Capítulo VIII

Todos se levantaron del suelo y miraron a Edu que era el que dirigía el grupo.

— Vamos a la base, nos van a relevar— Soltó el arma y la dejo colgada en su cintura, tomando de la mano a Freyja para caminar al interior del hotel que había al lado del palacio de congresos.

— Veo que ahí muchos cuerpos en la entrada del congreso— Susurro Fani mientras danzaba por la adrenalina hasta el interior del hotel.

— Había una reunión urgente cuando todo explotó, ya sabes uno muerde a otro, se transforma y así hasta que no quedó nadie vivo.— Ximo respondió desganado, el no quería estar allí, preferiría estar en el sofa de su casa junto a sus padres y su perra Nala.

Si hubiera sabido que está catástrofe iba a ocurrir habría puesto a su familia a salvo, ahora ni siquiera sabía dónde estaban, Fani ladeó el rostro y se quedó al lado de él.

— Ánimo, dame un poco de datos, en tus ojos puedo ver qué estás preocupado por algo y sabes que odio verte así, además tarde o temprano sabran que nos conocemos...— Esbozó una sonrisa de medio lado, estaba ofreciéndose a buscar a la persona que buscaba.

— Ximo iré a descansar un poco junto a Freyja, mantente pendiente de la ventana, a la primera de cambio buscarme— Edu tiro de Silvia hasta el segundo piso y al cerrar la puerta de la habitación la acorralo contra la pared.

—Edu...— La voz seductora de Freyja hizo presencia y lo enloqueció aún más, no había visto una mujer con tantas armas por tomar que hiciera lo imposible por llegar hasta donde fuera por el.

Un beso, otro más fogoso hasta que la tomo en brazos y la lanzó con suavidad sobre la cama, se quitó el cinturón de seguridad del pantalón y chaqueta militar, dejo el arma en el suelo.

— No vas a olvidar esta noche apocalíptica mi querida Freyi...— El tono de Edu era ronco, se abalanzó sobre ella, para besarla mientras la diestra subía la camisa ajena, estaba desesperado por poseer el cuerpo que tanto amaba.

...

— Quiero encontrar a mis padres y a mi hermano, se lo difícil que sería que alguien más aparte de ellos pueda estar con vida— Ximo siendo vulnerable, el lazo familiar para él era algo importante.

— No te preocupes con los datos y ubicaciones posibles yo los buscaré, tu solamente debes mantenerte con vida— Fani ladeó su rostro exponiendo su cuello, dejando a la vista los tatuajes que tenía.

Ximo la observó, ya la conocía de antes, de una cena fugaz con uno de sus mejores amigos, al principio no había cuajado ningún sentimiento por ella, pero no conocía el lado tan salvajemente loco que esta tenía.

— ¿Recuerdas lo que hablamos la noche que nos conocimos?—

— No me acuerdo, solo se que te dije que me gustabas desde el minuto uno que te vi, aunque también sabes que procesaba amor eterno a tu coche — ambos empezaron a reír. — No se lo que piensas Ximo, ni lo que quieres... Ahora mismo no tenemos tiempo de centrar nuestras cabezas, porque el futuro es incierto.

Se acercó un poco a él y le acarició la mejilla con suavidad, si las miradas dijeran más que mil palabras ella podría procesarle todo el amor del mundo en ese instante, pero se retuvo y se apartó.

— Vive el ahora... Eso mismo ibas a decir— Ella asintió ante las palabras ajenas y se mordió el labio.

— Nunca he sido más clara con mi postura en toda mi vida Renovell, siempre he sabido lo que quería y cuando lo quería, pero tú eres un puto huracán que desmonta todos mis esquemas— El la pego a su pecho mientras la escuchaba— Puedo morir por ti, vivir por ti es mucho más difícil pero no es mi idea ninguna de las dos, quiero vivir junto a ti, aunque ya sé que no es posible porque me has robado el título de reina del hielo.

La besó con una pasión que ni ella misma pudo responder con la misma efusividad con la que el la estaba tratando, quizás no era un amor mutuo después de todo pero ellos tenían más química y feeling de lo que se aparentaba.

La ropa volaba por aquella habitación en la cual se encontraban, besos, jadeos y caricias declaraban una guerra entre ambos cuerpos, cuerpos que llevaban tiempo queriendo unirse.

— Siendo tan tranquilo escondes un lado sorprendente cariño — Otra vez el apodo que ella había gastado la primera noche que se conocieron.

— Lo bueno se mantiene callado...— Un beso cariñoso en los labios al mismo tiempo que escuchaba helicópteros en la zona de aterrizaje.— Se acabó la tranquilidad...

Ximo se levantó corriendo y empezó a vestirse de manera rápida, Fani lo imito y se puso delante del chico.

— Cuando tu familia esté a salvo tú y yo tendremos una conversación pendiente, ahora ve con cuidado.— Ella no iba a demostrarle más amor del que ya le había demostrado, beso su frente un gesto de protección y lo dejo marchar hacia el frente.

Un sabor agridulce se quedó en la boca de la chica quien después de aquello aún había despertado más el fuego y la pasión que lo unía a aquel muchacho.

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