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Seguro es una respuesta negativa, nunca hablamos y en sus ojos no debo ser la mejor mujer para estar a su lado.

Si yo fuera él, mandaría un no apenas recibiera la propuesta.

-Madre, no se anticipe. No sabemos la respuesta- traté de calmarla al ver que la carta que tenía entre sus manos aún estaba cerrada

- Por eso vine a buscarte, vamos a la oficina de tu padre para que la lea. Apúrate- dijo yéndose por las escaleras

Entré de nuevo a mi habitación, elegí el primer vestido que vi y me arreglé lo más rápido que pude.

Mi mente trataba de convencerme de qué la respuesta de Faver era negativa, pero mi estómago se retorcía de los nervios, cómo si supiera algo que yo no.

Ya mi madre no se encontraba en el pasillo.

-Debe estar en la oficina- murmuré para mi misma

Es rápida cuando le conviene.

Apuré mis pasos y a los pocos segundos ya estaba parada frente la gran puerta de madera. Golpee suavemente para luego escuchar un "adelante" por parte de mi padre.

Respirando hondo entré, no quería que me vieran ansiosa.

Mi madre estaba sentada en uno de los sofás que estaban frente al escritorio, me senté a su lado en silencio. Solo quiero escuchar lo que dice la carta.

Parece que ninguno quería hablar, ya que mi padre abrió el sobre sin más, su rostro no se inmutaba mientras leía y eso hacía incrementar mi ansiedad.

-¿Y? ¿Qué escribió, cariño?- preguntó ansiosa mi madre

Dejó la carta sobre el escritorio y sonrió

-Dice que solo acepta encuentros con Caeli para poder conocerse mejor y así pensar en un futuro en el compromiso- respondió

Mamá comenzó a reír de la emoción y se acercó a papá para festejar. Mientras que yo no lograba caer en la realidad.

¿No aceptaba mi mano, pero si quiere que empecemos a frecuentarnos? ¿Qué bicho le picó? ¿Quiere jugar a las etapas de conocernos, ser novios y luego casarnos?

Me extraña, él sabe cómo funcionan las cosas. No hay tiempo para jugar a ser noviecitos, aquí se casan a la primera.

No sé cómo sentirme, ¿es algo bueno o malo?

Todavía sin decir nada, me puse de pie dispuesta a irme, pero mi madre me lo impidió.

-Caeli, hija. Ven conmigo, vamos a ponerte bella. Mañana solicitaremos una cita para ustedes dos- dijo enganchando su brazo con el mío.

Era muy incómodo, su amabilidad no es sincera solo me trata así por este momento.

Salimos de la oficina juntas, ella seguía hablando de no se que cosa. Mi mente estaba nublada, ¿qué tengo que hacer?

- Le voy a pedir a Julia que prepare la crema de rosas- dijo para soltarme y dirigirse a la cocina.

Por fin pude respirar tranquila, el desprecio por ella crecía cada vez más.

Puse un pie en el primer escalón, pero la voz de Maite me detiene. Me volteé sin ganas, estaba con la cadera apoyada en uno de los muebles cerca de la oficina de papá y cuando se dio cuenta de que captó mi atención comenzó a caminar hacia mí con una sonrisa

- Me enteré sobre lo del Duque y tú-

- ¿Y qué?- pregunté sin paciencia

- Me parece un poco triste, es decir, no se quiere casar, pero si aceptó citas. ¿No será que quiere ese tipo de citas por el tipo de mujer que eres?- dijo con cinismo

Mi respiración se volvió pesada

-Cállate, Maite. Tú sabes como son las cosas en realidad, o acaso tu cerebro no sirve más que pensar en ese viejo asqueroso con el que te vas a casar?- contesté enojada

-Calma, querida. No te pongas a la defensiva. Solo piensa, ¿él está enamorado de ti y por eso aceptó esto? No, entonces tiene otra intención oculta- habló

Sin esperar a que le contestara, subió las escaleras y desapareció de mi vista.

Me cae mal, pero sus últimas palabras me dejaron pensando. ¿Qué intención tiene?

Supongo que mañana cuando nos encontremos comenzaré a investigar.

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