CAPÍTULO 4.

CAPÍTULO 4.

Por Paula.

La noche en que Emiliano fue detenido, sentí que algo dentro de mí se rompía para siempre. Hace solo unas horas había amanecido a mi lado. Fui su novia durante unos meses. Creí que nos amábamos. Por lo menos yo lo hacía. Pero supongo que él solo jugaba conmigo. ¿Por qué lo hacía? No lo sé. Emiliano fue acusado de asesinar a nuestro mejor amigo, Juan Cruz. A pesar de que Emiliano fue detenido, nunca se supo donde ocultó el cuerpo. Seguramente se lo entregó a su tío, ese maldito mafioso.

Cuando me enteré de mi embarazo, fui a visitar a Emiliano a la cárcel. Le hice saber lo decepcionada que estaba por lo que había hecho. Él no respondía nada. Solo me miraba e incluso derramaba lágrimas. Sabía que mis palabras le dolían, incluso en un momento llegué a dudar. Pero me mantuve firme. Después de todo, Alexis dijo que sabía bien que Juan Cruz había estado en negocios turbios con Carlos Castronovo y que no era raro que le diga a su sobrino que se encargue de limpiar su camino, después de todo, según Alexis, era Emiliano el encargado de impartir justicia para su tío.

Alexis ha estado a mi lado durante estos últimos dos años, incluso estuvo presente en el parto de Dylan. Aunque la verdad, no permití que ingrese conmigo a la sala de partos. Algo dentro de mí no lo permitía, porque aunque no quiera admitirlo, aun amo a Emiliano. Lo necesitaba a mi lado y me dolía saber que no estaría para su hijo.

A pesar de que Alexis ha estado todo este tiempo conmigo, noto que tiene cierto rechazo con Dylan. Creo que él le guarda mucho rencor a Emi y el hecho de que tenga a su hijo le rompe el corazón.

En fin, estos dos años han pasado volando y Alexis y yo nos mudamos a Los Ángeles para cumplir con nuestro sueño. Él quería ser un cantante de Reguetón, el mejor de todos, se hacía llamar a sí mismo “The King”. Consiguió un contrato con una productora y cuando me lo informó, yo lo acompañé, él se ofreció a darme todo a mí y a mi hijo, así que decidí aprovechar la oportunidad para estudiar y convertirme en productora musical. Recuerdo cuando Emiliano y yo prometimos que lo haríamos juntos. Él sería el mejor músico de rock y yo sería su productora. Me dolía pensar en eso.

Cuando Dylan cumplió dos meses, decidimos bautizarlo, yo no tenía muchas amigas, ya que siempre me juntaba con Alexis y los chicos de “Rush”, incluido Emiliano. Así que, como último acto de amor hacia lo que alguna vez fuimos, elegí a quien sabía que Emiliano querría para apadrinar a su hijo: Curtís. Sé que si Emiliano estuviera aquí, lo hubiese elegido a él.

Curtís busca a Dylan por lo menos una vez a la semana, y digo, “busca” porque desde aquella trágica noche, Alexis y los chicos se llevan muy mal. Cada vez que se toca el tema de Emiliano, Alexis se pone como loco y los chicos de la banda insisten en defenderlo. Es por eso que ya ni siquiera podían estar juntos a un metro de distancia. Por lo tanto, cada vez que quiero verlos, debemos juntarnos en un punto específico y yo llevo a Dylan para que pase tiempo con su padrino.

En cuanto a mí, tampoco quiero saber nada de Emiliano, pero entiendo a los chicos. Ellos son como uña y mugre y aún tienen la esperanza de que una vez él salga en libertad, retomarán el proyecto de la banda. Ellos creían que Emiliano no era un asesino y que había muchas cosas que yo no sé, que nadie sabe. Solo Emiliano y Juan Cruz saben lo que realmente pasó aquella noche. Y lamentablemente, Juan no está aquí para dar su versión.

Era un día como cualquiera, me faltaba nada para obtener mi título, ya que a pesar de tener a mi hijo muy pequeño, había logrado adelantar la carrera de producción musical y solo tenía que rendir un par de materias más y probablemente en menos de un año podría obtener mi título. Estaba estudiando para mi examen y Alexis había ido a grabar a la productora. Horas más tarde, llegó a la casa hecho una furia. Debo decir que eso me asustó un poco…

-¿Está todo bien? – pregunté preocupada.

-¿Has visto la tele hoy? –pregunto frunciendo el ceño.

-No… No he visto nada. –Dije. El inmediatamente tomó el control remoto y encendió el televisor de la sala en un canal de noticias.

“Estamos aquí desde -Los Angeles TV- para informar novedades sobre el caso de Emiliano Castronovo. El sobrino del mafioso más buscado, Carlos Castronovo, saldrá de prisión hoy mismo luego de dos años encerrado por un crimen que jamás fue esclarecido. Aparentemente, consiguió una reducción de su condena de dieciocho años, a solo dos años, por buen comportamiento y por falta de pruebas. Aquí podemos ver a sus amigos esperando por él ".–Finalizó el periodista que estaba cubriendo el móvil desde una cárcel de California.

-¿Qué? -Dije, pálida.

-No puede ser. –dijo Alexis. –Debo encargarme de que ese idiota regrese a la cárcel como sea. El crimen de Juan Cruz no puede quedar impune.

-¿De qué hablas Alexis? –Dije. –¿Qué harás? No podemos pensar en eso… Tenemos que continuar con nuestra vida.

-¿Lo defiendes? –preguntó Alexis. –¿Después de todos estos años sigues amándolo?

Sus palabras me impactaron. Porque la verdad es que muy en el fondo lo sigo amando como el primer día. Incluso desde que Dylan nació le he hablado de su papá, le he enseñado fotografías. Quiero que él sepa quién es. Cuando estamos a solas le tarareo una canción que él solía tararear siempre, supongo que era algo que estaría componiendo en ese momento.

-No. -Dije finalmente. -Simplemente, creo que debemos olvidarnos de eso, continuar con nuestra vida.

Quizá he sido demasiado dura con él. Pero la verdad es que al oír todo aquello y saber que él jamás se defendió, me rompió el corazón y comencé a dudar. A veces me siento culpable, veo como Curtís, Luke y Joe confían en él y siento que yo lo abandone sin siquiera confiar en él. A veces me gustaría ser como ellos. Pero las cosas fueron diferentes para mí. También para Alexis, quien no le perdona nada.

Días después, Alexis seguía como loco y Curtís me escribió para pedirme a Dylan, quería pasar un rato con él. Así que nos reunimos en el parque de siempre. Luego de esperarlo por unos minutos, Curtís llegó.

-Yo… me enteré lo de Emiliano. –Dije.

-Si… Él… Salió de la cárcel. Y… Quiero que seas la primera en saber que conseguimos una productora. Rush acaba de firmar su primer contrato.

-Wow. –Dije. –Te felicito. De verdad.

-Gracias. –Dijo él, tomando a mi bebe en brazos. –Sé que cuando supiste lo de tu embarazo te hice una promesa. Pero… Cuando Emiliano regresó, tuve que contarle que tiene un hijo.

Asentí.

-Entiendo… No podía ocultarlo por mucho más tiempo después de todo. –Dije.

-Emiliano está aquí. –Dijo él. –Está esperándome a unos metros. Creo que deberías verle, hablar con él… Estoy seguro de que te entenderá.

-No… No puedo. –Dije. –Ve, lleva a Dylan… No me opondré a que conozca a su padre. Pero… no puedo enfrentarlo… Además, no quiero problemas con Alexis…

-Bien… –Dijo Curtís, asintiendo.

-Los esperaré aquí. –Dije.

Curtís se llevó a Dylan y yo los seguí durante un trayecto para observarlos. Me quedé detrás de una planta como una gran cobarde. Observe como Curtís se acercó a Emiliano, quien aún seguía igual que la última vez que lo vi. Estaba vestido como un rockstar, con jeans, cadenas, zapatillas y campera de cuero. Siempre lucía como un chico malo. Lo observé por un momento. Note que se quedó congelado al ver a Dylan. Vi como secaba sus lágrimas, como mi hijo reía y tocaba su rostro. Veía como Emiliano le daba amor a mi hijo, nuestro hijo. Intente ser fuerte para no correr y lanzarme a sus brazos.

Un rato más tarde, Emiliano se despidió de Dylan y Curtís lo tomó en brazos regresando hacia donde yo me encontraba. Rápidamente sequé mis lágrimas.

-Te vi desde allí. –Dijo él.

-Solo quería asegurarme de que Dylan esté bien. –Dije.

-Claro… y por eso lloras.

-El encuentro entre Dylan y su padre me puso algo nostálgica. Solo eso… –Dije. –Debemos irnos, Curtís… Te veré pronto.

-Me gustaría que Emiliano siga viendo al niño… ¿Lo permitirás? –preguntó él.

-Sí… Lo permitiré… Siempre y cuando tú también estés con él.

-Gracias Paula. –Dijo Curtís.

-Una cosa más. –Dije, antes de irme. –Alexis no puede enterarse de esto.

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