Capítulo 18

El cura me arrastra lejos de Selko, que nos observa con una mirada de impotencia y desesperación. La agua bendita le impide acercarse a mí, y yo puedo sentir su dolor y frustración.

—Selko, Selko—, grito, tratando de zafarme del cura. —Suelteme, Selko es bueno.

El cura me mira con una expresión de determinación.

—No te dejaré caer en las garras del demonio—, me dice.

Selko da un paso adelante, su voz llena de pasión.

—Sofía, iré por ti. Espérame.

Me siento un poco más tranquila al escuchar sus palabras. Sé que Selko no me abandonará. El cura me lleva a una habitación oscura y fría, donde me encierra con llave.

—Selko, Selko—, susurro, esperando que me escuche. —No te rindas, por favor.

La oscuridad me envuelve, pero mi corazón sigue latiendo con la esperanza de que Selko me rescatará.

—Por favor, escúcheme—, le digo al cura, tratando de convencerlo. —Selko es bueno, él me ayudó a escapar de los vampiros que me perseguían.

El cura me mira con una expresión de desdén.

—No te creas las mentiras del demonio, Sofía. Los vampiros son criaturas del mal, y no hay excepciones.

Me siento frustrada por su negativa a escucharme.

—No quiero su protección—, le digo, decidida. —Quiero irme de aquí y ver a mi madre. Déjeme ir.

El cura sacude la cabeza.

—No puedes irte, Sofía. Estás en peligro. Los vampiros te buscarán y te encontrarán.

Me siento atrapada y enojada.

—No me importa—, le digo. —Prefiero arriesgarme a que estar aquí, donde no me creen y me tratan como una prisionera. Déjeme ver a mi madre, por lo menos.

El cura se niega de nuevo.

—No puedes ver a tu madre, Sofía. Está en peligro también. Debes quedarte aquí, donde estás segura.

Me siento desesperada y sin opciones. ¿Qué puedo hacer para convencerlo? ¿Cómo puedo escapar de este lugar?

—¡Eres un mentiroso!—, le digo al cura, enojada. —Estás cometiendo un delito, déjame ir.

El cura me mira con una sonrisa fría.

—Si fueras una humana normal, escucharías mis palabras y me creerías. Pero como eres la elegida, no puedes entender.

Me siento confundida y asustada.

—¿Qué quieres decir?—, pregunto.

El cura se acerca a mí, su voz baja y siniestra.

—Quiero decir que eres la clave para nuestro plan. Vas a ser el sacrificio que nos permitirá adentrarnos en Peace y exterminar a todos los vampiros.

Me siento horrorizada.

—¡Estás loco!—, le digo. —Harás que mueran los demás, incluyendo a mi madre.

El cura me mira con una expresión de determinación.

—Es un sacrificio que estamos dispuestos a pagar con tal de salvar al mundo de la oscuridad. No te preocupes, Sofía, morirás por una causa justa.

Me siento desesperada y enfadada. No puedo creer que el cura esté dispuesto a hacer algo tan terrible. Debo encontrar una manera de escapar y detenerlo antes de que sea demasiado tarde.

***

Desde la oscuridad, escucho muchas voces discutiendo algo en susurros. No puedo distinguir lo que dicen, pero parecen estar planeando algo. De repente, la puerta se abre y una figura entra. Me saca de la oscuridad y me lleva a un lugar iluminado.

Me bañan y me ponen un vestido blanco, como si me estuvieran preparando para alguna ceremonia. El cura aparece de nuevo, con una sonrisa en su rostro.

—Ya es hora—, dice, tocando mi frente con su mano fría.

Siento un dolor agudo y luego, todo se vuelve negro. Caigo en un sueño profundo, sin poder resistir.

Mi último pensamiento es una súplica desesperada:

—Alguien, por favor, sálveme...

***

Cuando abro los ojos, me encuentro en un lugar desconocido y tenebroso. Estoy atada a un altar, con cuerdas que me aprietan las muñecas y los tobillos. A mi alrededor, hay muchas personas con capuchas, sus rostros ocultos en las sombras.

Me siento desorientada y asustada, sin saber dónde estoy ni qué está pasando. Pero entonces, veo una figura familiar entre la multitud. Es Roy, con su mirada intensa y preocupada.

De repente, todo se vuelve claro. Estoy de regreso en Peace, el reino de los vampiros. La última vez que estuve aquí, fue un infierno. ¿Qué estoy haciendo de nuevo aquí?

Miro a Roy, tratando de comunicarme con él sin palabras. Él me devuelve la mirada, su expresión llena de determinación. Sé que está tratando de decirme algo, pero no puedo descifrar el mensaje.

Las personas con capuchas comienzan a murmurar entre sí, su susurro crece en intensidad. Me siento como si estuviera en el centro de un ritual oscuro y peligroso. ¿Qué está pasando?

El líder de los vampiros, un anciano con ojos sabios y crueles, se adelanta y comienza a hablar en un tono solemne. —Hoy, elegiremos al nuevo Rey vampiro. Los candidatos, pasen al frente—.

Roy, Erwin y el chico desconocido se adelantan, sus rostros serios y decididos. Me sorprende ver al chico desconocido, nunca lo había visto antes. ¿Quién es? ¿Qué lo hace merecedor de ser candidato al trono?

Y entonces, veo el asiento vacío. Es el que le hubiese pertenecido a Selko, si no hubiera decidido ayudarme a escapar. Me siento un poco triste al ver ese asiento vacío, recordando lo que Selko hizo por mí.

El líder vampiro continúa hablando, explicando las reglas de la ceremonia.

—El candidato que sea elegido, será el nuevo Rey vampiro. Pero primero, deben pasar la prueba de fuerza.

Me pregunto qué será esa prueba, y qué tan peligrosa será. Los candidatos parecen nerviosos, pero decididos. La ceremonia continúa, y yo estoy atada aquí, sin saber qué pasará después.

El líder vampiro anuncia que los candidatos se enfrentarán entre sí, y el último en pie será el nuevo Rey vampiro.

Justo cuando están a punto de comenzar, Selko aparece en la sala.

—Tengo derecho a estar aquí—, dice con confianza.

El líder vampiro se sorprende.

—¿Qué derecho tienes tú, Selko? Abandonaste tu puesto y ayudaste a la humana a escapar.

Selko sonríe.

—No hay regla que me exima de participar en esta prueba. Y estoy dispuesto a luchar por mi derecho al trono.

Los demás vampiros se miran entre sí, indecisos. Pero finalmente, el líder vampiro asiente.

—Muy bien, Selko. Puedes participar. Pero si pierdes, no te quejes.

Selko se coloca junto a los demás candidatos, listo para comenzar. Me siento un poco aliviada de verlo aquí, pero también nerviosa. ¿Podrá ganar?

Los candidatos se enfrentan en el centro de la sala, listos para comenzar el combate. Roy, Erwin, el chico desconocido y Selko se miran entre sí, sus ojos brillando con una luz intensa.

El líder vampiro da la señal, y el combate comienza. Los vampiros se lanzan unos contra otros, sus movimientos rápidos y mortales. Me siento un poco aterrada, pero también emocionada. ¿Quién ganará?

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Comments

Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

Selko y Sofia van acabar enamorándose. el quiere su sangre es especial

2023-11-22

1

Natalit

Natalit

esta novela esta interesante

2023-11-22

0

Veritox #14

Veritox #14

/Hey/

2023-11-22

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