Capítulo 5

Ruby llevó al emperador hasta donde había dejado a las mujeres con los bebés y sacó el sello de la puerta para poder entrar, ellas Gritaron del susto pero se calmaron luego de ver a su salvadora.

—Ya no hay amenazas afuera, vuelvan con sus familias y el emperador y sus hombres se encargarán de limpiar todo este desastre.

—Muchas gracias señorita, nos ha salvado a todas nosotras —Agradecieron las mujeres, realmente estaban muy felices de estar vivas y con sus hijos, aunque muchas de ellas habían perdido a sus esposas.

—No es nada... ah si, escuchen ¿Alguien conoce la familia de este niño? —Gerald se acercó a mostrar al niño que dormía cómodamente sobre él y todas negaron, excepto una de ellas que dijo que era su sobrino y que se haría cargo de él.

—Bien, suerte a todas ustedes, lamento sus perdidas y no haber podido hacer más —Las mujeres estaban más que agradecidas pero Ruby parecía estar frustrada y enojada con ella misma.

Comenzó a caminar hacia afuera de ese lugar seguida por el emperador y tomó un caballo de uno de los soldados.

—¿A donde vas?

—Tengo que traer a los niños de vuelta, Les dije que huyeran tras mi caballo.

—Te acompaño entonces

—No es necesario, quizá se asusten si ven a alguien más.

—Pero puedes cruzarte con más enemigos. —dijo él subiéndose a otro caballo por lo que la princesa no pudo negarse más. El camino hasta los niños fue en completo silencio, ella no decía ni una sola palabra

—Aquí es. —Ruby se bajó del caballo y fue hasta el suyo, quien había guiado a todos esos niños hasta una cabaña abandonada. —Niños, ya pueden regresar a sus casas —dijo la princesa y todos salieron de sus escondites mientras algunos lloraban y pedían a sus padres.

—¿Vamos a morir señorita?

—Claro que no, ya no hay ningún peligro en el pueblo, todos los enemigos están muertos ya. —Dijo Gerald asustando un poco a los niños.

—Tranquilos, solo volveremos con sus familias, ninguno de ustedes va a morir —hablar con esa mujer les transmitía paz, esa era una habilidad de Ruby también, se llevaba bien con los niños porque su aura cambiaba a una celestial junto a ellos, con sus enemigos era todo lo contrario.

—¿Crees que las familias de estos niños viven? —Preguntó el emperador a Ruby logrando que ella lo golpeara en un costado.

—Alguno podría escucharte tonto.

—¿Sabes que sigo siendo el emperador verdad?

—Claro ¿Cómo olvidarlo? —Los niños más pequeños iban sobre los tres caballos que tenían y los demás caminaban junto a Ruby y Gerald.

Una vez que llegaron al pueblo otra vez los niños se abalanzaron sobre sus padres mientras lloraban y agradecían estar vivos; al ver todo eso Gerald decidió que era una buena idea tener a Ruby de su lado pero aún no entendía del todo ¿Por qué una extranjera se preocupaba tanto por su pueblo? Ni siquiera son su gente, pero cuando quizo preguntarle ella ya se había ido de regreso al palacio.

—Ni siquiera me avisó —dijo él para luego subirse a su caballo y volver también.

Ruby por otro lado volvió al palacio y fue directo a darse un baño mientras permanecía sin expresión.

—¿Tan mal le fue mi señorita?

—Murieron 15 personas hoy Sara, si hubiera llegado antes.

—Alteza, no piense en esas cosas ¿Cuántos soldados enemigos asesinó usted?

—Unos 60

—¿Cree que eso es poco? ¿Cuántas personas salvó? ¿Cuántos niños pueden tener a sus padres ahora? En una batalla siempre hay bajas alteza, usted hizo todo lo que pudo y piense en que si no hubiera ido probablemente ese pueblo no existiría ahora mismo.

—Quiero estar sola un rato Sara, puedes tomarte el resto del día si quieres —Sara suspiró y luego salió del baño para dejar a su señorita sola, ella la conocía muy bien y sabía que le afectaba no poder salvar a las personas, desde pequeña tiene un trauma con eso.

—Dile a tu ama que venga a verme más tarde —Lo único que le faltaba, cruzarse al idiota del emperador que subestimaba a su señorita

—Lo lamento majestad pero su alteza pidió estar sola hoy y no ver a nadie

—¿Por qué motivo?

—Eso no es un asunto mio majestad.

—Pregunté el motivo —respondió él más intimidante aunque solo fastidiaba a la sirvienta, tal vez sí se lo dice la dejará en paz a su señorita que está estresada.

—El motivo es que su alteza perdió a 15 personas hoy y se culpa por no haber podido salvarlas. —Sin responder nada Gerald siguió su camino. ¿Estaba triste por eso? considerando el ataque, que sólo sean 15 muertes era un número del cual alegrarse, no entendía tanto por qué estaba mal la princesa entonces.

—¿Puedes abrirme princesa? Necesitamos hablar.

—... —Ruby se levantó de la cama y se puso un camisón un poco transparente pero que la cubría para ir a abrirle al emperador, realmente esperaba tener un día tranquilo y sobre todo estar sola. —¿Qué pasa? Dije que quería descansar hoy —Gerald desvió un poco la mirada ya que no era del todo apropiado que él la viera así.

—Vien porque teníamos que hablar sobre tu puesto.

—¿No podía esperar eso?

—Decidí darte el puesto de general, pero no de la guardia más grande, no estarás en el frente. —Ruby se sorprendió, a este punto no creyó que le daría el puesto por el que llegó a Wern.

—¿En serio? —Ella sonrió al cumplir parte de su objetivo y abrazó al emperador quien quedó completamente sorprendido. —Oh, perdón, gracias por venir a decirme eso majestad, alegró mi día.

—Mañana a primera hora nos reuniremos con los nobles y presentaré tu nuevo puesto pero ta sabes que no va a ser tan simple que te acepten sin decir nada, tendrás que ser fuerte y demostrar que pueden confiar en ti.

—¿Usted confía en mi?

—Nos vamos mañana, lamento haberte molestado hoy.

—pss —Ruby chasqueó la lengua, ese hombre aún no confiaba en ella pese a que no hizo nada para que desconfiara, pero esta bien, al menos ahora ya tenia un puesto asegurado en el ejército.

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