Uno por cero

Mientras tanto, Miguel se encontraba en los altos cielos, entre nubes etéreas y resplandores divinos, observando desde allí la interacción entre Azael y Adalyn, él sabía exactamente que la muchacha le daría a su angel rebelde mucho trabajo. Por unos momentos en su rostro se dibujó una sonrisa al enterarse de la idea que ella había tenido para quitarse a Azael de encima y poder asisitir a la fiesta que había sido invitada.

Luego a su memoria llegó la charla que había tenido tiempo atrás con Gabriel, cuando este se enteró de la decisión de enviar a Azael a una misión muy riesgosa.

Miguel se le acercó con seriedad en su rostro.

-Gabriel, necesito hablar contigo sobre la decisión que he tomado.- dijo Miguel, su compañero lo miró frunciendo el ceño.

-¿Qué decisión has tomado? No me gusta esa expresión en tu rostro.- le dijo con cierta preocupación en su tono de voz, pues él conocía lo que eso significaba.

-Enviaré a Azael, a cumplir una misión especial en la Tierra.- respondió, el arcángel levantó una ceja.

- ¿Azael? ¿Ese ser rebelde y desafiante? ¿Qué trama tu mente celestial? No creo que eso sea bueno- replicó intrigado.

- Exactamente. Azael ha desafiado a sus superiores en varias ocasiones. Creo que una lección en la Tierra le hará reconsiderar sus actitudes- seguido de sus palabras el ángel le explicó a su compañero sus planes, o al menos parte de ellos.

-Sabes que enviar a un ángel de la guarda a la Tierra y permitir que lo vean no es algo que deba tomarse a la ligera. Las cosas son diferentes allí abajo- le recordó Gabriel

-Lo sé, pero es necesario. He decidido que Azael será enviado a custodiar a esa muchacha- le dijo y de inmediato ante ellos se vió la imagen de Adalyn quien escapaba de su casa a escondidas, se escabullía en un antro, y allí bebía y se descontrolaba totalmente.

-Mmm... me parece algo malcriada la niña, y demasiado rebelde.- comentó luego de ver esas escenas.

-Así es- dijo Miguel- Ella igual que Azael necesita aprender muchas cosas- afirmó luego.

-Entiendo tu preocupación por Azael, pero la Tierra puede ser un lugar peligroso. ¿Estás seguro de que es la mejor decisión?- preguntó el ángel lleno de preocupación.

-Gabriel, confío en que Azael cumplirá con la misión. Además, será una experiencia que lo moldeará y lo hará más fuerte.- replicó él jefe de todos los ángeles de la guarda.

-Entiendo de que hablas- expresó su compañero, Gabriel era el ángel con mayor rango y poderío- Pero no subestimes la tentación y los peligros de la Tierra. Azael puede perderse en ese mundo.

-Confío en que también encontrará la redención. Además, tu preocupación es valiosa, pero a veces necesitamos enfrentarnos a desafíos para crecer.- reflexionó Miguel ante su compañero, quien no dijo más nada, pues sabía que cuando el arcángel tomaba una decisión está simplemente se cumplía y ya.

La conversación celestial continuó entre los dos seres celestiales, debatiendo sobre la decisión de tomada y las posibles consecuencias que podrían surgir en el plano terrenal y celestial.

Tras recordar aquella charla, al arcángel no le pareció que fuera algo demasiado peligroso todo el asunto, aunque también conocía los posibles escenarios que podían suceder y sus posibles desenlaces. El poderoso ángel suspiró y siguió observando lo que abajo ocurría.

El día siguiente, al igual que el anterior, mientras desayunaba Adalyn ignoró a Azael, cosa que a él no le importó, asimismo pensaba dejarlo igual que el día anterior para que después el joven guardaespaldas viera como llegaría a la universidad por su propia cuenta, ignorando que al ser un ángel, a él le resultaba muy fácil trasladarse de un lugar a otro sin dificultad. Luego de su desayuno, la muchacha corrió hasta el estacionamiento de la mansión, sonrió divertida mientras lo hacía pensando en el rostro del guardaespaldas cuando se diera cuenta de que ella ya se había marchado. Y tal como había planeado se subió al vehículo y se marchó, iba riendo a carcajadas mientras conducía, imaginándose la cara de Azael al darse cuenta de que otra vez no lo había esperado.

-¡Ay! Hasta me siento mal por el pobre- dijo en voz alta mientras estacionaba el automóvil en las afueras del campus universitario. Allí se encontró con Katrina, que la observaba con el ceño fruncido.

-¡Ady! ¿Dónde dejaste a mi novio?- le preguntó su amiga con ironía, Adalyn arqueó una ceja, negó con la cabeza, pero decidió seguirle el juego a su amiga.

-Lo dejé en casa, supongo que debe estar viniendo en taxi- le respondió con diversión mientras caminaban y le explicaba su plan para poder ir a la fiesta de Jake.

-Eso es ser muy mala- le dijo Katrina- entiendo que no quieras que ande detrás de ti, pero ¿es necesaria tanta maldad?- le recriminó la muchacha. Adalyn se encogió de hombros. Ambas jóvenes caminaron, ingresaron al área de las aulas mientras Adalyn le seguía contando a su amiga las cosas que se le habían cruzado por la mente para entorpecer el trabajo de su guardaespaldas.

-¡Me hubiera gustado verle la cara al salir de la mansión y no encontrarme!- dijo Adalyn entre risas.

Katrina negaba con la cabeza, ya que le parecía divertido y un poco infantil que su amiga estuviera tan concentrada en planear escapar del joven guardaespaldas, ya que si se lo habían impuesto por algo era...Mientras escuchaba a Adalyn sin prestarle demasiada atención, Katrina detuvo su andar y la otra muchacha a su lado seguía murmurando ideas contra Azael.

-Ady...Ady..¡Ady!- le repitió Katrina, y al ver que su amiga no le hacía caso alguno, le tomó el mentón haciéndole alzar la cabeza.

-¿¡Qué carajos!?- medio exclamó, medio preguntó la joven con desconcierto al ver delante de ellas la imagen impecable y tranquila de Azael quien estaba en ese momento rodeado por unas tres o cuatro muchachas que le hacían preguntas acerca de su emocionante trabajo.

-En otro momento seguimos con las preguntas, señoritas, ahora debo hacer mi trabajo- dijo Azael, quien ya había sentido la presencia de Adalyn acercándose.

- ¡Ok, bye!- dijo una de las muchachas.

-¡Nos vemos luego, bombón!- dijo otra tirándole un beso.

-¡Hasta luego, lindo!- exclamó otra guiñándole un ojo, él les sonrió a todas y caminó hacia Adalyn quien estaba boquiabierta y sorprendida al verlo allí incluso antes que ella.

-¿Qué tal el viaje, señorita?-indagó él guardaespaldas cuando llegó junto a la muchacha, Katrina lo observó más detenidamente.

-¿Cómo... Cómo?-balbuceó la muchacha en respuesta.

-¿Cómo llegué antes que tú? - preguntó él, ella hizo un movimiento afirmativo- tengo mis trucos- le respondió y le guiñó un ojo, luego se alejó y se detuvo junto a la puerta del aula donde tendrían su primera clase del día, las esperó allí, mientras las muchachas caminaban a paso lento, una incrédula por la situación y la otra cómo atontada por la belleza del muchacho. Las dos entraron al aula de clases, al pasar junto a Azael, Adalyn refunfuñaba palabras ininteligibles mientras su amiga suspiraba como una adolescente enamorada.

-¡Ya, ya!- exclamó la muchacha dándole un codazo por las costillas a su amiga, sacándola de su trance- ¡No es para tanto!-agregó cuando Katrina comenzó a frotarse el lugar donde había recibido aquel golpe.

Afuera Azael sonreía satisfecho...

- Azael 1, niña caprichosa 0- pensó el joven...

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