Apretaba los puños con enojo mientras me dirigía al parque. Pude divisar desde lejos al pelinegro entonces me apresuré.
No iba a ver nunca más en mi vida a Camden, pero me gusta ir de frente y le iba a decir en persona que no se cruzara en mi camino nunca más.
Ya frente a frente, me sonrió y eso me enojó más, le quiero borrar esa tonta sonrisa.
- No me busque más, no me moleste. Vine para decirle que no quiero saber nada de su tonto trato y de su existencia- hablé sin dejar que me saludara
No vale la pena escucharlo, cuando recibí su carta me hizo sentir mal y lo quería escuchar, pero ahora que se la verdad, no quiero escuchar ni una palabra que salga de su boca.
-¿Qué le sucede, Caeli?- preguntó sorprendido
- No diga mi nombre, no quiero escuchar que de su boca salga mi nombre- lo señalé
Me giré y me retiré del lugar, no quería que nadie me viera con él. No quería manchar más mi reputación. Además, en casa ya se habrán dado cuenta de que me fui.
Sentí un agarre en mi muñeca que hizo que me diera vuelta. Su rostro seguía con sorpresa, como si no supiera de lo que hablo.
-¿Puede explicarme su enojo? No entiendo nada de lo que está sucediendo- pidió
- Ya sé su verdadera intención, ¿pensaba que no me iba a enterar? A mí no me meta en sus problemas con el Duque- dije señalando
Su silencio era la respuesta.
- Ya entiendo por qué su enamorada prefirió al Duque y no a usted- lo dije consiente que podría lastimarlo, es mi intención
Su agarre disminuyó ante mis palabras, aproveché para liberar mi muñeca y sin esperar nada más, me fui del lugar.
¿Tan enfermo de odio estará como para pensar que Faver está enamorado de mí?
Hasta un niño se da cuenta de que la "relación" de Faver y yo es puramente falsa y obligada.
Comencé a correr para llegar a mi casa lo más rápido posible y para evitar que Camden me detenga nuevamente.
***
A penas entré a casa, me recibieron los gritos de mamá. No quería contestarle, estaba con mucho mal humor.
- ¿Tan inconsciente eres? ¿Cómo desapareces así?- gritó
- Basta, madre- levanté la voz
El silencio reinó en el salón. Caeli nunca había hecho algo así.
- Salí a caminar, quería tomar aire. Necesitaba relajarme- seguí hablando
- Señora, el carruaje ya se encuentra listo- interrumpió una sirvienta
Queriendo escapar del lugar, me dirigí al carruaje a paso apurado.
Cómo si la vida quisiera molestarme el viaje fue mucho más corto de lo normal.
Saludé al mayordomo de la casa y volví a estar en el comedor que ya conocía.
- Buen día, señorita Fawzy-
Voltee ante la voz de Faver. Esta vez vestía con un pantalón marrón y una camisa blanca, también le queda bien. Es lindo, lástima que tenga una fea personalidad.
- Buen día, Duque Waligtton- devolví el saludo
- Puede sentarse- indicó
Asentí y volví a mi asiento.
Observé cada movimiento del castaño, tengo palabras en mi boca que quieren salir de forma desesperada.
- Tuve un encuentro con Camden Yeliston- mencioné sin poder esperar
Levantó la mirada con curiosidad
- Fue muy insistente conmigo, no sabía lo que quería de mí, pero descubrí de su desprecio por usted- dije agarrando los cubiertos para comenzar a comer
- No tenemos una buena relación, no sabía que llegaría a tal punto de meterse con usted- admitió
- Le dejé en claro que no quiero saber nada de él, pero no sé si me entendió- expresé aún con enojo
- Yo me haré cargo de esto, él no volverá a molestarla-
Levanté la ceja ante sus palabras, me sorprende pero no me quejaré.
- Gracias- murmuré
- ¿No suele usar joyas?- preguntó
-¿Qué?- pregunté confundida
- No pretendo ofenderla, pero nunca la veo con joyas- dijo
Por instinto me toqué el cuello dónde debería tener algún collar.
- Oh, es que soy un poco distraída y me olvido- mentí con una sonrisa nerviosa.
Faver solo asintió, a los minutos llamó a una sirvienta y le habló al oído.
Supongo que son cosas de trabajo o algo parecido.
En silencio pasó el tiempo y ya era hora de irme.
- Señorita, antes de irse déjeme darle algo- dijo el castaño
La sirvienta con la que habló en el comedor se acercó y le entregó una pequeña caja de color negro.
- Acéptela, por favor-
La tomé con cuidado, lo miré y pidiéndole permiso con la mirada abrí la caja, encontrándome con un collar hermoso de color plateado y un diamante color blanco.
¿Qué es esto?
- No, no puedo aceptar esto Duque- me negué, se veía muy costosa
- Por favor, es un regalo- dijo
Aún confundida le agradecí con una sonrisa.
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Comments
Regina Gomez Duque
no me gusta el duque
2024-02-21
2
Lecris
el duque me parece más sospechoso
2024-02-21
2
Maria Isabel Fernandez
que se puede hacer? estoy ofendida en esta historia, continuaré, haber com9 continúa
2024-02-06
0