En el capítulo anterior pude, al fin, escapar de ese maldito lugar.
[En algún lugar del bosque del sur]
POV Eypril Eros. (Candidato a Héroe elegido por el mundo)
Definitivamente, este mundo es un lugar solo para los fuertes.
Eso fue lo que pensé.
Eso es lo que se dice.
Eso es lo que se enseña.
Sin ninguna luz más que lo que proporciona la luna y las estrellas, el bosque es oscuro.
Sin embargo, si alguien me preguntase, "¿que es la oscuridad?", no le diría que caminase por un bosque de noche.
Me gustaría responder con algo como: "más oscura es mi celda", pero no es así.
Aunque la oscuridad de mi celda me tragase segundo por segundo, ese es otro tipo de oscuridad.
La oscuridad es más.
La verdadera oscuridad no es nada.
La verdadera oscuridad es cuando tus pupilas cubren por completo el blanco de tus ojos y aún así no vez ni tu nariz.
Siendo así.
Siendo esta la descripción mía de oscuridad.
¿Dónde se podría experimentar la verdadera oscuridad?
¿Qué lugar es tan oscuro, como para no dejar ver ni tu propia nariz?
¿En qué parte del mundo la luna y las estrellas, no proporcionan luz?
La respuesta es fácil.
Según el viejo líder que me enseñó todo lo que sé, el lugar más acercado a brindarte esa experiencia, es el mar.
El fondo del mar.
Lo más profundo de lo más profundo.
Esas fueron sus palabras.
No sé cómo lo sabe, ni como está tan convencido de eso, ni yo mismo creo posible que el mar sea un lugar con tanta agua y tan grande, pero la expresión que tenía cuando lo dijo era verdadera.
Con la mirada dirigida hacia mí lo dijo y después de un segundo, sus dedos acariciaron su barba de forma pensante.
Así era él.
Siempre daba la respuesta correcta y después se ponía pensar.
Pensar sobre lo que dijo.
Pensar sobre algo más cercano.
Entonces, al pasar unos segundos, volvía a hablar.
Hablar sobre lo que dijo y de cosas similares.
Eso era lo que siempre esperaba.
Aunque sus lecciones fueran un somnifero, cuando platicaba de cosas cercanas, de pronto todo se sentía mucho más entretenido.
Eso recuerdo y por eso pienso que el mundo es para fuertes.
Porque como el segundo lugar más oscuro del mundo, mencionó aquí.
Mencionó está situación, mencionó este momento y mencionó este clima.
En este mundo, no podría haber un peor momento como la noche para viajar por un bosque, excepto viajar por un bosque de noche en medio de una ventisca.
Si no tienes cuidado de caminar solo por dónde hay árboles jóvenes que aún no son monstruos o (Treants), podrías pasarla horrible.
Las copas de los árboles tapan la poca luz de luna y con una ventisca la visibilidad es nula.
Por eso no podría haber un mejor momento para escapar.
Solo con una pequeña magia de luz encerrada dentro de la palma de mi mano, es la cantidad límite para usar.
Debes guiarte solo con los pocos rayos de luz que se escapan de entre tus dedos y la dificultad de esta acción, solo demuestra lo increíble que es mi compañero.
Mis pasos por la nieve eran cuidadosos y tratando de hacer el menor ruido posible para no molestar a los malditos árboles dormidos, fui guiado.
No por la insípida luz que sale de entre mis dedos, sino por Centir.
Mi mejor amigo.
Mi único.
Aunque nadie lo conoce.
Aunque nadie nunca lo haya visto.
Estoy seguro de que él es real, después de todo, sin su conocimiento estaría vagando hacia mi muerte de hielo.
Caminar en lugares con piedras es inevitable.
Tratar de sostenerte de un árbol es impensable.
Cuando la nieve y el hielo hace a las piedras parecer aceitadas de lo resbaladizas que están, es más difícil caminar sobre ellas.
Por eso se tiene que hacer lo impensable.
¡¡Shiu!! [Ese no.]
—Ah… Entiendo… —Susurré en respuesta a Centir.
Redirigiendo mi agarre hacia otro árbol diferente pude sostenerme de él y al fin pasar este pequeño tramo de escombro.
Así de asombroso es él.
Centir no puede hablar, aunque yo vea sus movimientos, y el cree un tipo de sonido cuando mueve su cuerpo, ese pequeño “Shiu” no son palabras, solo mirando como se agita puedo suponer lo que dice.
Gracias a sus habilidades, puedo evitar tocar los árboles que ya son Treants y evitar despertarles, pero en caso de que alguno se despertase y me viera, claramente sería mi fin.
Lo he escuchado en los cuentos que venían de las rendijas sobre mi celda, aunque ese cuento lo escuché ya hace mucho tiempo, no pude dormir varios días por el miedo.
......................
"Los Treants son basura, en el día, si te ven, sus raíces se mueven con la intención de atraparte, no obstante son tan lentos que hasta un niño podría esquivarlos.
Sin embargo, de noche o en el bosque más profundo, la historia es diferente. Las raíces de los Treants más listos son mortales.
Moviéndose como serpientes debajo de la tierra, ponen trampas y cuando una presa distraída camina frente a ellos; ese es su final, las raíces te atrapan una pierna, entonces un chillido desgarrador de oídos suena por todo el lugar indicándole a sus compañeros que una presa ha caído, si entras en pánico date por muerto. Luego la otra pierna también es sujetada con una fuerza descomunal.
Estando ya inmóvil debes tratar de cortar las raíces o quitarte lo que más haga bulto de tu ropa para tratar de quitar sus brazos de tu cuerpo.
Si lo logras pon atención al piso y camina rápidamente fuera de su alcance, has sobrevivido.
Pero...
Si no has logrado sacarte sus brazos... Lo único que te espera es ver como las raíces de ellos se arrastran lentamente hacia ti para enrollarse en tu cuerpo.
Tendrías suerte si las raíces perforan tu estómago y te drenan.
Sin embargo si no vez que se acerque a tu vientre fuiste más desafortunado.
El más desafortunado de los desafortunados.
Prepárate para la muerte más desgraciada y sentir como tus extremidades son arrancadas una por una."
—Espero poder dormir bien hoy... —dije mientras miraba al piso y caminaba por donde Centir me indicaba.
......................
Después de unas cuantas horas de caminata el humor de Centir parecía empezar a cambiar, ahora los árboles en el bosque eran menos y tenían mucha más distancia entre ellos que antes.
Shiu Shiu... [Este era el tramo final.]
Aún así, aunque el peligro por ser descubierto por algún treant ahora fuese menor, un latido constante apretaba mi corazón sin parar.
Shiu... [Hemos llegado.]
Lo sabía...
Aunque no me lo dijera.
Solo yo podía estar seguro.
Entre la nieve que ahora caía más lenta, la silueta de lo que parecía ser una cabaña se distinguía a lo lejos.
Esa es...
Mi corazón dió un vuelco.
Desde hace rato estaba fuera de mi zona de confort, pero ahora esa sensación de incomodidad se había multiplicado.
Se había multiplicado y había aumentado a una cifra impronunciable.
Entonces como si hubiera sido transportado a otro lugar, mi presente, el paisaje frente a mi cambió.
Lo que ya casi había olvidado.
Lo que hace más de diez años no veía...
La casa de mis padres, la casa en donde yo había nacido, mi casa estaba frente a mí en medio del bosque, justo como lo recordaba, hecha de madera, con un pequeño porche frente a ella, donde una mecedora, también de madera, nos cargaba a mi madre y a mí.
Mientras mirábamos como mi padre cortaba los troncos para el fuego con una gran hacha.
Un sentimiento de dicha y felicidad me atravesó el cuerpo.
Nostalgia.
Duro tanto como tres respiros.
Al dar mi segundo paso después de ver la casa, con el sonido de una rama rota y el aullido de un búho espantado, volví al pasado.
El presente.
La madera café de mi antigua casa era ahora carbón, las paredes estaban inclinadas en el desastre y no había señal alguna de la mecedora donde disfrutaba sentarme con mi mamá, todo estaba en ruinas.
Aunque yo no estaba seguro de como llegar a mi casa ni de como encontrarla, lo único que hice fue darle una descripción a Centir de todo lo que sabía y recordaba.
Desde ya hace años él la había encontrado, no dude de Centir en ningún momento porque, aun con todo chamuscado, aun sin siquiera ser capaz de reconocer mi casa, dos lapidas forradas de nieve y hielo se alzaban frente a mí.
Dejando la mochila que llevaba a un lado, me senté de forma recta frente a ellos.
Al fin pude volver.
—Así fue como termino nuestra familia...
Talle un poco las piedras cuadradas con la manga de mi gabardina y al terminar, ambos nombres grabados eran apenas visibles.
Eran irreconocibles.
Lo único que podía verse era un apellido.
—"Eros..."
Ese es mi apellido.
Mi cabeza lo recordó por mí.
Sin saber que decir, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos y mi nariz irritada por el frío se puso aún más roja.
Shiu...
Centir, acercándose a mí como si estuviera preocupado me pico un poco la mejilla tratando de animarme y aunque normalmente esto era suficiente, ahora era inevitable que mis lágrimas dejaran de caer.
Una tras otra.
Tras otra.
Las emociones se liberaron.
Las que habían estado guardadas dentro de mí estos diez años que estuve lejos.
Comencé a hablar con ellos.
Antes había pensado en que decirles si los volvía a ver.
Lo imaginé.
Lo repase mil veces.
No pude pronunciar ni una palabra de eso.
—Hola...
¿Así estará bien...?
—Puede ser que ni siquiera me reconozcan, después de todo han pasado más de diez años... Pero de todos modos quería verlos...
Hablándole a lapidas, me presenté.
—Soy Eypril... Mamá, papá... —Sintiendo un nudo en el pecho y garganta no pude evitar apretar mis puños sobre mis piernas vacilantes.
Teniendo años deseando verlos de cualquier manera, justo ahora teniéndolos frente a mí las palabras que quería decirles no salieron.
—....
Lloré más.
—Mamá, papá, les presento a Centir.
Limpie sus lápidas.
Con mi mano, quite los pocos restos de hielo encima de mamá y acaricie la piedra como si fuera el cabello rubio hermoso que aún recordaba.
Mientras, con la otra mano hacía lo mismo con la de papá.
—Él ha sido mi único amigo después de que nos separamos...
Me callé un momento.
El aire en mis pulmones me hacía falta.
—Yo... Yo quería presentarlos y quería hablar con ustedes...
Gotas, como si se tratara de lluvia, empezaron a chorrear por mi barbilla.
—Yo quería que ustedes vieran todo lo que he aprendido y quería que vieran cuan fuerte me he vuelto...
Entonces, sin poder siquiera llorar con todas mis fuerzas, ni con todo el volumen de mi voz en medio del bosque, los abracé a ambos como si aun estuvieran aquí.
—Los quiero...
......................
...............Shiu................
......................
—Lo sabemos Eypril...
¿Eh?
Una fuerza que no me pertenecía me empujo hacia el frente y una agradable luz azul me envolvió.
Un calor nostálgico.
Una temperatura nostálgica.
¿Qué está pasando...?
Una fragancia que al entrar por mi nariz me hizo feliz.
¿Qué es esto...?
Una voz que había olvidado.
Sin comprender nada, mis sentidos hicieron el trabajo por mí.
Rodeandome con un cálido abrazo, algo ahora me envolvía.
—M-Ma... Ma...
No lo digas...
—Ma...
No te ilusiones...
Sin saber cómo.
Aunque fuera alguna treta de alguna creatura.
Nada me importó, mis brazos se cerraron en su espalda y mi cara empapada se dejó caer en su pecho mientras me deshacía en llanto.
—Mamá, mamá, mamá, mamá... Te extrañé… Te he extrañado...
Si vas a morir así de fácil aprovecha la ilusión.
Revolviendo mi cara en el hombro de mi madre una y otra vez no lo podía creer.
Mi corazón estaba lleno.
Mi cabeza estaba perturbada.
Temiendo de lo que podría encontrar al abrir mis ojos.
Mi cuerpo no soportará encontrarse con una mentira.
Quería que ese momento durase para siempre, no podía cerrar mis ojos más fuerte de lo que ya estaban mientras me aferraba a ella.
—Mira cuanto has crecido...
Escuche la bella voz de mi madre una vez más.
—Seguramente ahora eres igual de alto que yo.
Una mano me paso por el cabello y me acaricio suavemente la frente.
—Ah, y ahora tienes un hermoso pelo rosado...
Sus dedos jugueteaban con mi cabello justo como recordaba de ella.
—Yo también te he extrañado Epi.
¿Eh...? ¿Que es esto...? ¿Que es esto...? ¿Qué demonios es esto...?
Sin poder mantener mis ojos cerrados más tiempo, la incertidumbre me ganó y mis dudas se fueron por completo.
Solo hay una persona que me ha llamado Epi en todo el mundo.
Tomando al ser de los hombros lentamente lo alejé de mí mientras lo miraba.
Aunque el cuerpo sin duda alguna se sentía, olía y sonaba como recordaba a mamá, lo que tenía en frente era una llama azul.
Flotando.
Sin forma humana a mi vista.
—¿Mamá? —Las palabras apenas me salieron.
Cuando la llamé mamá sentí su sonrisa, sin poder verla, de alguna forma sabía que ella me estaba sonriendo.
—Sí.
—E-¿eh? —La increíble llama comenzó a tomar forma.
Desde la mano que tenía presionada contra mi mejilla, hasta las hermosas puntas de su cabellera rubia.
Finalmente, su expresión facial y sonrisa surgieron, y gradualmente, su tono de piel y la pigmentación de su cuerpo originalmente azul como la llama, se transformaron hasta alcanzar el tono puro y blanco de su hermosa piel.
Era fuego pero no me quemaba, por el contrario, si no fuera por esa calidez, nunca podría haber recordado su suave temperamento.
—Ma...
—Epi... ¿Por qué estás aquí?
Me interrumpió.
—¿Eh?...
—Creo recordar claramente lo que te dijimos aquel día.
Me regaño.
El regaño más deseado.
El más amado.
No pude evitar sonreír mientras lloraba.
—Lo que me dijeron... lo… lo... —Mi cabeza se nubló y mis pensamientos comenzaron a moverse—. Lo que ustedes...
Imágenes comenzaron a correr por toda mi cabeza y el fuego empezó a consumirlo todo.
El fuego Blanco.
Mi habitación quemada, los muebles quemados, las paredes en llamas, unas llamas blancas consumiéndolo todo y...
Llamas negras...
Blanco y negro.
Al recordarlas y verlas sentí como si mi cuerpo se partiera en dos.
—¡Aaagg! —El dolor me devolvió al presente y un cálido confort me dejó entre sus brazos.
Que...
—Epi... No hace falta que veas eso, pero si no recuerdas, para eso estoy aquí, para decirte las palabras de papá y mamá.
Mamá me sostuvo la cabeza y me miro a los ojos.
Las llamas del cabello de mamá comenzaron a desvanecerse.
—M-
—Eypril... —El calor de sus manos comenzó a desaparecer—. Encuéntrala —La forma de mamá empezó a reducirse— Tu felicidad —Una esfera de fuego (mi madre) había comenzado a desaparecer.
—Te amamos Eypril; siempre te amaremos.
—¡Mamá!
—Y también gracias... Centir... Te encargamos a Eypril.
Sonrió.
Pude escuchar su risa una vez mas.
De forma fugaz.
El fuego azúl comenzó a hundirse en la tierra.
—Ah- ¡Mamá! —Tratando de alcanzarla, mi mano se hundió en la nieve.
Ella ya había desaparecido.
Ya no existía.
El cálido confort cambio rápidamente a una temperatura helada.
Entonces una pequeña chispa de fuego azúl saltó de la tierra y su forma cambió a un pequeño enjambre de mosquitos o un listón transparente, Centir.
En el instante en que ya no había fuego, Centir, como si estuviera agotado, floto a un bolsillo de mi mochila de provisiones.
Sin saber que decir, mi boca se selló para dejar descansar a mi amigo.
¿Acaso Centir hizo todo esto...?
Zhiu~...
—... Ah-.
Entonces volví a mirar de nuevo la tumba de mamá y recordé claramente las palabras de ellos aquel día y de ahora.
En este mismo instante y con la compañía de mi mejor amigo, estoy decidido.
—Mi objetivo se ha decidido... Padre... Madre... ¡Yo la encontraré! ¡Encontraré mi felicidad!
Después de hacer una oración a la diosa Gaia y limpiar un poco las tumbas de ambos, me despedí de mis padres y volví a mi camino comenzando con el pie derecho.
Ahora ese sentimiento de freno que sentía al salir del pueblo frío había desaparecido.
...****************...
POV Eypril Eros. (Desconocido.) (Desconocido.)
—En aquel entonces ese primer paso solitario fue el comienzo para mí, el comienzo de mi vida.
Mirando de cerca a los tres seguí hablando.
—Sin saber nada de lo que se avecinaba y siendo ignorante del mundo frente a mis ojos llenos de posibilidades.
Fué ridículo.
Demasiado cómico, pensar que podría vivir de manera feliz sin ningún problema…
Ahora que lo pienso, El Cuarto Mundo y la diosa Gaia debieron reírse de mí.
Levantando la mirada hacia los ojos del chico traté de buscar dudas en su mirada, pero, al instante me di cuenta que era inútil buscar fuego bajo el agua.
Esa mirada se parece a la mía cuando hablé con mis padres en aquel entonces… No… Es imposible compararme con otro ser humano, todos somos diferentes.
—Entonces no desistiras verdad…
Le pregunté por última vez, solo por si alguna duda llegase a asomarse de su perfecta mirada segura, pero solo me sonrió.
—Bien, sin embargo, esta historia es larga, y comienza con el yo que empezó con el viaje para cumplir el sueño de sus padres y el sueño de sí mismo, no con el yo que les está hablando ahora.
Mire a mi viejo pequeño amigo, mi nuevo amigo y mi próximo favorecido mientras acariciaba mi barba larga entre los dedos de mis manos viejas.
—Mmm, veamos, para responder a la pregunta que me haces, creo que una de las cualidades u objetivo a poseer sería sin duda la selección susurrante de la Diosa, La Leyenda, en mi opinión, esa es una de las cosas que debes de obtener para convertirte en Héroe como yo…
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quiero un ruso
me dolió
2024-08-17
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