Capítulo 11 Baño caliente.

En el capítulo anterior conocí a la loca de los callejones.

[Somantia, noreste del bosque del sur.]

Pov Eypril Eros. (Candidato a héroe elegido por el mundo.)(Novato)

Justo después de escaparme del callejón dónde casi fue mi final, encontré a Antell y Janii junto a otro puesto de brochetas preguntando por mi.

Sorprendidos por el hecho de que llevaba a dos adultos moribundos mal heridos, trataron de preguntarme muchas cosas, haciendo que me mareara, pero cuando terminó de curarlos, ambos explicaron que los había salvado.

—¡Gracias por salvarnos hermanito!

—Te juro que si no hubieras estado ahí, ya seríamos papilla.

—No... No importa, no sé que estaban haciendo, pero espero que no me vuelvan a meter en problemas...

—¡Ah! ¡Claro que no! A partir de ahora nos reformaremos totalmente —gritó el más grande.

—¡Si! ¡Ya no haremos cosas peligrosas como esa!

—Así es hermanito, también, si alguna vez tienes hambre, puedes ir a las brochetas de jabalí a dos calles de la entrada ¡no te cobraremos nada!

—Eh... No tienen por qué...

—Es lo menos que podemos hacer por ti, nuestro padre nos mataría si no devolvemos el favor.

—Bueno hasta la próxima debemos huir... —dijo el más bajo antes de jalar al grande e irse entre otros callejones.

—¿Acaso hice algo bueno?

—¡Ja, ja! ¡Eso sí que es buena suerte! —grito Antell que se había hecho cargo de cobrarle a los dos por la magia de curación de Janii.

—Y bien Eypril... Esos tipos, ¿quienes eran?

—No tengo idea, enserio...

—¿Cómo que no tienes idea? —preguntó Janii en un tono enojado, mientras me levantaba del piso del cuello de mi gabardina.

—¡Ya te dije que me distraje en un callejón y los salve de ser asesinados por una chica loca con espada!

—Imposible, aún si fuera cierto ¿porque los ayudaste?

—¿Eh?... Ambos estaban rogando por mi ayuda... ¡Si no los hubiera traído, esa chica definitivamente los mataría!

—Bien, bien, eso ya no importa Janii, lo que importa es que nos pagaron lo suficiente.

—¡Tú cállate! ¡Y dame ese dinero! —le arrebataron las monedas a Antell—. Y tú... ¡Deja de mirar para todos lados como tonto!

Tomados por la capucha fuimos arrastrados por Janii.

......................

Después de un rato, la calle principal quedó atrás, había un pequeño lugar con establecimientos de comida y después algunas casas; sin embargo, eso fue hace media hora, el lugar donde estábamos ahora, era mucho peor que la calle principal, dejando ver algunos indigentes tirados en las esquinas y solo gente con la cara bien tapada.

—Eh... ¿Vamos a su casa, verdad? —pregunté un poco nervioso mientras era arrastrado por Janii.

Así es, ya había pasado más de media hora desde que empezamos a ser arrastrados, pero después de ver qué Antell cruzó una pierna sobre la otra cómodamente, deje de luchar por soltarme y dejé que las cosas siguieran su curso.

—¿Ah? Porque lo dices... A, no, olvída lo que dije.

—¿Qué? Tienen algún problema ¡¿eh?! —Con los ojos cerrados contesto Antell enojado.

—Si, ¡claro que sí tonto! ¡No hay ninguna casa por estos lugares!, Es normal que alguien se pregunte si vamos a una casa o si vamos a alguna alcantarilla.

—Pues si no les gusta dónde vivo muy bien pueden irse a... Ya no digo nada mejor...

—Eh, ¡no! ¡Solo pensé que estaban llevándome a algún lugar oscuro para abandonarme o algo así! ¡No pretendía insultarlos por su fea casa!

—Oye... —Se ofendieron al unísono.

Mientras eramos arrastrados, grupos de personas que ocultaban su identidad con prendas en la cabeza y otros en los callejones, se nos quedaban mirando mientras susurraban.

—No importa, no es raro que pienses eso... Después de todo nosotros mismos vivimos en una taberna. Ya llegamos —dijo Janii mientras me dejaba caer en el piso.

—¡Ak!

—¡Ak!

—¡Miren, la taberna Trynk está abierta de nuevo!

Gritos de hombres parados fuera de otras tabernas comenzaron a escucharse por todo el lugar, pero antes de que se movieran Antell les puso un alto muy efectivo.

—¡Si quieren venir a bañarse con mi baba de lobo les abro las puertas!

Algunas personas que estaban acercándose vomitaron y otras a lo lejos también.

—Hoy estamos ¡ce-rra-dos! —avisó Janii, mientras me jalaba dentro y cerraba de golpe la puerta principal doble.

Con lo que se podía ver desde el piso, por afuera, parecía una taberna común con un estilo hogareño, pero por dentro, no podía creer que el lugar fuese tan grande.

Entrando, lo que había era un comedor con ocho mesas de madera rectangulares y bancas largas para sentarse, al final había una barra larga y detrás de ella, un pasillo con un estante lleno de botellas y unas escaleras que daban al segundo piso.

—Ah... Es todo, necesito descansar un poco, Antell encárgate del agua, iré a quitarme la armadura de maya.

Después de dar órdenes, Janii subió las escaleras acariciándo su largo cabello que le llegaba hasta las piernas haciendo que al verla no pudiera apartar la mirada de ella.

Ahora que lo pienso... Está es la primera vez que hablo tanto con una mujer...

Mientras pensaba eso, una mirada maliciosa se me clavo en la nuca.

—Desgraciado...

—¡¿Eh?!

—¡Te atrapé! —Las manos de Antell me tomaron por los hombros y me levantaron del piso mientras se reía como alguien que había logrado su plan.—Ku, ku.

—Espera... Que... Que preten... ¡¡Giaaa!! —mi grito se escuchó por toda la casa, mientras Antell me quitaba la ropa.

—¡Imposible! ¡No hay oportunidad de escapar! ¡El agua ya esta caliente!

—¿Agua?

Lanzado y estando semi desnudo solo con mis calzoncillos puestos, fui lanzado por la ventana, pero en vez de caer al piso, el agua caliente me mojo por completo.

—¡Buah!... Eh... Está agua está caliente... Ah... Que agra...

—¡A un lado!

Fui lanzado contra la pared de la tina por una onda expansiva.

—Uwaaa... Un buen chapuzón al llegar, siempre es refrescante ja, ja, verdad Ey... ¿Eypril?

—Gurugurugur...

Después de recuperar la conciencia con unas cachetadas de Antell, desperté para disfrutar del agua tibia.

—Definitivamente, es increíble... ¡Quien hubiera pensado que un baño sería tan agradable solo con hacerlo caliente!

—Ha... Que bien... —dijo Antell con una sonrisa de lado a lado.

—Sí...

Dejando que el agua caliente hiciera su trabajo ambos nos limitamos a relajar los brazos y calmarnos.

El humo blanco que salía de la tina se fundía con el aire y los sonidos del agua solo podían relajarnos aún más, respirando hondo podías sentir el calor entrar al cuerpo y el frío de la ventisca en el bosque esfumarse, entonces, cortando el sonido embriagante del agua caliente Antell hablo en un tono serio, raro de como se expresaba siempre.

—Entonces Eypril, ¿te quedarás un poco más con nosotros?

—Si no es mucha molestia...

—Hum... No, tenemos espacio, y a decir verdad,¡siempre quise tener un hermano menor!—dijo sonriéndo animadamente.

—¿Hermano...?

—Sí, no me acostumbro a que me digas Antell, mejor dime hermano.

—Pero tú no eres mi hermano.

—¡Eso no importa! ¡Siempre que pueda tratarte como mi hermano menor serás mi hermano menor!

Hermano...

Al escuchar las palabras de Antell, una sensación cálida me recorrió el pecho, aunque no sabía si lo decía en serio, opte por pensar que si.

—Está bien.

—Sí, pero para que seas mi hermano primero tenemos que hablar. La verdad es que no me gustaría despertar en la mañana y que todo mi dinero se haya ido, o que toda la casa esté saqueada.

Viendo que realmente no confiaba mucho en mi, no podía reclamar nada, este debe de ser el resultado de mentir y no decir lo que me preguntó de mi supueto sobre nombre.

—Entonces hermano... —Los ojos de Antell me miraron directamente—. Me podrías decir... ¿Que es lo que ocultas?

—Antell yo...

—Ah, mejor no —Me interrumpió—, ahora estoy disfrutando mucho del baño, pero en unas horas Janii hará algo delicioso de comer, por ahora relájate.

Después de la plática con Antell terminé mareado por el calor sobre una banca del comedor y de un momento a otro, un olor increíble había llenado la casa acompañado de un agradable sonido de estofado.

—¡Te dije que lavaras esa Olla Antell!

—¿Cómo querías que tuviera tiempo? ¡Los desgraciados del gremio casi me llevaron arrastrando!

—Ah... No importa, ¡ya no lo necesito!

—¿¡Entonces para que me haces venir!?

—Ja, ja, ustedes si que se odian de verdad...

—¿Eh?, en absoluto...

—¿Eh?, en absoluto...

¡¿Cómo le hacen para contestar lo mismo a la vez?!

Al terminar de cocinar, Janii sirvió a cada uno de nosotros un plato con carne y unos cuantos pedazos de zanahoria y papa, mientras Antell que era al que más le rugía el estómago estaba por echarse un bocado a la boca, pero con una mirada de ella volvió a dejar la comida en el plato.

Antes de empezar a comer todos entrelazamos los dedos de nuestras manos y dimos las gracias.

—Gracias a nuestra diosa Gaia por los alimentos de hoy.

—Eh... Veo que aunque no sepas muchas cosas, sabes dar gracia por la comida Eypril —dijo Janii comiendo una pequeña zanahoria.

—Sí, me enseñaron mis padres... Hace mucho.

¿En verdad debería hablarles sobre...? No, si quiero estar tranquilo y me dejen estar con ellos, debo hablar.

—Eh... Antell, Janii yo...

Sin poder terminar de hablar, golpes fuertes comenzaron a sonar de la puerta del frente.

—¡Ah! ¡Estos malditos borrachos! —gritó Janii.

—¡Oigan! Dejen de molestar hoy no está abierto —dijo Antell despreocupado.

—¿Janii ya has llegado?

Inesperadamente el borracho sonaba como una chica joven.

—¿Eh? Esa voz...

Janii parecía conocer a quien estaba tras la puerta.

—¡Janii, abre la puerta!

—¡Ah! Esa voz... Oye Janii, dile que no se puede quedar.

Después de hablar Antell recibió un golpe con un cucharón.

—Un momento Enji y deja de golpear la puerta que no son horas para armar un escándalo.

Los golpes desesperados cesaron.

—¿Que se supone que estás haciendo aquí?

Cuando abrió la puerta, trate de mirar quien era, pero Janii y su cabellera no dejaban vista hacia afuera.

—Eh... Yo queria saber si me podías dejar dormir aquí hoy...

La voz de la chica parecía haberse calmado un poco, pero todavía se podían sentir sus nervios.

—¡No! —Contestó Antell pero un tarro de madera golpeó su cabeza en seco.

—¡Tu cállate!

Ese último lanzamiento me hizo querer reconsiderar mi estadía con ellos.

—Y tú, ¿en qué te metiste? No entiendo porque vendrías a dormir en este lugar en vez de tu hermoso cuarto.

—¡No importa! ¡Tú solo déjame quedarme aquí hasta mañana!

Un zapateo en reacción al enojo de la chica resonó por toda la taberna y Janii parecía estar más tolerante de lo normal.

¿Por qué siento que ese sonido ya lo había escuchado?

—¡No hasta que me digas todo!

—¡Ah! No importa simplemente voy a pasar.

Siendo empujada hacia atrás por la chica, la cabellera de Janii al fin se dignó a dejarnos mirar.

Entrando furiosamente lo primero en mostrarse fue un pequeño pelo desaliñado saltarín sobre su cabeza.

La cabellera de la chica era dorada y rebelde, demostrándolo en los dos pequeños mechones de cabello a los lados de su cabeza, sobresalientes como si de cuernos malignos se tratase.

Sus ojos, rojo brillante, bailaron analizando todo el lugar y se centraron en la mesa, al ver toda la comida servida sus cejas se juntaron y una pequeña sonrisita maliciosa se mostro dándole un aire astuto como si hubiera encontrado su objetivo.

Su ropa, toda del mismo color, expresaba un tipo de rectitud combinada con fuerza.

Llevaba una gabardina roja con toques negros, un cinturón de cuero bien agarrado a su esbelta cintura dónde llevaba un estoque, la falda le llegaba media pierna y las medias del mismo color mostraban la bonita figura de sus piernas.

Oh... Mierda...

Entonces cuando su atención le dijo que cambiará de lugar, sus ojos rojos y penetrantes me miraron directamente.

—¿¡Tu...!?

Sin saber a dónde mirar al fin reconocí el zapateo de antes junto al estoque lujoso.

—¡Ah! ¡¿La loca del callejón?!

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play