10. Pelea en la parada

El sol estaba comenzando a alcanzar su máximo punto, y el aire frío comenzaba a darle la bienvenida al agradable invierno de noviembre.

En ese momento, Aiden caminaba por las calles de la ciudad en dirección hacia la parada de autobús; y como hacia frío, traía puesto una camisa de manga corta de color azul marino y encima de ella una chaqueta de mangas largas con capucha de un color mostaza que no parecía encajar bien con su camisa; y unos pantalones largos y anchos de un color negro, pero que desde cerca parecía más bien ser de un azul marino demasiado oscuro; su mochila estaba más vacía de lo habitual, pero aun así parecía ser más pesada; en su cabello tenía dos pinzas metálicas de color negro, como adorno; y en su cuello, traía colgado cuatro collares, uno de un Jin, otro con forma de un árbol de la vida; el que estaba más pegado al cuello tenía forma de gota de agua, qué al estar más cerca se podía apreciar como parecía simular un espacio, y el último que también estaba pegado más al cuello tenía forma de cristal, con un color fosforescente que al entrar en contacto por mucho tiempo con el sol brillaba en la oscuridad.

— Que día más bonito; se ve tan nublado y el clima es tan frío, que me entran ganas de faltar a la universidad al menos esta vez.— Decía al mismo tiempo que llegaba a la parada de autobús y se sentaba en el puesto vacío para poder leer su libro, aprovechando el tiempo que tenía para esperar el autobús.

Esta vez, no le faltaba mucho para poder terminarse el libro, así que centró toda su atención en poder terminar al menos unas 5 páginas antes de que llegara el autobús. Pero al cabo de unos, notó como alguien le tocaba el hombro desde la derecha de su puesto, y al girar su atención hacia la persona que lo tocó, su rostro puso una expresión de fastidio y cansancio.

— Ah..., que agradable verte por aquí Leonor.—Comentó forzando una breve sonrisa para luego centrar su atención con la mirada hacia la persona que Leonor tenía detrás— Menos al estúpido que tienes detrás.

—Buenos días Aiden, es bueno verte por aquí también— Respondió devolviéndole la sonrisa con una cara relajada y alegre que siempre tenía cada vez que la veía.

—¿Qué hace un niño mimado y engreído como tu aquí?— Tenía una mirada feroz fiesta en Aiden, como si su mera presencia fuera a arruinarle el día por completo.

—¿Acaso no tengo derecho a estar aquí también?, por lo que tengo entendido, no eres dueño de esta parada de autobús, ¿o si?.

— Ho no!, eso no ea lo que quiso de...—Decía Tratando de explicarse, pero rápidamente fue interrumpida por su hermano.

— Solo Decía que un tipo tan delicado y exigente como tú, jamás se atrevería a estar en un lugar como este; parece que tu hermana no te pudo costear el auto que tenías.

—Serás imbécil!— Exclamó Aiden levantándose de su asiento; dejando su mochila y libro en este y tomando del cuello a Bryon.

En consecuencia, Bryon saco sus garras al mismo tiempo que esparcía poco a poco sus feromonas amenazantes sobre Aiden, pero él, al ser Beta, no notaba estas feromonas, en cambio, Leonor y otros Alfas y Omegas, si sintieron la enorme presión que Bryon está ejerciendo sobre el lugar.

En cuanto Aiden estaba a punto de propinarle un golpe en la cara a Bryon, este fue detenido por la mano de Leonor en el momento indicado. Sorprendido ante tal capacidad de Reflejos; dirigió su atención inconscientemente hacia Leonor, quien no estaba prestándole la más mínima atención, sino que todo ese interés estaba dirigió hacia Bryon, que la miraba sorprendido por lo que acababa de ver.

Los ojos de Leonor reflejaban una mezcla de un enfado irreconocible, junto con la preocupación, la desesperación y la desaprobación en ello. Pero su expresión era tan calmada y serena, que fácilmente se podría decir que realmente no estaba molesta y se estaba tomando las cosas con tranquilidad.

—Bryon..., ¿Qué crees que estás haciendo en un lugar público?—Su tono eran tan severo, que instantáneamente la expresión de Bryon cambio a una de pesar y pena.

—Perdón..., lo hice inconscientemente, pero ese Idiota se merece que le dé al menos un golpe—Decía tratando de justificarse y mirando furtivamente a Aiden.

—Mira quién lo dice; el imbécil que se siente inferior ante un Beta solo por ser más eficiente y sociable que el...—Respondió en consecuencia ante sus palabras, tomando con más fuerza la camisa de Bryon.

—Chicos..., ¿Pueden parar de una vez?, ¿No ven la gran escena que están armando por sus actos infantiles?.

— Ese pendejo empezó primero, lo justo sería que al menos sé retracte—Comentó Aiden soltándole la camisa poco a poco hasta tener totalmente las manos abajo.

—¿Estás sensible porque lo que dije es verdad?—Preguntó con un gesto burlón y mirándolo con desdén.

—Tú!…—Las manos extendidas de Leonor lo interrumpieron, provocando que se callara al instante.

—Paren ya, el autobús está por llegar, así que pausen su estúpida pelea aquí.—Dijo con un tono aún más severo del que había dicho anteriormente. Y se giró para buscar en uno de sus bolsillos la tarjeta de transporte.

Ambos chicos se miraron de reojo con desprecio, para después tomar sus propios caminos separados y tomar sus cosas. Subiendo el autobús tranquilamente y tomando cada uno un asiento lejos de otro.

Aprovechando este momento de tranquilidad, Aiden decidió leer al menos unas pocas páginas de su libro antes de llegar a la universidad, y mientras estaba leyéndolo, podía sentir a ratos una extraña mirada penetrante sobre el, sin embargo, no se tomó las molestias de girarse para ver de quien se trataba, puesto que ya tenía una idea aproximada de quien era esa persona, así que sin inmutarse, prosiguió leyendo su libro; negándose a darle esa satisfacción a Bryon de girarse para mirarlo.

Luego de unos largos minutos en el autobús; finalmente había llegado a su tan esperado destino a ala universidad. Y, tan rápido como pudo, tomó sus cosas y bajó del bus a una velocidad inhumana con la esperanza de poder evitar a ambos hermanos que se bajaban justo detrás de él. Perdiéndolos de vista al cabo de unos cuantos metros.

Bajo la velocidad de su carrera y se dispuso a caminar lentamente para recuperar el aliento mientras caminaba por los pasillos del campus.

 Este día en particular, los pasillos estaban menos concurridos de lo habitual por ser un día festivo, así que el espacio para caminar era el más adecuado para cominar con tranquilidad en ese momento.

Mientras caminaba sin prestarle atención a su alrededor, notó a lo lejos una leve figura entre la pequeña multitud, y cuando más se acercaba, más familiar le parecía la apariencia de esa persona; hasta darse cuenta por fin, de quien se trataba.

—¿Indivar?— Preguntó con una expresión que reflejaba brevemente un brillo de alegría, pero al instante lo camuflo con una expresión neutral y fría.

La chica que estaba de espaldas, se giró tras escuchar una voz que la llamaba desde atrás, y cuando se dio cuenta de quien se trataba, no pudo evitar sonreír de alegría y acercarse a pasos acelerados hacia él, quien se encontraba a unas pocas distancias de ella. Pero cuando se acercó un poco más hacia Aiden, se paro en seco y su mirada se congeló a una de incredulidad e incertidumbre.

Y al notar como se detuvo de manera abrupta, Aiden se preocupó por como estaba actuando.

—¿Estás bien, Indivar?.

—Ha..?, Ho!, si perdón, recorde algo y me quede en shock...—Explicó mientras volvía en sí y se acercó de nuevo a Aiden.

—Entiendo..., en ese caso, tienes clases en este momento?.

—Sip, pero aun tenía tiempo así que estaba paseando por los pasillos, y tu?.

—Ah, yo tengo clases en unos momentos así que me estaba dirigiendo al aula para poder tomar un asiento antes de que me lo quiten— Explicó al mismo tiempo que se ajustaba la mochila.

— Ya veo, en ese caso, te acompaño?.

—No hace falta, estoy a punto de irme.

—Oh...

Reino un largo silencio entre ambos y Aiden pensó que lo mejor seria marcharse a su aula, pero cuando estaba a punto de irse para retomar su camino, fue empujado hacia atrás por Indivar quien lo miraba con cierta desesperación.

—¿Qué pasa?— Preguntó sorprendido por la repentina acción.

—Es que..., tienes algo en la cabeza—Explicó soltandole del brazo.

—¿En mi cabeza?...

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