciativa por voluntad propia. Leonor los miro a ambos, notando como los dos tenían ciertas heridas en la cara o brazos, así que se dirigió primero hacia su hermano para reprenderlo.

— Mira como tienes la cara, pareces todo un niño comportándote de manera infantil; Bryon, realmente deberías de actuar de manera tan salvaje hacia los demás.

Al oír el nombre del chico, Aiden no pudo evitar sacar una breve risa burlona, y Bryon, lo notó.

—Putt, perdón, perdón, no me miren así, no fue intencional; en serio te llamas Bryon?, ja, ja, ja..., n- No me pegues!, ja, ja, ja, ja.

— Que tiene de gracioso que me llame así?.— Entrecerró sus ojos con una clara expresión de enfado y bajó su mano que estaba a punto de golpear a Aiden.

— Suena gracioso, cierto?, no le queda bien para un Idiota como él— Lo interrumpió su hermana.

— Tienes razón, ja, ja, ja, ja; ya~, no me mires así, imbécil, solo bromeó, BROMEÓ ~.

Después de unos ratos de risas y bromas, finalmente llegaron a la salida de la universidad, y al estar más cerca, los tres vieron como un carro negro estaba estacionado cerca de la salida, y junto a él, el chófer de Aiden, que al verlo, se acercó para saludar.

—Buenas tardes, ... Lio...— Dijo inclinando para hacer una reverencia.

— Buenas tardes, Arden, perdón por la demora..., tuve pequeñas complicaciones— Miró de reojo a Bryon y luego se volvió hacia Arden.

— Veo que tiene rasguños en la cara, quiere que lo ayude a curarlo a usted y sus acompañantes?.

— No, no, estamos bien, así que por favor no se lo notifiques ni a mi madre ni a mi hermana mayor, en cuanto a ellos, solo me estaban acompañando; se me olvidó presentarlos..., ella es Leonor y él es 'imbécil', chicos, él es Arden, mi chófer.

—Mucho gusto, soy Leonor, amiga de Aiden.

Cuando Aiden escucho la palabra "amiga", sus ojos sé abriendo de la sorpresa; no le había dicho que eran amigos y no creía que eran lo suficientemente cercanos como para referirse así a ella, no obstante, supuso que eso era lo normal entre las personas, así que por el momento lo dejo pasar.

Bryon, no dijo nada cuando le presento al chofer, solo miro de arriba a abajo y luego suspiro con desdén, volteando la mirada y restándole importancia. Al ver la reacción de Bryon, Arden apretó los puños de la impotencia, enojado por como lo estaba tratando pero siendo incapaz de hacer o decir algo, puesto que estaba en servicio en esos momentos y era de mala educación, así que solo se dispuso a responderle a Leonor.

— Un gusto señorita, soy Arden, estoy al cuidado de Aiden, si tiene alguna incomodidad en el futuro, por favor hágamelo saber.— Sonrió de manera suave y cálida, demostrando que estaba siendo sincero y mostrando confianza en sí mismo.

— No tienes por qué ser tan formal con los demás, solo sé más libre, sabes que no me molestaré.

—Sí..., perdón...

— Que Idiota se ve...— Susurró Bryon.

—Que dijiste, imbécil?!.

Exclamó Aiden desde su lugar, que había escuchado muy bien al chico desde esa distancia. Leonor y Arden, giraron sus cabezas para mirar a Bryon, esperando a que él diera una respuesta ante lo que pregunto Aiden.

— No dije nada, maldito Beta!.

—Más te vale imbécil!— Se giró para hablar con Leonor— Gracias por acompañarme hoy, te lo agradezco.

— No hay de qué!, deberíamos juntarnos más a menudo.

—Ja, ja, ja, está bien, nos vemos luego.

Y tras decir esas palabras, se despidió con un saludo y entro en el auto; solo miro a través del auto, pero los demás no podían verlo desde afuera, así que solo se limitó a insultar con el dedo a Bryon, riéndose de como no es consciente de lo que pasa.

Luego de un largo rato en el auto, finalmente habían llegado al departamento de Aiden. Subieron las escaleras y entraron a al departamento, y tras entrar, los recibió con un cálido maullido un lindo gato siamés. A pesar de ser un gato bonito y de apariencia tierna, era todo lo contrario; no era dócil, era difícil de tratar, tampoco era muy sociable, demasiado tímido a pesar de ser un gato adulto, pero a pesar de eso, se comportaba de buena manera, no maullaba, ni siquiera cuando tenía hambre, tampoco le gustaba jugar demasiado, lo que ahorraba un poco el dinero, le gustaba dormir en la cama de Aiden aunque tuviera la suya, y siempre que llegaba a casa lo recibía con un maullido tan bajito que inicialmente era imperceptible para el oído humano.

Cuando vio al gato, Arden no pudo evitar poner una expresión ante la aparición del felino, pero rápidamente la cambio a una de alegría. Nunca había pensado que Aiden fuera capaz de tener a una mascota bajo su cuidado, y menos con su personalidad.

— Hola Eiki~, papa finalmente llegó a casa~— Dijo sonriéndole y poniendo una pequeña voz aguda, al mismo tiempo que le acariciaba la cabeza con mucha delicadeza, procurando que no se sintiera incómodo o adolorido.

—Que..., que lindo gato tiene..., lio...

Al oír esto, Aiden se volvió hacia Arden y lo miró, feliz de lo que había escuchado pero al mismo tiempo, con una pequeña sonrisa burlona.

— Veo que aún no te acostumbras del todo a llamarme así; si te sientes cómodo llamándome de manera formal está bien, pero espero que no lo hagas enfrente de las personas que conozco.

—Ah..., yo..., sí, de acuerdo; perdón si lo llegué a molestar, no era mi intención.

—No te preocupes, no me moleste, y ya que estás aquí, quieres algo de comer?.

—Algo de comer…?, creo que estoy bien a-

— Muy tarde!, aquí tienes un sándwich casero, disfrútalo.

Lo interrumpió, sabiendo la respuesta que le iba a dar, tomó rápidamente un sándwich de la nevera y se lo entregó en sus manos.

— Muchas gracias..., entonces me iré yendo a mi casa, que tengas buenas noches, señ-... digo, Lio...

—Igualmente, buena suerte en tu viaje a casa, descansa.

Comentó, despidiéndose de Arden en la puerta, para después cerrarla y dirigirse a su cuarto junto a su gato, que lo seguía desde una distancia prudente.

Cuando se sentó en su cama, reflexionó sobre los acontecimientos que tuvo el día de hoy, y deseo para sus adentros que los próximos días no fueran tan desastrosos como los de hoy. Maldiciendo para sí mismo el cómo había actuado y las palabras que había dicho a los demás sin tener consideración en lo que decía o en cómo los hacía sentir.

— Soy una persona de mierda...

Decía mientras suspiraba y miraba con una cara triste a su gato, quien también lo miraba desde una esquina de la habitación. Para después, buscar en uno de los cajones que tenía cerca de su cama y que estaban cerrados con candado; una pequeña taza llena de un líquido naranja, junto con una botella llena de ese líquido y un pequeño frasco transparente. Se preparo un poco de ese líquido naranja en la taza y luego, comenzó a tomar.

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