Capítulo 2 Oscuridad y fuego.

En el capítulo anterior pude al fin, escapar de ese maldito lugar.

[En algún lugar del bosque del sur]

POV Eypril Eros. (Candidato a Héroe elegido por el mundo)

Definitivamente este mundo es un lugar solo para los fuertes.

El bosque en la noche es tenebroso, no podría haber peor momento como la noche para viajar, si no tienes cuidado de caminar solo por dónde hay árboles jóvenes que aún no son monstruos o (Treants) podrías pasarla horrible.

Las copas de los árboles tapan la poca luz de luna y con una ventisca la visibilidad es nula.

Solo con una pequeña magia de luz encerrada dentro de la palma de mi mano, es la cantidad límite para usar, debes guiarte solo con los pocos rayos de luz que se escapan de entre tus dedos.

La dificultad de esta acción solo demuestra lo increíble que es mi compañero.

Mis pasos por la nieve eran cuidadosos y tratando de hacer el menor ruido posible para no molestar a los malditos árboles dormidos fui guiado, no por la insípida luz que sale de entre mis dedos, si no por Centir. 

Aunque nadie lo conoce y aunque nadie lo vea, estoy seguro de que es real, después de todo sin su conocimiento estaría vagando hacia mi muerte de hielo.

Caminando entre lugares con piedras es inevitable tratar de sostenerse de un árbol para no caerte y sobre todo, cuando el hielo las hace parecer aceitadas de lo resbaladizas que están.

¡¡Shiu!! [Ese no.]

—Ah… Entiendo… —Susurré en respuesta a Centir.

Redirigiendo mi agarre hacia otro árbol diferente pude sostenerme de él y al fin pasar este pequeño tramo de escombro.

Centir no puede hablar, aunque yo vea sus movimientos, y el cree un tipo de sonido cuando mueve su cuerpo, ese pequeño “Shiu” no significa nada, solo mirando como se agita puedo suponer lo que dice.

Gracias a sus habilidades, puedo evitar tocar los árboles que ya son Treants y evitar despertarles, pero en caso de que alguno se despertase y me viera, claramente sería mi fin, lo he escuchado en los cuentos que venían de las rendijas sobre mi celda, aunque ese cuento lo escuché ya hace mucho tiempo, no pude dormir varios días por el miedo.

"Los Treants son una basura, en el día, si te ven, sus raíces se mueven con la intención de atraparte, no obstante son tan lentos que hasta un niño podría esquivarlos.

Sin embargo, de noche o en el bosque más profundo, la historia es diferente. Las raíces de los Treants más listos son mortales. Moviéndose como serpientes debajo de la tierra, ponen trampas y cuando una presa distraída camina frente a ellos; ese es su final, las raíces te atrapan una pierna, entonces un chillido desgarrador de oídos suena por todo el lugar indicándole a sus compañeros que una presa ha caído, si entras en pánico date por muerto. Luego la otra pierna también es sujetada con una fuerza descomunal, estando ya inmóvil debes tratar de cortar las raíces o quitarte lo que más haga bulto de tu ropa para tratar de quitar sus brazos de tu cuerpo y si lo logras pon atención al piso y camina rápidamente fuera de su alcance. Pero, si no has logrado sacarte sus brazos... Lo único que te espera es ver como las raíces de ellos caminan lentamente hacia ti para enrollarse en tu cuerpo y si no encajan sus raíces en tu estómago, prepárate para la muerte más desgraciada y sentir como tus extremidades son arrancadas una por una."

—Espero poder dormir bien hoy... —dije mientras miraba al piso y caminaba por donde Centir me indicaba.

Después de unas cuantas horas de caminata el humor de Centir parecía empezar a cambiar, ahora los árboles en el bosque eran menos y tenían mucha más distancia entre ellos que antes.

Pero aunque el peligro por ser descubierto por algún treant ahora fuese menor, un latido constante apretaba mi corazón sin parar.

Shiu... [Hemos llegado.]

Lo sabía aunque no me lo dijera, entre la nieve que ahora caía más lenta, la silueta de lo que parecía ser una cabaña se distinguía a lo lejos.

Esa es...

Entonces como si hubiera cambiado mi presente el paisaje frente a mi cambió.

Lo que ya casi había olvidado, lo que hace más de 10 años no veía.

La casa de mis padres, la casa en donde yo había nacido, mi casa estaba frente a mí en medio del bosque, justo como lo recordaba, hecha de madera, con un pequeño porche frente a ella, donde una mecedora, también de madera, nos cargaba a mi madre y a mí mientras mirábamos como mi padre cortaba los troncos para el fuego con una gran hacha.

Un sentimiento de dicha y felicidad me atravesó el cuerpo como una corriente de energia y al dar el siguiente paso, con el sonido de una rama rota, el aullido de un búho espantado me hizo volver del pasado.

La madera café de mi antigua casa era ahora carbón, las paredes estaban inclinadas en el desastre y no había señal alguna de la mecedora donde disfrutaba sentarme con mi mamá, todo estaba en ruinas...

Aunque yo no estaba seguro de como llegar a mi casa ni como encontrarla, lo único que hice fue darle una descripción a Centir de todo lo que sabía y desde ya hace años la había encontrado, no dude de Centir en ningún momento porque, aun con todo chamuscado, aun sin siquiera ser capaz de reconocer mi casa, dos lapidas forradas de nieve y hielo se alzaban frente a mí.

Dejando la mochila que llevaba a un lado, me senté de forma recta frente a ellos.

—Con que así fue como termino nuestra familia...

Talle un poco las piedras cuadradas con la manga de mi gabardina y al terminar, ambos nombres tallados eran apenas visibles, eran irreconocibles, lo único que podía verse era un apellido.

—"Eros..." Así que ese es mi apellido.

Sin saber que decir, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos y mi nariz irritada por el frío se puso aún más roja.

Shiu...

Centir, acercándose a mí como si estuviera preocupado me pico un poco la mejilla tratando de animarme y aunque normalmente esto era suficiente, ahora era inevitable que mis lágrimas dejaran de caer.

Deshaciendome de muchas de las emociones guardadas dentro de mí estos diez años, comencé a hablar con ellos.

—Hola... Puede ser que ni siquiera me reconozcan, después de todo han pasado más de 10 años... Pero de todos modos quería verlos...

Hablándole a lapidas me presenté.

—Soy Eypril... Mamá, papá... —Sintiendo un nudo en el pecho y garganta no pude evitar apretar mis puños sobre mis piernas vacilantes.

Teniendo años deseando verlos de cualquier manera, justo ahora teniéndolos frente a mí las palabras que quería decirles no salieron.

—Mamá, papá, les presento a Centir —Con mi mano, quite los pocos restos de hielo grandes encima de mamá y acaricie la piedra como si fuera el cabello rubio hermoso de mi madre que aún recordaba, mientras con la otra mano hacía lo mismo con la de papá—. Él ha sido mi único amigo después de que nos separamos.

—Yo... Yo quería presentarlos y quería hablar con ustedes... —Gotas empezaron a chorrear por mi barbilla—. Yo quería que ustedes vieran todo lo que he aprendido y quería que vieran cuan fuerte me he vuelto...

Entonces, sin poder siquiera llorar con todas mis fuerzas, ni con todo el volumen de mi voz en medio del bosque, los abracé a ambos como si aun estuvieran aquí.

Shiuuu...

—Lo sabemos Eypril.

¿Eh?

Una fuerza que no me pertenecia me empujo hacia el frente y una agradable luz azul me envolvió en una forma nostálgica para mí.

¿Qué está pasando...?

Una fragancia que no recordaba...

¿Qué es esto...?

Una voz que había olvidado.

Sin comprender nada, mis sentidos hicieron el trabajo por mí.

Rodeandome con un cálido abrazo, algo me envolvía.

—M-Ma... Ma...

Sin saber cómo y aunque fuera alguna treta de alguna creatura, no me importo en lo absoluto, mis brazos se cerraron en su espalda y mi cara empapada se dejó caer en su pecho mientras me deshacía en llanto.

—Mamá, mamá, mamá, mamá... Te extrañé… Te he extrañado...

Revolviendo mi cara en el hombro de mi madre una y otra vez no lo podía creer. Teniendo miedo de abrir mis ojos y encontrarme con una mentira no podría soportarlo, queriendo que ese momento durase para siempre no podía cerrar mis ojos más fuerte mientras me aferraba a ella.

—Mira cuanto has crecido...

Escuche la bella voz de mi madre una vez más.

—Seguramente ahora eres igual de alto que yo.

Una mano me paso por el cabello y me acaricio suavemente.

—Ah, y ahora, tienes un hermoso pelo rosado... —mientras hablaba, sus dedos jugueteaban con mi cabello justo como recordaba de ella—. Yo también te he extrañado Epi.

¿Eh...? ¿Que es esto...? ¿Que es esto...? ¿Qué demonios es esto...?

Sin poder mantener mis ojos cerrados más tiempo, la incertidumbre me ganó y mis dudas se fueron por completo.

Solo hay una persona que me ha llamado Epi en todo el mundo.

Tomando al ser de los hombros lentamente lo alejé de mí mientras lo miraba.

Aunque el cuerpo sin duda alguna se sentía, olía y sonaba como recordaba a mamá, lo que tenía en frente era una llama azul flotando sin forma humana a mi vista.

—¿Mamá? —Las palabras apenas me salieron.

Cuando la llamé mamá sentí su sonrisa, sin poder verla, sabía que ella me estaba sonriendo.

—Sí.

—E-¿eh? —La increíble llama comenzó a tomar forma.

Desde la mano que tenía presionada contra mi mejilla, hasta las hermosas puntas de su cabellera rubia.

Finalmente, su expresión facial y sonrisa surgieron, y gradualmente, su tono de piel y la pigmentación de su cuerpo, originalmente azul como la llama, se transformaron hasta alcanzar el tono puro y blanco de su hermosa piel.

La llama no me quemaba, por el contrario, si no fuera por esa calidez, nunca podría haber recordado su suave temperamento.

—Ma... —Justo cuando iba a comenzar a hablar, ella me interrumpió.

—Epi... ¿Por qué estás aquí?

—¿Eh?...

—Creo recordar claramente lo que te dijimos aquel día.

—Lo que me dijeron... lo… lo... —Mi cabeza se nubló, y mis pensamientos comenzaron a moverse—. Lo que ustedes...

Imágenes comenzaron a correr por toda mi cabeza y el fuego empezó a consumirlo todo.

Mi habitación quemada, los muebles quemados, las paredes en llamas, unas llamas blancas consumiéndolo todo y llamas negras...

Blanco y negro.

Al recordarlas y verlas sentí como si mi cuerpo se partiera en dos.

—¡Aaagg! —Mis ojos me devolvieron al presente y un cálido confort me dejo entre sus brazos.

—Epi... No hace falta que veas eso, pero si no recuerdas, para eso estoy aquí, para decirte las palabras de papá y mamá.

Mamá me sostuvo la cabeza y me miro a los ojos.

Las llamas del cabello de mamá comenzaron a desvanecerse.

—M-

—Eypril... —El calor de sus manos comenzó a desaparecer—. Encuéntrala —La forma de mamá empezó a reducirse— Tu felicidad —Una esfera de fuego (mi madre) había comenzado a desaparecer.

—Te amamos Eypril; siempre te amaremos.

—¡Mamá!

—Y también gracias... Centir... Te encargamos a Eypril. —El fuego azul comenzó a hundirse en la tierra.

—Ah- ¡Mamá! —Tratando de alcanzarla, mi mano se hundió en la nieve. Ella ya había desaparecido.

Tan fugaz como había aparecido se había ido, tal milagro...

Entonces una pequeña chispa de fuego azul de repente salto de la tierra y su forma cambió a un pequeño enjambre de mosquitos o un listón transparente, Centir.

En el instante en que ya no había fuego, Centir como si estuviera agotado, floto a un bolsillo de mi mochila de provisiones.

Sin saber que decir, mi boca se selló para dejar descansar a mi amigo.

¿Acaso Centir hizo todo esto?

Zhiu~...

—... Ah-.

Entonces volví a mirar de nuevo la tumba de mamá y recordé claramente las palabras de ellos aquel día y de ahora.

En este mismo instante y con la compañía de mi mejor amigo, estoy decidido.

—Mi objetivo se ha decidido... Padre... Madre... ¡Yo la encontraré! ¡Encontraré mi felicidad!

Después de hacer una oración a la diosa Gaia y limpiar un poco las tumbas de ambos, me despedí de mis padres y volví a mi camino comenzando con el pie derecho, ahora ese sentimiento de freno que sentía al salir del pueblo frío había desaparecido.

...****************...

POV Eypril Eros. (?????????????????????????????????????????????)

—En aquel entonces ese primer paso solitario fue el comienzo para mí, el comienzo de mi vida.

Mirando de cerca a los tres seguí hablando.

—Sin saber nada de lo que se avecinaba y siendo ignorante del mundo frente a mis ojos llenos de posibilidades, fue ridículo, demasiado cómico, pensar que podría vivir de manera feliz sin ningún problema…

Ahora que lo pienso, El Cuarto Mundo y la diosa Gaia debieron reírse de mí.

Levantando la mirada hacia los ojos del chico trate de buscar dudas en su mirada pero al instante me di cuenta que era inútil buscar fuego bajo el agua.

Esa mirada se parece a la mía cuando hablé con mis padres en aquel entonces… No… Es imposible compararme con otro ser humano, todos somos diferentes.

—Entonces no desistiras verdad…

Le pregunté por última vez solo por si alguna duda llegase a asomarse de su perfecta mirada segura, pero solo me sonrió.

—Bien, sin embargo, esta historia es larga, y comienza con el yo que empezó con el viaje para cumplir el sueño de sus padres y el sueño de sí mismo, no con el yo que les está hablando ahora.

Mire a mi viejo pequeño amigo, mi nuevo amigo y mi próximo favorecido mientras acariciaba mi barba larga entre los dedos de mis manos viejas.

—Mmm, veamos, para responder a la pregunta que me haces, creo que una de las cualidades u objetivo a poseer sería sin duda la selección susurrante de la Diosa, La Leyenda, en mi opinión, esa es una de las cosas que debes de obtener para convertirte en Héroe como yo…

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