El Héroe Sin Destino.
Pov Creim Belet. (Líder del pueblo Frío)
—¡Esa es la verdad, te lo juro…! Hip...
—¡No seas tonto, Creim estás borracho hasta los pies! Ja, ja —El cantinero que había escuchado mi historia ya un montón de veces, se rió una vez más de mis palabras. —¡La Leyenda Del Cuarto Mundo ya se ha cumplido! Buenos... Aún no, pero el héroe ya apareció.
Sin poder soportar más lo que decía, tomé el cuello de su camisa amarillenta y lo sacudí para ver si las ideas se le aclaraban.
—¡Imposible, deja de escupir tonterías cabrón!
—Ese cantinero dice la verdad.
Mientras discutíamos, interrumpieron.
Un viejo que por su vestimenta seguro acababa de llegar al pueblo, interrumpió.
A estos tipos les gusta meterse en la plática de los demás...
—La leyenda es el rumor que la Diosa de la Tierra.
—.... Este ripoe es de esos...
—Ella esparció la noticia por los oídos de los seres vivos en los últimos años.
—¡¿Ah?! ¿Qué dices viejo?
—¡Somos de la misma edad idiota! Hum...
Aclaro su garganta, el monje no parecía haber terminado de hablar.
Levantó su voz una vez más, para que todos los escucharán.
—¡De todos modos!
El monje se levantó de su asiento.
—Debido a que la bestia del odio, ha comenzado a ganar cada vez más poder.
Levanto sus brazos a los lados con las palmas mirando hacia arriba.
—La única opción que tenía la Diosa para calmar los corazones de todos y de no darle más poder a la bestia era con el susurro.
Ahí va otra vez, estos tipos siempre hacen lo mismo, se meten en la plática y cuando no saben que decir argumentan con esa estúpida historia pasada de boca en boca.
—"CUANDO LLEGUE EL MOMENTO, EL HÉROE CON LA MAGIA DE CORAZÓN APARECERÁ Y JUNTO CON AQUELLOS DESTINADOS A VIAJAR CON ÉL DERROTARÁ A LA BESTIA DEL ODIO SALVANDO ASÍ EL CUARTO MUNDO."
Así es, ya he escuchado esa farsa millones de veces...
Ese timo.
—Eso fue lo que dio paz a los corazones de todos. Aunque el rumor no tuviera fundamentos.
Aunque no lo hubiera dicho alguien imponente o alguien visible.
Yo que estuve en las iglesias elficas lo confirme, las esperanzas de todos en vez de morir por la fiereza de la bestia lograron hacerse más fuertes y sobrevivir.
Entonces la razón por la que peleaba a las tres de la mañana en una cantina como siempre, volvió a salir de otra boca...
—No, el héroe aún no a...
Maldición... Que sueño...
Con los párpados desnivelados y mi cuerpo cansado parecía que repetiría la rutina de las noches.
Mis huesos viejos ya no eran los mismos que cuando tenía veinte y estos idiotas solo hacían sentirme peor.
Sin siquiera terminar de responderle al tipo raro me recargue en la barra.
—¡Ah! Eso sí que no Creim, ¡ya te dije que no te dejaría dormir de nuevo aquí!
—Callate mamá.
Con unas pisadas que decían "ya estoy cansado de tí", fui llevado a jalones directo a la nieve de la calle.
—¡Ack! ¡Eres un desgraciado! ¡Te aprovechas de que eres la única cantina en el pueblo! ¡Si no, ya te hubiera cerrado!
—Sí, sí, ¡lo que digas Creim! ¡La cuenta la pagas mañana!
—Fu... Hiug... ¡Qué frío...! —Sacudi la nieve de mi cara y me puse en camino.
¿No es demasiado peligroso para alguien importante como yo caminar fuera a esta hora de la noche? ¿Cómo se atreve ese desgraciado a sacarme así?
Renegando un poco sobre todo seguí mi camino.
Así es la vida... En un momento estás caliente tomando con un viejo amigo, y al otro te traiciona y te lanza al frío de cara contra un montón de nieve.
Eso es normal.
No hay nada de raro.
El cambio es brusco, pero es aceptable, es algo que puede ocurrir... Aún asi... Por muy grandes que sean los giros de la vida...
—¿Cómo llegamos a esto...? —Susurre para mí al ver el color amarillo y rojo de las llamas sobre mi propia mansión.
Grandes llamas rojas.
Consumiendo.
Eliminando...
Mientras veía hipnotizado el fuego, unos pequeños ruidos de chapoteo me regresaron a mis cabales.
—¡¿Qué mierdas están haciendo?! —Corrí hacia uno de los estúpidos magos que no tenía idea de quién era y le di un jalón de hombros tan fuerte que lo tumbe al piso—. ¿No ven que su magia no es suficiente? ¡Vallan por agua al pozo!
—Ah..., ¡sí señor!
El montón de estúpidos magos dejaron de utilizar su pobre magia de agua y corrieron conmigo detrás para tratar el incendio de mi maldita mansión.
¿Quién?
Esa pregunta me llegó a la cabeza.
¿Acaso algún mercader de los que me he aprovechado...? ¿O es que alguien me quiere muerto?
Una tos por el hollín en el aire corto mis pensamientos de raíz y me detuve junto al montón de tontos de nuevo para descansar.
—Kuf- Que... ¿Por qué demonios no avanzan?
—S-señor, el pozo está bloqueado... Con magia... De barreras...
Entonces lo entendí.
Al escucharlo ya tenía la respuesta a mi pregunta.
Me he descuidado.
Una increíble sensación de incomodidad me erizo los bellos y me deshice de la tos para poder gritarle a todos los imbéciles.
—¡¡¡Escuchen!!! —Con el grito que lance, todos me miraron.
Magos y combatientes voltearon a verme.
—¡Todos los combatientes aquí vayan a las celdas!
Les ordené.
—¡Sí señor!
Me respondieron.
Al unisono.
—¡Y todos los magos, por el amor de Dios, usen su maldita magia y el agua del pozo para apagar el incendio!, ¡Desbloqueen esa bendita magia!
No dije maldita...
Porque no lo es.
Al momento siguiente corrí a toda velocidad.
Mantén la calma...
Es solo una coincidencia...
Intenté autoengañarme.
Espero que no sea demasiado tarde... ¡No puedo perder todo ese oro así como así...!
Llegué al calabozo.
Automáticamente mis fuerzas comenzaron a ceder.
Por más mentiras que me dijera en la cabeza mis ojos no las podían creer.
No estando ante la maldita cadena rota de la puerta que lo resguardaba.
—No puede ser... —Con cada paso en el calabozo, mi corazón y mis ojos temblaban al ver los cuerpos inconscientes de los guardias de menor rango que había dejado atrás esta vez.
Entonces con una cara de incomodidad y preocupación uno de los combatientes que había llegado primero me planto cara.
—Señor... —Trago saliva—. Todas las celdas con los presos están bien...
Dijo con una voz rara.
Impropia de uno de mis guardias.
No me importó.
Rápidamente, una calma increíble se dibujó en mi rostro y mi equilibrio me hizo descansar sobre la pared del pasillo.
¿Es esto alivio?
¿Por qué?
¿Por cuál razón?
—Aah... —me salió un suspiro natural de la garganta sin esfuerzo—. Esa es la mejor noticia que he podido obtener en todo el día.
Mi mareo pasó y al fin pude verle la cara al capitán que próximamente obtendría un aumento de salario de mi parte,
Me sentía generoso.
Agradecido.
Eso creí que debería hacer... Por unos instantes.
Una mueca increíblemente perturbada se mostraba en su cara.
—Todos menos él.
¿Eh...?
—Lo único que encontramos fue ésto... —dijo el soldado extendiendo un pedazo de papel añejo.
—¿Que...?
—Al parecer ha dejado una carta...
—Carta... ¡Dame eso! —De un tirón me puse a leerla.
...****************...
PARA EL JEFE DE ALDEA.
DESPUÉS DE TODO, PARECE QUE NO QUIERO SER EL HÉROE.
EYPRIL.
PD: EL FUEGO FALSO QUE QUERIA PRENDER SE SALIO DE CONTROL, ENTONCES... CREO QUE LO SIENTO.
...****************...
—Capitán, reúna a todos los combatientes disponibles ahora mismo y búsquenlo...
—Señor... Pero el fuego... ¡Y hoy hay una tormenta de nieve segura!
Mirando directamente los ojos del inútil frente a mí le dije todo lo que quería saber.
—Me importa una mierda la casa...
»¡Ya está hecha cenizas!
Pero él...
En cada casa,
En cada establecimiento.
A los alrededores...
¡Sobre las copas de los pinos!
No importa si la gangrena les jode los dedos de los pies...
Lo tomé por el cuello de su camisa.
—¡No descansen hasta traerme a ese bastardo!
—¡¡¡Si!!!
Un rotunda respuesta resonó en lo más profundo del calabozo.
......................
Pov Eypril Eros (Candidato a Héroe elegido por el mundo.)
Corrí colina arriba con todo lo que daban mis piernas.
El aire de la noche helada me cortaba la garganta.
Mi respiración estaba entrecortada por la agitación de todo mi cuerpo y mis ojos no podían dejar de mirar repetidamente hacia mi espalda.
En cualquier momento pueden llegar... Tengo que correr lo más rápido posible...
Lo estuve esperando mucho tiempo.
Una ventisca de esta magnitud.
Una de la que solo yo podría sobrevivir dentro de ella.
Solo un poco más y...
Terminando de subir la colina un escalofrío me recorrió la espalda.
—Aún puedo escuchar su grito desde acá... Mejor me doy prisa... Y por si acaso piensan en alcanzarme...
Shiuu... [¿Que harás?]
La creatura a mi lado que parecía un enjambre de mosquitos sabía lo que yo quería hacer.
—Centir, ayúdame... —Con un gesto de mi cabeza y mirando de lejos hacia el pueblo donde practique magia por unos años, levanté uno de mis brazos.
Cómo si quisiera detener a alguien.
Sin más, una clase de pared traslúcida comenzó a salir de la tierra frente a mí.
—Barrera.
He eliminado la barrera en el pozo de agua.
Eran simples barreras de mi magia que impedían el paso de la materia física a través de ellas.
A los tipos con los que entrenaba, romper una de mis barreras les tomaba un gran esfuerzo.
Al menos las barreras que no quería que rompieran. Cómo esta.
—Con esta ventisca endemoniada deberían bastar cinco barreras de estas...
No creo que me persigan tanto hoy.
No, ¿en verdad bastará solo con eso?.
Si los aprendices de reforzamiento corporal vinieran, fácilmente saltarían estás barreras de cuatro metros... Pero tampoco puedo hacerlas demasiado grandes o delataría mi paradero al instante.
Bueno, supongo que tan altas como los pinos estarían bien.
Escondidas entre ellos.
Abrí mis brazos como si fuera abrazar a alguien y con la ayuda de Centir la barrera se alargó.
Grande.
Tan grande como la muralla de piedra del pueblo.
Lo suficiente como para abarcar la mitad del pueblo.
Con esta anchura, sería suficiente para que caminen por un día... Aunque son bastante delgadas para poder mantenerlas activas.
Al menos los retrasare.
Modificando la barrera con unos pocos movimientos de mis dedos una pequeña puerta se abrió ante mi.
—¡Listo!, ahora sí.
Dejando atrás mis cinco barreras anaranjadas, seguí el camino hacia mi primera gran ciudad.
Después de todo es ésto o éso.
Mirado con detenimiento el bosque era tenebroso.
La ventisca lo hacía todo blanco.
La noche lo hacía todo oscuro.
Tal vez podría llegar a toparme con monstruos, pero todo eso era mucho mejor a seguir encerrado en ese lugar.
—Esta es la primera vez que estoy completamente solo... —La saliva paso por mi garganta.
Aunque no estaba reseca, era claramente un signo de impotencia para mí.
—Es hora.
Es hora de dar el paso, es hora de escapar de este lugar...
La oportunidad se presentó.
La oportunidad que tanto deseaba y me consiguió Centir.
La oportunidad más deseada.
Y aun así... ¿Por qué no puedo dar el paso?
Inmóvil.
Cómo un árbol bien plantado.
¿Siempre es así de difícil abandonar las raíces?¿Qué es lo que me detiene?, ¿qué es esta fuerza que no me deja caminar?, ¿que es...?
Shiu. [No estás solo]
Un pequeño ruido familiar me trajo de vuelta de mi cabeza, era la pequeña cinta de luz traslúcida en forma de "~" que hizo el sonido.
Mi amigo revoloteó un poco frente a mis ojos.
Serpenteo.
—Shiu... Shiu...
—¿Centir...? —Confundido por su comportamiento agitado, parecía querer señalarme algo sobre mi cara.
Algo rojo.
Sangre...
Mi sangre...
La sangre que llevo en este cuerpo no me deja avanzar...
—Entonces es eso... —Mi mano se volvió a cerrar.
Apreté mi puño con decisión.
Por primera vez, no con desesperación.
—Centir, cambio de planes, haré lo que llevo aplazando por años...
Iré a ver a mis padres.
¡IMAGINEN QUE ES DE NOCHE EN LA IMAGEN!
Mejorará cuando encuentre a alguien que sepa dibujar en vez de las inteligencias artificiales.
Gracias por leer el capítulo 1.
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