Capítulo 4 El Peleador incorregible.

En el capítulo anterior unos bonitos perritos de fuego jugaron conmigo.

[En algún lugar del bosque del sur]

Pov Eypril Eros.

Con la espalda destrozada y las piernas magulladas no puedo hacer mucho...

—Todo ha terminado... —Respirando pesadamente el aire afilado como las navajas sentía mi cabeza mareada.

Solo me queda...

Levantando la mano dispuesto a usar mi última magia se podía observar la desesperación de Centi.

—¡No te rindas!

¿Eh?

—¿Centir por fin hablas?

Shiuuu ¡Shiuuu! [¡Yo no fui imbecil!]

—¡¿Eh?!

Antes de que pudiera procesar lo que pasaba, el sonido de un aplauso seguido de un dolor hormigeante, me recorrió todo el brazo.

—¡¿Eeeehhhh?!

Siendo levantado por el brazo con el que iba a lanzar mi última magia, los árboles a mi alrededor empezaron a verse como líneas de colores y mi cuerpo comenzó a volar.

—¡Aún es rápido para rendirse chicooo!

¡¿Eh?!

—¡Janii!, ¡lo dejo en tus manos!

Con la respiración agitada sin saber que estaba pasando un hombre alto me había tomado la mano, me había dado vueltas como si no pesara nada y ahora estaba siendo lanzado.

—¡¡Sí!!

—¡Pase largo!

¡Mierda este golpe va a ser!

—¡Te tengo!

¿Suave?

Abriendo los ojos lentamente sobre una perfecta almohada dual, aún sentía el aire helado del bosque en mi cuerpo que ya se había acostumbrado a volar, pero el shock fue demasiado...

¿Estoy siendo cargado como princesa?

¡¿Eh?! Una... Una chica... ¡Estoy siendo cargado por una chica!

—¡Prepárate para la caída!

—¿Caída?

Mirando alrededor las copas de los pinos y a una ardilla agarrada de un tronco completamente congelada, me sujeté de ella.

—¡¿Cómo demonios me lanzaron hasta acá?!

Callendo entre pinos y treants, salí disparado aún estando sujetado de su ropa sobre la bendita cama blanca del bosque.

Descansando sobre mis huesos rotos y a punto de perder el conocimiento, una pequeña creatura en forma de "~" comenzó a golpearme.

Shiuuu shiuuu. [¡No te duermas aún imbécil!]

¿Y la chica?

Mis ojos vagaron de aquí para allá hasta encontrar una hermosa cabellera negra tras de mi, aún tratando de amortiguar el dolor de mi espalda rota que, sin saber quien era, ni que quería de mi y sin saber exactamente qué cara tenía, ella no tardó en mirarme y tomarme de la mano con una sonrisa gentil.

—Ya está bien, ahora estás bien...

Apretando mi mano con fuerza una luz verde como el mar emanó sobre mi cuerpo devolviendome el calor lentamente.

—Sanación.

Caliente... Tan cálido que quisiera dormir... Tengo sueño... Pero...

Shiuuuu shiuuuu.

El sonido de Centir me hizo recobrar la cordura.

La batalla aún no ha acabado, aún esta vivo el lobo más fuerte.

Utilizando mi mano libre y la rama de un treant cercano comencé a levantarme.

El lobo grande seguía corriendo enfurecido hacia dónde debería estar yo y en mi lugar, un hombre con una espada en cada mano recibió una tecleada de frente a la mandíbula del monstruo.

El choque del golpe hizo levantar una cortina de nieve en todas direcciones que al instante se convirtió en vapor por el fuego del lobo.

¡¿Detuvo ese golpe así de fácil?!

Bloqueando cada ataque del lobo con sus dos espadas, el hombre era empujado hacia atrás pero no le cedía el paso, resistiendo embestida tras embestida, sus brazos le comenzaban a temblar por el sobre esfuerzo que era algo digno de observar.

—Esto es malo, Antell es fuerte, pero pareciera que la fuerza del lobo va en aumento... —dijo la chica preocupada por su amigo, sin dejar de tratar mis heridas con magia de sanación.

Shiu shiuuu. [Tiene razón, el miasma es cada vez más intenso.]

Como para corroborar sus palabras, Centir parecía afirmarlo.

Confundido por el cambio de presa repentino, el lobo astuto, tomo su distancia una vez más y comenzó a correr alrededor del hombre.

Viendo la falta de puntos ciegos a su nuevo contrincante, el lobo sorprendido por el increíble aguante del hombre, lanzó una ráfaga de mordidas y golpes atacando desde todas las direcciones haciéndose ver cómo si fueran tres monstruos en vez de uno, pero él, colocando las espadas en una equis perfecta, bloqueo cada golpe en dos simples tajos.

—¡Inutil!

Con las espadas encendidas en fuego por la fricción de bloqueos y golpes rechazados, una increíble canción de choques de espada se posó sobre el escenario de pelea.

Haciendo que algunos tajos salieran perdidos y algunos arañazos fallaran de dirección, el bosque a su alrededor pronto quedó completamente talado.

Con atención, entre la música de la batalla se podían escuchar los chillidos de los treants mutilados llorando por volverse madera podrida.

Entonces como deseando romper el punto muerto del increíble intercambio de golpes, una onda de miasma se esparció de la cola llameante hacia todo el cuerpo del lobo, haciendo que las maderas de los pinos que rozaba comenzaran a incendiarse.

En un instante, el sonido del fuego blanco se incrementó y el calor esparcido por todos lados derretía la nieve a media ventisca.

—¡¡Antell!! —gritó preocupada la chica a mi lado por el increíble calor infernal que se cernió sobre todos.

El lobo de fuego se volvió a lanzar con un nuevo impulso y sus mandíbulas terminaron sobre las espadas del hombre que se defendía con ellas frente a su pecho sin ceder su vida.

—Mierda... Es increíble... No pensé que dejar mis guantes en el herrero fuera a hacer las cosas tan difícil.

Teniendo que cubrirme por el calor intenso, pero sin querer dejar de ver la increíble pelea del hombre, chorros de sudor y sangre congelados comenzaron a caer por mi cara hasta los charcos de lodo en la tierra ahora humeda. 

Esto es malo...

El bosque, encendido en llamas, ponía una espesa niebla sobre el lugar, haciendo poco visible la pelea de ellos, pero eso no basto para que mis oídos (ya recuperados), no captaran esas palabras.

¿Una risa?

—Je... ¡JA JA JA! ¡¿Qué pasa desgraciado?! ¡¿Esa es toda la fuerza que tienes?!

¡¿Este tipo que dice...?!

—Barrera...

Sintiendo la malicia de la burla, el lobo contesto a la provocación del hombre expandiendo el fuego con una explosión de calor alrededor, obligandome a crear uno de mis muros incompleto para protegernos.

—¡Antell! —la chica a mi lado grito tan fuerte que parecía que sus ojos podrían salirse en cualquier momento.

Un incendio se había desatado en medio del bosque quemándolo todo, los treants habían empezaron a chillar tan fuerte que podían dejar sordo a cualquiera y en vez de una ventisca parecíamos estar dentro del horno de un herrero.

Se creo un infierno de fuego blanco.

Los pinos no tardaron en desplomarse y la chica dejo de tratar mis heridas con la preocupación sobre su compañero.

Este hombre... Si no se retira... Morirá.

—¡Ghaaaaagg! —gritó el hombre ahogado de dolor ante la llamarada furiosa.

Teniendo la mordida encima de las espadas, la llamarada había empezado a devorar la dureza del hierro y ponerlo al rojo vivo derritiendo las hojas poco a poco, las espadas empezaron quemar las manos del hombre que al fin había empezado a ceder callendo de rodillas.

—¡¡GAAAAAHG!!

—¡¡Antell aléjate!!

¡Esto es malo!, debo ayudarlo...

Tratando de reunir centir frente a mi mano solo una pequeña chispa amarilla se formaba en forma de rechazo.

Me he agotado...

Tratando de invocar el muro aún sin centir, muchas pequeñas chispas amarillentas explotaban frente a mi mano que apuntaba a la pelea.

—No... Es imposible... A menos que detenga las barreras del pueblo...

Los troncos chamuscados con el fuego blanco comenzaron a caer alrededor de ellos formando una jaula de fuego.

—¡ANTELL! —grito la chica llena de euforia antes de echarse a correr aún con el calor infernal.

Viendo esto, aunque no pudiera crear una barrera para detener nada, la tome del brazo antes de que quedara quemada.

—¡¡Para no puedes acercarte más!! — Sujetándola con la mano de su gabardina blanca seguía intentando ir a su muerte.

—¡¡Quítate!! ¡Suéltame! —Arañandome inútilmente con sus guantes de piel y golpeando mi mano mientras miraba a su compañero, nunca me quito de encima.

—¡No puedes acercarte a eso, no saldrás con vida!

—¡¡Suéltame!! ¡¡ANTELL!! —Llorando, golpes débiles pero llenos de coraje cayeron sobre mi brazo que parecía fundido a su ropa.

—¡Detente es imposible sacarlo de ahí!

Esta chica no está pensando bien... Si no estuviera completamente alterada ya me hubiera golpeado para ir con él, si la dejo marcharse no habrá nada que hacer...

El lobo que veía el fuego como su mejor aliado, dió un medio giro y golpeó las espadas con un coletazo de fuego desapareciendolas por completo dejando al hombre desarmado.

—¡¡¡ANTELL!!!

—Agh... Desgraciado... —Gimió el hombre agitando las manos sobre la nieve para calmar la alta temperatura.

Rodeando al hombre ahora indefenso, el lobo con todo su ego por delante se dispuso a jugar con su presa golpeando al hombre con una de sus patas traseras y lanzandolo contra uno de los troncos caídos.

—¡¡Antell!!

Sorprendida por el golpe serio que conecto el lobo a su amigo la chica de un jalón me hizo caer al piso

—¡Agah!

Dios… Esta chica es demasiado fuerte... No tenemos tiempo para esto tenemos que irno...

¿Huh...?

Tratando de levantarse y arrastrarse con las manos por el lodo y los charcos al final lo ví.

¿Qué demonios es esa cara...?

Una cara llena de dolor, una cara llena de lágrimas, golpes y preocupación.

Sujetándola a su lado, pude ver su cara, la cara que hace unos segundos era un templo de tranquilidad y luz, ahora era un lío de resignación y dolor.

Entonces, sin haberle ordenado a mi boca decir algo, las palabras salieron solas.

—¿Por qué...?

Siendo ya un milagro que haya podido escuchar mi susurro dentro de este infierno, sus labios se movieron en respuesta.

—¡Porque él es mi felicidad!

Su grito me entró por los oídos como una corriente de energía y mi cuerpo se movió instantáneamente.

Teniendo todo un caos frente a mis ojos, el hombre que me salvó herido, el maldito monstruo repentino a punto de destrozarlo y la chica que ama a ese hombre muerta del miedo, no pude evitar recordarlo todo.

—Centir... Ayúdame...

Es cierto.

Levantándome del lodo cubriendo a mi sanadora miré el coliseo de fuego del hombre y la bestia de miasma.

Casi lo olvido.

Cerrando los ojos y calmando mi corazón me concentré en el centir en el aire, flotando al ritmo del escenario como un enjambre de luciérnagas sin destino, utilizarlo para hacer magia sería imposible, teniendo en cuenta que estaba agotado, pero... Centir está a mi lado.

Shiu.

Está flotando como un listón llevado por el viento.

—Concéntrate... Y concéntralos... Crea la corriente.

El sentido de mi viaje...

Ordenándole a Centir con uno de mis dedos comenzó a vagar alrededor del escenario, moviéndose libre entre los árboles y sobre las piedras, como un listón de luz transformandose en una aurora boreal.

......................

[[Eypril... Encuéntrala... Tu felicidad.]]

......................

El coliseo de fuego ahora parecía una fogata gigante y aquel hombre un pedazo de carne cocinándose a la leña.

El calor había empezado a fundir el hierro de las espadas del hombre que se arrastraba hacia atrás, sobreviviendo hasta el último momento, pero el lobo no estaba dispuesto a esperar más, acercándose caminando y luego corriendo rápidamente, decidió echarse el bocado al hocico.

Pero aún siendo un monstruo consumido por el miasma, él era aquel que había podido mantener la cordura, controlando la llama blanca a la que toda su manada temía con el poder de su mente sobre desarrollada.

Esa fue su perdición.

Confundida la bestia miró a su alrededor, él centir que hace un momento estaba esparcido por todos lados, ahora se movía como un río en una sola dirección.

Y cruzo miradas con esa fuente de poder.

¿Que es eso?

Espantado por la increíble energía reuniendose y como la increíble creatura lista que era, lo entendía.

Ese poder me eliminará si no lo elimino primero.

La bestia cambiando de dirección en ángulo de noventa grados y moviéndose a una velocidad mucho mayor a la que había utilizado hasta hace un rato, cruzo el mar de llamas blancas como un proyectil en mi dirección, sin distraerse de nada, habiendo olvidado su hambre incontrolable con el único deseo de sobrevivir pero... Claramente era tarde.

¡El centir ya está concentrado en mi mano!

—¡¡Barrera!!

Fue un impacto directo contra el muro frente a mí, una ráfaga de aire con fuego se extendió por todo mi muro pintandolo de blanco, haciéndome retroceder mientras detenía el ataque como la primera tacleada que se llevó aquel hombre.

Sentí como los dedos de mi manos derecha habían comenzado a achicharrarse aún detrás de mi barrera reforzada con el centir de todo el lugar pero no cedí.

—¡¡Gaahh!! —Soltando un grito de pelea coloqué mi brazo libre sobre mi brazo conductor de centir y la energía reunida comenzó endurecer aun más el muro que había empezado a agrietarse de las esquinas.

Sin embargo, teniendo a la bestia frente a mi cara lo noté, su fuerza aún no ha llegado al límite, incrementando el empuje pronto mis piernas cedieron dejándome hincado sobre la pierna que no me había lastimado.

Necesito más centir... Pero ya lo usé todo...

El piso donde me encontraba ya se había secado por completo dejando un pedazo de tierra infértil que comenzaba a romperse y agrietarse...

—Mierda... Este es mi fin...

Entonces, resignado al fin de mi vida lo sentí, en mi espalda magullada, había una delicada mano dándome soporte y una cálida sensación verde reflejándose alrededor de mi cuerpo.

La chica que había estado gritando hasta ahora tenía una cara completamente diferente, no la que había perdido la esperanza, si no, una llena de concentración y poder.

Y por solo una fracción de segundo lo noté, tan rápida como algo que no existe o como un parpadeo involuntario.

Una pequeña chispa rosada recorrió mi muro, haciéndolo cambiar de un color anaranjado a un rosado transparente.

—¿Que…?

De pronto, como si tuviera un hoyo en el pecho, el centir comenzó a viajar de todas direcciones hacia mí, como si se estuviera llenando un hueco repentino en medio del mar.

¡¡¡Shiuu!!!

Y como si me gritara que lo aprovechara, Centir me despertó del trance.

—¡¡Ghaagaa!! —Poniendome de pie una vez más con una inimaginable cantidad de poder, dirigí toda la energía a mi muro formando un cubo gigante encerrando al lobo.

¡¡¡Shiuuu!!! [¡AHORA!]

—¡¡¡GHAAAAA!!!

Con el doble esfuerzo de mí puño y sin titubear, los muros que habían encerrado al lobo se encogieron en un instante al tamaño de un terrón de azúcar brillante en medio del aire.

—Compresión... —dije el nombre de mi magia para fortalecer la imagen en mi cabeza y tomándolo con mi mano libre, utilicé el centir y la misma magia que había utilizado para que el pozo de agua del pueblo frio no se abriera.

—Sello...

Una luz naranja salió de las grietas entre mis dedos y haciendo un pequeño "clik", mi magia se completó.

Mi brazo quemado y roto no dejaba de temblar y latir con destellos de calambres por todos lados debido a la fuerza que había aplicado para cerrar el puño.

El sonido del miasma quemando la madera fue desapareciendo lentamente y el calor se esfumo más rápido de lo que debería ser posible.

Aún sin comprender lo que había pasado con todo ese centir que usé de golpe, mi conciencia desapareció sin más.

Centir agárrame...

Choque de cara contra el lodo...

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