Fiesta sin control

Mientras tanto en la mansión en la que vivía rodeada de lujos y empleados, Adalyn había planeado con mucha precisión cada uno de los pasos a seguir para llevar a cabo su plan. Obviamente, la muchacha no estaba sola en eso, katrina, su única y fiel amiga desde que tenía memoria la acompañaba, muchas veces la secundaba en sus planes para escapar del encierro y otras tantas era ella la que ideaba esos planes, por qué según solía decir "Adalyn era una princesa encerrada en una jaula de oro".

La infancia de Adalyn transcurrió en las sombras de una mansión imponente, donde la riqueza de su padre no compensaba la ausencia de su tiempo y cariño. Su madre, la fuente de amor y cuidado, falleció prematuramente, dejando a Adalyn envuelta en un silencio emocional que solo la opulencia material no podía llenar. A medida que crecía, la figura de su padre se volvía más distante, atrapado en un torbellino de negocios y compromisos sociales. Adalyn, desprovista de la guía materna, se volvió una adolescente rebelde, desafiante y ansiosa por encontrar su lugar en un mundo donde su presencia parecía ser solo un detalle secundario. La inmensidad de la mansión se convirtió en un recordatorio constante de su soledad. Sin un ancla emocional, Adalyn se volvió pendenciera, buscando en la rebeldía una manera de llamar la atención que tanto anhelaba. La mansión, que antes era un hogar lleno de risas y afecto maternal, se transformó en un espacio frío y silencioso, donde Adalyn era casi un adorno más, una presencia manejable en el vasto escenario de la riqueza y opulencia de la sociedad en que se movía su padre. Su adolescencia se tiñó con la sombra de la negligencia emocional, moldeando a Adalyn en una joven intrépida y buscadora de emociones fuertes, ansiosa por escapar de las cadenas invisibles que la ataban a una vida de aparente opulencia pero vacía de afecto genuino. Con diecinueve años, la muchacha se encontraba inmersa en el complejo mundo del Derecho, una carrera que su padre le había impuesto con la excusa de que aunque no era su elección le sería util en el futuro para poder desarrollarse con aptitud dentro del mundo de los negocios.

A pesar de destacarse siempre en el colegio durante su niñez, en la actualidad apenas daba lo necesario para poder pasar los exámenes, su verdadera pasión residia en las artes visuales. Ese era el sueño principal de la muchacha desde muy pequeña, deseaba sumergirse en el estudio de las Bellas Artes, anhelando explorar su creatividad a través de la expresión artística. Para ella, esta senda representaba la realización de sus aspiraciones personales, desafiando las expectativas familiares que la llevaron por imposición por un camino diferente. Los sueños de la pequeña Adalyn quedaron relegados en algún rincón a la espera de ser realizados, cosa que iba a ser muy difícil debido a que la muchacha, además de no comportarse como una buena estudiante, estaba todo el tiempo desafiando la autoridad de su padre, haciendo amistad con personas de dudosa reputación y hasta yendo muchas veces a lugares que dejaban mucho que desear. Y eso era precisamente lo que estaba a punto de ocurrir una vez más.

Adalyn se deslizó sigilosamente por los pasillos de la inmensa mansión, sintiendo la adrenalina fluir con cada paso furtivo. Iba vestida con unos jeans gastados, una amplia remera de color negro, el cabello recogido en un moño desordenado y unas vans que le brindaban mayor comodidad para poder cumplir su misión, todo en su atuendo revelaba la rebelión latente en su interior. Los susurros de la música provenientes de la fiesta distante resonaban como un llamado irresistible. Sorteando las sombras, Adalyn esquivó a los guardias de seguridad con la destreza de una bailarina, aprovechando cada rincón oscuro y cada rincón estratégico. Cada latido de su corazón resonaba con la emoción de la libertad que ansiaba más allá de los muros dorados. Finalmente, al llegar a la puerta trasera, un suspiro de alivio escapó de sus labios. Katrina esperaba en un coche más que discreto, el cual estaba listo para sacarlas de alli, y llevarlas a casa de la muchacha a prepararse para la fiesta clandestina en casa de Jake, el chico más popular del último año de abogacia, la cual prometía aventuras más allá de la vida privilegiada que Adalyn conocía. Con un último vistazo a la mansión, Adalyn se sumergió en la noche, decidida a explorar un mundo desconocido, lista para todo lo que la noche estuviera dispuesta a otorgarle.

Katrina recibió a Adalyn con una sonrisa traviesa, su mirada chispeante revelaba la complicidad de su plan exitoso.

-¡Lo logramos, Adalyn! Estás a punto de experimentar la fiesta más épica de todas- exclamó Katrina agitando los brazos con entusiasmo.

-¿De dónde sacaste esta cosa?- indagó Adalyn haciendo referencia al coche en el que estaban viajando.

-Se lo pedí prestado a una de las chicas de servicio- respondió su amiga sonriendo, dirigiéndose a su propia casa.

Adentrándose en la casa, la atmósfera vibraba con risas y murmullos de emoción. Katrina, experta en el arte de la clandestinidad, abrió un armario secreto revelando un conjunto deslumbrante para la ocasión.

-Este es tu billete de entrada a la noche más inolvidable de tu vida- le dijo, extendiéndole un vestido que destilaba audacia y estilo además de que era muy, muy revelador. Mientras se preparaban, ambas jóvenes compartieron risas y confidencias. Katrina explicó los detalles de la fiesta en la casa de Jake, el chico que ocupaba los susurros de toda la universidad.

-Será una velada que recordaremos para siempre- aseguró Katrina, ajustando con destreza el atuendo de Adalyn. Con una última mirada al espejo, Adalyn se sintió transformada, lista para enfrentar la incertidumbre y las vivencias de la noche. Juntas, salieron de la casa, el motor del coche rugió, llevándolas hacia la promesa de aventuras y el embrujo de la juventud que aguardaba en la residencia de Jake.

Ambas jóvenes irrumpieron en la casa de Jake, la música resonaba vibrante y las risas llenaban el aire. Un grupo bullicioso de más de veinte chicas y chicos universitarios se entregaba al ambiente festivo. Jake, rodeado de admiradores, levantó la mirada al notar la entrada de las recién llegadas. -¡Bienvenidas, chicas!- les dijo con efusividad-¿Se animan a sumarse a la mejor fiesta del año? Katrina con una sonrisa llena de picardía asintió.

- ¡Por supuesto! Adalyn aquí es nueva en la escena, pero estoy segura de que va a arrasar- contestó la muchacha.

-Esta fiesta parece prometer. Jake, ¿dónde está la acción?- replicó Adalyn mas que dispuesta a disfrutar la noche. Jake señaló hacia la pista de baile, donde las luces parpadeaban en sincronía con la música animada.

dóndeí es donde la magia sucede! ¿Se animan a mostrar sus mejores movimientos?- indagó el rubio -¡Claro que sí!- exclamó Katrina guiñandole un ojo a su amiga- Prepárate, Adalyn, esta noche será legendaria.

Juntas, se sumergieron en la multitud, la música envolvió a Adalyn en una nueva realidad, mientras se sumía en la euforia de la fiesta junto a su amiga y los emocionantes desconocidos que llenaban la casa de Jake.

Mientras Adalyn y Katrina se movían al ritmo de la música, las miradas de muchos se detuvieron en la figura deslumbrante de Adalyn, cuyo vestido sugería más de lo que ocultaba. Murmullos y risitas se propagaron entre algunos de los chicos presentes, cuyas fantasías se encendieron ante la presencia llamativa de la joven.

-¿Viste a esa chica nueva? No sé quién es, pero definitivamente es la mejor parte de esta fiesta- murmuraba uno de los jóvenes a su amigo.

-¡Jake realmente sabe cómo hacer que las cosas se pongan interesantes!- respondió el otro mientras tomaba de su trago.

Adalyn, consciente de las miradas que la seguían, sonrió con una confianza desafiante. A su lado su amiga siempre lista para la diversión, no perdió la oportunidad de agregar más chispa a la situación.

-Parece que ya estás causando sensación, amiga. ¡Hagamos que todos recuerden esta noche!- le dijo Katrina al oído con mucha picardía. Las risas y los susurros se fusionaron con la música, mientras Adalyn se sumergía más profundamente en la atmósfera electrizante de la fiesta, saboreando la libertad y dejando atrás las sombras de los buenos modales y el recato que su padre siempre mencionaba.

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Comments

Gledys Hernandez

Gledys Hernandez

hay Adalyn que estás haciendo chiquita.

2024-03-22

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