Capítulo 11

La guerra continuaba, todos los frentes fueron atacados al mismo tiempo, algo inesperado pero que de todas formas ya habían considerado, la batalla sigue en pie hace 6 meses, muchas bajas se presentaron de ambas partes, los soldados siguen entrenando con Ruby, ella pasó por todos los campamentos para dar información sobre los demonios, sin embargo, aún así la guerra no terminaba.

Ella y el emperador se volvieron muy buenos amigos, bastante cercanos, eso es parte de la guerra también, acercarse a sus compañeros; sus leones crecieron casi a su tamaño adulto, los tres la persiguen por todas partes cuidando su espalda.

—Buenas noticias, tengo la forma de acabar con los enemigos de una buena vez y dejar esta guerra atrás.

—No voy a entregarte como una carnada Ruby. —contestó el emperador, esa conversación ya se había dado varias veces y siempre rechazaba la propuesta, no iba a enviar a la princesa a la boca del lobo, literalmente.

—Ya me aburrí de esta guerra interminable, desde el campamento no puedo hacer nada —contestó ella girando los ojos.

—Ya pasamos muchas batallas, no solo nos quedamos en el campamento

—Lo sé, pero no es suficiente, no puedo estar en todos los frentes a la vez y matar a todos, aunque quisiera que fuera así, esos malditos van a donde no estoy.

—Aún así

—Escucha; no puedo estar en todos los frentes a la vez, pero puedo estar dentro, ahí acabaré con todos de una sola vez ¿Qué te parece?

—No es un mal plan —Ruby sonrió victoriosa, pero Gerald continuó —Pero no pasará —la sonrisa de la princesa desapareció y el emperador dejó salir una risa, esa mujer era el mismísimo diablo en batalla, pero se comportaba como una niña frente a él.

—Bien, voy a alimentar a mis bebés. Luego hablaremos de esto.

—No pasará —Ruby salió agotada, quería acabar con todo de una vez, por un lado era porque se aburría, pero por otro, ya no quería ver más muertes inocentes, los soldados caídos en batalla tenían esposas, hijos, madres, gente que los esperaba en su hogar.

—Askar, Zent, Jikar —Los tres leones se pasaron frente a ella esperando la orden y ella sonrió. —Escuchen, hay algo que tengo que hacer, mientras tanto deben cuidar a todos los soldados y especialmente a Gerald ¿Entendido? —Los tres parecieron entender y sus miradas eran decididas, si bien no podían comunicarse, su inteligencia era tan buena que se hacían entender. —No mueran mis pequeños demonios, volveré por ustedes pronto y pasearemos juntos. —Askar, Zent y Jikar se acercaron a ella para que los acariciara haciendo que caiga al piso, eran como perritos en busca de amor.

Sin esperar más Ruby tomó un caballo y comenzó a galopar, antes de llegar a territorio enemigo, en donde su presa sería Joel Balsw (el emperador enemigo líder de todos) se bajó del corsel y cambio un poco su apariencia rompiendo su vestido para verse más lamentable.

—¡Ayúdenme! —Gritó mientras corría de una bestia que ella misma había invocado para su plan, frente a ella apareció un hombre muy guapo de cabello negro y ojos verdes, su expresión fría se clavó en aquella bestia que la perseguía y la mató de sólo un golpe.

-Bingo, la presa está frente a mi —Pensó Ruby, aunque aquel hombre ni siquiera la miró, solo dijo tres palabras.

—Llevenla al campamento

Sus guardias la llevaron hasta el campamento, todo se veía muy bien organizado, los soldados practicaban y también había magos que los complementaban, la llevaron hasta una tienda en donde habían algunos niños y le dieron ropa nueva.

—Señorita ¿Usted también escapó de los demonios? La guerra es muy fea —una niña le habló a Ruby

—¿Qué es este lugar?

—El emperador nos trajo aquí luego de salvarnos, nos da comida y un lugar para dormir porque perdimos a nuestra familia. —La princesa se mostró sorprendida, era extraño que un hombre tan malvado hiciera algo así... acaso ¿los prostit*ia?

—¿Qué le dan a cambio niños?

—Estamos aprendiendo medicina para ayudar a los soldados heridos, ayudamos a llevar paños y agua —Al parecer había juzgado mal, aún así ¿Por qué todo es tan raro?

—¿Se puede salir de aquí?

—Si, solo no se nos permite entrar a la tienda del emperador, es un lugar secreto. —Ella se quedó hablando un rato más con los niños y luego salió de la tienda a investigar de la forma más disimulada posible, encontró a algunas mujeres que se encargaban de cocinar y le enseñaron donde lo hacían.

—Oí que este campamento era muy cruel —mencionó Ruby

—¿Cruel? Quizá oíste a los enemigos hablar de nosotros, ellos son despiadados, incluso matan a los niños cada vez que invaden un pueblo. Dicen que el emperador v*olaba a sus victimas y luego las asesinaban—Al parecer este lugar tiene ideas muy malas de Gerald.

—Incluso escuché que habían demonios aquí, tuve mucho miedo

—Eso si es cierto, pero no son malos como todos piensan, solo nos ayudan a cumplir nuestros objetivos, derrotar a los enemigos. De todas formas, no sabemos como pero el enemigo sigue resistiendo hace mucho, creemos que tienen un dios de la guerra con ellos, tenían todas las de perder pero ahí siguen. —Ruby se emocionó internamente, la realidad es que estaban resistiendo en parte gracias a ella y su poder.

—¿No son peligrosos?

—Para quienes se meten en su camino, nosotras no tenemos nada que temer, estamos del lado correcto, nuestros enemigos merecen ser atacados con todo lo que tengamos.

Ruby continuó amasando el pan con aquellas mujeres mientras oía las historias que le contaban, eran todas muy chismosas y estaban felices de encontrar una nueva amiga con la cual hablar de todo lo que habían pasado ese tiempo. Fue un día agotador para ella, desde el viaje hasta oír todas esas historias, además ahora estaba un poco confundida. ¿Un emperador malvado ayudaría niños? Las guerras siempre dicen que no hay un lado bueno o uno malo, sino que se trata de donde lo mires, pero aún así ¿Podría ser así de extremo?

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