Capítulo 13. Soñando sobre la mesa.

En el capítulo anterior, tuve que dormir en el comedor.

[Somantia. Al noreste del bosque del sur.]

Pov Eypril Eros (Candidato a Héroe elegido por el mundo.) (Novato Rango E)

Todo es negro... Oscuridad...

Cuando cierro mis ojos en la noche lo único a mi lado es la oscuridad, así ha sido siempre, la noche es solitaria y fría desde aquel día borroso en mi mente.

Desde la noche que perdí a mi familia siempre es así.

No sé si podría decir lo que los demás sienten al perder un familiar, pero lo que yo siento es la falta de calor.

Aquella persona que te daba cobijo en sus brazos, o la otra que era la única que te entendía en el mundo, en ambas, siento la falta de su compañía y calidez.

Aunque yo tengo a Centir, así fue siempre, después de aquel día y antes de que se convirtiera en mi amigo.

Desde conocernos, siempre estuvo a mi lado y eso me hizo calentar el corazón, aún después de estar yo solo en ese tenebroso calabozo, lo superé. Las noches se hicieron más agradables, podía dormir tranquilo y ambos nos acompañamos.

Pero, algunas veces pasa ésto.

La conciencia en mi vuelve, pero todo es negro como en ese periodo oscuro.

¿Acaso es esto un sueño?

Sin embargo, está vez fue diferente, aunque nunca estaba acompañado, hoy están ellos.

Mientras mantenía mi distancia sin poder moverme, dos llamas turbias, revoloteaban y jugaban frente a mí, una era color negro y la otra blanca.

No... Prestando atención lo puedes ver, no están jugando, están peleando.

Chocan y crean pequeñas llamas que se dispersan a su alrededor, pero la pelea está inclinada hacia la llama blanca haciéndose cada vez que chocan más grande, como si se estuviera tragando a la llama negra que no deja de perder más y más brillo.

Mirando a la débil llama negra tirada en el oscuro piso sentía nostalgia, como si la conociera de toda la vida, como si llegase a dejarle morir, nunca me lo perdonaría.

Y justo cuando la llama blanca estaba por dar el golpe final, no pude quedarme viendo en silencio.

—¡Ah... Espera! —La llama blanca se detuvo a mi grito.—¿Eh? ¿Acaso yo lo detuve...? —Girando sobre si misma, la llama, aunque no tenía ojos, parecía verme—. ¿Eh? ¿Qué?

Dejando de lado a la débil llama negra tirada en el piso, ahora se dirija hacia mi.

—¿¡Pero que!?

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, al mirarla de frente, me quedé helado.

¿Que es esto...?

Acercándose cada vez más, el sentimiento me abrumaba.

¿Porque?

El aire salió de mis pulmones paralizados y no pude respirar más.

¿Que es este sentimiento?¿Nostalgia...?

Yo... A este ser... A esta maldita llama... Yo la conozco...

—Aléjate... No te acerques... —Mi cuerpo temblaba sin responderme, mientras el calor se hacía cada vez más intenso. —¡No, aléjate!

Es inútil.

Soy inútil.

Frente a este poder, yo...

Pero aún en ese patético estado demacrado, una pequeña y débil llama negra estaba interponiendose entre el monstruo y yo, sin una pizca de duda.

¿Que haces?

—¡Detente!, si te muerde una vez mas... ¡Tu morirás!

No sé cómo, pero lo puedo sentir. Si está pequeña llama es golpeada una vez más...

Aunque me esté defendiendo. ¡No lo puedo permitir!

¡Aunque tenga que quitarte de en medio!

¡Aunque esté insultando todo tu valor! ¡Yo!

¡No puedo permitir que alguien más se sacrifique por alguien como yo!

Y con un último impulso de mi interior, mi cuerpo que antes no había reaccionado para defenderse a si mismo, está segunda vez, para salvar a esa pequeña llama negra, ya estaba protegiéndola con todo mi ser.

—Aún si yo muero, tú definitivamente, debes vivir.

Cerrando mi abrazo sobre la pequeña llama y teniendo ya sobre mi al maldito fuego blanco, lo volví a sentir.

En el instante en qué toque a la llama negra, lo ví sobre mis manos. La misma chispa rosada de aquella calurosa y peligrosa noche en el infierno blanco.

Al momento siguiente el mismo vacío en mi pecho y después el mar de centir viajando hacia mi.

—Esto... Lo de esa vez... Lo puedo sentir... El poder y la magia... Me siento completo.

El increíble poder que sentí de la chispa rosada me imbuia por todo el cuerpo, protegiéndome de la llamarada blanca.

Entonces me sentía poderoso, más que cualquiera en el mundo, miré de nuevo a la llama blanca que se abalanzaba sobre nosotros e hice lo que debía.

—¡¡Barrera!! —al instante una magia rosada salió del infinito oscuro que era el suelo pero...

¿¡Ahh!?

Como si el piso donde estaba hubiera desaparecido caí por debajo del nivel de la llama blanca directo a la madera, sobre el lodo una vez más.

Mierda... Lo olvide, ya no estoy en mi celda... Este lugar está bastante sucio.

Dándome una vuelta sobre mi espalda me estiré y talle los ojos llenos de lagañas para observar mejor todo el lugar.

—Mmm... Siento que estoy olvidando algo, —Esforzándome un poco por recordar falle de nuevo—. Bueno, sea lo que sea, ya es hora.

Sacudiendo mi ropa sucia y rebuscando entre mi mochila por fin lo encontré.

—¡Aquí está!

El trapo que siempre usaba por las mañanas en mi celda ya estaba sobre mi frente.

Telarañas, tierra, lodo, sarro, basura, ratas, cucarachas, estoy seguro de que todos y cada uno de ellos como enemigos naturales que somos, sintieron mi presencia.

—Hace ya 10 años que no veía ninguno de estos, y este no será el primer día que suceda.

 —¡Centir!

A mí grito, un pequeño ser en forma de ~, voló hasta mi lado.

—Es hora.

¡Shiu! (¡Si!)

Centir que ya sabía lo que hacíamos cada vez que me cambiaban de celda estaba bien preparado.

Abriendo los brazos en un desplante, utilicé mi magia de tierra, pero en vez de crear una pared de tierra en el piso, hice que la tierra de cada rincón y grieta entre la madera del piso rodará fuera del comedor.

La puerta se abrió de par en par como si alguien la hubiese pateado y toda la tierra salió como una explosión de polvo hacia la calle.

—Bueno, eso fue de la tierra, pero suciedad como manchones y lodo es imposible para mi manejarla debido a que no se nada de magia de agua.

¡Eso se hace con la mano y trabajo duro!

Mientras llenaba una cubeta de agua en el fregadero donde Janii había lavado los trastes la noche anterior, un pequeño ruido vibrante salía de entre las tablas del piso.

En la oscuridad, ahí donde mis manos, mi visión y mi magia no pueden llegar está Centir.

Moviéndose como un pequeño rayo de luz en forma de "Z" arrasando con todo tipo de alimañas rastreras.

Incluso se podían escuchar gritos de gente afuera que se sorprendían por las ratas que salían corriendo de huecos en las paredes.

Cuando la cubeta termino de llenarse empezó la verdadera acción.

Lanzando la cubetada de agua al aire, una pequeña estructura naranja traslúcida en forma de canales, apareció debajo del agua para esparcirla por todo el piso.

—¡Ja ja ja! ¡así es, fluye!

Mientras limpiaba las mesas, un pequeño rayo veloz pasaba sobre mi, eliminando nidos de arañas y telarañas en las esquinas de todo el lugar, incluso las más temibles cucarachas pequeñas ultra veloces, no eran rival para Centir.

Así comenzamos el día Centir y yo.

......................

—Fiu... Con esto...—Habiendo terminado de limpiar, un pequeño gritillo se escuchó por las escaleras del segundo piso.

Una chica rubia con cabello desordenado y esponjado, estaba sentada en las escaleras sobándose el trasero, era Enji.

Ayer estuve en desacuerdo con ella en "muchas cosas", pero al finalizar la cena la verdad es que no sentía nada de enojo contra ella.

—¡Buenos días! —Sintiendo las gotas de sudor helado en mi frente me limpié con mi trapo.

—¡Ah! ¡Tu! ¡¿Tu hiciste esto?!

—¿Eh?

No la comprendí sinceramente.

—¡¿Cómo transformaste la maldita taberna en esta... Esta casa respetable?! ¡¿Acaso eres una de esas brujas?!

—Jajaja exageras, solo limpie un poco de telarañas —Señale la bola gris de medio metro en una esquina de la habitación.

—¡Eew! ¿Llamas a eso poco?

Las que limpiaba el calabozo eran el doble de grandes que esta, realmente no me parece mucho...

—Awwhh... ¿Ya es de mañana? ¿¡Uwaa!? —Con un grito más elevado, Antell también se cayó de trasero, pero antes de terminar de rodar, se tomó de una de las maderas talladas de la baranda espantado—. Ah... ¿Grite muy alto?— nos preguntó con la cara espantada.

Entonces antes de que pudiéramos responder, el aire en la habitación se hizo pesado y un monstruo apareció.

—¡¿Ahh?! ¡¿Porque demonios se ponen a hacer tanto ruido en la madrugada imbéciles!?

Un monstruo con forma grumos oscura salió de la misma habitación que Antell.

—¡Al próximo que grite lo mató!

Mis manos me taparon instintivamente la boca y el monstruo volvió para adentro dejando a Enji y a mi boquiabiertos y paralizados.

Y como si hubiéramos estado congelados en el tiempo, Enji y yo al instante, estábamos siendo cargados por Antell fuera de casa.

—¡Chicos más vale que olviden la apariencia de ese monstruo terrorífico!

Claramente, no teníamos ni la más mínima intención de ir en contra de las palabras de Antell y asentimos aún con las manos en la boca.

—A esta distancia estamos a salvo.

No quiero ni pensar que hubiera pasado si gritaba al verla como estaba...

—Si hubieran gritado ahí atrás, ahora estarían más seguros en un bosque lleno de treants sin sol.

—Je... Je, je, cómo se esperaba de mi hermana...

—Eh... ¿A dónde nos llevas? —Pregunte a Antell mientras era cargado como equipaje de mano.

—¡Ah! Es cierto...  También estabas aquí...

—¿Que?

—Ja, ja, no te lo tomes a pecho, es solo que no estoy acostumbrado.

Por la clara tranquilidad de Enji, parecía que ya sabía a dónde iba Antell con nosotros.

Me pregunto si esa tranquilidad es por haber salido de la casa o porque sabe a dónde vamos...

¿Esto es algo a lo que se acostumbro?

Salimos de la muralla caminando mientras muchas personas saludaban a mi hermano, aunque en su mayoría parecían ser viejos y aventureros con armas, todos le saludaban con sonrisas mientras le daban ánimos para seguir.

—Bien, aquí es.

Asombroso, quien hubiera pensado que este lugar se usaría de esta forma.

Frente a una gigantesca marca de espada que había barrido por completo un pedazo de bosque, un campo de entrenamiento se cernía, las espadas de muchos chocaban entre si, otros blandian lanzas y algunos miraban por el rabillo de sus ojos apuntando con arco, pero solo 2 o 3 magos podían verse practicando su magia de diferentes elementos.

—Este es el campo de entrenamiento de aventureros.

—Se parece mucho a... Ahhk —Me dejo caer la piso.

—Espero que esa estúpida charla de ayer no haya estropeado tus sentidos Enji —comentó Antell, mientras se reía entre dientes y hacia estiramientos.

A diferencia de mi que caí de cara. Enji parecía haber predicho todo, cayendo naturalmente de pie como un gato.

—¿Hah?, ¿Quien demonios crees que soy?

—Mmm...—Antell penso su respuesta y lanzó la bomba—. Veamos, ¿no eras el juguete de Ratil?

Oh mierda...

—¿Que dijiste? —El pelo amarillo y rizado parecía haberse puesto de puntas al instante.

Sin siquiera hacer ruido todos los que estaban entrenando miraron en dirección a Enji susurrando y gritando:

—Oigan esa ropa...

—Mierda, ¡dispersense, no sé junten a esos!

—¡Es una Exaptel.

Escuchando los comentarios de todos los que habían visto la pelea verbal de ambos se sabía que definitivamente, a esta chica no se le debe de hablar así, pero a Antell no le importaba.

—Oye Eypril —A punto de mover mis dedos para hacer una pared y protegerme del estallido de muerte y destrucción, Antell me interrumpió—. No te atrevas a usar magia aquí, aún no es tiempo.

—¡¿Que?!

—¡Pordiosero a un lado! —Rugió la chica roja.

Tratando de arrastrarme por el suelo para no salir agujereado, un pequeño empujón de Antell basto para que saliera disparado hacia el bosque joven a la orilla del campo de entrenamiento.

—¡¡Giaaa!! —Mientras gritaba por el impulso del empujón, un grito de odio se sobreponia a mis lamentos.

—¡¡¡Antell!!!

En el lugar en donde yo estaba parado, ahora, había un estoque chocando contra una espada que apenas estaba medio desenvainada de la cintura de Antell.

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