Un juego perdido

Adalyn y Katrina se sumergieron en el frenesí de la fiesta en la casa de Jake, bailando con una energía que no pasaba desapercibida. La pista de baile se convirtió en su escenario, y con cada movimiento, las miradas se volvían hacia ellas. Katrina, experta en el arte de la diversión, animaba a Adalyn a llevar la noche a nuevos niveles. Juntas, tejieron una coreografía improvisada que encendió la atmósfera. Sus movimientos coordinados y su actitud audaz atrajeron la atención de todos los presentes. -¿Quiénes son esas chicas?- preguntó uno de los tantos presentes en el lugar a su compañera-¡Son increíbles!

-Esa rubia y la nueva tienen una química asombrosa- comentó la muchacha en respuesta- Deben ser las reinas de la fiesta.

Adalyn, en su elemento, se dejó llevar por la música y la complicidad con su amiga. Ambas reían, desafiando las expectativas y creando un espectáculo que dejaba a la multitud boquiabierta. La pista de baile se convirtió en el epicentro de la diversión, donde Adalyn dejó atrás la sombra de su pasado para abrazar la euforia del presente. Jake, desde su posición, observaba con una sonrisa cómplice, sabiendo que la noche estaba tomando un giro inolvidable gracias a las dos chicas que habían llegado para cambiar el rumbo de la fiesta.

Mientras Adalyn y Katrina seguían robándose el espectáculo en la pista de baile, un joven decidido se acercó con la intención evidente de seducir a Adalyn. Su sonrisa pícara y su confianza desbordante no pasaron desapercibidas.

-Hola, chicas. Soy Alex. ¿Puedo unirme a este increíble show que tienen montado?.

Katrina, siempre lista para la diversión, respondió con una mirada traviesa.

- ¡Claro, Alex! Cuantas, más personas, mejor.

Adalyn, intrigada pero con un destello de cautela en sus ojos, asintió con una sonrisa coqueta. -Bienvenido al espectáculo. Pero dime, ¿qué te hace pensar que puedes seguir nuestro ritmo?- indagó. Alex, tomándolo como un desafío, se unió al baile con energía contagiosa. Los tres formaron un trío que atrajo aún más la atención de la atención de todos.

-¡Este trío es imparable!- volvió a comentar uno de los jovenes- Jake debe estar agradecido por tener a estas chicas en su fiesta.

La noche avanzaba entre risas, bailes y miradas furtivas cargadas de emoción. Adalyn, envuelta en la atmósfera electrizante, estaba a punto de descubrir que la fiesta en casa de Jake sería mucho más que un simple evento social.

La euforia en la pista de baile continuaba, pero la situación tomó un giro inesperado cuando Alex, el joven decidido, intentó llevarse a Adalyn a un rincón más apartado. Antes de que las cosas pudieran complicarse, Jake intervino con una sonrisa intrigante.

- ¡Espera, espera, espera! No tan rápido, Alex.- exclamó Jake interrumpiendo el arrebato emocional de Alex- ¿qué te parece si hacemos esto más interesante? Me parece que no eres el único al que le gustaría bailar con esta preciosidad- agregó mirando hacia la muchacha en cuestión, Adalyn con una ceja alzada, miró a Jake con curiosidad.

-¿Más interesante?- dijo ella- Estoy escuchando.

Jake, con un brillo juguetón en los ojos, propuso un juego que desató murmullos entre los presentes.

-Propongo un pequeño desafío. Un juego en el que el ganador obtendrá lo que desee. ¿Qué dices? Alex- preguntó y el otro muchacho intrigado, aceptó el reto con una risa cómplice.

-Estoy adentro- acepto eufórico- Pero, ¿cuál es el premio?

-El ganador podrá pedir lo que quiera- respondió Jake- incluyendo terminar la noche con el chico o chica que desee sin que este se niegue- respondió Jake- ¿Te animas, Adalyn?- indagó mirando a la morocha- ella cautivada por la propuesta, asintió con una sonrisa traviesa.

-Estoy dentro. Que comience el juego.

La multitud se aglomeró, anticipando lo que prometía ser un momento memorable en la fiesta en casa de Jake. El juego estaba en marcha, y con él, las expectativas y las emociones se elevaron a un nuevo nivel.

Jake, con un aire de misterio, reveló las reglas del juego: una serie de desafíos divertidos y atrevidos que pondrían a prueba la astucia y la audacia de los participantes. La multitud se animó, y pronto, la sala se convirtió en un escenario de risas y competencia amistosa. Los desafíos variaban desde imitar a personajes famosos hasta realizar acrobacias improvisadas en la pista de baile e incluso beber algunos tragos bastante fuertes. La energía en la habitación se volvía más intensa con cada ronda, y la tensión crecía a medida que los participantes mostraban sus habilidades y desinhibición.

- ¡Esto es lo mejor que ha pasado en una fiesta!- exclamó una de las chicas allí presentes.

-¡Nunca sabes qué puede suceder en una noche como esta!- replicó el joven a su lado. Mientras cada desafío iba siendo superado, la multitud se reducía, hasta que solo quedaron dos ganadores destacados: Adalyn y Alex. Ambos se miraron con una mezcla de emoción y curiosidad, sabiendo que el premio estaba a punto de ser revelado.

Jake, como maestro de ceremonias, volvió a tomar la palabra y propuso un último desafío, chasqueó los dedos y de inmediato dos chicas aparecieron trayendo consigo una bandeja cada una que contenía cinco vasos con una bebida algo ¿extraña?

-¿Qué es esto?- preguntó Adalyn al no reconocer el olor de aquella bebida.

-Absenta- respondió Jake sonriendo con diversión- el que tome los cinco vasos es el ganador- agregó.

Alex sonrió, mientras Adalyn se encogió de hombros y ambos jóvenes comenzaron a beber, ante la atenta mirada y el arengamiento de todos los presentes. Katrina arengaba a su amiga, instandola a beber para poder ganar la competencia. Los minutos iban pasando y cada vez eran más los vasos vacíos, cuando a ambos jóvenes les quedaba solamente un vaso, se miraron como para evaluar cada uno el estado del otro, Alex sonrió de lado, Adalyn arqueó una ceja y llevó el vaso a sus labios ante la atenta mirada de su contrincante y todas las demás personas.

La muchacha comenzó a beber, saboreando la victoria, pero precisamente cuando le faltaba poco menos de medio vaso para beber, su estómago se convirtió en un revoltijo, uno imposible de calmar, la mano con la que sostenía el vaso le tembló y el mismo cayó al piso, derramándose lo que quedaba de la bebida.

-¡Oh, no!- exclamaban algunos.

-¡No es posible- decían otros, quienes creían ganadora a la muchacha.

-¡Tranquilos amigos!- dijo Jake deteniendo los murmullos- esto no se acaba.

Todos los presentes, incluida Adalyn dirigieron su mirada hacia Alex quien sostenía aún el vaso en su mano, una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro, llevó el vaso a su boca bebiéndose el contenido de una sola vez.

-¡Bien, amigos! ¡Aquí esta nuestro ganador!- exclamó Jake. Las exclamaciones no se hicieron esperar, Jake se acercó a Alex- Y bien, ¿cual será tu premio, Alex?- indagó

-Bueno, creo que mi deseo sería... pasar el resto de la noche contigo, Adalyn- respondió el muchacho observando a la muchacha que se hallaba apoyada en el brazo de su amiga. La multitud soltó murmullos y risas, algunos se sorprendieron mientras otros anticipaban lo que podría suceder. Adalyn, influida por la atmósfera festiva y después de haber tomado algunos tragos durante los desafíos, aceptó la propuesta con una sonrisa picante.

-¡Parece que Alex sabe cómo jugar sus cartas!- replicó- Estoy de acuerdo, hagamos que el resto de la noche sea aún más inolvidable.

La multitud estalló en aplausos y silbidos, celebrando la inesperada y atrevida elección. La fiesta en casa de Jake alcanzó un nuevo nivel de animación, dejando a todos expectantes por lo que el resto de la noche les depararía.

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