EN TU CORAZÓN

—¿Y qué sueles hacer los fines de semana? —Sentí curiosidad por él.

Llevo un trozo de pan a su boca. Mastico. Trago. Bebió café. Trago. Alzo la vista. Me miro.

—Me gusta jugar golf o salir en motocicleta.

—¿Conduces motocicleta?

Asintió.

—Sí.

—¡Que padre! Las motos me llaman la atención. Bueno, solo de lejos, no es como que yo sepa manejar y quiera comprarme una.

—No necesitas saber manejar para que te gusten las motocicletas. Cuando algo te gusta, no significa que siempre sabrás actuar de acuerdo a lo que implica aquel interés que tienes.

¡Sus palabras me gustaron!

—Tienes razón. Eso no lo había pensado.

Bebí un poco de sangría.

—¿Que pasatiempo prefieres tú? —Cuestionó él.

Baje la mirada, mi plato ya estaba vacío.

—Me gusta ver dramas asiáticos. Justo estoy viendo un drama que se llama Cautivar a un Rey. ¡Está buenisimo! —No me dio pena admitir.

Mi respuesta le sorprendió un poco, pude notarlo en sus ojos.

—¿Cautivar a un rey?

—Sí. Deberías verlo.

Formó una sonrisa con sus labios.

—¿Mañana verás tu drama?

—Supongo que sí. Está en emisión. Salen dos capítulos por semana.

Acomodó sus cubiertos sobre el plato.

—¿Quieres ordenar un postre?

...🍬🍬🍬...

Son las tres de la tarde y mi sensibilidad está a tope. El capítulo de hoy estuvo intenso y hasta bastante increíble. ¡Que padre tener un romance así de secreto!

Apago el televisor, voy a la cocina con intención de preparar algo para comer. El timbre suena. ¿Quien podrá ser?

Abro la puerta y Christian está enfrente de mí.

—Hola. ¿Qué haces aquí? —Fue lo primero que quise averiguar.

—Vine por ti. Te llevaré a dar un paseo.

—¿Un paseo?

—Dijiste que te gustan las motocicletas.

Por eso tenía sentido que él estuviera vestido con su vaquero de mezclilla y su chaqueta de cuero. ¡Se veía súper bien!

—Si me gustan.

—Ve a cambiarte. Te esperare cinco minutos —su voz siempre sonaba autoritaria.

—De acuerdo.

Corrí a mi habitación. Me vestí. Me puse un pantalón negro, una camiseta blanca y mis Converse desgastados. Rocié un poco de loción sobre mi ropa y salí a toda prisa. Christian sostenía un portarretrato con la foto de mi familia.

—¿Ellos eran tus padres?

—Sí, ellos eran —respondí.

—Te parecías mucho a tu mamá.

—Sí, me lo decían seguido.

Desvío la mirada a mí.

—Tienes la belleza que ella tenía.

¿Belleza?

—Supongo.

—¿Vives solo?

—Sí.

—¿Y no te sientes solo?

—Pues, ya me acostumbre a vivir así.

Pareció meditar en mi respuesta.

—Está bien Julen. Mientras te sientas bien así, todo está bien.

De momento, no entendí el tono de sus palabras. ¿Por qué parecía estar muy interesado en mi vida privada?

—Sí.

—Bueno, es momento de irnos.

Su motocicleta resplandecía muy brillante. Era una Harley Davidson roja.

—Sube. Yo soy el conductor y lo hago muy bien.

Le hice caso. Me trepé en la motocicleta y ocupé el pequeño asiento detrás del conductor. Christian se acercó a mí y me puso el casco.

—Si sientes que voy muy rápido, no dudes en sujetarte de mí. Puedes abrazarme.

¿Abrazarlo? Supongo que podría.

—Está bien.

Él se subió, encendió el motor y se puso su casco. Comenzamos a avanzar.

La tarde era agradable y jamás pensé que podría vivir el fin de semana así. El viento golpeaba nuestros cuerpos, la espalda de Christian brillaba por el cuero de la chaqueta y la velocidad a la que íbamos, eso era lo mejor. ¡Abrace su cuerpo! Me pegue a su espalda y no era incomodo. ¡Yo no sabía a donde rayos íbamos! Pero lo estaba disfrutando mucho.

...🍬🍬🍬...

—¿Te gusto el paseo?

—Sí. Estuvo padre. ¡Muchas gracias!

Estábamos terminando de comer, habíamos pasado a una fonda.

—¿Te llenaste?

—La comida estuvo bien.

Asintió.

—¿Quieres un helado?

—No.

—¿Un dulce?

—Eso estaría bien —fui sincero.

Extendió su mano a mí y en su palma había una picafresa gigante.

—¡Para ti! —Pronunció él.

Caminábamos en un parque donde los árboles eran enormes y se respiraba una tranquilidad inmensa.

—Gracias.

Acerqué mi mano para tomar el dulce y mis dedos rozaron la piel de su palma. Hicimos contacto visual y por primera vez, me pareció notar que sonreía genuinamente. ¿Qué sentía este hombre? ¿Por qué era muy amable conmigo?

—¿Quieres ir a los columpios?

Su petición me causó gracia y felicidad.

—Nunca pensé que fueras a proponer algo así.

—¿No te gustan los columpios?

—Sí. Pero tú no pareces ser del tipo que va a los columpios por diversión.

Sus labios sonrientes eran una buena señal.

—De hecho, yo no suelo hacer cosas así, pero vi tu entrevista cuando solicitaste la pasantía y escuché que te gustan los columpios.

Sus palabras me impactaron. ¿De verdad vio mi entrevista? Jessi dijo que mi entrevista sería grabada para el archivo de la empresa.

—Bueno, sí. Me gustan los columpios.

—Pues anda. Sube a ese columpio que está vacío.

Fue hasta ese momento, que la curiosidad nació en mí y quise saber algo importante.

—Christian —me detuve.

—¿Pasa algo?

—¿Por qué estás siendo demasiado amable conmigo? —No me dio miedo preguntarle.

Se detuvo a mi lado, hizo contacto visual conmigo.

—¿No te gusta que sea amable? ¿Quieres que te trate mal?

—No me refiero a eso. Lo que pasa es que, no es muy común que un empleado pase tiempo de esparcimiento con su jefe en fin de semana.

—¿Te parece incómodo lo que trato de hacer por ti?

—No. No. ¡Para nada! De hecho, creo que es algo genial por parte tuya, lo único que me causa curiosidad, es saber porque eres muy amable conmigo.

Mis palabras lo pusieron a pensar, saco una picafresa de su bolsillo y se la comió. Mastico. Saboreo. Me examino con la mirada.

—No dudes de mí.

—¿Dudar de ti?

—Lo que haga por ti o por mí, no lo pongas en duda. Solo acéptalo. ¿Quedó claro?

—Sí, pero…

—Eres rejego a veces y eso lo tolero, pero, por favor, solo acepta lo que hago por ti. ¡Me haces sentir en tranquilidad! Por eso busco tu compañía.

Apartó su mirada de mí y continuó caminando. ¡Yo me quede como bobo! Pensando y repensando en lo que él acababa de decirme.

Corrí para alcanzarlo.

—Yo no sabía que eso podía causar en ti. ¡Gracias por decírmelo! —Dije cuando estuve a su lado.

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Comments

María Alejandra Hernández Román

María Alejandra Hernández Román

por Dios estamos en las mismas/Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/

2024-05-12

0

Mary (Lupis❤️🌹)

Mary (Lupis❤️🌹)

hay el amor

2024-05-12

1

Diana Quintero

Diana Quintero

Genial 👏 👏👏👏

2024-04-20

3

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