SUCEDEN COSAS

La habitación es enorme. Justo estoy saliendo de la ducha y no puedo creer que esto esté pasando. ¡Como en los dramas televisivos!

Termino de secar mi pelo. Sin miedo, corro a la cama y me acuesto. ¡Esta súper suave!

—Aquí está tu ropa —su voz me hace sentarme.

Sostiene un portatraje, lo acomoda sobre la cama. Al lado, pone una bolsa de papel cartón que seguramente contenían zapatos.

—¡Gracias!

Asintió.

—Ven. Te ayudaré a cambiarte.

—No es necesario. Yo puedo solo.

Pareció no creerme.

—Déjame hacerlo.

Camisa blanca. Sujetador de camisa. Calcetines negros.

—¿Vas al gym? —Pregunta él.

—No. Bueno, a veces hago alguna rutina en mi casa.

—Estas piernudo.

—Muy leve.

Me puse el pantalón. Abroche el cinturón. Christian quiso acomodar mi pajarita, sus dedos rozaron mi cuello y sus ojos estaban muy concentrados en mí.

—¡Listo! Ya estás.

En el espejo, mi reflejo me gusto muchísimo. ¡Me veía súper bien! Me sentía bonito.

—Gracias por la ayuda.

—Te ves muy bien. ¿Por qué no usas traje en la oficina? —Quiso saber.

Puse un poco de perfume sobre mi atuendo.

—Pues es que casi no me gusta usar traje. Siento que es muy formal.

—El trabajo que tienes es formal.

—Quizá. Pero no me gusta.

—¡Te ves muy guapo! —Dijo él.

—Gracias. ¡Me siento guapo! —Fui sincero.

—Es hora de ir a la recepción.

Eran las dos de la tarde.

—Claro.

...🍬🍬🍬...

Todo estaba desarrollándose de forma grata. La comida estuvo muy rica. Lomo de cerdo en salsa de champiñones, vino, pasta, pan. ¡Delicioso!

En la mesa estaba la familia de él. Su madre, su otro hermano y algunos familiares no tan importantes.

—¿Te gustó la comida? —Preguntó Christian.

—Estuvo muy buena. ¡Me llene!

Estábamos sentados juntos.

—Que bueno. Siempre me gusta verte comer. Lo haces con tanto deseo y tu cara, cuando disfrutas el sabor, no sé, te ves lindo.

Aquello me sorprendió.

—No digas sandeces. ¡Estas medio loco! —Le hice saber

Comenzó a reírse, su madre pareció sorprendida de verlo así.

—Iré al sanitario.

Se levantó de su asiento y se marchó. Me quede a solas con la familia de Christian.

—¿Qué edad tienes? —Quiso averiguar la madre de él.

—Tengo diecinueve años.

—¡Eres muy joven!

—Eso creo.

—¿Cómo se conocieron? Mi hermano no es de hacer amigos y socializar —intervino Gerardo.

—Soy pasante en su empresa. Así nos conocimos —respondí.

—¿Pasante? ¿Qué estás estudiando?

—Ofimática.

—Nunca había oído hablar de eso.

—Bueno, ahora sabes que hay una carrera que se llama así.

—¿En qué área de la empresa estás?

—Soy el secretario dé Christian.

Esto último impacto a Gerardo.

—¿Su secretario?

—Así es.

Él se llevó la copa a la boca y bebió un poco, parecía dudar de mis palabras.

—Bueno, entonces mi hermano ha cambiado.

—Es la primera vez que lo veo sonreír así —añadió la madre.

¿A que se referían ellos? ¿Que tanto había cambiado Christian?

—¿Hablan en serio? —Me dio curiosidad.

—Por supuesto. Mi hijo es frío y arrogante, es muy difícil hacer que él sonría o conviva. Pero parece que eso lo has cambiado tú.

Sus palabras me impactaron muchísimo. Entonces, ¿yo tenía influencia en mi jefe?

—Pues, no tiene mucho que nos conocemos. Llevo trabajando para él casi dos semanas.

Ambos se sorprendieron.

—¡Pues felicidades! No sé qué has hecho, pero en tan poco tiempo le has cambiado el chip a mi hijo —dijo la madre—. Gracias por hacerlo sonreír.

Me sentí halagado.

—Descuide, estoy para servirle.

La hora del baile comenzó. La pareja de recién casados comenzó a bailar y algunas parejas se les unieron.

—¿De que me perdí? —Pregunta Christian al regresar.

—Empezó el baile —me limito a responder.

—¿Te gusta bailar?

—Un poco. ¿A ti te gusta?

—No sé bailar.

Me impactó su respuesta.

—¿Hablas enserio? Si tú, que eres de los empresarios más importantes de la ciudad sabe muchas cosas. No puedo creer que no sepas bailar.

Termino la canción, las parejas volvieron a sus asientos. Mi celular empezó a vibrar.

—¿Te gustaría bailar conmigo? —Juliana me invitó a bailar.

No acepte la llamada de Raul.

—Claro.

Era un danzón. No había mucha dificultad en mover los pies. Nos acoplamos rápidamente a la melodía.

—Quiero decirte algo importante —pronunció ella.

—Por supuesto, la escucho.

—Se trata de mi hijo.

—Está bien.

—Yo… ¿de verdad eres su secretario?

—Sí. De verdad soy el secretario de Christian.

Asintió.

—Bueno, veras, conozco a mi hijo y se que estos años no la ha pasado nada bien. Desde su divorcio, algo se rompió en su interior y me lastimaba mucho verlo tan triste. ¡Se volvió un completo engreído!

No pude evitar reír.

—Sí, al principio era engreído conmigo.

Juliana sonrió.

—Pero hoy es un hombre completamente diferente. ¡Se ve feliz cuando está contigo!

—¿Usted lo cree?

—Te lo puedo confirmar.

—Entonces, creo que eso es una buena señal.

Hubo un intercambio de vueltas breves entre nosotros y después, continuamos con nuestra conversación.

—Me parece que mi hijo siente algo por ti. ¡Lo veo en sus ojos!

—¿Sentir algo por mí? Creo que podremos ser buenos camaradas.

Ligeramente, curvó sus labios en una sonrisa.

—No querido, Christian está encantado contigo. ¡Está enamorado!

...🍬🍬🍬...

Son las diez de la noche y la fiesta esta a todo lo que da. El alcohol hizo que muchos perdieran su buen juicio y así, aflojaron su cuerpo a la diversión escandalosa. ¡Los novios estaban bien prendidos!

—¿Te estás divirtiendo? —Me pregunta él.

Y yo soy uno de los muchos que han bebido demasiado esta noche. ¡Juliana era mi compañera de borrachera!

—Sí. Me da vueltas la cabeza y quiero bailar.

—¿Bailar? Pero si apenas y puedes mantenerte en pie. ¡Estas un poco ebrio!

Me reí. No había sentido para hacerlo, pero no importó y empecé a reírme.

—¿Te parece si te llevo a dormir?

—Como tú digas.

—¡No te lo lleves! —Ordenó Juliana—. La fiesta aún no termina.

—Mamá, tú también estás borracha. Le diré a Gilberto que te lleve a casa.

—¿Gilberto es un hombre de mi edad? —Ella estaba tan perdida como yo.

—No. Cálmate mamá. Gilberto es mi chofer.

—Ah.

Yo vi una botella de vino a medio llenar, no tenía miedo y vergüenza tampoco, corrí hasta la mesa para poder empinarme la botella a la boca. ¡Me sentía en la gloria!

—Ya no bebas. No es bueno para…

—Dijiste que me llevarías a dormir. ¡Tengo sueño!

—Haré lo que me pides.

Me levanto a toda velocidad, como si fuera un bebé, me cargo y no nos demoramos nada en llegar al auto. Christian me acomodo en el asiento del copiloto.

—Te llevaré a mi casa.

—¿Tu casa?

—Sí. Pasarás la noche allí.

Me volví a reír como bobo.

—Solo espero que no me hagas cosas raras.

Más populares

Comments

Mary (Lupis❤️🌹)

Mary (Lupis❤️🌹)

pues ya es hora de que pase

2024-05-12

1

Y O S H I

Y O S H I

Sí. Y luego lo verá comer con deseo otra cosa.

2024-05-09

0

Dany 745

Dany 745

la señora me representa

2024-05-09

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play