Capítulo 7 El Tajo y La Seguridad.

Unas barreras de piedra de alrededor de siete metros de altura, (la altura menor apenas recomendada para las murallas), árboles grandes que aunque aún no eran treants no faltaba mucho para eso pegados a las paredes.

Un pequeño puente de madera en no tan buenas condiciones.

No hay guardias en la puerta.

Aún teniendo todos esos puntos de inseguridad y desastre me pareció increíble, el sentimiento de ver algo que nunca había visto, una civilización diferente, tal vez, una aventura increíble.

—Somantia...

—Ja, ja, ja, oye Eypril, tus ojos brillan demasiado, solo para que lo sepas, no hay nada fuera de lo común en ese pueblo —dijo Antell mientras se recargaba en su espalda.

Mientras avanzábamos, los charcos de agua helada por el clima resonaban junto a las piedras aplastadas por la carreta.

Aún de camino al arco grande, hecho de piedra frente al puente, una sensación completamente nueva nació en mí.

Shiu... (¿Ya llegamos?)

—¡Es increíble! ¡No se parece en nada a mi antiguo pueblo!

Shiu. (Oye Eypril.)

—¡Es dos veces más grande!

—¡Shiu! (¡Eypril!)

—Y también parece que tendrá comidas dife-

—¡¡Shiu!! —Sin previo aviso fui abofetado por el maldito bicho.

—¡Ay! ¡¿qué demonios a...?!

Debido a la invisibilidad de Centir cuando el interactúa conmigo como ahora, las personas solo me ven extraño.

Justo como lo hacen Antell y Janii ahora mismo.

—Ah, lo siento, es solo que parece que... ¡El viento...! 

¡¡¡Shiu!!! (¡Mira!)

Haciendo que volteara la cabeza a la fuerza, no tuve más remedio que mirar.

Entonces entendí el sentido de la cachetada.

Después de todo, estando en este mundo feroz lleno de seres vivientes que defenderían con garras y dientes su hábitat, a un lado de la muralla, hacia falta exactamente eso.

Un campo completamente plano, sin ni un solo treant o creatura viviente se estiraba a lo largo y ancho adentrándose en el bosque, dejando solo un pedazo de tierra seca.

Viendo cómo estaba mi boca abierta hablo Antell.

—A bueno, yo también me caería de trasero al ver eso, no hay nada raro en este pueblo a excepción de "eso" —Janii siguió con la explicación.

»Si hay algo de lo que este pueblucho se jacte hoy en día con todos los viajeros, es seguro que de la batalla del único e inigualable héroe.

Una de esas palabras retumbó en mi cabeza de forma despiadada.

—Ja, ja, ja, mira que tú también estás asombrado Eypril, efectivamente eso de ahí fue obra del gran y rumoreado héroe —dijo Antell

—¿Eh...? Con "eso" te refieres a...

—A qué más sino a ese campo plano, sin árboles odiosos o bestias salvajes.

No lo comprendí a la primera, no entendía lo que decía aunque habláramos el mismo idioma.

—¿Con héroe nos referimos a ese héroe? —pregunté una vez mas para estar seguro.

—Claro que sí, el mismísimo que lleva el título único en el gremio. El héroe mandado por la diosa.

¿Shiuuu?

No hacía falta más para saber que Centir también estaba confundido.

—Hace 4 años en este pueblo aparecieron bestias con miasma, pero no solo una manada como la de antes, por eso sin dudar, se envió desde la casa gremial una carta a los demás pueblos para que esa peste se eliminará en conjunto de más aventureros.

—Fiuu en ese entonces nosotros también participamos y estuvimos a punto de kegh... —dijo Janii mientras hacia un gesto con la mano en su cuello, pero no entendí.

¿Qué significa ese gesto tan lindo?

—Sin embargo, la voz se corrió y la información pudo llegar al país Gremial de dónde fueron enviados más aventureros y desgraciadamente el héroe —dijo Antell con algunas emociones cruzadas en su rostro.

—Y justo allí —señalando el campo Janii siguió—. El héroe blandió su espada y elimino a una manada entera de bestias contaminadas junto a la bestia gigante.

—Ah, asi que ese fue su campo de batalla...

Shiu (¿No se supone que tú eres el héroe?)

—¿Eh? —cómo si hubiera dicho algo equivocado, Antell me corrigió—. Ah, perdón por confundirte Eypril, no, ahí peleó él.

Efectivamente, si fue una batalla tan grande se entiende que todo ese lugar haya quedado...

¿Que dijo?

—¿Cómo que "él"?

Antell recargado y cómodo en una de las paredes de la carreta se dignó a levantar su dedo índice.

—Un solo tajo.

Esa frase me helo la sangre.

—Una espada poderosa y la magia de leyenda.

Con una cara seria se podía ver de lejos que Antell no estaba bromeando.

—Todos eran un estorbo, no había nadie que pudiera ayudar a... No, casi lo olvido, una chica, una chica que se había registrado en la casa gremial de este pueblo, a la hora de obtener su título "eso" apareció en su registro, en la tabla de rankings y en su collar de cristal, se grabó el título de "Seguidor del Héroe."

Con un aspecto un poco más decaído Antell siguió contando.

—Teniendo el ranking más alto dentro de los registrados en Somantia, ella poseía magia increíblemente poderosa, pudo pelear tras el héroe, brindándole una victoria de un segundo, algo completamente absurdo.

Levantando la mirada y sonriendo una vez más Antell habló.

—¿Verdad que con historias como estas no hay otra posibilidad más que creer aquel mito?

Antell sonrió viendo el antiguo campo de batalla.

—Dios Demonio Diale, seguro que su mito es real, al igual que el de este héroe.

Mis ojos siguieron mirando aquel campo sin descanso.

Esa historia es increíblemente difícil de tragar... 

Viendo aquel lugar, me era imposible imaginar tal batalla y lo único que podía hacer era tragar saliva pasmado.

Héroe...

Héroe...

Ellos...

Creim... ¿En serio pretendía que yo fuera el héroe? Teniendo esto como referencia... ¿En serio pensaban que yo era el héroe?

De solo imaginarme ser el enemigo de tal monstruo gigante de miasma me da escalofríos.

—Bien, bien, basta de charlas y cuentos increíbles chicos hay que volver a la realidad.

Aplaudiendo fuertemente Janii me sacó del trance de mis pensamientos.

—Ah...

Perdiéndome en los cuentos de Antell no pude despegar la mirada de aquel campo en lo que llegábamos a la ciudad.

—Fugiuuu —Con un suspiro Antell se estiró a la orilla de la salida del carro—. ¡Por fin podré tomar un buen baño caliente! ¡Ya no aguanto esta ropa con baba de lobo asquerosa!

—Concuerdo contigo... Dijo Janii sobándose la nariz.

Completamente de acuerdo, nunca olí tan mal en toda mi vida.

—¡Claro que sí! Entonces creo que es hora de irme...

Antes de que Antell saltará del carro la mano de Janii apareció en su hombro instantáneamente.

Esa velocidad...

—Oye...

—¿Eh? ¡¿En qué momento?!

—Ya se me hacía raro que tuvieras ganas de bañarte cerdo... Ahora lo comprendo...

Un aura asesina apareció de golpe.

El aire se hizo pesado y nuestra fuerza de voluntad comenzó a flanquear... Incluso los caballos relincharon alocados de nuevo, pero el carretonero ni se inmutó.

—Desgraciado... ¿Pretendías dejarme el papeleo de la casa gremial? —Un ruido raro salió del hombro de Antell.

—¿Eh- eeeh? D-d-d-de que hablas cariño en absoluto... Solo ehh...  Sí, ehh ¡quería oler nuestro hermoso pueblo de nuevo! ¡Solo estoy tomando aire!—. Claro que nunca planee dejarte ese trabajo tedioso a ti sola, amor.

—Cierto, no te creo capaz de algo como eso. 

A. M. O. R. Después de todo es tu turno.

Antell fue a su lugar de nuevo y el aura asesina desapareció.

Qué miedo.

La carreta siguió su curso junto con toda la caravana que venía tras nosotros, pero los caballos parecían tremendamente cansados mentalmente.

El pueblo contaba con calles principales bastante pobladas y llenas de gente diversa, humanos, semihumanos de todo tipo, pero principalmente humanos.

Atravesando las calles más pobladas había Hombres y mujeres bestia, algunos de más altura, otros de menos, algunos se robaban la mirada de todos y otros eran simplemente ignorados y yo que nunca había visto uno, no podía estar más interesado en las orejas de gato cafés que se veían caminar entre el mar de cabezas.

—¿Esos son semihumanos?

—¡¿Mmm?! ¿Eypril no me digas que tienes algo contra los Semihumanos? —preguntó Antell presionado.

—Ah eh... No, solo que esta es la primera vez que los veo.

—¡¿En serio?! —Janii se sorprendió más de lo que hubiera pensado.

—Si, nunca antes los había visto, aunque si me habían contado de ellos.

—Buaa...—Janii soltó un ruido extraño con una cara rara. Entonces seguro que vivías en una de esas aldeas, verdad.

—¿Esas aldeas? —No comprendí a que se refería.

—Sí, hablo de esas que solo aceptan humanos para hacer tratos, bueno, si nunca habías visto uno eso es fácil de predecir, después de todo verlos es normal aquí en Somantia.

—Así que son tan comunes...

—Bueno, solo digo que si no habías visto a un tipo con orejas de animal antes, entonces en serio vivías bajo una piedra...

Bajo una piedra...

Sentí una pequeña punzada dentro de mí.

—Sí, semihumanos, ¡simplemente espléndido! Kgh... —Con un quejido de frustración, Antell movió las puntas de sus pies mientras veía sus extremidades—. ¡Si tan solo hubiera nacido como semihumanos mi vida sería de alguna manera más fácil!:

Velocidad, olfato, audición, fuerza, y mucho más, simplemente teniendo tal fuerza es imposible que alguien ordinario como un ser humano tenga una posición poderosa, no me extraña que los primeros lugares de los rankings de gremios siempre estén llenos de esos sacos de pulgas.

—¿Son tan poderosos? 

—Sí, son tipos increíbles.

—Aunque en cierto modo no todos son superfuertes, también existen desventajas —Janii señaló frente a la carreta un restaurante en donde había un hombre conejo escuálido pero bien vestido atendiendo a personas.

—¿Eh? ¿Que le pasa?

—Aunque tienen algunas ventajas corporales, no siempre son ventajas que sobresalen, o simplemente sobresalen en áreas raras, por ejemplo ese hombre, seguro que no ha encontrado algo en que trabajar, y las deudas siempre existen, por eso es un esclavo.

—¿Esclavo?

—Alguien que perdió su libertad y ahora sirve a alguien —explicó Antell.

—¿Por qué...?

—Por muchas razones, ellos tienen la suerte de estar vivos aunque no puedan sobrevivir en este mundo, es sencillo —dijo Antell sacando la cerilla de su oreja.

¿Suerte?

—Este mundo no es cualquier cosa, chico, deudas, necesidad, mala suerte, buena suerte... En este mundo, si no tragas eres tragado hasta por los mismos árboles, así de simple es esta vida.

—Si no tragas...

—Hum... Parece que está historia se ha tornado algo oscura, pero es completamente cierto, aunque lo haya dicho Antell. 

—Oye..

—Bueno, bueno, dejando de lado eso, ¿qué estás planeando hacer ahora Eypril?

De repente una pregunta que no había pasado por mi cabeza se plantó frente a mí como una pared de realidad.

—Que haré...

Y justo después de pronunciar eso, los esclavos llegaron a mi cabeza.

¿Acaso si hago algo mal podré llegar a eso?

Terror...

¿Qué haré...? Si no soy lo suficientemente fuerte... Terminaré justo como antes... Sin ser libre... Encerrado en algún lugar oscuro... No quiero... No quiero volver a esa asquerosa mazmorra húmeda.

Antes de darme cuenta, mi respiración agitada había comenzado a lastimarme la garganta, había empezado a mecerme en mi asiento y mis manos estaban sobre mi cabello rosa estirandolo fuerte.

—¡Oye chico, cálmate!

—¡Tranquilízate Eypril!

No quiero...

No quiero...

No quiero...

No quiero...

Entonces un agarre cálido y una fuerte sacudida me sacaron de mis pensamientos.

Con una mano tomada por Antell y la otra tomada por Janii, una cálida luz verde se extendió por mi cuerpo tranquilizandome.

—Es cierto chico, este mundo puede ser duro, frío y amenazador, pero...

—Sin duda, la persona que salvó nuestras vidas es alguien importante para nosotros —Complemento Janii mientras usaba su magia de sanación

Siendo sujetado por ambos pude volver a sentir la seguridad que no había sentido en muchos años... Aquella seguridad que solo transmite la familia recorrió mi cuerpo una vez más haciendome derramar lágrimas.

Y sus palabras resonaron en mi corazón mientras la vergüenza y la felicidad se apoderaron de mí.

—Entonces... Sean mi guía por favor.

Estoy seguro de que este es uno de los momentos que más amaré de mi vida, en medio de uno de los lugares más terroríficos aún se podía ver luz.

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