Llegué a casa, aún conmocionada por el encuentro con Selko. Mi madre estaba en la sala, leyendo un libro. Me senté frente a ella y le conté todo lo que había descubierto.
—Madre, tengo que contarte algo—, le dije. —La escuela está llena de vampiros. Y Olivia me dijo que todos en Peace son vampiros, incluyendo el esposo de tu esposo.
Mi madre me miró con una expresión extraña. No parecía sorprendida.
—Lo sé—, me dijo. —Siempre lo supe.
Me sentí confundida.
—¿Por qué no me lo dijiste?—, le pregunté.
Mi madre se encogió de hombros.
—Quería protegerte—, me dijo. —Pero ahora que lo sabes, es hora de que te unas a nosotros.
Me sentí aterrada.
—¿Unirme a ustedes? ¿Qué quieres decir?
Mi madre sonrió.
—Quiero que te transformes en vampiro, Sofía. Quiero que seas una de nosotros.
Me sentí horrorizada.
—No—, le dije. —No quiero ser un vampiro.
Mi madre se acercó a mí.
—Sofía, es la única manera de que podamos estar juntas para siempre—, me dijo. —Y de que puedas vivir en Peace sin peligro.
Me sentí atrapada. No sabía qué hacer. ¿Debía aceptar la oferta de mi madre y convertirme en vampiro, o debía encontrar una manera de escapar de Peace y regresar a mi vida normal?
—Madre, no quiero ser un vampiro—, le dije, intentando mantener la calma. —No quiero ser inmortal. Solo quiero tener una vida normal con mis amigos.
Mi madre me miró con tristeza.
—Sofía, no entiendes—, me dijo. —La inmortalidad es un regalo. Puedes vivir para siempre, ver y experimentar cosas que los humanos solo pueden soñar.
Me negué con la cabeza.
—No, madre. No quiero eso. Quiero ser humana, con todas las debilidades y limitaciones que eso implica.
Mi madre se acercó a mí, con una expresión suplicante.
—Sofía, por favor—, me dijo. —No me dejes. No me abandones. Si te vas, nunca podré verte de nuevo.
Me sentí conmovida por las palabras de mi madre, pero sabía que no podía ceder.
—Madre, lo siento—, le dije. —Pero no puedo quedarme aquí y convertirme en algo que no soy.
Mi madre me agarró del brazo, con una fuerza sorprendente.
—No te irás—, me dijo. —No te irás sin mí. Te quedarás aquí y te convertirás en vampiro, como yo.
Me sentí atrapada, sin saber qué hacer. Mi madre no me iba a dejar ir, y yo no sabía cómo escapar.
***
En la cena, mi padrastro me miró con una expresión seria.
—Sofía, entiendo que no quieras convertirte en vampiro—, me dijo. —Pero debes saber que si no lo haces, serás... vulnerable.
—¿Vulnerable a qué?—, le pregunté.
—A los vampiros que no tienen control—, me respondió. —Los que no pueden resistir la sed de sangre. Si no te conviertes, serás como... comida para ellos.
Me sentí un escalofrío.
—¿Qué quieres decir?—, le pregunté.
—En Peace, hay un sistema de clases—, me explicó. —Los vampiros sangre pura, que nacieron de vampiros, son la clase alta. Luego están los vampiros mestizos, que nacieron de la unión de un vampiro sangre pura y un humano. Y finalmente, están los vampiros creados, que son los que han sido convertidos por otros vampiros. Son la clase más baja en Peace, y son los que actúan como los vampiros de las películas, sedientos de sangre.
Me sentí horrorizada.
—¿Y qué pasa con los humanos?—, le pregunté.
—Los humanos son... presas—, me respondió. —Son la fuente de alimento para los vampiros. Pero si te conviertes, no tendrás que preocuparte por eso. Serás una de nosotros, y estarás a salvo.
Me sentí atrapada. No quería convertirme en vampiro, pero tampoco quería ser una presa. ¿Qué debía hacer?
Mi padrastro me miró con una expresión comprensiva.
—No te preocupes, Sofía—, me dijo. —Tómate tu tiempo para tomar una decisión. No hay prisa.
Pero mi madre no estaba de acuerdo.
—No te demores mucho, Sofía—, me dijo, con una nota de urgencia en su voz. —No quiero perder la oportunidad de tenerte conmigo para siempre.
Me sentí presionada. Mi madre parecía temer que si no me convertía en vampiro, la perdería para siempre. Pero yo no estaba segura de que fuera lo que quería.
—Madre, por favor—, le dije. —No me presiones. Necesito tiempo para pensar.
Mi madre suspiró.
—Está bien—, me dijo. —Pero no te demores mucho. La eternidad es un largo tiempo para esperar.
Me sentí un escalofrío al escuchar sus palabras. La eternidad era un concepto difícil de imaginar. ¿Estaba yo lista para comprometerme con algo así?
Esa noche, me fui a la cama con la mente llena de pensamientos y dudas. Pero no logré descansar. Tuve una pesadilla.
Soñé que estaba en un lugar oscuro y lleno de gente. Todos me rodeaban, con ojos hambrientos y sedientos de sangre. Me sentí atrapada y sin escapatoria.
Intenté correr, pero mis piernas no se movían. La gente se acercaba a mí, con sus dientes afilados y sus manos extendidas. Me sentí aterrada.
De repente, una figura se destacó entre la multitud. Era Selko, el chico vampiro que me había burlado en la calle. Me sonrió con ironía y se acercó a mí.
—¿No quieres ser una de nosotros?—, me preguntó, con su voz seductora. —¿No quieres vivir para siempre?
Me sentí horrorizada. No quería ser un vampiro. No quería vivir para siempre.
Intenté gritar, pero mi voz no salió. La gente se acercaba a mí, cada vez más cerca. Me sentí como si fuera a ser devorada.
De repente, me desperté. Estaba sudando y mi corazón latía con fuerza. Me sentí aliviada de que solo fuera un sueño.
Pero la sensación de miedo y ansiedad permaneció conmigo. Me sentí como si estuviera en peligro, como si la pesadilla fuera a convertirse en realidad.
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Updated 23 Episodes
Comments
Maris Benitez
UPS 😳😳😳😳😱 😱😱😱😱 que su vida no sea terrible
2024-01-03
2
Betty Saavedra Alvarado
Sofia la mirada de los vampiros es dominante con sus ojos te atrapan ellos dominan tu mente tienen poder no puedes hacer nada Dana te dice la verdad tu no le crees
2023-11-11
2